martes, 13 de diciembre de 2011


Brasil se divorcia del Amazonas

¿Qué ha pasado en Brasil? No es una sorpresa la nueva legislación que legitima la deforestación en el Amazonas. Se trata de la constatación de quién manda en el país: los gigantes agropecuarios. El modelo se consolida.
La reciente decisión del Senado brasileño de votar masivamente a favor de un nuevo Código Forestal que abre la puerta a la amnistía de los delitos contra la vegetación cometidos antes de julio de 2008 es una pésima noticia para el Amazonas y para los defensores de la naturaleza. Pero más allá de las consideraciones medioambientales, también es una pésima noticia para los que creían que en Brasil los políticos habían comenzado a modificar su desvirtuada visión del servicio público.

Con la aprobación de este código, primero en el Congreso el pasado mayo y ahora en el Senado, ha quedado claro quien manda en la primera potencia latinoamericana. El todopoderoso sector agropecuario, responsable de una larga lista de males que afligen al Amazonas, encabezados por la brutal deforestación y la existencia nada residual de mano de obra esclava, ha demostrado su capacidad de convertirse en la formación política más poderosa del país.


En realidad, el agronegocio brasileño no tiene color político ni responde a ninguna sigla concreta, pero está presente en todos los partidos (salvo en los verdes) y logra controlar ambas cámaras parlamentarias y amplios sectores del Ejecutivo. Basta observar el resultado de las votaciones: en mayo el Congreso respaldó una primera versión del nuevo código por 410 votos a favor y 63 en contra. El Senado, tras muchas discusiones y retoques del texto que en modo alguno modifican su quintaesencia (es decir, mano blanda con los que han deforestado ilegalmente y mayor flexibilidad legal frente a las futuras talas), bendijo el texto con 59 señorías a favor y 7 en contra.


Lo que se ha aprobado, en el fondo, no es un nuevo marco legal para los bosques y selvas, sino el modelo de desarrollo que Brasil lleva abrazando desde hace algunos años. No es casualidad que Marina Silva, que encarna lo más decente y creíble que hoy se puede encontrar en la política brasileña, renunciara a su cargo de ministra de Medioambiente por sus desavenencias con la cúpula del Ejecutivo de Lula da Silva. En el Gobierno de Brasilia prevalece la opinión de que la prioridad del país consiste hoy en alcanzar su pleno potencial económico, a toda costa. Para ello es necesario, según afirman los sectores ruralistas, disponer de nuevas áreas que alberguen más cultivos y cabezas de ganado. También es necesario aumentar la capacidad energética mediante la construcción de nuevas hidroeléctricas, como la de Belo Monte, que mantiene en pie de guerra a ONGs y sectores medioambietales del Estado de Pará.


Queda por saber qué hará la presidenta Dilma Rousseff, que deberá optar entre vetar o darle su bendición al código para que entre en vigor. Rousseff ya se pronunció en contra de una reforma que implique mayores niveles de deforestación, aunque tras la luz verde del Senado ha guardado un silencio sintomático de las dificultades que encontrará para oponerse a este código altamente predatorio. O mejor dicho, a un modelo de desarrollo que ha colocado la preservación de la naturaleza en un segundo plano y que ya navega viento en popa.
Fuente: http://otramerica.com/radar/brasil-se-divorcia-del-amazonas/1012


La verdadera definición de terrorismo

El FBI anunció ayer que ha obtenido un acta de procesamiento contra Faruq Khalil Muhammad ‘Isa, un ciudadano iraquí de 38 años, que está actualmente en Canadá, cuya extradición solicita EE.UU. El titular en el Comunicado de Prensa del FBI suministra la historia básica: “Presunto terrorista acusado en Nueva York del asesinato de cinco soldados estadounidenses”. La demanda criminal previamente presentada con autenticación suministra los detalles:” ‘Isa está acusado de “suministrar apoyo material a una conspiración terrorista” porque supuestamente apoyó un ataque en 2008 contra una base militar estadounidense en Mosul que mató a cinco soldados estadounidenses. En otras palabras, si EE.UU. invade y ocupa tu país, y respondes defendiéndolo contra el ejército invasor –la máxima definición de un “objetivo militar, no civil”– eres un… terrorista.

La demanda, en su primer párrafo, resume la acusación de terrorismo contra ‘Isa:
“Sharif Sayfildin, junto con otros, mientras estaba fuera de EE.UU., conspiró a sabiendas e intencionalmente para matar, adrede, deliberadamente, maliciosamente y con premeditación y alevosía, a uno o más nacionales de EE.UU. a saber: personal militar de EE.UU., mientras esos nacionales de EE.UU. se encontraban fuera de EE.UU.

Al decir “fuera de EE.UU.,” el gobierno quiere decir: dentro de Iraq, el país de ‘Isa. La mayor parte de la queja detalla conversaciones que ‘Isa sostuvo supuestamente por Internet, mientras estaba en Canadá, con varios tunecinos que querían iniciar ataques suicidas contra soldados estadounidenses en Iraq; no se afirma que haya organizado el ataque en Mosul sino solo que otorgó aliento político y religioso (la red de la que supuestamente formaba parte también realizó un ataque suicida contra una comisaría de la policía iraquí, aunque la supuesta participación de ‘Isa se limita al ataque a la base militar de EE.UU. en la que murieron los cinco soldados junto con varios iraquíes, y la acusación de terrorismo se basa solo en las muertes de los soldados estadounidenses).

