martes, 22 de marzo de 2011

Kuczynski miente porque sí pretende privatizar Sedapal

PPK quiere hacer creer que no tocará Sedapal; pero en el 2002, siendo ministro de Toledo, dirigió una feroz campaña por la privatización de la empresa, a la que debilitó persistentemente bloqueando sus planes de inversión.

El candidato presidencial de Alianza por el Gran Cambio, Pedro Pablo Kuczynski, miente cuando dice que no tiene intención de privatizar el Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (Sedapal) aduciendo que él plantea entregar acciones de esta empresa a sus propios clientes (los usuarios), señalaron el candidato al Congreso Javier Diez Canseco y el secretario general de la Federación Nacional de Trabajadores de Agua Potable del Perú (FENTAP), Luis Isarra Delgado.

Diez Canseco dijo a LA PRIMERA que Kuczynski miente al negar su intención de privatizar Sedapal y, por el contrario, pretende, dijo, confundir a la opinión pública, con su propuesta de transferir las acciones de dicha empresa a sus usuarios, lo que constituye una forma de privatización disfrazada.

Kuczynski pretende privatizar Sedapal por un proceso que tiene dos pasos: el primero es transferir las acciones a los usuarios. Y el segundo consiste en que, una vez que las acciones estén en poder de ellos y queden en calidad de libre transacción o comercialización en la Bolsa de Valores, las adquieran grandes compañías transnacionales de agua potable como, por ejemplo, Suez-Lyonnaise des Eaux de Francia o Aguas de Barcelona, expresó.

Advirtió que entregar las acciones de Sedapal a los usuarios será un “engaña muchachos”, ya que estos últimos no podrán quedarse con la empresa, debido a que no tendrán la posibilidad de manejarla y difícilmente recibirán utilidades por esas acciones.

“¿Y qué harán los usuarios? Pues, venderlas y deshacerse de ellas. Esa es la maniobra. El interés de Kuczynski no es darle agua a los que no la tienen, sino transferir Sedapal del manejo público al privado, a través de esta operación”, alertó Diez Canseco.

Siempre tuvo la intención
A su vez, Luis Isarra Delgado recordó que, como ministro de Economía del gobierno de Toledo, PPK saboteó la ejecución del Proyecto Marca II, con el que Sedapal hubiese, dijo, incrementado sustancialmente la captación de aguas de la vertiente oriental de los Andes, aumentando las reservas de Lima para atender el crecimiento de la demanda a mediano plazo y conjurar emergencias de sequía.

Isarra explicó que Kuczynski encarpetó además, como ministro de Economía y Finanzas, los documentos del préstamo del Japón para la realización del Proyecto Marca II, y se negó a aprobar el endeudamiento correspondiente, bajo el argumento de un supuesto “riesgo” de hacerlo en yenes, por la constante revaluación de la moneda japonesa.

Refirió que PPK frustró el proyecto Marca II porque sabía que la obra iba a contribuir al desarrollo de Sedapal, al aumentar la oferta de agua administrada por la empresa pública.

Y agregó que la conspiración de Kuczynski contra Sedapal no quedó allí. Siempre como miembro del gobierno de Toledo, maniobró en combinación con la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass), para desfinanciar a Sedapal, todos los años, bloqueando su plan de inversión y los ajustes tarifarios progresivos para mejorar sus ingresos.

“PPK y la Sunass la paralizaron hasta donde pudieron, a fin de propiciar que sus enemigos la tachasen de ineficiente y fallida para dar agua a la población periférica. Y ante los problemas de la escasez del líquido elemento por una sucesión de sequías, la atacaron para culpar al esquema de gestión estatal de todos los problemas, y regalar argumentos a los partidarios de su privatización”, remarcó Isarra.

PPK ataca a LA PRIMERA
El candidato presidencial Pedro Pablo Kuczynski sostuvo en Chiclayo que nuestro diario no es objetivo al comentar las declaraciones del dirigente del Sindicato Único de Trabajadores del Agua de Sedapal (Sutesal), Rodrigo Solórzano, quien denunció en declaraciones a LA PRIMERA que PPK pretende la privatización de Sedapal bajo el pretexto de que es ineficiente y corrupta, y advirtió que esa medida significaría la elevación de las tarifas del servicio en un 260%.

