martes, 16 de agosto de 2011

La Confederación de estudiantes universitarios de Chile sigue en lucha


Al mismo tiempo en que vecinos de Chiguayante realizaban una marcha en respaldo a las demandas de gratuidad y no más endeudamiento en la educación, en el Auditorio de la Facultad de Educación de la Universidad de Concepción, se realizó una nueva reunión de la CONFECH, que agrupa los representantes de las Federaciones estudiantiles de las universidades tradicionales del país.

Pablo Miranda, vocero de la FEC, plantea que no depondrán su movilización para que la clase política, al interior del parlamento, negocie sus demandas, pues no quieren que suceda lo mismo que en años anteriores cuando en el parlamento se diluyeron todas las exigencias de movimientos sociales. También, explicitarán en un documento, en qué consisten concretamente las demandas de financiamientoo, democratización y acceso a la educación superior, para que no sean tergiversadas por ninguna institución.

Pablo reconoce que hasta el momento, han habido situaciones que representan errores al interior del movimiento, muchos de ellos cometidos por la dirigencia de Santiago, dependiente de los partidos políticos de oposición. Dirigentes de la Fech y de la Feuc, "han lanzado propuestas antes de que se hayan discutido al interior de las universidades... Por ejemplo propusieron un plebiscito para sanjar el conflicto estudiantil antes de que haya sido discutido y lo presentaron como si hubiese sido una desición de la CONFECH".

La crítica a la intervención de los partidos políticos en el movimiento estudiantil, a través de algunos dirigentes, estuvo presente en gran parte de la reunión. Muestra de ello fue el hecho denunciado por Pablo Miranda, de que se ha bajado el énfasis a demandas iniciales del movimiento, tales como la renacionalización de los recursos naturales, como el agua, el cobre, etc.

Resumen conversó con representantes de diversas universidades, quienes plantearon su visón al respecto. 

Camilo Ballesteros de la Universidad de Santiago de Chile (USACH), militante de las JJ.CC. A la pregunta por la veracidad de las acusaciones hacia los partidos políticos que han intervenido en la "bajada" de demandas iniciales del movimiento, responde que "es falso, porque el movimiento lleva tres meses... y algunas cosas han ido tomando mayor prioridad y otras menos". 

Agregó que un "plebiscito permite a la gente opinar sobre qué educación quieren". A la pregunta por cuál es el rol de la clase política en todo ésto, Camilo responde que "el rol de la clase política es representar al pueblo... bajo esa perspectiva yo espero que la clase política canalice las ideas de los chilenos..."

Giorgio Jackson, de la Universidad Católica (UC), quien hace unos días había puesto su cargo a disposición, según él para dar más atribuciones a la Mesa Ejecutiva y que no siguieran funcionando, en teoría, como vocerías. Hoy dice que su intención es mantenerse en el CONFECH, ante lo cual un vasto sector estudiantil responde que "esto no es un juego, hay que ponerse serios y ser bien hombre o bien mujer para asumir responsabilidades". 

Jackson plantea que "ahora estamos viendo cómo podemos darnos ciertas garantías ante las negociaciones con el poder ejecutivo y con el legislativo... tenemos que aprovecharnos de institucionalidad vigente, teniendo garantías de que legislen en representación del movimiento". 

Ante la pregunta por cuales serían esas garantías, Jackson responde que "lamentablemente no nos pueden dar muchas garantías porque ninguno tiene mayoría en el parlamento, por lo tanto las distintas bancadas que quieran apoyar deben presionar para dar paso a las leyes que necesitamos para reformular el sistema educativo". Eric Coñoman de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), planteó que "en este momento se han estrechado lazos con sectores sociales como los trabajadores, los pobladores, los secundarios, dándole más consistencia al movimiento... La clase política intenta que dejemos de lado demandas sumamente importantes, como la renacionalización de los recursos, la democracia al interior de las universidades... Pero, aquí hay algo muy importante; que es la proyección que tiene el movimiento, donde se ha puesto de manifiesto la necesidad de un cambio político y económico, que termine con el que unos pocos nos controlen a todos".

Gastón Urrutia de la Universidad del Bío Bío (UBB), afirma que "En estos momentos el Gobierno actúa con intransigencia y los estudiantes manifiestan el rechazo a esta sodera con manifestaciones que perdurarán hasta que no nos entreguen respuestas coherentes a lo que se ha planteado... Por otra parte los partidos políticos intentan imponer sus lógicas partidistas al movimiento, pero nosotros lo vamos a rechazar"

En medio de toda la tradicional discusión, surgida por la intervención de los partidos políticos y sus mecanismos para asegurar que cambiando algunas cosas, en realidad no cambie nada, está presente una nueva organización; La Federación Mapuche de Estudiantes (FEMAE).
Resumen conversó con José Ancalao, el Werkén de la Federación. Explica que su organización responde a la revitalización que tenido la lucha mapuche por el territorio y la independencia. El hecho de que gran parte de los mapuche, hoy se encuentran en ciudades y algunos de ellos están estudiando, hace necesario levantar esta organización que plantee sus propias demandas.