En un esfuerzo por presentarlo como un demencial terrorista fanático, la demanda incluye la siguiente descripción de las conversaciones que tuvo mientras lo vigilaron:

38. La vigilancia electrónica ha revelado numerosos casos en el período entre abril de 2009 y la actualidad en los cuales el acusado expresó cólera ante la invasión estadounidense de Iraq y el deseo de vengarse de EE.UU. Por ejemplo:

a. En una conversación telefónica con su madre el 19 de octubre de 2009, el acusado declaró: “Si un enemigo penetra tu país, madre, nadie debiera seguir excluido, grande o pequeño, todos tienen que alzarse y combatir, mujer, hombre, niño, niña, cualquiera y todos, ¿comprendes?”

b. En una conversación telefónica con su madre el 9 de noviembre de 2009, el acusado habló del “enemigo infiel” que entra a un país musulmán y declaró que es responsabilidad de todos combatir a ese enemigo. Mencionó la yihád y preguntó: “¿Sabes madre que la muerte de un mártir tiene 7 características: Primero recibe perdón por todos sus pecados, luego llega a ver su propio sitio en el Paraíso… también llega a tener 70 vírgenes? El acusado agregó que su mayor deseo es morir como un mártir”

¿No es exactamente el modo de pensar que tendría más o menos cualquier persona del mundo si un ejército extranjero invade su país y procede a ocuparlo brutalmente durante los siguientes ocho años?, ¿no es su deber solemne combatirlo? Por cierto, ¿no es exactamente la mentalidad que llevó a algunos jóvenes estadounidenses a alistarse tras el ataque del 11-S y los aclamaron como héroes?: «nos atacaron en nuestro suelo y por ello ahora queremos combatirlos».

No obstante, cuando es EE.UU. el que invade y ataca, se supone que todos los que consideren este hecho con burla, horror y disgusto serán -esos primitivos terroristas religiosos fanáticos que no respetan la vida humana– porque la única reacción saludable, normal, civilizada, que alguien debe tener ante una invasión, la ocupación y la destrucción de su país es gratitud, o por lo menos una aquiescencia pasiva. Cualquier otra cosa, por definición, lo convierte en terrorista. Existe un derecho inherente de EE.UU. a invadir u ocupar a quien desee y solo un terrorista resistiría (Vean una vívida expresión [de humor negro] de este derecho patológico imperial, en esta especulación casual de un profesor de derecho en Cornell de que Irán puede haber cometido un “acto de guerra” si derribó el drone estadounidense que penetró su espacio aéreo y sobrevoló su suelo sin permiso: “si es verdad, como afirman los iraníes, que el drone no cayó por accidente sino fue derribado por medios electrónicos iraníes, ¿no es ya de por sí un acto de guerra?”).

Una cosa es condenar las acciones de ‘Isa por motivos morales o éticos: supongo que se podría decir que el deber solemne de todo iraquí es tratar respetuosamente a los invasores estadounidenses como visitantes apreciados (aunque no invitados), o por lo menos ceder a las tropas invasoras estadounidenses el monopolio de la violencia. Pero es algo enteramente distinto calificar a alguien que decide ofrecerles resistencia de “terrorista” y procesarlo con acusaciones que significan cadena perpetua (en contraste: un soldado israelí mató ayer a un manifestante palestino en una pequeña aldea de Cisjordania, de la que una gran parte de tierra ha sido confiscada por los colonos israelíes, disparándole en la cara una granada de gas lacrimógeno a una distancia relativamente corta, mientras un avión israelí atacaba una casa civil en Gaza y mataba a un padre, a su joven hijo y hería a otros niños; actos de este tipo, o los innumerables actos de matanza imprudente o incluso deliberada de civiles por parte de los estadounidenses, nunca deben considerarse terrorismo).

Pocas cosas ilustran mejor la extrema carencia de significado de la palabra terrorismo que el hecho de que se aplique a un ciudadano de un país invadido por ofrecer resistencia al ejército invasor y apuntar a objetivos puramente militares (y está lejos de ser la primera vez que iraquíes y otros acusados de resistencia a los militares invasores de EE.UU. han sido considerados formalmente como terroristas por haberlo hecho). En la medida en que la palabra significa algo operacionalmente, es: el que se opone efectivamente a la voluntad de EE.UU. y sus aliados.