Kuczynski, quien hasta ahora no demuestra que tiene intención de cumplir su promesa de renunciar a su ciudadanía estadounidense, adujo que plantea entregar las acciones de Sedapal a sus propios clientes (los usuarios), con lo cual la propiedad de la empresa dejaría de ser estatal para tener la modalidad de accionariado difundido, es decir privada.

Al respecto, el secretario general de la Federación Nacional de Trabajadores de Agua Potable del Perú (Fentap), Luis Isarra Delgado, manifestó que la filosofía privatizadora de Kuczynski plantea que el Estado no tiene supuestamente recursos económicos suficientes para impulsar el desarrollo de la empresa pública de agua potable; mientras que –en contrapartida- hay entidades financieras internacionales que están dispuestas a proporcionarlos, pero previa privatización o entrega en concesión al capital privado.

Isarra calificó igualmente de “falacia” y “mentira más burda” la argumentación de Kuczynski sobre la supuesta ineficacia de las empresas públicas del servicio de agua potable.

Dijo, sin duda alguna, que la campaña de desprestigio contra las compañías estatales del postulante de la Alianza por el Gran Cambio está basada netamente en intereses económicos.

Isarra sostuvo que para Kuczynski el recurso acuífero es una mera mercancía, toda vez que, en su perspectiva mercantilista, es un sector que no rinde utilidades.

Kuczynski miente porque sí pretende privatizar Sedapal

PPK quiere hacer creer que no tocará Sedapal; pero en el 2002, siendo ministro de Toledo, dirigió una feroz campaña por la privatización de la empresa, a la que debilitó persistentemente bloqueando sus planes de inversión.

El candidato presidencial de Alianza por el Gran Cambio, Pedro Pablo Kuczynski, miente cuando dice que no tiene intención de privatizar el Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (Sedapal) aduciendo que él plantea entregar acciones de esta empresa a sus propios clientes (los usuarios), señalaron el candidato al Congreso Javier Diez Canseco y el secretario general de la Federación Nacional de Trabajadores de Agua Potable del Perú (FENTAP), Luis Isarra Delgado.

Diez Canseco dijo a LA PRIMERA que Kuczynski miente al negar su intención de privatizar Sedapal y, por el contrario, pretende, dijo, confundir a la opinión pública, con su propuesta de transferir las acciones de dicha empresa a sus usuarios, lo que constituye una forma de privatización disfrazada.

Kuczynski pretende privatizar Sedapal por un proceso que tiene dos pasos: el primero es transferir las acciones a los usuarios. Y el segundo consiste en que, una vez que las acciones estén en poder de ellos y queden en calidad de libre transacción o comercialización en la Bolsa de Valores, las adquieran grandes compañías transnacionales de agua potable como, por ejemplo, Suez-Lyonnaise des Eaux de Francia o Aguas de Barcelona, expresó.

Advirtió que entregar las acciones de Sedapal a los usuarios será un “engaña muchachos”, ya que estos últimos no podrán quedarse con la empresa, debido a que no tendrán la posibilidad de manejarla y difícilmente recibirán utilidades por esas acciones.

“¿Y qué harán los usuarios? Pues, venderlas y deshacerse de ellas. Esa es la maniobra. El interés de Kuczynski no es darle agua a los que no la tienen, sino transferir Sedapal del manejo público al privado, a través de esta operación”, alertó Diez Canseco.

Siempre tuvo la intención
A su vez, Luis Isarra Delgado recordó que, como ministro de Economía del gobierno de Toledo, PPK saboteó la ejecución del Proyecto Marca II, con el que Sedapal hubiese, dijo, incrementado sustancialmente la captación de aguas de la vertiente oriental de los Andes, aumentando las reservas de Lima para atender el crecimiento de la demanda a mediano plazo y conjurar emergencias de sequía.