José plantea que es necesario haya un recnocimiento de parte del Estado sobre el daño histórico que le ha hecho al pueblo Mapuche, en que lo ha desplazado y despojado para entregar el territorio a grandes latifundistas. Junto con esto, es necesaria una política estatal de reparación histórica, al que todos los jóvenes puedan acceder y ya no tenga el rótulo de "beneficio" o "programa" transitorio.

La educación intercultural, controlada por los mapuche es una necesidad, puesto que hasta ahora, la "interculturalidad" ha sido un instrumento del Estado chileno para tener una apariencia de diversidad y respeto, pero en realidad esconde la opresión a la que son sometidos. Muestra de ello es la creación de una Universidad Pública en contexto mapuche.

Las demandas de educación intercultural, tiene más de 100 años y son parte de un proceso que se orienta hacia el proyecto de liberación mapuche. Por eso es que cuentan con el apoyo múltiples organizaciones mapuche, que hoy están en lucha y son reprimidas brutalmente por el Estado chileno, afirma José. Agrega que "nosotros no nos sentamos a conversar con los ministros ni con el presidente, como si fueran nuestras autoridades... no las reconocemos, sólo son nuestra contraparte".
La CONFECH terminó realizando un llamado a Paro para este jueves 18 de agosto y para continuar la lucha, manteniendo las demandas y cuidando que la organización exprese clara y eficazmente la postura del movimiento nacional.

Los acreedores han hurtado la soberanía a los parlamentos

El episodio del pasado miércoles, cuando un rumor sobre la rebaja de rating a Francia provocó el aumento de su prima de riesgo y la caída de las bolsas europeas, expresa el papel cardinal que han adquirido los mercados de deuda en la guerra abierta entre acreedores y deudores. Una guerra que, por la vía de los planes de ajuste aplicados en beneficio de los primeros, está mutando en un conflicto de clases con expresiones cada vez más violentas de enfrentamiento, como pone de relieve lo ocurrido en Inglaterra. Los mercados de deuda se han convertido en el espacio de socialización de las deudas privadas (especialmente, las del sector financiero), de los costes del rescate de unas instituciones que gozan del poder suficiente como para hacer recaer el coste de sus excesos sobre los ciudadanos y, al mismo tiempo, seguir ganando dinero con ello.


Desde que se aceptó el chantaje de que algunas entidades eran demasiado grandes para quebrar y que la caída de una de las del resto podría provocar una crisis sistémica, los mercados de deuda pasaron a estar en el ojo del huracán y los dictámenes de las agencias calificadoras no sólo valoran la solvencia de los estados para afrontar su deuda sino también su capacidad para asumir el coste de posibles rescates privados futuros. Por esa vía, los mercados de deuda soberana constituyen el ámbito desde el que los acreedores internacionales y nacionales, en connivencia con las agencias, han hurtado la soberanía a los parlamentos, forzándoles a aplicar planes de ajuste orientados a la devaluación interna y a garantizarles sus ingresos mediante recortes del gasto público. El único gasto que no se cuestiona es el destinado al pago del principal y los intereses de la deuda.

Un magnífico ejemplo es la reacción que tuvo Sarkozy ante el rumor de la rebaja de rating a Francia: reunir a parte de su gabinete para instarles a profundizar y acelerar el ajuste del déficit público.

Al mismo tiempo, ese episodio también muestra la esquizofrenia en la que se desenvuelve este capitalismo de casino cuando, ante el anuncio del avance en el ajuste, las bolsas europeas entraron en caída libre. El ajuste que hoy exigen los tenedores de deuda soberana para preservar sus flujos de renta no es sino el fundamento de la recesión y su repercusión sobre los beneficios que temen los tenedores de renta, con el agravante de que, en la mayor parte de casos y dada su presencia en ambos mercados, son los mismos agentes los que reclaman el ajuste y la expansión. Como diría, Astérix, otro galo insigne: ¡estos mercados están locos!

"Se vienen años de incertidumbre y caos mundial"

El destacado académico de las ciencias sociales, Immanuel Wallerstein, es uno de los más connotados exponentes del pensamiento crítico contemporáneo, y durante su reciente visita a Ecuador ALAI conversó con él sobre la actual crisis de deuda que golpea duramente a Estados Unidos y sus consecuencias para los países emergentes y América Latina.

El investigador principal de la Universidad de Yale considera que el dólar ha entrado en un proceso grave e irreversible de pérdida de valor como moneda de reserva mundial, subrayando que era “el último poder serio que mantenía Estados Unidos”.