Este tópico es tan vital porque esta palabra sin significado, libre de definición –terrorismo– impulsa tantos de nuestros debates y políticas. Virtualmente cada debate en el que participo incluye rápida y prominentemente a defensores de la política gubernamental que invocan la palabra como una especie de elixir mágico que cierra el debate: por cierto, el presidente Obama tiene que asesinar ciudadanos sin proceso debido: son terroristas; por cierto tenemos que quedarnos en Afganistán: tenemos que detener a los terroristas; el Presidente Obama no solo tiene razón cuando mata gente (incluidos civiles) utilizando drones, sino que además se justifica que alardee e incluso bromee al hacerlo, porque son terroristas; por cierto a algunos hay que mantenerlos en prisión sin acusarlos: son terroristas, etc. etc. Es una palabra que no significa nada y al mismo tiempo y lo justifica todo.
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Cambio de gabinete ministerial y endurecimiento de la política social

Servindi

El reemplazo casi total del gabinete ministerial a cinco meses de iniciado su mandato evidencia que el gobierno de Ollanta Humala remarca un giro hacia la derecha y el autoritarismo, hecho que fue saludado a página entera ayer por el gremio empresarial más influyente: la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (CONFIEP).

De esta manera Ollanta Humala -luego de ganar las elecciones con un discurso radical que llevó a la prensa a calificarlo incluso de “antisistema”- ahora se mimetiza al orden neoliberal establecido y empieza a parecerse a los anteriores gobiernos de Fujimori, Toledo y García.


El petardeo a la gestión del premier Salomon Lerner en sus afanes de diálogo para resolver el conflicto generado por el proyecto minero Conga muestra que la tesis presidencial a favor de Conga pretenderá imponerse, y Ollanta confía más en su instructor de la Escuela Militar como Primer ministro para este propósito.


Los personajes de origen democráticos y de izquierda que habían encontrado espacios en el gobierno para introducir una agenda ambiental y social más inclusiva y respetuosa de los derechos humanos están en franca retirada.


Y, un gran desconcierto envuelve a las bases democráticas y nacionalistas que creyeron y apostaron -una vez más- en que el triunfo electoral de un nuevo outsider de la política abriría una puerta a sus aspiraciones.


El principal aliado del nuevo HumalismoEl comunicado de la CONFIEP señala en algunos de sus párrafos:
“La violencia y el desorden propiciado por pequeños grupos de manifestantes en algunas localidades del país, con evidentes fines ideológicos, están atentando en contra de toda la población nacional, en momentos en que todos los peruanos deberíamos priorizar los intereses nacionales, antes que cualquier interés ideológico particular”.
La posición intransigente de estos pequeños grupos violentistas (…) no hacen más que propiciar un ambiente de inestabilidad política y social (…)
Consideramos que el Gobierno ha creado el marco que demuestra su vocación de tolerancia y diálogo democráticos (…) por lo que apoyamos su decisión de hacer prevalecer el estado de derecho, en el uso legítimo de las normas legales vigentes.
La legítima aspiración al progreso exige que trabajemos juntos por la paz y rechazemos todo acto ilegal. La inversión privada moderna, que genera riqueza y trabajo, que respeta escrupulosamente la normatividad jurídica y el medio ambiente y que permite una distribución más justa de los beneficios, no puede verse afectada por ciertos intereses particulares contrapuestos a los de todos los peruanos.
La visión del Perú debe ser una sola: la visión de un país que crece con inclusión social”
Como podemos apreciar la visión de la CONFIEP se fundamenta dogmáticamente en que la inversión privada moderna es la gestora del crecimiento, que confunde con desarrollo, sin considerar que este paradigma no ha resuelto y viene agravando las condiciones de vida de la población. Son precisamente las regiones con mayor inversión minera las más empobrecidas del país.


Por otro lado, miente descaradamente e intenta ocultar la realidad cuando insiste en que la protesta social es obra de pequeños grupos violentistas que persiguen fines ideológicos, buscando ocultar con descaro los graves impactos sociales y ambientales que genera la inversión extractivista que viene enriqueciendo a manos llenas a empresas multinacionales y sus socios nacionales.


La polarización maniquea que formula la CONFIEP es una declaración excluyente, confrontacional, autoritaria, de quienes abusan del poder para seguir imponiendo las condiciones que más le convienen para seguir saqueando los recursos naturales del país en las condiciones más ventajosas posibles e infringiendo las más elementales normas técnicas y ambientales así como los derechos de la población afectada.


Esta posición de abuso de poder no está reñida con la moral empresarial o la responsabilidad social de la CONFIEP que convivió en plena felicidad con el régimen de Fujimori-Montesinos, que le aseguró prosperidad a sus inversiones y mano dura con el pueblo. Entonces, nunca tuvo ni un rubor de vergüenza mientras se pisoteaban los derechos humanos y el estado democrático de derecho.


El estado de derechoLa oligarquía dominante en el país -cada vez más subordinada al capital transnacional- se ha acostumbrado a confundir sus propios intereses con los intereses del país.


Y lamentablemente esa confusión se expande cuando parte del poder estructural de las élites dominantes comprende el control casi absoluto de los medios masivos de información que reproducen al unísono sus puntos de vista y se esmeran en materializarlo como “opinión pública” (En esto es tan eficaz Raúl Vargas y RPP).


Los outsiders de la política, mientras son candidatos, fungen una posición popular, de cuestionamiento o rechazo a un modelo económico que crece y crece, mientras promete redistribuir la riqueza y brindar oportunidades en el futuro a los más pobres.


El sistema de Estado y la democracia criolla “a la peruana” funciona como una maquinaria eficaz que tritura cualquier opción reñida con sus intereses y cumple la función eficiente de captar a su servicio a quienes tienen alguna opción de triunfo electoral.


