miércoles, 2 de febrero de 2011

¿nos importa nuestro planeta?

EL DIVINO PADRE JEHOVA NOS DICE EN LA CIENCIA CELESTE ALFA Y OMEGA SOBRE TODOS AQUELLOS QUE TUVIERON QUE VER CON LA CONTAMINACION DE LA NATURALEZA PERO SOBRE TODO NOS SEÑALA COMO RESPONSABLES A LOS GRANDES CONTAMINADORES DEL MUNDO Y ASESINOS DEL PLANETA: LAS TRANSNACIONALES PETROLERAS, LAS GRANDES MINERAS, LAS GRANDES FABRICAS INDUSTRIALES, ETC.
LEA CON ATENCION ESTE DIVINO TITULO ESCRITO POR ALFA Y OMEGA.
 
217.- En la prueba de la vida, surgieron muchos y extraños abusos; uno de ellos fué la extraña contaminación de la atmósfera respirable de las criaturas de la naturaleza; este extraño abuso lo pagan los dueños de fábricas, complejos industriales, dueños de automóviles, y todos aquéllos que tuvieron que ver con desperdicios enviados a la atmósfera; todos los culpables del envenenamiento de la atmósfera, ellos pagan todos los daños causados a la naturaleza; todos estos culpables serán llamados por el hijo de dios, asesinos del planeta; y muchedumbres jamás vistas, pedirán para ellos, la condenación; es más fácil que entren al Reino de los Cielos, los que en las pruebas de vidas de los lejanos planetas, a nadie envenenaron; a que puedan entrar, los que se tomaron tan extraño libertinaje.-
La Organización Meteorológica Mundial advierte de que las emisiones marcan el récord histórico de los últimos 10 mil años pese al parón económico
 