Isarra explicó que Kuczynski encarpetó además, como ministro de Economía y Finanzas, los documentos del préstamo del Japón para la realización del Proyecto Marca II, y se negó a aprobar el endeudamiento correspondiente, bajo el argumento de un supuesto “riesgo” de hacerlo en yenes, por la constante revaluación de la moneda japonesa.

Refirió que PPK frustró el proyecto Marca II porque sabía que la obra iba a contribuir al desarrollo de Sedapal, al aumentar la oferta de agua administrada por la empresa pública.

Y agregó que la conspiración de Kuczynski contra Sedapal no quedó allí. Siempre como miembro del gobierno de Toledo, maniobró en combinación con la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass), para desfinanciar a Sedapal, todos los años, bloqueando su plan de inversión y los ajustes tarifarios progresivos para mejorar sus ingresos.

“PPK y la Sunass la paralizaron hasta donde pudieron, a fin de propiciar que sus enemigos la tachasen de ineficiente y fallida para dar agua a la población periférica. Y ante los problemas de la escasez del líquido elemento por una sucesión de sequías, la atacaron para culpar al esquema de gestión estatal de todos los problemas, y regalar argumentos a los partidarios de su privatización”, remarcó Isarra.

PPK ataca a LA PRIMERA
El candidato presidencial Pedro Pablo Kuczynski sostuvo en Chiclayo que nuestro diario no es objetivo al comentar las declaraciones del dirigente del Sindicato Único de Trabajadores del Agua de Sedapal (Sutesal), Rodrigo Solórzano, quien denunció en declaraciones a LA PRIMERA que PPK pretende la privatización de Sedapal bajo el pretexto de que es ineficiente y corrupta, y advirtió que esa medida significaría la elevación de las tarifas del servicio en un 260%.

Kuczynski, quien hasta ahora no demuestra que tiene intención de cumplir su promesa de renunciar a su ciudadanía estadounidense, adujo que plantea entregar las acciones de Sedapal a sus propios clientes (los usuarios), con lo cual la propiedad de la empresa dejaría de ser estatal para tener la modalidad de accionariado difundido, es decir privada.

Al respecto, el secretario general de la Federación Nacional de Trabajadores de Agua Potable del Perú (Fentap), Luis Isarra Delgado, manifestó que la filosofía privatizadora de Kuczynski plantea que el Estado no tiene supuestamente recursos económicos suficientes para impulsar el desarrollo de la empresa pública de agua potable; mientras que –en contrapartida- hay entidades financieras internacionales que están dispuestas a proporcionarlos, pero previa privatización o entrega en concesión al capital privado.

Isarra calificó igualmente de “falacia” y “mentira más burda” la argumentación de Kuczynski sobre la supuesta ineficacia de las empresas públicas del servicio de agua potable.

Dijo, sin duda alguna, que la campaña de desprestigio contra las compañías estatales del postulante de la Alianza por el Gran Cambio está basada netamente en intereses económicos.

Isarra sostuvo que para Kuczynski el recurso acuífero es una mera mercancía, toda vez que, en su perspectiva mercantilista, es un sector que no rinde utilidades.

El día que PPK traicionó al Perú

Logró extraer 17 millones de dólares para la International Petroleum Company contra los intereses del país durante el gobierno de Velasco y luego huyó del país por la frontera con el Ecuador.

El 9 de octubre de 1968 el Ejército tomó las instalaciones de la Brea y Pariñas en manos de la International Petroleum Company (IPC), empresa de propiedad del magnate Nelson Rockefeller, que había explotado los yacimientos de forma fraudulenta, evadiendo millones de soles al fisco.

Ese día el gobierno del general Juan Velasco Alvarado nacionalizó la IPC, terminando con una ominosa historia plagada de episodios como la pérdida de la página 11, denunciada por el presidente de la Empresa Petrolera Fiscal, Carlos Loret de Mola, quien acusó al gobierno de Fernando Belaunde de coludirse con la empresa norteamericana para firmar un nuevo contrato lesivo, que bajo el pretexto de la “nacionalización”, establecía el pago de precios irrisorios por el petróleo peruano. Un caso similar al que ocurre hoy con el gas.