Eso explica la enorme presión mediática a Ollanta para modificar su plan de gobierno inicial, y adoptar una hoja de ruta flexible a los intereses en juego.


Apenas anunciado extraoficialmente su triunfo en las urnas, pudimos ver la acción concertada de los medios -entre estos a la periodista política supuestamente independiente Rosa María Palacios- para exigirle a Ollanta nombrar a su ministro de Economía y al presidente del Banco Central de Reserva y así tranquilizar a los grupos de poder económico.


Quienes se aprovechan de este sistema político caduco para exprimir al pueblo y a los recursos del país en beneficio propio, sin prestar seria atención a las exigencias de un estado democrático de derecho e ignorando las justas y legítimas demandas del pueblo quizás no se dan cuenta de qué manera están socavando ellos mismos la denominada institucionalidad democrática.


Esta permanente frustación de la voluntad de las mayorías es una situación que amenaza cada vez más el régimen político formalmente demoliberal porque no se muestra eficaz para traducir una democracia efectiva. Por el contrario, los gobiernos terminan endureciendo sus relaciones con el pueblo y criminalizando la protesta social, vulnerando de manera cada vez más sistemática los derechos humanos.


Lo que conviene destacar es que los diversos sectores sociales del pueblo han aprendido a formular sus demandas de desarrollo, territorio, agua, bienestar, con legitimidad, con fundamento técnico y en términos de derecho y de justicia. Mientras, que los gobernantes de turno no salen del mismo fallido discurso neoliberal, que promete un bienestar que nunca llega, y el poder del capital financiero mundial se abate en crisis a nivel mundial.
Será por todo esto que el primer gabinete de Ollanta Humala no ha durado ni siquiera cinco meses y -a este paso- podemos vaticinar que el gobierno actual no culminará en paz sus cinco años de periodo presidencial pues su ilegalidad, ilegitimidad y vulneración del estado democrático de derecho será ostensible ante el pueblo que lo eligió y ante los ojos del mundo.


Sólo podrá mantenerse en el poder como una dictadura y el pueblo está cansado de dictaduras y de tiranías, peor aún si son de origen o sello militar.


PRIMER PASO HACIA EL CONTROL AUTOMÁTICO DE LA FRONTERA EE. UU.-MÉXICO


A pesar de que la guerra contra el narcotráfico en México no termina y se escuchan llamadas a endurecer la seguridad en los pasos fronterizos, Estados Unidos planea abrir el primer punto de control sin guardias. El control lo llevarán a cabo máquinas que escanearán los documentos de identidad de los viajeros.
Este punto se establecerá en la frontera entre el estado mexicano de Coahuila y el estadounidense de Texas hacia la primavera. Tal decisión del Gobierno provocó reacciones encontradas, aunque los que apoyan la idea afirman que la apertura de la frontera dará a la ciudad aislada de Boquillas del Carmen la posibilidad de desarrollar el comercio con EE. UU.
Este primer punto de control automático se abrirá en el marco del programa para reducir a la mitad la cantidad de militares que vigilan la frontera de EE. UU. con México: en las condiciones económicas actuales el país tiene que recortar los gastos militares drásticamente. En California, por ejemplo, esto significa que en lugar de 264 guardias, habrá solo 14.
Al parecer, la administración de Obama quiere priorizar la vigilancia aérea robotizada en lugar de la supervisión militar humana. Se prevé que cientos de personas sean sustituidos por unas pocas tropas especializadas en el manejo de aviones no tripulados, similares a los que ha usado el Pentágono en las guerras de Afganistán o Irak.
Según el reciente informe del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza, las detenciones de inmigrantes indocumentados a lo largo de la frontera sur con México disminuyeron a niveles récord en 2011, los más bajos en la última década. De acuerdo con las cifras de esta agencia federal, al término del año fiscal 2011 se detuvo a 340.252 inmigrantes indocumentados en la frontera entre los dos países. "Estas cifras demuestran que hay menos personas tratando de cruzar la frontera de manera ilegal", asegura un representante de la organización.

Articulo completo en:http://actualidad.rt.com/actualidad/internacional/issue_33580.html

“Embajada Virtual” de los Estados Unidos
La caliente “guerra fría” contra Irán


La administración del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, abrió una nueva escalada en su agresiva política contra Irán, tras la inauguración de una “Embajada Virtual”, completamente on line, en la web, para transmitir al pueblo iraní en idioma inglés y en lengua farsi, los intereses subversivos de Washington.


Según explicó el Departamento norteamericano de Estado, citado por agencias cablegráficas, "esta página de Internet no es una verdadera misión diplomática formal, ni representa una embajada real acreditada ante el gobierno de Teherán. Pero, en ausencia de un contacto directo, puede funcionar como puente entre los dos pueblos, el estadounidense y el iraní”.
Este hecho hostil hacia Irán, sin precedentes en la historia diplomática reciente, rememora los peores momentos del período de la “guerra fría”, cuando los Estados Unidos, principal responsable de ese conflicto en las relaciones internacionales del siglo XX, utilizó los más importantes avances tecnológicos aplicados a la radio y televisión en su estrategia de contener, hacer retroceder y liquidar a sus adversarios socialistas en Europa del Este, y en otras regiones del mundo.

