miércoles, 30 de marzo de 2011

Revelan la identidad del agente cubano infiltrado en proyectos “humanitarios” de EEUU en Cuba

Las Razones de Cuba
, la serie televisiva que se transmite en Cuba cada lunes, ha revelado hoy la identidad del agente Gerardo de la Seguridad Cubana, el Dr. Manuel Collera, quien estuvo infiltrado durante años y logró documentar prueba irrefutables de la manipulación política que hace el gobierno de los Estados Unidos de la supuesta “ayuda humanitaria”.
El Dr. Manuel Collera, cardiólogo infantil, comenta en el programa “Ayudas peligrosas”, que era sistemáticamente contactado por representantes del gobierno norteamericano, quienes le manifestaron abiertamente su interés de revertir el sistema político de la Isla.
El médico, quien fue vicepresiente de la Logia Masónica de Cuba, tenía orientaciones de funcionarios de los EEUU para organizar una red de personas que pudieran recibir medicamentos y otras donaciones, que permitieran ejercer influencias políticas con el objetivo de subvertir internamente la Revolución.
Todo comenzó a finales del año 2000, cuando José Manuel Collera Vento se le acercaron personas procedentes de Estados Unidos que le fueron presentadas por el ciudadano Gustavo Pardo Valdés, vinculado a la Sección de Intereses de Washington en La Habana. Querían “ayudar” al pueblo cubano. Los funcionarios de EEUU estaban siempre presentes en los encuentros con emisarios de las ONGs que enviarían el soporte humanitario.
Hacia el año 2002 ya los nexos de Collera con la canadiense Fundación Donner, utilizada por el enemigo para enmascarar el financiamiento de proyectos subversivos contra la Isla, y la Fundación Panamericana para el Desarrollo (FUPAD), un engendro de la OEA cuyos mayores ingresos proceden de la USAID (sigla en inglés de la Agencia para el Desarrollo Internacional de EE.UU.), eran fluidos.
De alguna manera asistió en reiteradas ocasiones a la SINA junto a directivos de esas ONGs en tiempos de Vicky Huddleston, James Cason y Michael Parmly como jefes de la oficina.
Sus contactos en EEUU fueron Curtin Winsor, un ex embajador de Estados Unidos en Costa Rica que estaba al frente de la Donner; Akram Elías, ex Gran Maestro de la Gran Logia de Washington; Marc Wachtenheim, colaborador de la CIA vinculado a uno de sus oficiales, Rene Greenwald.
Hasta el 2010, Wachtenheim fue el director del Programa Iniciativa para el desarrollo de Cuba de la FUPAD, también receptora del dinero de la Fondo Nacional para la Democracia (NED).

Bélgica enfrenta crisis política más larga del mundo

En medio de protestas ciudadanas, Bélgica batió hoy récord mundial al superar los 289 días sin gobierno estable, que hasta ahora recaía en Irak.

  La nación sede de las principales instituciones de la Unión Europea y de la OTAN celebró elecciones legislativas anticipadas en junio de 2009, tras la renuncia del primer ministro Yves Leterme, pero ninguna organización política consiguió mayoría suficiente para gobernar en solitario.

Desde entonces, los siete partidos más votados no se ponen de acuerdo, entre otros asuntos, sobre la proyectada reforma del Estado que exigen las formaciones de la región de Flandes, como condición indispensable para conformar un gabinete de coalición.

Múltiples manifestaciones populares en tono humorístico fueron convocadas en esta capital en las últimas horas como señal de protesta contra las diversas fuerzas políticas que no logran conciliar el futuro político del país, reseña la prensa local.

Como en febrero pasado, la asociación juvenil División, utilizó nuevamente el término "Revolución de las Patatas Fritas" para denominar a la serie de mítines y actos en los que expresan su disgusto por el desgobierno que vive la nación del Benelux.

El lema de la protesta alude a uno de los platos favoritos de los belgas y tal vez uno de los últimos símbolos de unidad nacional.

Entre los temas que mantienen estancadas las negociaciones figuran los desacuerdos sobre la separación del distrito electoral de la capital belga y su periferia (Bruselas-Halle-Vilvoorde), la financiación de Bruselas y la transferencia de competencias de empleo a las regiones.

La misión principal de los partidos que aspiran a formar gobierno radica en encontrar una propuesta que equilibre las diferencias entre flamencos (Flandes) y francófonos, respecto a esas modificaciones.

Bélgica está dividida en tres regiones (Flandes, Valonia y Bruselas) y en igual cantidad de comunidades lingüísticas (neerlandófona, francófona y germanófona).

Los conflictos entre estas han puesto al país en más de una oportunidad al borde de la fragmentación.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=275907&Itemid=1

Inglaterra, por fin, se moviliza contra la crisis

Más de 300.000 personas, en su mayoría sindicalistas de todos los rincones de Inglaterra y Escocia, se han manifestado este fin de semana por las calles de Londres en contra de los recortes salvajes que propone el gobierno de coalición Conservador-Liberal. Es la mayor manifestación del mundo laboral en treinta años, dato que expresa la amplia preocupación del sector público donde se anuncia un recorte de plantilla, a marchas forzadas, del 20%.
La manifestación, la primera desde que comenzó la Gran Crisis en 2008, ha sido la culminación de más de seis meses de organización y motivación. Pero aunque el número de participantes ha sido impresionante – este no es país de huelgas generales y manifestaciones gigantes – a la manifestación le ha faltado el metabolismo. Se ha mostrado tanto fuerzas como debilidades. El movimiento laboral inglés se enfrenta a varios problemas de envergadura para defenderse de los hachazos presupuestarios.
Veinte años de Thacherismo, seguidos de trece de neoliberalismo laborista, han logrado destruir la conciencia de clase y, en muchos casos, la conciencia sindical. El obrero inglés se encuentra atomizado. A menudo razona una repuesta a la crisis a perjuicio de otros sectores laborables: “no me des el hachazo, dáselo al otro”. Joan Stuart es un ejemplo. Formaba parte de un grupo de enfermeras de Nottingham que portaba una bandera grande que rezaba, : “No al despido de trabajadores de primera línea”. Le pregunto si la consigna no dificultaría el apoyo unitario de otros trabajadores, los de segunda linea? Me explica, dirigiéndose a mi razonamiento interesado: “Si te rompes la pierna y vas a urgencias, lo que necesitas es enfermeras y médicos de primera línea”. Lógica aplastante. Pero también necesitaría – le sugiero - un radiólogo, un celador y sobre todo un administrativo que asegure que se paguen las nóminas de enfermeras”. Se encoge de hombros, “Cada uno tiene que luchar por lo suyo”. Sálvese quien pueda.
La estructura sindical, organizada por oficios y no por centrales, tampoco facilita la movilización. Los sindicatos cuentan con una coordinadora, la Trade Union Congress, que patrocinó oficialmente la manifestación. Pero la TUC es célebre solo por su parsimonia y su falta de coordinación.
Treinta años de acoso ideológico, mediático y legislativo también han acobardado a los sindicatos. En su mayoría son instituciones que pertenecen a otra época – se les califica a menudo de ‘dinosaurios sin dientes’ - cuando el país se regía por acuerdos y arreglos tripartitos: El Estado, la patronal, los sindicatos.
Solo un sindicato, el RMT-Rail Maritime & Transport Workers (ferroviarios, marinos y del transporte), puede calificarse de combativo. Su secretario general, Bob Crowe, es uno de los promotores más fuertes de la campaña contra recortes y despidos. Crowe, un antiguo comunista, no se deja intimidar ni por la notoriedad ni el acoso mediático. Ha hecho carrera mostrando que un estilo agresivo y tajante produce dividendos a la hora de conseguir subidas salariales. Tiene un arma potente: su sindicato puede paralizar a los dos millones de viajeros que necesitan entrar y salir de Londres cada día para trabajar.
Pero el problema mayor que tiene el movimiento obrero es la falta de liderazgo político. El Partido Laborista no ha apoyado la manifestación, y se niega ha apoyar la lucha contra los recortes, aunque hayan participado ampliamente sus comités locales y sus activistas. La dirección laborista, a pesar de sus críticas retóricas, apoya, con matices, los mismo recortes que propone el Gobierno.
En el lado positivo, sigue desarrollándose el movimiento de jóvenes anticapitalistas, especialmente el de inspiración anarquista. A diferencia de las dos generaciones anteriores, la de la post-guerra y la de los años 60, cuya pasividad política se basa en la esperanza de que el estado de bienestar les iba a cuidar de la cuna a la fosa, la juventud presiente que la fiesta se acabó y que poco le espera con el capitalismo inglés. De ahí su anticapitalismo feroz y la dureza de su rechazo de todo lo existente. No es para ellos el desfile ordenado y encauzado de las manifestaciones tradicionales. Van a su bola y por donde les da la gana.
La policía londinense está acostumbrada a manifestaciones que se ciñen a un recorrido preestablecido, que casi siempre es el mismo: comienzo en Westminster, y hacia arriba hasta la plaza de Trafalgar, por Picadilly hasta Hyde Park para romper filas, tomarse un helado, escuchar discursos y a casa. La policía no tiene ni la experiencia, ni el equipo, para enfrentarse a decenas de grupos que se mueven rápidamente en distintos puntos de la ciudad. Por primera vez para mantener el control la policía ha tenido que utilizar tres helicópteros en vez de uno y 5000 efectivos. Aun así, se han visto desbordados.
Durante varias horas la juventud anticapitalista era dueña de la calle. Destruyeron los escaparates de tiendas de súperlujo y de una veintena de bancos, dos de ellos sucursales del Santander. Fortnum & Masons, la tienda emblemática de la Casa Real y de la aristocracia inglesa, fue invadida por un grupo anarquista y durante horas ondeó de su fachada la enseña roja y negra. Hubo 210 detenidos, la mayoría por delitos de orden público y una decena de policías resultaron heridos.