Los gases de efecto invernadero son inmunes a la crisis

Si la tibieza de los acuerdos adoptados en la cumbre del clima celebrada el pasado diciembre en Cancún pudiera transmitirse a la atmósfera, el calentamiento global sería un problema irrisorio. Por desgracia no es así, y ni siquiera el actual escenario de crisis económica logra hacer la menor mella en el aumento imparable de los gases de efecto invernadero, como atestiguan los últimos datos publicados por la Organización Meteorológica Mundial (OMM). La comunidad científica esperaba que la reducción de la actividad industrial, fruto de las dificultades económicas por las que pasan buena parte de los países desarrollados, facilitaría una disminución en las cantidades emitidas a la atmósfera de dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido de nitrógeno (N2O), los tres gases de origen antrópico más influyentes en el proceso de calentamiento global. En cambio, el último Boletín de Gases de Efecto Invernadero del organismo meteorológico de la ONU afirma que las concentraciones han llegado en 2009 último año estudiado a sus niveles más altos de los últimos 10.000 años, en un incremento sostenido que coincide con el comienzo de la época preindustrial, es decir, mediados del siglo XVIII.
"La concentración habría sido mucho mayor si no se hubiesen tomado las acciones internacionales para reducirlos", afirma Michel Jarraud, secretario general de la OMM. Para Len Barrie, director del Departamento de Investigación de este organismo, existe un problema añadido: "Los gases de efecto invernadero, como el CO2, tienen una vida muy larga, y aunque frenásemos su emisión hoy mismo, permanecerían en la atmósfera durante décadas, haciendo que prosiguiera el calentamiento".
Un vínculo indudable
La similitud entre el ritmo de crecimiento del CO2 en la atmósfera y la subida de temperaturas a escala global fue una de las razones para que, en el informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) publicado en el año 2007, se estableciera como "muy probable" más del 90% que los gases de efecto invernadero fueran los responsables del calentamiento global. Según Barrie, sus efectos "ya se aprecian, por ejemplo, en el deshielo del Ártico, la subida del nivel del mar, los cambios en la intensidad de las sequías o las inundaciones causadas por tormentas".
La pasada semana, científicos australianos sugerían que el cambio climático puede influir en la aparición de episodios inusualmente intensos del fenómeno de La Niña, provocando lluvias torrenciales como las que han inundado parte de aquel país en fechas recientes.
Los últimos datos suministrados por la OMM establecen que el año 2010 está entre los tres más cálidos desde 1850, cuando se iniciaron las observaciones meteorológicas instrumentales, después de 1998 y 2005. Los datos más recientes de la agencia climática de EEUU sitúan 2010 en el podio del año más cálido, junto a 2005. Además, la pasada década se convertirá en el periodo de diez años con temperaturas más altas. Entre las incidencias meteorológicas más importantes de este año destacan el tercer mínimo histórico de superficie de hielo en el Ártico, las peores inundaciones de la historia en Pakistán, el verano tórrido en Rusia o la tercera temporada de huracanes más intensa en el Atlántico, con 19 tormentas tropicales, además de las tierras anegadas en Australia.
España reduce sus emisiones
En España, la emisión de gases de efecto invernadero disminuyó en 2009 un 8,2% respecto al año anterior, aunque los compromisos adquiridos en el Protocolo de Montreal siguen lejos. El incremento respecto a las emisiones del año 1990 es de un 28,5%, cuando no deberíamos sobrepasar el 15%. Según las proyecciones realizadas por el ministerio de Medio Ambiente y la oficina de Cambio Climático, en 2010 se produjo una reducción "muy significativa", cercana al 6% o al 8%.