Con la “Embajada Virtual”, Obama profundiza la política oficial de los Estados Unidos de “cambio de régimen” en Irán, y ha optado por aplicar un poder no ya tan blando como el de las nuevas tecnologías, para conquistar las mentes y los corazones de los jóvenes y de todos aquellos sectores sociales iraníes que, siendo susceptibles a la desobediencia civil, pudieran crear una situación de “sublevación popular” que dañaría la imagen y la credibilidad del gobierno presidido por Mahmud Ahmadineyah.

Sin descartar un conflicto caliente de consecuencia nuclear en esa convulsa región del planeta, los Estados Unidos juega a la “guerra fría” en la búsqueda de obtener un escenario de enfrentamiento interno y externo que justifique las condiciones propicias para el inicio de una escalada militar de envergadura mayor contra el país persa, en caso de que este mantenga su comportamiento actual y sea capaz de derrotar las presiones de la diplomacia real estadounidense, de sus aliados en la Unión Europea y en el entorno geográfico iraní.

Más allá de la campaña mediática sobre los supuestos planes encubiertos de Irán para construir un programa de armas nucleares, la “Embajada Virtual” en Teherán constituye una demostración del desespero de la Casa Blanca en cambiar la correlación de fuerzas políticas y militares en la región del Medio Oriente y Asia Central. No debemos olvidar que para los Estados Unidos resulta vital el control de las rutas del petróleo y el gas, así como la inclinación de la balanza de poder regional a favor de sus intereses estratégicos mediante cambios de gobiernos en Irán, Siria, la implantación de nuevas bases militares y la extensión de sistemas antimisiles hasta bien cerca de las fronteras nacionales de Rusia y China, sus dos principales rivales en la Política Internacional del siglo XXI.

Esta jugada de uso de las tecnologías de la información para la agresión política, ideológica y la subversión, a través de una “Embajada Virtual”, evidencia que la mayor amenaza al ciberespacio y a la seguridad nacional de las naciones proviene de los Estados Unidos, porque desprecia las más elementales normas del Derecho Internacional y la soberanía de los pueblos. Otra vez queda al descubierto que el espacio -ciberespacio- tienen un carácter geopolítico en las concepciones de la política exterior norteamericana al considerarlo la “cuarta frontera” en la que aspiran a tener supremacía absoluta en su afán de vulnerar la independencia y los derechos de autodeterminación de otras naciones, por todos los medios y ámbitos posibles.

Independientemente de las peculiares características del sistema político iraní, me parece justo el accionar de Teherán para entorpecer o bloquear el inaceptable y pretendido “sitio diplomático” enfilado a “tender puentes pueblo a pueblo”. Las agencias de prensa también comentaron que al intentar abrir en Irán la web http://iran.usembassy.gov/, aparece un mensaje de las autoridades iraníes en el que se señala que tiene contenidos delictivos y que el acceso no es posible debido a que la página tiene colocado en su entrada un breve vídeo de bienvenida de la secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton, quien, en total insolencia, destaca que este medio puede ser una vía de comunicación, entendimiento y respeto entre los ciudadanos estadounidenses e iraníes.

En apego a la legalidad internacional, solo corresponde a los Estados Unidos, en caso de que realmente quisiera relacionarse normalmente con el pueblo iraní, retomar los canales diplomáticos establecidos y reconocidos por todos los Estados, porque fue Washington quien rompió sus relaciones diplomáticas con Irán en 1980, durante la ocupación de su Embajada en Teherán, el 4 de noviembre de 1979, por un grupo de estudiantes islámicos apoyados por los partidarios del ayatolá Jomeini, quienes retuvieron en un principio a 66 estadounidenses, de los que liberaron a 14 a lo largo de los 444 días que duró la ocupación, mientras 52 de ellos se mantuvieron como rehenes hasta el final de la crisis, el 20 de enero de 1981.

Desde entonces, el gobierno de Suiza representa los intereses de los Estados Unidos en Irán, mientras que Pakistán alberga una sección de intereses de Teherán en su Embajada de Washington, pero lo cierto es que el bloque de países occidentales liderados por los Estados Unidos, han decidido doblegar a Irán ante el ascenso de este país al rango de incuestionable potencia regional por su alto desarrollo económico, científico y tecnológico, en un sistema mundial en recomposición por la tendencia creciente a la declinación de las antiguas potencias coloniales y el ascenso de nuevos actores de gran significación internacional en Asia y América Latina.

La “Embajada Virtual” contra Irán es un ensayo que deberá ser rechazado en los foros de la ONU y de otras organizaciones internacionales y regionales interestatales, pues pudiera ser utilizada contra cualquier Estado o gobierno que no sea del agrado de Washington. La “Embajada Virtual” es un nuevo instrumento de la diplomacia estadounidense que debe ser considerado inaceptable en su versión de arma de guerra, subversión e injerencia extranjera.
Pakistán derribará drones de EE.UU. que violen su espacio aéreo

Pakistán derribará cualquier drone que viole su espacio aéreo, según nuevas directivas, dijo un alto funcionario paquistaní a NBC News el sábado.Según la nueva política de defensa paquistaní: “Cualquier objeto que entre a nuestro espacio aéreo, incluidos drones estadounidenses, serán tratados como hostiles y derribados”.