Oposición en Taiwan no quiere energía nuclear

La presidenta del opositor Partido Democrático Progresista (PDP) y ex viceprimera ministra de Taiwán, Tsai Ing-wen, anunció un plan nacional para prescindir de la energía nuclear en 2025. El debate sobre esa fuente de energía se reavivó con los controvertidos 9.300 millones de dólares para construir una cuarta central atómica aquí tras el terremoto y posterior tsunami que golpeó el noreste de Japón y que causó la muerte a más de 10.000 personas. Las instalaciones quedaron dañadas, hubo grandes explosiones y liberación de radiación.

El vicepresidente de la estatal Taiwan Power Company (Taipower), Huang Hsiend, respondió que es "casi imposible" depender del gas natural y de las energías renovables para 2025. "Es inviable" abandonar la alternativa nuclear, remarcó.

"Nadie reclama un cese inmediato de la generación, sino una disminución gradual y equilibrada", dijo a IPS la concejala del PDP de Taipei, Hsu Chia-ching.

"Permitir que opere la central y generar más combustible que produce desperdicios radiactivos significará una tragedia mayor", respondió Tsai al ser consultada de si la interrupción de la construcción no era una pérdida de dinero.

"El daño a la sociedad y a la economía japonesa, incluido el turismo, la agricultura, la pesca y la industria, es muchísimo mayor, sin mencionar el costo de la reconstrucción", dijo a IPS la profesora de ciencias atmosférica Hsu Kuang-jung, quien trabaja en la Universidad Nacional de Taiwán.

"El problema de Fukushima no ha terminado", remarcó, refiriéndose al complejo atómico japonés dañado por el terremoto y el tsunami.

"La energía nuclear es el método más caro y riesgoso de generación de energía y si no tenemos una necesidad imperiosa, ¿por qué tenemos que crear tanto peligro y hacer que nuestra población viva con miedo?", preguntó Hsu. "Los taiwaneses nunca tuvieron la oportunidad de expresarse al respecto", añadió.

Más de 2.000 vecinos de la cuarta central nuclear, ambientalistas y figuras políticas de la oposición organizaron una manifestación la semana pasada bajo el lema "Amamos a Taiwán. No queremos desastres nucleares".

El presidente de Taiwán, Ma Ying-jeou, insistió en el buen estado de las tres plantas existentes y señaló que se terminará con la construcción de la cuarta, que generará 2.750 megavatios. Pero la apertura de las instalaciones se demorará, informaron varios funcionarios, quienes añadieron que se realizará una inspección total de las otras tres.

Tsai señaló que su propuesta apunta a iniciar un debate sobre "cómo podemos encontrar otras fuentes de energía para que Taiwán no tenga que depender de la alternativa nuclear en 2025".

La líder opositora pretende ser candidata de su partido a las elecciones presidenciales de principios del año próximo y competir con Ma.

"El desastre de Fukushima mostró que el peligro de las plantas nucleares es mucho mayor de lo que la gente cree y que la posibilidad de que ocurra algo similar en Taiwán es muy alta", declaró Tsai.

Seis de los 564 reactores nucleares en funcionamiento o cerrados del mundo tuvieron graves accidentes, indicó la presidenta del PDP. "Japón y Taiwán son zonas sísmicas y lo que ocurrió en ese país puede pasar aquí", arguyó.

"No hay forma de implementar un plan de respuesta para un episodio que causaría un daño incalculable a la salud de nuestra población y a nuestro comercio y economía", sostuvo Tsai. "Es un costo demasiado alto", añadió.

Las dos primeras centrales nucleares de Taiwán, ubicadas en el extremo norte de la isla, tienen dos reactores de agua en ebullición General Electric cada una. Taipower tiene una concesión para operar uno hasta 2018, el segundo hasta 2019, el tercero hasta 2021 y el cuarto hasta 2023.

La licencia para operar los dos reactores de agua a presión Westinghouse de la tercera central, ubicada en el extremo sur de Taiwán, vence en 2024 uno y 2025 otro.

Taipower solicitó al Consejo de Energía Atómica una renovación de la licencia por 20 años, lo que ampliará la vida operativa de las tres instalaciones.

La controvertida cuarta central nuclear, que se construye en la localidad de Yenliao, en Taipei en la costa nororiental de Taiwán, contará con dos avanzados reactores de agua en ebullición, uno comenzará a operar en diciembre de 2012 y otro, un año después.

De ahora hasta 2025 hay suficiente tiempo para un proceso de "revisión completa e integral" y para "crear un consenso social", indicó Tsai.

El año pasado hubo un margen de capacidad de reserva de energía de más de 23,4 por ciento, mientras las tres plantas nucleares existentes sólo produjeron 18 por ciento del total, según datos de Taipower.

"Aun si las tres centrales atómicas dejan de operar, habrá 5,4 por ciento de margen de reserva, mejor de lo que hubo de 1992 a 1995", añadió.

"Tenemos que estimular ese 5,4 por ciento y elevarlo a un 15 por ciento, lo que se considera un margen seguro para las economías más avanzadas como la de Taiwán", subrayó.

Tsai también llamó a la liberalización de la industria energética.

"Habilitar la competencia entre empresas privadas y Taipower estimulará la generación de energía de forma eficiente y eliminará una barrera al desarrollo de las fuentes renovables", arguyó.

"Espero que podamos evitar que se vuelva un tema de campaña pues tratamos de promover un diálogo con el partido gobernante pues es un asunto que afecta a todas las personas que viven en Taiwán", añadió.

Capacidad de Reserva de Energía


El ex ministro de Ambiente Chang Kuo-lung se opone a la ampliación de las licencias de operación de las tres plantas nucleares existentes y a agregar un nuevo reactor a las instalaciones.

También reclama una revisión integral de la seguridad de las tres plantas operativas y que se detenga de inmediato la construcción de la cuarta central, que según los activistas está "plagado de escándalos y flaquezas" y no podrá resistir un terremoto fuerte ni un tsunami.

Especialistas en materia energética, incluidos ex ministros, ofrecieron varios métodos para alcanzar una capacidad de reserva de energía de 15 por ciento. Entre ellas:

- Aumentar la incidencia de las energías alternativas del 6,5 por ciento actual previsto por el gobierno para 2025.