Detrás de estos descensos están el menor consumo de gasóleo y gasolina fruto de la reducción en la actividad industrial y un menor uso de carbón para producir electricidad. A fecha 31 de octubre, las emisiones del sector eléctrico habían bajado más de un 14% respecto a 2009, y las de transporte (a fecha de agosto) un 1,5% respecto al año anterior.
El dióxido de carbono es el gas que más efecto invernadero provoca después del vapor de agua en la atmósfera de la Tierra. Pese a que los seres vivos lo expulsan a través de la respiración, la diferencia entre un ciclo natural autorregulado y el crecimiento incontrolado de este gas radica en el origen antrópico por la quema de combustibles fósiles, la deforestación o los cambios en el uso del suelo. Las mediciones continuas realizadas desde 1958 han permitido especificar que el 55% del aumento de la concentración de CO2 responde a la quema de carbón, petróleo y gas natural.
La característica más importante del CO2 es que es responsable del 63% del forzamiento radiativo aumento neto de la cantidad de energía que retiene la Tierra y que provoca un calentamiento de la superficie que se ha producido durante la última década.
El segundo actor en el efecto invernadero es el metano. Su contribución al calentamiento global es menor que la del CO2, pero aún así es responsable en un 18% del forzamiento radiativo que se produce en la atmósfera. Desde principios de la década de los 80 y hasta el año 2006, la concentración de metano había disminuido progresivamente, pero desde 2007 ha vuelto a aumentar.
Existen dos causas para justificar este cambio de tendencia: las precipitaciones por encima de lo normal que se produjeron en 2007 en latitudes tropicales fruto del fenómeno de La Niña y las altas temperaturas que afectaron en el mismo año a las regiones más frías, cercanas a las latitudes polares. Allí, la descongelación del suelo helado facilita una liberación del metano generado por la descomposición de la materia orgánica y que queda atrapado en el hielo.
Emisiones humanas que no dejan de crecer
38% dióxido de carbono
Antes del inicio de la época industrial y durante los últimos 10.000 años, la concentración de CO2 en la atmósfera era de unas 200 partes por millón (ppm, 200 moléculas de CO2 por cada millón de moléculas de aire seco), pero a día de hoy ha subido hasta las 386,8 ppm, un 38% más. Son cifras fruto de la emisión, por ejemplo, de 8.700 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera en el año 2008. Es verdad que el incremento durante la última década se ha ralentizado, pero aún así, durante 2009 se incrementó en 1,6 ppm.
158% metano
La concentración de metano antes de la era industrial rondaba las 700 ppb. Desde entonces, se ha producido un incremento del 158%, acercándose en 2009 hasta las 1.803, cinco más que el año anterior. Los científicos calculan que un 60% corresponde a actividades humanas. La fuentes de estas emisiones antrópicas son los animales rumiantes, los cultivos de arroz, los combustibles fósiles y la quema de biomasa.
19% óxido de nitrógeno
Además de vapor de agua, dióxido de carbono y metano, otros gases también contribuyen al calentamiento global. El óxido de nitrógeno aporta algo más del 6% de forzamiento radiativo, con un crecimiento de un 19% respecto a la era preindustrial. Proviene del uso de fertilizantes, de la quema de biomasa y de varios procesos industriales, aunque también lo emiten los océanos y el suelo.
Fuente: http://www.publico.es/ciencias/356558/los-gases-de-efecto-invernadero-son-inmunes-a-la-crisis

Hipocresía estadounidense en Oriente Próximo

DICE EL PADRE ETERNO EN LA DIVINA CIENCIA CELESTE ALFA Y OMEGA.
 