Pero el nuevo contrato no decía nada de la refinería de Talara ni del complejo industrial, que quedaban en manos de la empresa de Rockefeller. Tampoco decía nada de los impuestos que adeudaba la empresa desde el año 1924. Todo ello había precipitado el golpe del 3 de octubre de 1968.

A escasos seis días del desalojo de Belaunde del poder, el general Velasco Alvarado anunció la toma de Talara, con lo que provocó la reacción inmediata de funcionarios vinculados a la transnacional. Entre ellos se contaban Carlos Rodríguez Pastor, gerente general del Banco Central de Reserva, y Pedro Pablo Kuczynski, uno de los gerentes de la entidad bancaria.

PPK había sido colocado en el BCR gracias al padrinazgo de instituciones extranjeras como el Fondo Monetario Internacional y el Banco mundial, controlados por Estados Unidos, los que presionaron al gobierno de Belaunde para obtener su nombramiento como gerente del instituto emisor. Para entonces, la IPC digitaba los fondos del Estado, mientras el fantasma de la inflación se cernía sobre los bolsillos de los peruanos.

Tras la nacionalización, venía la disputa por la devolución de los impuestos que la empresa se había negado a pagar por la explotación de 1,263 pozos petroleros desde el año 1924, cuando los campos de Talara fueron entregados por Augusto B. Leguía, tras haber asumido la IPC los derechos de concesión de la London Pacific Petroleum.

Desde su instalación, la IPC se negó a pagar el canon de la producción y otros impuestos establecidos por la Ley 4452, del 2 de enero de 1922, aduciendo que el denominado Laudo Arbitral de París, de 1922, la exoneraba de esos pagos. Velasco valorizó el adeudo de esos tributos en 700 millones de dólares de la época.

Pero en medio de la turbulencia generada por el proceso revolucionario y gracias a sus testaferros, la IPC logró que el BCR le devuelva impuestos cobrados supuestamente en forma indebida, por 17 millones de dólares de la época, que hoy ascenderían a unos 105 millones de dólares, suma que fue derivada a su filial de Nueva York, gracias a la intervención directa de Rodríguez Pastor y el famoso PPK, quienes autorizaron la transferencia.

Tras conocerse los hechos, Kuczynski, Rodríguez Pastor y otros cómplices fueron denunciados por sus actos en favor de la IPC y en contra de los intereses del Perú. Para evadir a la justicia, PPK huyó del país a través de la frontera con Ecuador, escondido en la maletera de un auto adecuadamente acondicionado para el efecto.

El informe de la Comisión Carbonell (presidida por el almirante Alfonso Carbonell) estableció la responsabilidad penal de ambos funcionarios. El pago le costó el puesto al ministro de Economía, el general EP Juan Valdivia.

Ya en los Estados Unidos, Kuczynski fue premiado con un puesto como jefe de Planificación y Política en el Banco mundial. Pero su decisión sirvió para que los enemigos del gobierno acusaran al general Velasco de haberle pagado a la transnacional, iniciando una serie de campañas con el objeto de derrocarlo.

Entretanto, PPK fungía de presidente del First Boston International y de director del First Boston Corporation. Y su suegro, William Casey, el jefe de la CIA, armaba una serie de complots contra el gobierno de Velasco, acciones que concluirían con el golpe de Francisco Morales Bermúdez, en 1975, tras una serie de atentados contra los personajes más destacados del régimen velasquista.

En Estados Unidos, PPK adoptó años más tarde la ciudadanía norteamericana, renunciando de ese modo a su nacionalidad peruana para ser director de un banco de ese país. No le importó que la Constitución de 1979, vigente entonces, estableciera claramente que la obtención de la doble nacionalidad, con excepción de la de España, concluía con la pérdida de la peruana. PPK ya se sentía un norteamericano.