- Mejorar la eficiencia de las plantas de energía termal invirtiendo en sistemas más avanzados, agregando así 5,8 por ciento a la capacidad energética total, al reducir las emisiones de dióxido de carbono.

- Agregar nuevas plantas termales, mejor si funcionan con gas natural, para agregar más de 10 puntos porcentuales a la capacidad de generación energética general, sin aumentar demasiado las emisiones de dióxido de carbono.
Fuente: http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=97863

Negocio y basuras nucleares

La catástrofe de Fukushima ha avivado el debate nuclear, que podría racionalizarse bastante distinguiendo dos temas: uno, el uso de la energía nuclear en general, y otro, el empeño de sembrar de plantas nucleares la geografía española registrado hace 30 años, que frenó la actual moratoria.
Si pensamos en el uso masivo de la energía nuclear para abastecer a largo plazo a la especie humana, salta a la vista su inviabilidad. Las reacciones nucleares tienen su apogeo en el Sol o en lejanas estrellas en las que no existe ni un resquicio de vida. Por ello resulta contradictorio el afán de mejorar la vida en la
Tierra extendiendo en ella este tipo de reacciones (y sus residuos) cuya peligrosidad reclama un aislamiento tan perfecto como difícil de asegurar. En general, desencadenar reacciones nucleares cuyas temperaturas sobrepasan miles de veces las requeridas por los usos ordinarios (hervir agua, calentar una vivienda, etc.) se asemeja a matar pulgas a cañonazos. Y en particular, la actual “alternativa” nuclear se apoya en unos stocks de uranio que son todavía más limitados que los de petróleo y que, una vez utilizados, se trasforman en residuos radiactivos de larga duración.
La catástrofe de Fukushima ha venido a subrayar el conflicto fáustico propio de la civilización industrial, al evidenciar el horizonte de degradación que resulta de su empeño en utilizar energías que proceden de “echar a la caldera” stocks de uranio, petróleo u otros recursos planetarios y no del flujo solar y sus derivados renovables.
En el segundo tema mencionado hay que recordar que no son afanes altruistas, sino de lucro, los que mueven al lobby propagandista de la energía nuclear. Y que este lucro no resulta de producir electricidad por un procedimiento caro y problemático, sino de manejar e inflar los enormes presupuestos que requiere la construcción de plantas nucleares –véase Aguilera y Naredo (eds.) 2009 Economía, poder y megaproyectos, pp. 29-36–. Sólo la plena conciencia de que los grupos interesados en el negocio de la construcción de las centrales nucleares manejaron a las empresas eléctricas para hacer su negocio particular a costa de usuarios y contribuyentes impedirá que semejante extorsión vuelva a producirse.
 José Manuel Naredo es economista y estadístico

Radioactividad, las consecuencias de la contaminación

El primer ministro japonés, Naoto Kan, calificó hoy de “imprevisible” la situación de la planta nuclear de Fukushima Daiichi, que obliga a “no bajar la atención”.
Desde este sábado no llegan buenas noticias de Fukushima, donde los trabajadores de TEPCO, la empresa operadora, intentan desde el terremoto del 11 de marzo refrigerar sus seis reactores, pero cada día se enfrentan a una nueva dificultad.
El tsunami que generó ese seísmo de 9 grados Richter, con olas de hasta trece metros, destruyó el sistema eléctrico de la central que es necesario para enfriar sus reactores, que albergan peligrosas barras de combustible nuclear.
Los más recientes esfuerzos se centraron en tratar de drenar el agua radiactiva que inunda la zona de turbinas cerca de los reactores 1, 2 y 3, el último de los cuales preocupa especialmente por contener un combustible que mezcla uranio y plutonio, altamente tóxico.
El portavoz japonés, Yukio Edano, muy crítico con la gestión de TEPCO de la crisis, pidió vigilar la salida de plutonio al exterior de la planta y consideró probable que el material detectado provenga de barras de combustible fusionadas parcialmente.
El portavoz nipón indicó no obstante que las cantidades de plutonio halladas son las mismas que pueden encontrarse en el medio ambiente mientras, en Viena, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) señalaba que la composición de isótopo sugiere que procede de un reactor y destacaba también su escasa cantidad.
Para las autoridades japonesas, lo prioritario ahora en Fukushima es continuar lanzando agua sobre los reactores, para así tratar de refrigerarlos, y al tiempo drenar las zonas inundadas.

Un terremoto de 6,4 grados sacude de nuevo Fukushima

Un terremoto de 6,4 grados de magnitud en la escala de Richter hizo temblar este martes de nuevo el noreste de Japón y se sintió en Tokio, con epicentro en la costa de la provincia de Fukushima, donde se encuentra la inestable planta nuclear.
Según la Agencia Meteorológica de Japón, el seísmo ocurrió a las 19.54 hora local (9.54 GMT) y el epicentro se situó a poca profundidad bajo el lecho marino frente a Fukushima, una de las provincias más afectadas por el seísmo de 9 grados del 11 de marzo.
En algunos pueblos costeros de esa provincia el temblor tuvo una intensidad 4 en la escala japonesa de 7 grados, mientras en la mayor parte de la costa se sintió con un nivel de 3.
El terremoto volvió a sacudir toda la costa noreste nipona afectada desde el día 11 de marzo y también se sintió con claridad en la ciudad de Tokio, sin que por el momento se informara de daños.
Tampoco se han reportado daños en la central nuclear de Fukushima Daiichi, donde se lucha día y noche por refrigerar sus seis reactores, dañados por el terremoto de 9 grados Richter.
Desde el gran seísmo y posterior tsunami del día 11, que arrasó vastas zonas de la costa noreste, se han sucedido más de 700 réplicas en Japón, de ellas tres de más de 7 grados en la escala Richter, más de 60 superiores a 6 y unas 350 de más de 5 grados.