El cambio de política tiene lugar solo semanas después de un mortífero ataque de la OTAN contra puntos militares de control en el que murieron 24 soldados paquistaníes, lo que llevó a funcionarios de ese país a ordenar la salida de todo el personal estadounidense de un remoto aeropuerto en Pakistán.

Pakistán dijo a EE.UU. que desocupara la Base Aérea Shamsi el 11 de diciembre.

Un alto oficial militar de Quetta, Pakistán, confirmó el sábado a NBC News que la evacuación de la base, utilizada para realizar vuelos clandestinos de drones dirigidos contra combatientes, “será completada mañana”, según Fakhar ur Rehman de NBC.

Las fuerzas de seguridad del Cuerpo Fronterizo de Pakistán tomaron el control de la base el sábado por la tarde después de la partida de la mayor parte del personal militar de EE.UU., informó la agencia noticiosa Xinhua. Funcionarios de la aviación civil también llegaron el sábado, dijo Xinhua.

El jefe de las Fuerzas Armadas paquistaníes, general Ashfaq Pervez Kayani, había emitido múltiples directivas después del ataque de la OTAN del 26 de noviembre, que incluían órdenes de derribar drones de EE.UU., confirmaron altos funcionarios militares a NBC News el sábado.

El sábado no estaba claro si las órdenes de disparar contra drones estadounidenses entrantes formaban parte de las órdenes iniciales.

La base aérea paquistaní había sido utilizada por fuerzas de EE.UU., incluida la CIA, para lanzar elementos de una operación clandestina de contraterrorismo a fin de atacar a combatientes vinculados a al Qaida, los talibanes y la red interior Haqqani, utilizando aviones drone armados con misiles.

El presidente Barack Obama intensificó la campaña de drones después de asumir el mando. Los funcionarios estadounidenses dicen que ha producido considerables éxitos al diezmar la dirigencia central de al Qaida y al colocar a la defensiva a grupos combatientes asociados.

Desde 2004, drones de EE.UU. han realizado más de 300 ataques dentro de Pakistán.

Las autoridades paquistaníes comenzaron con las amenazas de expulsión del personal estadounidense de la base aérea Shamsi después de la incursión de mayo pasado en la cual comandos de EE.UU. mataron a Osama bin Laden en su escondite cercano a Islamabad sin notificar de antemano a funcionarios paquistaníes.

EEUU no se retira, le expulsan de Pakistán

La relación entre EEUU y Pakistán ha llegado a tal punto de inflexión que nos hace rememorar los prolegómenos de octubre de 1958, cuando Washington apoyó el golpe de estado del general Ayub Khan impidiendo la llegada al poder de un gobierno electo en Pakistán que podría haberse negado a colaborar como aliado de EEUU en la Guerra Fría contra la Unión Soviética.

Algo en apariencia inocuo sucedió el domingo: Pakistán recuperó la posesión de la base aérea de Shamsi en Balochistan, cerca de la frontera con Irán, tras desalojar de la misma la presencia del ejército estadounidense. Los Emiratos Árabes Unidos (EAU) llevaban alquilando esa misma base desde 1992.

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El acontecimiento es a la vez simbólico y táctico, aunque al mismo tiempo sumamente estratégico en un momento en que por el horizonte se barruntan nubes de guerra contra Irán. Simbólico en el sentido de que supone una afirmación de la soberanía de Pakistán; táctico porque la estrategia bélica de EEUU, que depende en gran medida de los ataques con aviones no tripulados sobre el Norte de Waziristán, tendrá que volver a revisarse ahora. ¿Está acaso llegando a un brusco final la etapa de los aviones teledirigidos en la guerra contra Afganistán?


En toda esta historia, es preciso sin embargo hacer un cuidadoso análisis de por qué el desalojo de EEUU de Shamsi tiene implicaciones estratégicas.


Un suave estímulo
Washington no se creyó inicialmente la decisión de Islamabad de expulsar de Shamsi al personal y a todos los aviones teledirigidos de EEUU y pensó que era una reacción visceral de los generales pakistaníes que se sentían molestos por el ataque aéreo de la OTAN del 24 de noviembre contra el puesto fronterizo de Salala, en la agencia territorial de Mohmand, que acabó con las vidas de 24 soldados pakistaníes. Por tanto, Washington presionó a su aliado, los EAU, para que ejercieran un papel mediador.


El ministro de asuntos exteriores de los EAU, el jeque Abdullah bin Zeyed al-Nahyan, se reunió con el presidente Asif Ali Zardari intentando que revocara la decisión pakistaní o que al menos ampliara el plazo límite fijado de quince días, pero se volvió con las manos vacías. Cuando el jeque le comunicó las malas noticias, la secretaria de estado de EEUU Hillary Clinton telefoneó al primer ministro pakistaní Yusuf Reza Gilani, llamada que fue seguida al día siguiente por otra del presidente Obama a Zardari.