Wallerstein piensa que las diferentes medidas de emergencia que se están implementando en su país simplemente están retrasando la bancarrota mundial. “Los daños son hechos concretos, la situación de los Estados Unidos es grave y no es recuperable”, recalca.

Estima que el desenlace ocurrirá dentro de dos o tres años, con resultados caóticos para el sistema mundial porque “no habrá una moneda de reserva internacional” y tampoco existen condiciones para que otra moneda pueda ocupar ese rol. Entonces con el fin del dólar como reserva mundial “van a existir cinco, seis o siete monedas importantes, una situación caótica porque habrá fluctuaciones enormes continuas”.

“Ni los gobiernos ni las firmas transnacionales, ni los mega-bancos, ni los individuos sabrán qué hacer. Una incertidumbre enorme paralizará el mundo, especialmente a los inversionistas”, advierte el académico estadounidense.

Mientras esto ocurre en un nivel macro de la economía estadounidense, paralelamente también en un plano más local se vienen produciendo serios problemas económicos. “Comunidades urbanas pequeñas están entrando a la bancarrota y por ejemplo no pueden pagar las jubilaciones”, indica el científico social.

El investigador considera que en su país la clase media es la más afectada porque de un día a otro las familias pierden posición y los trabajadores que perdieron su empleo no pueden hallar otro puesto, especialmente las personas entre 40 y 60 años, llegando incluso a perder sus casas. Es una situación que actualmente no tiene solución y no se observa posibilidad de encontrar una válvula de escape.

Además, Wallerstein señala que “la situación en Estados Unidos va a empeorar porque se va a eliminar la posibilidad que el gobierno sostenga gastos necesarios en este momento, creándose una situación peor que la actual. La fantasía del Tea Party está llevando a Estados Unidos y por consecuencia a todo el mundo en dirección de un crac”.

Teniendo en cuenta estas consideraciones el pronóstico del teórico estadounidense para los próximos años es bastante pesimista. “Yo veo guerras civiles en múltiples países del norte, sobre todo en Estados Unidos donde la situación es mucho peor que en Europa occidental, aunque allá también hay posibilidades de guerra porque hay un límite hasta el cual la gente ordinaria acepta la degradación de sus posibilidades”.

China y países emergentes


Ante la crisis de Estados Unidos y Europa los países emergentes por el momento parecen vivir bien, sin embargo, desde el punto de vista de Wallerstein, esconden una falsa realidad porque todos estamos en una misma canasta.

Teniendo en cuenta que China es el principal tenedor de bonos estadounidenses, ese país afronta una disyuntiva muy delicada. Wallerstein considera que si por un lado “deja de comprar bonos de Estados Unidos va a perder la oportunidad de colocar productos chinos en ese mercado, un problema muy serio para la China. Al mismo tiempo, cuando el dólar pierda su posición relativa a las otras monedas sus bonos no van a valer mucho”.

Entonces, China se está arriesgando a perder enormemente tanto si se retira o si continúa en el mercado de bonos estadounidenses. Frente a esta situación considera que “lo más probable es que la China se vaya retirando poco a poco”. Justamente el problema está en determinar cuándo es el momento perfecto para detener las inversiones, lo cual es imposible de señalar porque si lo supiéramos seríamos todos ricos, agrega el investigador.

Además de este serio problema que afronta China, explica que el país asiático atraviesa por una situación muy frágil desde el punto de vista de su economía interna, “porque los bancos chinos están en la misma situación que los bancos estadounidenses hace dos o tres años”. Asimismo, la inflación limita posibilidades a China y a otros países emergentes como, por ejemplo, a Brasil.

En este contexto considera que los países emergentes, y en el caso de Suramérica la Unasur, deberán hallar los mecanismos de un “proteccionismo a corto plazo a fin de minimizar los daños que serán para todo el mundo. No habrá países que escaparán de los daños pero serán más grandes para unos que para otros”.

Preguntado sobre la construcción de una nueva arquitectura financiera regional, con iniciativas como el Banco del Sur o de una moneda regional como el Sucre, el académico valoró positivamente esas posibilidades para los pueblos de América del Sur. “La creación eventual de una moneda verdadera común será un elemento de fuerza económica en esta situación”. En ese sentido citó como ejemplo que a pesar de las dificultades en Europa con el euro, la decisión de salvaguardar la moneda común “va a permitirles una posición política importante”.

Finalmente, como un mensaje para América Latina invitó a continuar con la reflexión sobre la necesidad de garantizar alimentos suficientes para su pueblo, agua para su pueblo, energía para su pueblo, como cuestiones mínimas y esenciales que deben hacer todos los gobiernos del Sur.