En Libia, el imperio se despierta

A lo largo de la historia, gobernar un imperio ha sido siempre algo más que la pura dominación económica y el ejercicio de la fuerza militar aplastante. Incluso un imperio moderno sin colonias como el que rige Estados Unidos requiere más finura que fuerza. La adaptación hábil a condiciones cambiantes es lo que hace que los imperios perduren. O como dice el viejo refrán, “no nadar contra corriente”. Finalmente, después de meses intentando desesperadamente situarse en el lado correcto de la historia únicamente con las palabras, puede que Estados Unidos tenga algunos nadadores en el agua. La intervención militar en Libia es una señal de que el imperio ha despertado de su letargo aparente. La fórmula para el despertar incluye un tábano dictatorial, una insurrección tal vez inoportuna y una generosa cantidad de petróleo.
Estados Unidos se está preparando en el norte de África y en otras partes de la región para la gran adaptación a la democracia árabe. Al no poder contar ya con una red de gobernantes autoritarios en la zona, la maquinaria diplomática que es el Departamento de Estado estadounidense se centra ahora en relacionarse con las nuevas fuerzas pro-democracia. La verdad es que Estados Unidos no estaba ligado exclusivamente a los Hosni Mubarak del mundo. Ha disfrutado de relaciones igualmente acogedoras con el aparato militar de cada país. Y este aparato, a diferencia del político, ciertamente no ha sido derrocado. Los ejércitos en el norte de África y en Oriente Próximo siguen siendo los mismos actores militares y económicos que eran antes de las protestas pro-democracia.
Lo podemos ver en Libia, donde el pacto faustiano de la oposición con Estados Unidos se ha extendido a las relaciones con el ejército egipcio. Armas egipcias sin duda con autorización estadounidense están fluyendo a través de Túnez hacia el este de Libia. Los vínculos entre los militares de toda la región representan un recurso importante para la adaptación de Estados Unidos a este proceso monumental de cambio. Hasta ahora, los militares en varios países han logrado poner límites reales a la magnitud de la transformación manteniéndola constreñida a cuestiones relativas a la representación política y a la forma de gobierno.
El proceso libio ha concedido a Estados Unidos incluso un mayor acceso al haber aprobado los rebeldes del este una campaña de bombardeos esencialmente liderada por Estados Unidos y destinada a debilitar las fuerzas leales al general libio Muamar Gadafi. De este modo, los rebeldes del este podrían estar a punto de aprender la dura lección de que las revoluciones no pueden ser subcontratadas. La intervención estadounidense tiene un precio, y la factura se pagará política, económica y militarmente. No hubo manera de escindir al ejército del régimen de Trípoli así que la intervención desde el exterior iba a ser con seguridad la principal estrategia una vez que la insurrección en el este estuvo en marcha.
Es evidente que Estados Unido está interesado en mejorar su posición estratégica en la región a la vez que en dar algo de sustancia a sus pretensiones en favor de la democracia. Otras naciones europeas, con algo más de mala gana, también han seguido imitando los mismos tópicos sobre la marcha. Sin embargo, ha sido el petróleo lo que realmente ha acelerado la política exterior de Estados Unidos moviéndolo desde las reclamaciones generales de democracia y libertad a una costosa intervención militar. La simple idea de un régimen de Gadafi militarmente victorioso haciendo proselitismo con grandes cantidades de petróleo ante los opositores económicos de Estados Unidos ha empujado a Obama a ponerse ya otra gorra de guerra. Mientras las calles árabes pueden haber cambiado el debate político en la región empujando a Estados Unidos en una dirección particular retóricamente, sigue siendo su petróleo lo que atrae la atención no deseada del Imperio.
Los rebeldes del este de Libia todavía pueden ganar el día. Puede que una insurrección quizá prematura y ciertamente mal equipada sea salvada de la aniquilación. La fuerza impresionante de las fuerzas armadas de Estados Unidos puede garantizar ese tipo de cosas. Sin embargo, si las transformaciones políticas del siglo XX sirven de alguna guía, cómo se gane puede ser tan importante como ganar. Cuanto más se acerque este movimiento del este de Libia a Estados Unidos menos independencia tendrá una vez que comience la transición política. Y, más tarde, cuando el petróleo comience a fluir de nuevo, vencerá el plazo de una factura colosal ¿Estarán dispuestos a pagarla los rebeldes? ¿Y a qué coste para sus sueños políticos de democracia?
Billy Wharton escritor, militante y editor de Socialist WebZine.

Otra vez el engaño de los rescates

¿Ahora Portugal?

En otros artículos referidos al caso español traté de poner de relieve que cuando se habla de "rescatar" a un país se produce un gran engaño que es imprescindible tratar de desvelar.
Ahora ocurre lo mismo con Portugal cuando las autoridades europeas y los llamados "mercados", en realidad los grandes grupos financieros y empresariales, insisten para que el gobierno portugués solicite que su país sea "rescatado".
Generalmente, cuando se habla de "rescatar" a un país se parte de una situación real y de gravedad que suele manifestarse en un gran endeudamiento que dificulta o impide hacer frente a los compromisos de pago adquiridos. Sin embargo, cuando esto ocurre se produce un engaño muy bien orquestado en relación con las razones, los problemas, las soluciones y los efectos de la operación que se desea llevar a cabo.
El primer engaño suele darse sobre la naturaleza de los problemas que padece el país al que se dice que hay que "rescatar". Ahora, como en los caso griego o irlandés recientes, se afirma que Portugal tiene un grave endeudamiento público derivado del crecimiento desbordado de sus gastos que le obliga a recurrir a un cuantioso préstamo para liquidar con él sus deudas. No es del todo cierto, como señalaré enseguida.
El segundo engaño se deriva del anterior. Para que el "rescate" sea útil se afirma que debe ir acompañado de medidas que resuelvan el problema que originó la situación que se quiere resolver y que, por tanto, deben consistir, principalmente en recortar el gasto. En consecuencia, los que dan el préstamo para "rescatar" al país, en este caso Portugal, imponen políticas consistentes en recortar cualquier tipo de gasto público y en especial el que está vinculado con las actividades que dicen que el sector privado puede llevar a cabo más eficazmente, es decir, con los servicios públicos (otro engaño más porque no es seguro que lo haga mejor y sin embargo es inevitable que el capital privado lo proporcione más caro y a menos población), o el que se considera improductivo, como el sueldo de los funcionarios, por ejemplo.
Al mismo tiempo se engaña también afirmando que el resultado del rescate será el mayor incremento de la actividad y de la creación de empleo y que, por tanto, gracias a él las aguas de la economía volverán a su cauce anterior e incluso a un nivel mucho más satisfactorio de rendimiento económico.
Desde que en los años ochenta se empezaron a producir "rescates" en economías de América Latina hemos podido ver cómo acaban este tipo de operaciones (con menos actividad, empleo y desigualdad y con más pobreza) y analizando la situación de los países que han sido o que van a ser "rescatados" podemos comprobar sin demasiada dificultad la naturaleza de este engaño.
Los problemas económicos que tiene Portugal no son exactamente el resultado de que haya habido mucho gasto público, de endeudamiento público. Es verdad que el déficit ha aumentado mucho en los dos últimos años pero eso se ha producido como consecuencia de la crisis que han provocado los bancos y de que se haya impuesto una respuesta a ella basada justamente en salvarlos a costa de un precio extraordinariamente alto. De hecho, el gobierno portugués, siguiendo directrices y ejemplos europeos y la presión de los propios poderes financieros, llegó a nacionalizar bancos en operaciones que le costaron muy caro.
Pero ni siquiera eso es lo que provoca los problemas más agudos de la economía portuguesa. Su problema más grave no es el endeudamiento público sino el exterior y éste se viene produciendo en los últimos años no precisamente porque haya habido despilfarro público sino como consecuencia de las políticas neoliberales que han destruido su riqueza productiva, su industria y agricultura y que le han cercenado las fuentes de generación de ingresos ya de por sí débiles. Como en tantos otros países, han sido estas políticas generadoras de escasez en aras de salvar el beneficio de los grandes grupos oligárquicos y que han obligado a Portugal a vender sus mejores activos productivos al capital extranjero, las que han destruido tejido industrial y producción agraria y las que así han provocado un debilitamiento de su capacidad de crear empuje económico, de su competitividad y, como consecuencia de ello, el incremento de la deuda exterior.
La realidad es que las políticas neoliberales auspiciadas por la Unión Europea han significado un corsé letal para la economía portuguesa y que han ido produciendo en los últimos años un incremento del desempleo y de la pobreza que se ha tratado de disimular, entre otras medios, gracias a que el dominio de los grandes medios de comunicación está cada vez más en manos de esos mismos capitales extranjeros.
Y cuando la crisis ha estallado y cuando el gobierno ha asumido la carga extraordinaria del salvamento bancario, así como cuando ha sufrido mayor merma de ingresos y aumento de gasto para evitar el colapso de la economía, es cuando la situación se ha hecho ya insostenible.
Por tanto, es mentira que el "rescate" sea obligado porque la economía portuguesa sufra debido al endeudamiento público. Si se viene encontrando cada vez más debilitada es por otro tipo de razones.
Y aquí viene otro engaño especialmente peligroso. Las medidas que necesita Portugal para salvar su economía no son las encaminadas a reducir el gasto sino a cambiar el tipo de políticas que le vienen ocasionando pérdida de ingresos, de actividad y de empleo y una desigualdad cada vez mayor, que ha hecho que las rentas en aumento de las clases ricas se hayan dedicado a la inversión financiera o inmobiliaria especulativas que han dado grandes beneficios a bancos también extranjeros, entre los que destacan los españoles, pero que han acumulado mucho riesgo y ha creado una base cada vez más volátil y débil para la economía portuguesa, como ahora se puede comprobar.
El siguiente engaño tiene que ver con los efectos benéficos que dicen que tendría el "rescate".
En contra de lo que afirman los voceros de los grandes grupos financieros que lo desean, si a los problemas reales que acabo de mencionar se añade ahora, como quieren los que se disponen a "rescatar" a Portugal, recortes en el gasto, disminuciones de salarios y en general políticas que van a producir disminución de la demanda, lo que ocurrirá será que la economía portuguesa se encontrará aún peor porque todo ello solo va a provocar una caída del consumo, de la inversión y del mercado internos y, por tanto, menos actividad y menos empleo.
La realidad es que el "rescate" de Portugal, tal y como se daría allí siguiendo la línea de otros tantos anteriores (un préstamo muy cuantioso para que Portugal pague las deudas acompañado de medidas restrictivas y de recorte de derechos sociales y de gasto) no va a salvar a su economía. Es mentira que este tipo de operaciones rescaten a los países. Esto es solo un último y definitivo engaño: de lo que se trata no es de salvar o rescatar a un país sino a los bancos, principalmente, y a los grupos más ricos y poderosos, puesto que lo que se hace con el rescate es poner dinero para que ellos cobren sus deudas y obligar a que la sociedad cargue con la factura de la operación durante años.
Tan cierto es esto que resulta fácil y patético comprobar que son precisamente estos grupos financieros y las autoridades europeas que le sirven los que se empeñan en convencer a las portuguesas de que soliciten el "rescate", una buena prueba de quiénes son de verdad los que se beneficiarán de él.
Y esto pone sobre la mesa una última cuestión. Un engaño no menos importante. Quizá el peor. El que tiene que ver con el tipo de régimen político en el que vivimos y en el que los electores, los ciudadanos, no podemos decidir realmente sobre las cuestiones económicas.
Lo llaman democracia pero a la vista de lo que viene sucediendo está cada vez más claro que no lo es porque se nos ha hurtado la posibilidad de decidir sobre las cuestiones económicas que evidentemente son una parte central de las que directamente afectan a nuestra vida. Y es justamente por ello que hemos de hacer todo lo que esté en nuestras manos para tratar de cambiarlos. Eso sí que sería un verdadero rescate. Lo demás es otro robo.