Tanto Clinton como Obama se llevaron un chasco y a partir de entonces el Pentágono empezó de mala gana la evacuación de Shamsi.


Queda muy claro que EEUU subestimó las consecuencias que podrían derivarse del ataque del 26 de noviembre sobre Pakistán. El director general de operaciones militares pakistaní, el general de división Ashfaq Nadim, explicó la pasada semana ante el gabinete federal y ante el comité de defensa del parlamento en una detallada reunión informativa en Islamabad, que el ataque de la OTAN llevaba la marca de un “complot” bien planeado por parte de EEUU y el mando de la OTAN en Afganistán.


Si la probable intención de EEUU era “comprometer” a la cúpula militar pakistaní con un estímulo suave tipo “conmoción y pavor”, el tiro les salió por la culata. Los dirigentes militares y civiles en Pakistán siguen hablando con la misma voz. El apoyo “ex post facto” de Gilani, ofrecido en la reunión mantenida en Islamabad el pasado sábado, al jefe del ejército, el general Ashfaq Kiani, en su decisión de desplegar los sistemas de defensa en la frontera afgana “para detectar cualquier avión o helicóptero y echarlo abajo”, es la prueba más reciente de ello.


Pero el quid de la cuestión es que la administración Obama ha transferido de nuevo la política al Pentágono. Con la CIA también dirigida por un general del ejército, David Petraeus, el Pentágono está presionando por una presencia a largo plazo en Afganistán a pesar de que el objetivo declarado de Obama es una solución política. El ejército estadounidense pretende intensificar los combates. La “estrategia” de retirada designada por Obama el año pasado está siendo convenientemente reinterpretada en función de ese objetivo.


Las declaraciones más recientes de EEUU han arrojado una ambigüedad estratégica sobre tal “retirada” y ahora está claro como el agua que decenas de miles de tropas estadounidenses de combate van a permanecer después de todo en Afganistán más allá de 2014 durante un futuro indeterminado, además de los instructores y asesores dedicados a la “creación de capacidad” de las fuerzas armadas afganas.


The New York Times señalaba que el Pentágono había estado “presionando calladamente” para conseguir cambiar esa política durante algún tiempo. En resumen, aunque las negociaciones sobre el pacto estratégico estadounidense-afgano para allanar el camino para el establecimiento de bases militares en Afganistán hayan llegado a su etapa final, EEUU está desechando la ambigüedad estratégica respecto al alcance y naturaleza de su presencia militar a largo plazo.


Asociación impulsada por la demanda
Esto no debería resultar sorprendente. Pero Pakistán se enfrenta a una difícil situación. A diferencia de la línea de pensamiento pakistaní de que la vía militar es inútil, EEUU se aferra al enfoque de la “provocación verbal”, que supone continuar combatiendo mientras explora la posibilidad de abrir conversaciones desde una posición de fuerza con un talibán militarmente degradado.


En segundo lugar, EEUU no está dispuesto a conceder un papel central a Pakistán en las conversaciones de paz y no siente compromiso alguno ante el deseo de Pakistán de tener un gobierno “amistoso” en Kabul, porque busca coreografiar un acuerdo que ante todo satisfaga las necesidades de sus estrategias regionales.


En tercer lugar, por paradójico que parezca, el hecho de que prosigan los combates le viene bien a EEUU para el próximo período, porque no sólo le proporcionan la justificación para un despliegue a largo plazo de tropas de combate en Afganistán a pesar de la oposición regional (y afgana), sino que le aportan también la raison d’etre de la Red Norte de Distribución (léase, presencia militar de EEUU y la OTAN en Asia Central), sobre la que Rusia está haciendo señales que la vinculan a la resolución de la disputa sobre el sistema de defensa antimisiles de EEUU y a que se disipe la “tensión” actual entre EEUU y Rusia.


Más allá de todo lo anterior, la decisión de Obama de mantener una gran fuerza de tropas de combate en Afganistán tiene que valorarse en el contexto de las crecientes tensiones en las relaciones EEUU-Irán. En la eventualidad de cualquier conflicto con Irán en un futuro próximo, este tipo de presencia militar masiva sobre el flanco oriental de Irán supondría un gran activo estratégico para EEUU y la OTAN.


No lo duden, EEUU intenta utilizar las bases militares en Afganistán como trampolín para invadir el este de Irán si el conflicto estalla, sin que importe nada lo que el presidente Karzai pueda pensar o decir. Por cierto, Shamsi es también la base aérea clave cercana a la frontera iraní. Como era de esperar, la OTAN está considerando la posibilidad de un “centro conjunto” en la región del Golfo Pérsico con los países del Consejo de Cooperación del Golfo. Por tanto, EEUU confía en “enjaular” a Irán militarmente desde el Golfo Pérsico por un lado y Afganistán por el otro.