974.- La nación llamada estados unidos de norteamérica, salida del extraño sistema de vida del oro, es la cabeza de la bestia; esta extraña nación, es la corruptora número uno del mundo; con su extraño libertinaje, ilusionó al mundo; esta extraña bestia, conocerá el fuego viviente del Hijo Solar Cristo; conocerá la ira terrible del divino Padre Jehova; manifestada en el enojo de los elementos vivientes de la naturaleza; este rebaño soberbio cayó en la misma ley de Sodoma y Gomorra; porque la riqueza los corrompió; esta nación será aislada por el resto del mundo; tal como ella aisló a otros; con la misma vara conque midió a otros, será medida también ella.-
 
Las cosas tienen que cambiar para que sigan siendo igual

La hipocresía del gobierno de EE.UU. se ha demostrado una vez más con toda su fuerza. El gobierno de EE.UU. invadió Iraq y Afganistán, arrasó gran parte de esos países, incluidas aldeas enteras y ciudades, y masacró innumerables cantidades de civiles para “llevar la democracia” a Iraq y Afganistán. Ahora, después de que los egipcios han estado días enteros en las calles exigiendo que “Mubarak se vaya”, el gobierno de EE.UU. se mantiene alineado con su gobernante títere egipcio, sugiriendo incluso que Mubarak, después de dirigir un Estado policial durante tres décadas, es la persona apropiada para implementar la democracia en Egipto.
El 30 de enero, la secretaria de Estado de EE.UU. Hillary Clinton, declaró que el EE.UU. de la “libertad y la democracia” no busca ni apoya el derrocamiento del dictador egipcio. El primer ministro israelí Netanyahu dijo a EE.UU. y Europa que hay que limitar las críticas contra Mubarak a fin “de preservar la estabilidad en la región”.
Cuando dice “estabilidad” Netanyahu quiere decir la ilimitada capacidad de Israel de seguir oprimiendo a los palestinos y robando su país. Mubarak ha sido durante tres décadas el bien remunerado agente de EE.UU. e Israel, aislando Gaza del resto del mundo e impidiendo que la ayuda fluya a través de la frontera egipcia. Mubarak y su familia se han convertido en multimillonarios gracias al contribuyente estadounidense, y el gobierno de EE.UU., republicanos y demócratas por igual, no quieren perder su considerable inversión en Mubarak.
El gobierno ha corrompido desde hace tiempo a gobiernos árabes pagando a gobernantes instalados por EE.UU. para que representen los intereses estadounidenses e israelíes en lugar de los intereses de los pueblos árabes. Los árabes aguantaron la opresión financiada por EE.UU. durante muchos años, pero ahora muestran señales de rebelión.
El asesino dictador de Túnez, instalado por EE.UU., fue derrocado por la gente que salió a las calles. La rebelión se ha extendido a Egipto y también hay protestas callejeras contra los gobernantes apoyados por EE.UU. en Yemen y en Jordania.
Estos levantamientos podrán tener éxito en el derrocamiento de gobernantes títeres, ¿pero será el resultado algo más que el cambio de un gobernante títere de EE.UU. por otro nuevo? Mubarak se podrá ir, pero quienquiera que ocupe su lugar probablemente portará el mismo arnés estadounidense.
Lo que hacen los dictadores es eliminar el liderazgo alternativo. Los dirigentes potenciales son asesinados, exiliados, o encarcelados. Además, todo lo que no sea una revolución genuina, como la iraní, deja en su lugar a una burocracia acostumbrada a que las cosas sigan como siempre. Además, Egipto y los militares de ese país se han acostumbrado al apoyo estadounidense y querrán que el dinero siga fluyendo. El flujo de ese dinero es lo que asegura la compra del gobierno de reemplazo.
Como el dólar de EE.UU. es la moneda de reserva del mundo, el gobierno estadounidense tiene el dominio financiero y la capacidad de aislar a otros países, como Irán, en el aspecto económico. Para liberarse del control de EE.UU. tendría que suceder una de dos cosas. La revolución tendría que extenderse por el mundo árabe y resultar en una unidad económica que fomente el desarrollo económico indígena, o el dólar de EE.UU. tiene que fracasar como moneda de reserva mundial.
La falta de unidad árabe ha sido desde hace tiempo el medio por el cual los países occidentales han dominado Medio Oriente. Sin esa desunión, Israel y EE.UU. no podrían abusar a los palestinos de la forma en que lo vienen haciendo desde hace décadas, y sin esa desunión EE.UU. no podría haber invadido Iraq. Es poco probable que los árabes se unan repentinamente.
El colapso del dólar es más probable. Por cierto, la política del gobierno de EE.UU. de maximizar los déficit presupuestario y comercial y la política de la Reserva Federal de monetizar el déficit presupuestario y los activos fraudulentos de los grandes bancos en papel, hacen que el dólar se dirija hacia su desaparición.
A medida que crece el suministro de dólares, su valor disminuye. Tal vez no esté lejano el día en el que los gobernantes dejen de vender a sus pueblos por dinero estadounidense.
Paul Craig Roberts fue editor del Wall Street Journal y secretario adjunto del Tesoro en el gobierno de Ronald Reagan. Su último libro, How the Economy Was Lost, fue publicado recientemente por CounterPunch/AK Press. Se puede contactar con él en: paulcraigroberts@yahoo.com
Fuente: http://www.counterpunch.org/roberts02012011.html