Exclusión aérea, el confuso nombre de la guerra libia

Los fantasmas balcánicos de la década de 1990 están de regreso: zonas de exclusión de vuelos, la guerra humanitaria de Washington, Europa y la ONU, las garantías de que no se desplegarán tropas estadounidenses y una ofensiva aérea que por sí sola no puede alterar lo que pasa a ras del suelo. Con los términos leguleyos con los cuales la comunidad internacional reconoce con repugnancia que una guerra está en marcha, la ONU (Organización de las Naciones Unidas) resolvió proteger a los civiles y crear un "cordón sanitario" en torno del país apestado, en este caso Libia.
Pero hay demasiados ecos de las terribles guerras de la partición de Yugoslavia, cuando se instauró la idea de que se podía bombardear una población con fines humanitarios.
El lenguaje de la guerra liberal puede fluir tan suavemente como el crudo ligero de los yacimientos libios, pero esta vez incluso los más creyentes parecen haberse quedado sin gasolina.
Pocos críticos se han molestado siquiera en señalar la selectividad obvia de la medida tomada contra Libia.
Cuando el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo que la comunidad internacional no podía permanecer pasiva ante el brutal ataque de un tirano contra su pueblo, se refería específicamente a uno, el líder libio Muammar Gadafi.
Y el Consejo de Seguridad de la ONU ofreció su beatífica protección sólo a algunos civiles libios, pero no a los sirios, yemeníes, palestinos ni bahreiníes. Mucho menos a los que sufren violencia en Costa de Marfil, Zimbabwe o en tantos otros lugares.
La idea de la guerra liberal –la del uso de la fuerza con fines humanitarios—continúa confundiendo a la opinión pública, sustentando los términos oficiales del debate en los foros internacionales, especialmente en Europa occidental, y delineando las operaciones militares extranjeras en Libia.
Negar la guerra: el arte del eufemismo
La guerra liberal es útil, sobre todo para los "buenos europeos", porque desmiente que se trate de una guerra. Es una zona de exclusión de vuelos para proteger los derechos humanos.
Si bien resulta obvio que los comandantes de la coalición occidental se han sumado a los rebeldes libios en su guerra contra el régimen de Gadafi, se ven obligados a simular que no es así. Con modales educados, informan a las fuerzas de Gadafi dónde deben reagruparse para evitar ser destruidas.
En esencia, aunque sin decirlo, el mensaje a Gadafi es que debe dejar de defenderse de quienes quieren derrocarlo. Pero permítasenos preguntar por qué no es posible hablar con más franqueza. ¿Por qué hay que hablar de la guerra con eufemismos liberales?
La guerra liberal tiene una contradicción central entre la gran retórica –la humanidad, la inocencia, la maldad— y la limitada responsabilidad que se expresa en la ausencia de tropas terrestres y las patéticas legiones de fuerzas de paz de la ONU.
En las guerras justificadas primordialmente por fines altruistas, los líderes elegidos de las democracias occidentales invierten sabiamente –si les conviene—la sangre, o los dólares, de sus ciudadanos.
El arma elegida es el poderío aéreo y el costo es la incoherencia estratégica. Ante la ausencia de una política sobre el terreno, las fuerzas aéreas se limitan a explotar cosas, revisar los resultados y dar vueltas por ahí. Si otros factores no se modifican, el resultado más probable es un callejón sin salida.
Pero lo más pernicioso es la forma en que la guerra liberal determina el entendimiento de los conflictos, mediante una prestidigitación digna de admirarse.
Una obra dramática
En esta obra, hay espacio para dos actores protagónicos: el interventor humanitario –casi siempre la comunidad internacional conducida por Occidente— y el perpetrador bárbaro, un reparto cambiante y selecto de líderes, regímenes y grupos étnicos.
Así, como por arte de magia, países y pueblos reales con historias imbricadas se convierten en personajes de una pieza moralizante, estereotipos básicos cuya conducta obedece a características innatas.
El melodrama viene en varios sabores, y de ningún modo Occidente termina siempre bien al final. Pero sus términos se establecen de un modo fascinante: intereses e ideales, tragedia y política, parálisis burocrática y carisma.
La memoria histórica es una baja tan inmediata que nadie la nota. Estados Unidos peleó en 1801 su primera guerra en lo que hoy es Libia contra los reinos berberiscos de Marruecos y Trípoli, entonces vasallos del Imperio Otomano, también con la justificación de razones humanitarias, bien asentadas en intereses comerciales.
Cegados una y otra vez por los cuentos de los occidentales bienintencionados y los nativos violentos, nos resulta imposible ver las historias compartidas y conexas que condujeron al actual conflicto y en las cuales se sitúan los libios, los occidentales y otros pueblos.
Libia obtuvo su independencia como reino hace sólo 60 años, teniendo a Estados Unidos y Gran Bretaña como patrones que le suministraban dinero y armas a cambio de petróleo y estabilidad.
Como en otros lugares, entonces y ahora, esa combinación generó el resentimiento popular y suministró el caldo de cultivo para que surgieran alternativas políticas que Gadafi supo aprovechar.
La feria de atracciones
Gadafi, en el poder desde 1969, funciona muy bien como personaje de una feria de atracciones, pero sus orígenes se encuentran en las historias compartidas de Occidente con el resto del mundo.
En los últimos años, la guardia costera y la policía fronteriza de Gadafi, entrenadas y apoyadas por la Unión Europea, eran muy valoradas por los "buenos europeos" pues ayudaban a mantener lejos a los inmigrantes africanos.
El último servicio de la guerra liberal es colocar la fuente de la violencia en los nativos, en los pueblos atrasados del mundo no europeo, y no en los occidentales que los explotan, los invaden, los ocupan y los bombardean.
Si nos guiamos por la retórica oficial, el problema de Iraq y de Afganistán tiene que ver con prejuicios religiosos y étnicos de poblaciones que siguen matándose irracionalmente entre sí, mientras los soldados occidentales intentan amablemente modernizarlas.
El gran costo de la guerra liberal es la claridad. Occidente corre el riesgo de crear una situación en la que no puede derrocar a Gadafi por sí mismo, pero tampoco permite ni habilita a que lo hagan los rebeldes.
Para llevar adelante su lucha, Gadafi puede apelar a escuadrones de la muerte y a francotiradores. Pero, como en Bosnia-Herzogovina y Kosovo, suministrar armas o permitir el ingreso de combatientes voluntarios árabes violaría la supuesta neutralidad de la intervención humanitaria.
La guerra no es un cuento moralizante, sino un violento abrazo mutuo. Una reflexión seria debe comenzar por admitir que Occidente es una de las partes combatientes, y la ética de la responsabilidad exige ver más allá de las seducciones del liberalismo.
Tarak Barkawi es profesor de estudios internacionales de la Universidad de Cambridge, especializado en la guerra, las fuerzas armadas y la sociedad, así como en el conflicto entre Occidente y el Sur global.
Fuente: http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=97859