De hecho, la OTAN está transformándose velozmente en una “alianza inteligente” basada en una asociación de seguridad entre sus 28 miembros y el resto del mundo gracias a la intervención militar en Libia. Ivo Daalder, el embajador de EEUU ante la OTAN, lo manifestó muy claramente en una reciente reunión informativa:
    La operación de Libia fue la consecuencia lógica del punto de vista de que necesitamos asociarnos con países de todo el mundo… Los Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Jordania y Marruecos no solo apoyaron la operación, sino que también participaron en ella… El Líbano fue también clave en la operación, porque presidía en aquel momento el Consejo de Seguridad de la ONU que aprobó la resolución 1973… Esto es una asociación impulsada por la demanda. Una demanda por parte de los países árabes.
Por tanto, en términos generales, la “agenda oculta” de la guerra afgana es vox populi. Pakistán se encuentra cogido entre el demonio y el profundo mar azul. En primer lugar, el ejército pakistaní desconfía de las intenciones estadounidenses tras la penetración en los últimos años de su inteligencia tan a gran escala en su aparato de seguridad bajo el pretexto de la “guerra contra el terror”, incluidos su Inteligencia Inter-Servicios (ISI, por sus siglas en inglés) y su ejército. La cúpula militar teme especialmente que EEUU albergue la intención de apoderarse de los activos nucleares de Pakistán en el momento que considere oportuno.


Primero, la decisión sin precedentes de Obama de promover a Petraeus como jefe de la Agencia Central de Inteligencia hizo sonar las alarmas en la mente pakistaní. Segundo, los intereses y prioridades de EEUU en Afganistán están entrando cada vez más en conflicto con los de Pakistán. Tercero, Pakistán no puede sencillamente permitirse alienarse de China e Irán (o de Rusia, llegado el caso). Finalmente, más pronto que tarde EEUU desplegará su sistema de defensa antimisiles en la región, que amenazará la capacidad estratégica de Pakistán.


Sacudiéndose el lastre de encima
El mensaje del ataque estadounidense del 26 de noviembre fue una prueba para intentar “ablandar” a la cúpula militar pakistaní y obligarla a alinearse con la estrategia de EEUU. El jeque Nahyan trató de hablar con sensatez a las mentes de los generales pakistaníes. Pero el episodio de Shamsi pone de relieve que la contradicción en las relaciones entre EEUU y Pakistán es demasiado grave para que puedan reconciliarse fácilmente o en un plazo inmediato.


El asunto está planteando una contradicción de índole fundamental. Las implicaciones son graves. Pakistán está “obstruyendo” la estrategia regional de EEUU. Digámoslo de otra manera, Pakistán es una pieza vital en el engranaje de la estrategia estadounidense.


Pakistán se desmarcó abiertamente de la agenda de la reciente conferencia de Estambul (2 de noviembre), que pretendía crear un mecanismo de seguridad regional para el Sur y Centro de Asia al estilo de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa y lanzar el proyecto de la Nueva Ruta de la Seda con objeto de revertir la influencia rusa y china en Asia Central. Pakistán boicoteó también la conferencia de Bonn (5 de diciembre) en la que EEUU esperaba legitimar su presencia militar a largo plazo en Afganistán. Sin duda, los dos eventos se malograron.


A Washington le queda ahora adivinar si el desafío estratégico de Pakistán va en serio. Su experiencia histórica es que las elites pakistaníes acaban finalmente cediendo bajo la presión estadounidense. Sin embargo, el “desafío estratégico” sobre Shamsi ha resultado ser una sorpresa. Mientras tanto, al ceder la política afgana al Pentágono (y a la CIA), Obama ha tomado la precaución de minimizar el alcance de la controversia que esta zona problemática pueda crearle en su intento por salir reelegido el próximo año. Petraeus es también muy apreciado por los republicanos.


Este es un “momento Ayub Khan” en las relaciones entre EEUU y Pakistán. De nuevo, la opinión pública pakistaní amenaza con inmiscuirse en la relación. Pero hay también diferencias fundamentales. Kiani está muy lejos de parecerse al jovial general Ayub Khan que Sandhurst entrenó y que era tan aficionado a la bebida y las cosas buenas de la vida y solía obedecer las órdenes.


Además, China no solo no es la Unión Soviética o un adversario de Pakistán sino que en realidad es su único “amigo para todo tiempo y condición”. ¿Cómo puede, o por qué debería Pakistán colaborar con la estrategia de contención de China por parte de EEUU?
Sin embargo, la diferencia más importante entre 1958 y 2011 es, en primer lugar, que las “tradiciones nativas” de Kiani le exigen que actúe colegiadamente con el cuerpo de comandantes que son muy conscientes del estado de ánimo existente entre las fuerzas armadas, y ese estado de ánimo indica que Pakistán debería sacudirse ya el lastre que lleva soportando desde finales de 2001.


En segundo lugar, el ejército pakistaní está siendo muy meticuloso y poniendo mucho cuidado para que al atravesar en los próximos meses las aguas infectadas de tiburones, vaya aferrado a las manos de los dirigentes civiles del país en cada etapa y en todo momento.


El desafío al que se enfrenta EEUU es tener que localizar un Ayub Khan, pero es bastante improbable que lo logre.


El embajador M. K. Bhadrakumar fue diplomático de carrera del Servicio Exterior de la India. Ejerció sus funciones en la extinta Unión Soviética, Corea del Sur, Sri Lanka, Alemania, Afganistán, Pakistán, Uzbekistán, Kuwait y Turquía.
Fuente: http://www.atimes.com/atimes/South_Asia/ML13Df03.html