 

Sobre la "Transición" en Túnez y Egipto

Viendo lo que está pasando en Egipto uno tiene la sensación del déjà vu en Túnez. Mártires que se queman a lo bonzo; protestas por todo el país; intervención asesina de la policía sobre todo en las ciudades de provincias; extensión de las protestas a la capital; carteles de los dictadores arrancados; censura; mensajes tranquilizadores de los dictadores; dimisión de miembros del  gobierno; recrudecimiento de las manifestaciones; retirada de la policía; bandas de sospechosos saqueadores; jóvenes que defienden sus barrios de los saqueos; intervención del ejército; acogida calurosa de los manifestantes al ejército.
Túnez y Egipto corren parejos. A este proceso la Secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, lo llama “Transición”. Empleó por primera vez el término refiriéndose a Túnez en su comunicado de prensa del 14 de enero. Lo volvió a emplear en la rueda de prensa que mantuvo con la ministra de Exteriores española otra vez para referirse a Túnez. Anteayer reiteró el concepto al referirse a Egipto. También lo empleó Richard Holbrooke a propósito de Afganistán: “No tenemos una estrategia para la salida, sino una estrategia de transición”. Es evidente que algo ha cambiado en la actitud de los EE.UU hacia los países que asoman al Mediterráneo (también se advierten sacudidas en Albania) y en otros países árabes. Cuando la fuerza de los dictadores designados por el Imperio ya no garantiza el dominio del territorio, entonces los EE.UU recurren a "transiciones". Que nos lo digan a los españoles, o a los chilenos, o a los argentinos.
En el caso en cuestión hay un asunto demográfico que se ha escapado del control del Imperio, obsesionado por mantener el statu quo en la zona. Hasta lo de Túnez, la política estadounidense no veía mucho más allá de la garantía de las relaciones con Israel y el control de las negociaciones de paz. El 13 de enero, en el Fórum para el Futuro de Doha, hasta la Clinton reconocía el estallido social en el mundo árabe: “Por ejemplo, la mayoría creciente de la población de esta región está por debajo de los 30 años. De hecho está previsto que en un país, Yemen, la población se doble en 30 años”. Y se acordaba de Santa Bárbara limpiándose las manos: “Aquellos [líderes de la zona] que se aferren al statu quo acaso puedan dar respesta al impacto de los problemas de sus países durante un tiempo, pero no para siempre […]”. En la II Cumbre Económica Árabe, celebrada en Sharm el Sheij justo después de estallar la revuelta en Túnez, los jefes de Estado de las 22 naciones árabes prefirieron priorizar el impulso a un programa de dos mil millones de dólares para apoyar a las economías más débiles y evitar protestas callejeras contra el desempleo, el alza de precios y la corrupción. Esa generosidad póstuma no sólo no tranquilizó a nadie sino que dio buena muestra de cuánto temblaban los regímenes hasta entonces indiscutibles.
Da la sensación de que los EE.UU y Europa llegan tarde a esta cita con la historia y que este intento de domarla mediante un proceso gobernado desde arriba manu militari no es tan sencillo. Tony Blair expresa bien el objetivo último de este proceso (y la dificultad de alcanzarlo ahora): "Hay que gestionar el proceso de tal modo que tengan verdadera democracia, pero siempre que la relación entre israelíes y palestinos no se vea afectada, sino mejorada". El Imperio ha estado ciego por el peligro del islamismo, ha abrazado el conflicto de civilizaciones y ha perdido de vista la explosión demográfica. Según datos de este año, el 52% de los egipcios tiene menos de 25 años; y uno de cada cinco tiene edades comprendidas entre los 15 y los 24 (son 17 millones según UN Population Division). Un  dato más sobre la desesperación en que vive la juventud egipcia: en 2010 hubo 104.000 intentos de suicidio, el 67% de los cuales los protagonizaron jóvenes de edades comprendidas entre 19 y 25 años. Ante la falta de expectativas, a los jóvenes de las riberas sur y este del Mediterráneo les atrae con fuerza la inmigración, el sueño de Europa para salir de su pesadilla cotidiana. Para estos jóvenes, “quemar la frontera era un acto político, de ruptura contra las restricciones de la libertad de circulación impuestas por Europa [...]” (1). El que esa frontera sur se cerrara, el que se esté construyendo un muro en la frontera greco-turca es, en la misma medida, un acto político, sólo que sucede en sentido opuesto. Cuántos políticos europeos están cabalgando la idea de la invasión de inmigrantes para ganar consenso. El último ha sido David Cameron: "El boom de la inmigración hizo que nuestra economía naufragara". Europa, con gran cortedad de miras, sólo ha pensado en frenar la presión migratoria sellando fronteras, y ahora esos pueblos oprimidos han estallado. Un hecho de estos días deja claro hasta dónde llegan la cerrazón y la hipocresía europeas: el pasado 27 de enero dimitió Ahmad Masa'deh, Secretario de la Unión por el Mediterráneo, tras un año en el cargo, y lo hizo por falta de financiación para el proyecto: pidieron 14,5 millones de euros para funcionar, pero sólo les otorgaron 6,2 millones. Amén de la excusa de la financiación, este proyecto fracasa también porque, aunque su misión era promover inversiones, no ha conseguido nada y los países árabes están cansados de prospectivas. Las inversiones directas de compañías europeas en países de la orilla sur del Mediterráneo suman poco más del 2% de las inversiones europeas en el mundo (2). La Cumbre de Barcelona fue anulada dos veces. Por no financiar, la Unión Europea ya no financia ni las apariencias con los vecinos. Desde que Catherine Ashton, Alta Representante de la UE para Exteriores, asumió su cargo, la UE nunca habla antes que lo hagan los EE.UU o Israel. No es de extrañar que en la reunión de ministros de Asuntos Exteriores del lunes apareciera como por arte de magia el concepto de "Transición ordenada".
Si esta idea es la misma para la Clinton que para el Jerusalem Post, que apuesta por Solimán por ser “capaz de mantener el orden mientras se apuntan cambios graduales”, es probable que no tardemos en ver editoriales como aquel vergonzoso “Mubarak manda” de 1995 en que, después de 12 muertos durante unas elecciones, se elogiaba a "uno de los aliados más fieles de Occidente", que intentaba al menos “mostrar avances en la construcción de una democracia laica y pluralista bajo la autoritaria dirección de Hosni Mubarak”.
Mucho depende de cómo reaccione estos días el ejército egipcio. Más aún de cómo siga reaccionando el pueblo egipcio, que de momento sigue entusiasmado al ver tambalearse al dictador. Sin embargo, después de leer las últimas crónicas desde Túnez de Jacopo Granci (en italiano) o, mejor, las de Alma Allende, da la impresión de que estadounidenses, israelíes, europeos y los viejos secuaces de los regímenes quieren que el pueblo "transite ordenadamente" por la historia hasta alcanzar ese purgatorio democrático donde el mercado se ocupa -si le dejamos- de tareas que hacían antaño los dictadores. Pero no caigamos en el derrotismo. Mucho se ha ganado ya. No podrán borrar el aliento de libertad de estos días.