martes, 29 de marzo de 2011

FIDEL CASTRO: La Guerra Fascista de la OTAN

No había que ser adivino para saber lo que preví con rigurosa precisión en tres Reflexiones que publiqué en el sitio Web CubaDebate, entre el 21 de febrero y el 3 de marzo: “El plan de la OTAN es ocupar Libia”, “Danza macabra de cinismo”, y “La Guerra inevitable de la OTAN”.
Ni siquiera los líderes fascistas de Alemania e Italia fueron tan sumamente descarados a raíz de la Guerra Civil Española desatada en 1936, un episodio que muchos tal vez hayan recordado en estos días.
Han transcurrido desde entonces casi exactamente 75 años; pero nada que pueda parecerse a los cambios que han tenido lugar en 75 siglos, o si lo desean, en 75 milenios de la vida humana en nuestro planeta.
A veces parece que, quienes serenamente opinamos sobre estos temas, somos exagerados. Me atrevería a decir que más bien somos ingenuos cuando suponemos que todos deberíamos ser conscientes del engaño o la colosal ignorancia a la que ha sido arrastrada la humanidad.
Existía en 1936 un intenso enfrentamiento entre dos sistemas y dos ideologías aproximadamente equiparadas en su poder militar.
Las armas entonces parecían de juguete comparadas con las actuales. La humanidad tenía garantizada la supervivencia, a pesar del poder destructivo y localmente mortífero de las mismas. Ciudades enteras, e incluso naciones, podían ser virtualmente arrasadas. Pero jamás los seres humanos, en su totalidad, podían ser varias veces exterminados por el estúpido y suicida poder desarrollado por las ciencias y las tecnologías actuales.
Partiendo de estas realidades, son bochornosas las noticias que se transmiten continuamente sobre el empleo de potentes cohetes dirigidos por láser, de total precisión; cazabombarderos que duplican la velocidad del sonido; potentes explosivos que hacen estallar metales endurecidos con uranio, cuyo efecto sobre los pobladores y sus descendientes perdura por tiempo indefinido.
Cuba expuso en la reunión de Ginebra su posición respecto al problema interno de Libia. Defendió sin vacilar la idea de una solución política al conflicto en ese país, y se opuso categóricamente a cualquier intervención militar extranjera.
En un mundo donde la alianza de Estados Unidos y las potencias capitalistas desarrolladas de Europa se adueña cada vez más de los recursos y el fruto del trabajo de los pueblos, cualquier ciudadano honesto, sea cual fuere su posición ante el gobierno, se opondría a la intervención militar extranjera en su Patria.
Lo más absurdo de la situación actual es que antes de iniciarse la brutal guerra en el Norte de África, en otra región del mundo, a casi 10.000 kilómetros de distancia, se había producido un accidente nuclear en uno de los puntos más densamente poblados del planeta tras un tsunami provocado por un terremoto de magnitud 9 que a un país laborioso como Japón ha costado ya casi 30.000 víctimas fatales. Tal accidente no habría podido producirse 75 años antes.
En Haití, un país pobre y subdesarrollado, un terremoto de apenas 7 grados en la escala de Richter ocasionó más de 300.000 muertos, incontables heridos y cientos de miles de lesionados.
Sin embargo, lo terriblemente trágico en Japón fue el accidente en la planta electronuclear de Fukushima, cuyas consecuencias están todavía por determinarse.
Citaré solo algunos titulares de las agencias noticiosas:
“ANSA.- La central nuclear de Fukushima 1 está difundiendo “radiaciones extremadamente fuertes, potencialmente letales”, dijo Gregory Jaczko, jefe de la Nuclear Regulatory Commission (NRC), el ente nuclear estadounidense.”
“EFE.- La amenaza nuclear por la crítica situación de una central en Japón tras el sismo, ha disparado las revisiones de la seguridad de las plantas atómicas en el mundo y ha llevado a algunos países a paralizar sus planes.”
“Reuters.- El devastador terremoto de Japón y la profundización de la crisis nuclear podría generar pérdidas de hasta 200.000 millones de dólares en su economía, pero el impacto global es difícil de evaluar por el momento.”
“EFE.- El deterioro de un reactor tras otro en la central de Fukushima siguió alimentando hoy el temor a un desastre nuclear en Japón, sin que los desesperados intentos para controlar una fuga radiactiva abrieran un resquicio a la esperanza.”
“AFP.- Emperador Akihito expresa preocupación por el carácter imprevisible de la crisis nuclear que golpea a Japón tras el sismo y el tsunami que mataron a miles de personas y dejaron a 500.000 sin hogar. Reportan nuevo terremoto en la región de Tokio.”
Hay despachos que hablan de temas más preocupantes todavía. Algunos mencionan la presencia de yodo radiactivo tóxico en el agua de Tokio, que duplica la cantidad tolerable que pueden consumir los niños más pequeños en la capital japonesa. Uno de los despachos habla de que las reservas de agua embotellada se están agotando en Tokio, ciudad ubicada en una prefectura a más de 200 kilómetros de Fukushima.
Este conjunto de circunstancias determina una situación dramática para nuestro mundo.
Puedo expresar mis puntos de vista sobre la guerra en Libia con entera libertad.
No comparto con el líder de ese país concepciones políticas o de carácter religioso. Soy marxista-leninista y martiano, como ya he expresado.
Veo a Libia como un miembro del Movimiento de Países No Alineados y un Estado soberano de los casi 200 de la Organización de las Naciones Unidas.
Jamás un país grande o pequeño, en este caso de apenas 5 millones de habitantes, fue víctima de un ataque tan brutal por la fuerza aérea de una organización belicista que cuenta con miles de cazabombarderos, más de 100 submarinos, portaaviones nucleares, y suficiente arsenal para destruir numerosas veces el planeta. Tal situación jamás la conoció nuestra especie y no existía nada parecido hace 75 años cuando los bombarderos nazis atacaron objetivos en España.
Ahora, sin embargo, la desprestigiada y criminal OTAN escribirá una “bella” historieta sobre su “humanitario” bombardeo.
Si Gadafi hace honor a las tradiciones de su pueblo y decide combatir, como ha prometido, hasta el último aliento junto a los libios que están enfrentando los peores bombardeos que jamás sufrió un país, hundirá en el fango de la ignominia a la OTAN y sus criminales proyectos.
Los pueblos respetan y creen en los hombres que saben cumplir el deber.
Hace más de 50 años, cuando Estados Unidos asesinó a más de cien cubanos con la explosión del mercante “La Coubre”, nuestro pueblo proclamó “Patria o Muerte”. Ha cumplido, y ha estado siempre dispuesto a cumplir su palabra.
“Quien intente apoderarse de Cuba -exclamó el más glorioso combatiente de nuestra historia- solo recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre”.
Ruego se me excuse la franqueza con la que abordo el tema.

malditos yanquis asesinos......

