Cláusulas suelo, estafas a la ciudadanía y negocios bancarios
Las cláusulas suelo son los límites mínimos aplicados por algunas entidades financieras españolas (sin exclusiones, en este caso, por regiones, naciones o nacionalidades) para el cálculo de los intereses hipotecarios. Se evita así que puedan reducirse más cuando la suma del euríbor más el complemento bancario “negociado” en el momento de la petición y adjudicación de la hipoteca suman una cantidad menor que el límite fijado (y que apenas ha sido explicado, cuando ha sido el caso, al suscritor del crédito). No hace falta apuntar quienes han salido y salen ganando con esta singular “operativa financiera” que acaso haya sido premiada en algún Máster o incluso con algún doctorado en las Facultades de Economía y Empresa -antiguas Facultades de Económicas- de Universidades como la Pompeu Fabra, la de Andreu Mas-Colell, o de escuelas de negocios como ESADE, la “gran” institución barcelonesa donde estudiaron y ejercieron su inconmensurable magisterio creativo-financiero los señores Urdangarin y Torres. Tras varias sentencias judiciales esas cláusulas abusivas (un ejemplo de libro de lo que ahora llaman “iniciativas emprendedoras”, “imaginación financiera” o términos afines dependiendo del día y la circunstancia, impura demagogia e ideología neoliberal tardía) no son válidas si su inclusión en el contrato del préstamo no fue completamente transparente. Nunca lo son en general. Los bancos, como Mr. B. Obama y el Pentágono, no están precisamente para ser transparentes.