Publican nuevas fotos de los asesinatos “por diversión” de soldados estadounidenses en Afganistán
La semana pasada, la revista alemana Der Spiegel fue la primera en publicar tres fotografías de un grupo de soldados estadounidenses que, entre juergas y drogas, posó con los cádaveres de afganos inocentes que habían matado.
El artículo de Der Spiegel era ya suficientemente inquietante, con fotos de varios soldados de EEUU que sostienen la cabeza de un cadáver, y otra foto de dos hombres afganos muertos, encubriendo los rostros de las víctimas.
17 fotos más han sido publicadas por la revista Rolling Stone este domingo (esta vez sin borrar los rostros de las víctimas) llevando el terror a un nivel superior.
El artículo de la revista Rolling Stone que acompaña las fotos se titula “The Kill Team Photos” (Las fotos del equipo de matar).
Una foto muestra a soldados de la 5 ª Brigada Mixta Base de Lewis-McChord de Stryker siguiendo el protocolo militar y cortando la ropa de Gul Mudin, un campesino afgano.
Un sonriente Capitán Jeremy Morlock y el soldado Andrew Holmes aparecen mostrando la cabeza de Mudin sostenida por el pelo, y posando con su cadáver en otras imágenes.
Otra foto muestra a un afgano que había sido apuñalado por el “Kill Team”.
La revista también señaló que el Ejército ha estado tratando de eliminar las pruebas de mala conducta del Tercer Pelotón. Una foto que puede haber sido tomada por otro pelotón muestra a dos hombres afganos muertos amarrados y colocados junto a una carretera.
Un cartel en el cuello de un cadáver dice: “los talibanes están muertos.”
Los fiscales del Ejército insisten en que la culpa de las muertes corresponde a Calvin Gibbs, jefe de escuadra en el Tercer Pelotón. Morlock, junto con otros cinco soldados, se declaró culpable la semana pasada de delitos menores a cambio de su testimonio.
Morlock ha sido condenado a 24 años de prisión.

El ejército responsable de actos como estos ahora bombardea Libia en nombre de los derechos humanos.


Afganistán: El ejército de EEUU, responsable de actos como estos ahora bombardea Libia en nombre de los derechos humanos.

Obama y las “Damas de blanco”: el dato que no dio AFP

El 13 de marzo la agencia AFP emitía desde La Habana un despacho en que recogía las declaraciones de la señora Laura Pollán, a la que France Press identifica como “líder” de las llamadas Damas de Blanco, anunciando que no realizarían su habitual “marcha” si los tres “opositores” que quedaban en prisión del grupo de 75 sancionados por los tribunales cubanos en 2003 y que supuestamente constituían el objetivo de sus reclamos dominicales eran liberados antes de esa fecha.
“Esperamos que antes del 18 de marzo sean liberados todos (día en que conmemoran el aniversario de las detenciones), de no ser así, ellos (el gobierno) saben que será un día de marcha por cada uno”, dijo Pollán a AFP. No antes del 18, porque ningún gobierno que se precie de serlo acepta chantajes, pero el miércoles 23 de marzo ya no quedaba en prisión ninguno de los condenados por conspirar bajo las órdenes de James Cason con la representación diplomática norteamericana en La Habana.
Sin embargo, el domingo 27, un nuevo reporte de AFP daba cuenta de que la misma señora “dijo que “todavía hay un buen rato para las Damas de Blanco”, y que seguirán reclamando “la libertad de los presos” que no pertenecen al grupo de los 75 y velar porque se respeten los derechos humanos en la isla”.
Cuáles presos, se pregunta uno, porque los únicos individuos que permanecen en prisión por causas que manipuladamente pueden presentarse como políticas son responsables de actos terroristas asociados a secuestros de embarcaciones y muertes de personas con el objetivo de emigrar. ¿O es que ocurrió algo entre el 13 y el 27 de marzo que modificó el propósito de la mediática agrupación?
La respuesta nos la da el propio cable de France Press: “Pollán consideró “muy bonito” que el presidente norteamericano Barack Obama haya reconocido la lucha del grupo que encabeza, en el discurso que pronunció el pasado lunes en Chile, en el marco de una gira por América Latina” Y qué dijo Obama en su discurso en Santiago de Chile, pues el hombre que venía de autorizar desde Brasil los bombardeos a Libia utilizó el verbo marchar en presente y dijo que las amigas de Pollán “marchan”, no dijo “marcharon”, ni usó el past perfect para referirse a los provocativos paseos que supervisan sus diplomáticos en la Isla. Nada, un pequeño dato que se le ha escapado a AFP, que cierra su despacho diciendo que “La Habana califica a las Damas de Blanco y al resto de la oposición de “mercenarios” de Estados Unidos” pero sin decir por qué.
Fuente: http://lapupilainsomne.wordpress.com/2011/03/28/obama-y-las-damas-de-blanco-el-dato-que-no-dio-afp/

Mercenarios españoles combaten en Libia junto a los rebeldes

Desde hace al menos una semana, un nutrido grupo de contratistas de la empresa Gibraltareña compuesta por Españoles SGSI Group se encuentra luchando en Libia contra las tropas gubernamentales de el Coronel Gadafi. Al parecer, estos se habrían desplazado desde Malta, para recuperar y poner a salvo a uno grupo de técnicos expatriados de una conocida compañía petrolífera. Tras de lo cual y habiendo llegado a un acuerdo con los jefes del mando rebelde se habrían comprometido con este gobierno en ayudarles a formar pelotones para actuar contra los carros de combate y las tropas estatales. Parece ser que han logrado desplazar material militar para abastecer a su equipo y a los rebeldes a los que entrenan desde su base en Cesaréa Israel.
El propietario de la empresa Víctor González, es un viejo conocido de el General Israel Viz, a cuyo servicio ya habría servido en el pasado. Israel Viz es un militar israelí retirado que se ha estado dedicando entre otras cosas a formar para SGSI Group a personal de inteligencia en Guinea ecuatorial. Mientras que Israel Viz habría estado coordinado a Mercenarios en Libia que ahora están cumpliendo funciones de francotiradores, Víctor González habría aceptado cumplir con la misión de eliminar a los mismos con sus propios francotiradores. De este modo si Gadafi gana Israel Viz seguirá trabajando para su régimen, haciendo ver los logros, de sus mercenarios. Y si Gadafi pierde, haría púbico el acuerdo llegado con el SGSI, por lo que aún podría demostrar que sus lealtades estaban con los rebeldes y con la coalición. Un claro ejemplo más de lo prácticos que pueden llegar a ser los israelíes en las contiendas actuales, siempre sacando partido.
Esta misión de eliminación de objetivos, habría empezado en Bengazi, y se estaría desarrollando ahora mismo en Misurata. Según fuentes rebeldes al menos ocho francotiradores habrían sido eliminados solo durante el primer día en Bengazi. La empresa SGSI lleva mas de diez años asesorando en cuestiones de seguridad al gobierno de Guinea Ecuatorial al que dicen ha montado su propio servicio de inteligencia. Se dice que ante una llamada del entonces gobierno de José María Aznar, pidiéndole su colaboración antes del intento de golpe del 2004, el propietario de la empresa, habría llamado él mismo a un contacto del gobierno Angoleño para que pusiesen en marcha el bloqueo de dicho golpe [1]. Víctor González que tiene un pasado de lo mas oscuro, se dice que ha llegado a estar huido de la justicia de su propio país aprovechando su condición diplomática Guineana, cuenta con una empresa paralela en España que tiene los permisos y parabienes del ministerio de defensa para la venta y comercialización de armamento en España. La pregunta ahora es, ¿Es conocedor el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de las actividades que sus compatriotas desempeñan ahora mismo en Libia? España que tiene incluido en su código penal un artículo contra los mercenarios, debería ser mucho más seria a la hora de controlar las actividades que los mismos, en su mayoría formados dentro del seno de su propio ejército. Lo más curioso del caso es que durante décadas, el material militar español ha sido vendido sin reparo alguno al gobierno de Libia y que posiblemente esta misma empresa haya mediado en la compra-venta del mismo.
SGSI Group tiene a su mecenazgo un grupo de luchadores contra Al Qaeda en Somalia llamado Ahlu Sugnat national salvation forces. Al parecer este grupo se habría puesto en contacto con SGSI durante una operación que esta empresa protagonizó el pasado año en Somalia, contra un grupo de terroristas que habrían secuestrado un barco alemán de un armador cliente. En un intento de conseguir ayuda por parte del gobierno de Israel el responsable de este auto proclamado cuerpo de salvación somalí habría llegado a un acuerdo de colaboración, armamento y entrenamiento a cambio de información privilegiada sobre los piratas locales. Se conocen operaciones de este mismo estilo así como de protección llevadas a cabo por SGSI Group en Iraq, Afganistán y Pakistán.
Un pingüe negocio una vez mas para estas oscuras fuerzas que operan a su antojo.

La crisis política en Libia

Hace poco menos de un mes, al referirnos al drama político que se vivía en la Jamahiriya Árabe Libia, mejor conocida en Occidente sencillamente como Libia, describíamos el torbellino político en el cual elementos desafectos del gobierno comenzaban a levantarse contra las instituciones políticas existentes llevando al país a una eventual guerra civil. A escala internacional, el ex vice Embajador en la Organización de las Naciones Unidas de Libia, Ibrahim Dabbashi, solicitaba la intervención de la comunidad internacional en los asuntos internos de su país, mientras Casa Blanca y el Consejo de Seguridad de Estados Unidos reclamaban poner fin a un llamado “baño de sangre” surgido como respuesta del Gobierno a las protestas promovidas por grupos opositores en la región de Cirenaica y algunas ciudades occidentales del país. Ha transcurrido poco más de un mes desde aquel momento. Lo anticipado entonces por Fidel Castro en una de sus Reflexiones a los efectos de que a “Estados Unidos no le preocupa en absoluto la paz en Libia, y no vacilará en dar a la OTAN la orden de invadir ese rico país, tal vez en cuestión de horas o muy breves días”, es cada vez un resultado inminente.
En efecto, Fidel tuvo una vez más razón en sus análisis. La guerra civil se ha desatado mientras las potencias occidentales, particularmente aquellas con larga tradición imperialista como lo son Estados Unidos, Francia, Inglaterra y España, dan pasos cada vez más comprometedores en una aventura militar cuyas consecuencias son impredecibles. A pesar de que entre los países de la OTAN apenas recientemente se ha tomado una decisión final sobre el alcance de su intervención en el conflicto bélico interno de Libia, previo a tal decisión han sido ya son cientos o quizás miles los misiles lanzados contra objetivos militares, gubernamentales y civiles en Libia. En claro menosprecio de la soberanía de este país, incluso sin el apoyo de algunos de los países que conforman esta alianza militar como son Alemania e Italia, bajo la conducción del águila imperial estadounidense se dirigen hoy las operaciones militares contra el gobierno legítimo de Libia y su pueblo.
Las operaciones militares se han dado en clara y abierta violación de las normas de derecho internacional vigentes. La Resolución 1973, adoptada el 17 de marzo de 2011, (luego de otra adoptada el 26 de febrero) por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, contrario a lo que se ha pretendido establecer, no avala las operaciones militares desatadas.
El Consejo de la Liga de Estados Árabes adoptó la decisión el 12 de marzo de pedir el establecimiento de una zona de prohibición de vuelos de la aviación militar en Libia en su propio espacio aéreo y establecer zonas de protección para la población libia y extranjera. El 16 de marzo el Secretario General de la ONU hizo un llamamiento a favor de un cese de fuego mientras la Liga de Estados Árabes, la Unión Africana y el Secretario General de la Organización de la Conferencia Islámica, emitieron comunicados denunciando violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario en Libia.
Este tipo de situación no es nuevo en el debate internacional. Han sido muchas las ocasiones en que voces de denuncia provenientes de la comunidad internacional se han pronunciado, por ejemplo, señalando la conducta del estado de Israel en los territorios de Gaza y Cisjordania y las múltiples violaciones de derechos al pueblo palestino. Sin embargo, la respuesta de estos mismos países occidentales hacia Israel no ha sido el desarrollo de la respuesta militar como la lanzada contra Libia, sino el respaldo de sus acciones, incluso con ejerciendo el poder de veto ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
A pesar de que el texto de la Resolución 1973 específicamente reafirma el compromiso del Consejo de Seguridad con “la soberanía, la independencia, la integridad territorial y la unidad nacional” de Libia, las acciones militares desarrolladas contra este país han sido violatorias de su soberanía nacional e independencia, mientras funcionarios como el Primer Ministro de Inglaterra, proponen la división del país en dos países, afectando así su integridad y unidad nacional. De hecho, es importante destacar que la parte de la Resolución del Consejo de Seguridad que menciona a prohibición de todos los vuelos en el espacio aéreo libio, salvo aquellos que lleven ayuda humanitaria, material médico, alimentos, trabajadores humanitarios o en ayuda por la evacuación de ciudadanos, no contempla el desarrollo de bombardeos sistemáticos contra la infraestructura del país, incluyendo objetivos civiles. Aquí sencillamente, Francia, Estados Unidos, Inglaterra y España han diseñado una estrategia dirigida al derrocamiento del gobierno libio y a su eventual sustitución por un gobierno más afín a sus intereses, incluyendo la eventualidad de dividir el país en dos partes, tal como ocurrió, aunque por otros métodos, en Sudán. El objetivo que persiguen es establecer un control efectivo sobre los recursos naturales de petróleo y gas de este país norafricano.
En el proceso de aprobación de la referida Resolución 1973, países como Rusia y China, ambos con poder de veto dentro del Consejo de Seguridad se abstuvieron, al igual que hicieron India Brasil y Alemania. La operación militar de los países imperialistas occidentales contra Libia bajo el nombre Odisea del Amanecer, de la cual participan buques de guerra, aviación, fuerzas especiales enviadas a tierra y submarinos atómicos, no es sino el preludio de una intervención mucho más complicada que nos recuerda en 1993 lo ocurrido en la región del Golfo bajo las operaciones militares que llevaron a la Guerra contra Iraq, a saber Escudo del Desierto y Tormenta del Desierto.
De acuerdo con Michel Chossudovsky, en un artículo escrito para Global Research bajo el título Insurrección e intervención militar en Libia, las “fuerzas especiales y los asesores de la OTAN” estaban ya estaban sobre el terreno antes de ordenarse las acciones militares. “La operación se planeó para hacerla coincidir con el movimiento de protesta en los países árabes vecinos, haciéndosele creer a la opinión pública que el movimiento de protesta se había extendido de forma espontánea a Libia desde Túnez y Egipto.” A paso seguido, el autor coincide con otras opiniones sobre el tema a los efectos de que la Administración Obama lo que persigue es dar un golpe de estado en Libia.
De acuerdo con Chossudovsky, la presencia de fuerzas especiales quedó al descubierto tras la denuncia del periódico Sunday Times, indicando que un grupo de seis comandos de las fuerzas especiales británicas fueron capturados en la región de Benghazi mientras intentaban “poner en contacto a diplomáticos británicos con los principales opositores al Coronel Gadafi en Libia.”
El 25 de marzo fue convocada la Unión Africana a una reunión en la capital de Etiopía, junto con la Liga Árabe, la Conferencia Islámica, la Unión Europea y las Naciones Unidas para discutir los recientes acontecimientos. De hecho, a poco del inicio de los bombardeos contra Libia, el Secretario General de la Liga Árabe, quien respaldó en un inicio la creación de una zona de exclusión aérea sobre territorio nacional libio, manifestó sus críticas a la alianza internacional por sus acciones contra el gobierno libio por entender que los ataques militares perpetrados “no han recibido la autorización de la comunidad internacional” y exceden la zona de protección aérea para los civiles insurgentes.
Mientras el periódico Wall Street Journal, denuncia que Egipto, con la anuencia de Estados Unidos, ha estado enviando armas a la oposición libia, países árabes como Siria, Argelia, Yemen y Sudán cuestionaron la decisión de la Liga Árabe de en un principio, apoyar las medidas adoptadas por la Alianza Internacional creyendo que no llegarían al extremo de bombardear Libia. Todo parece indicar que las palabras del General estadounidense James Mattis, oficial militar a cargo de Comando Central de Estados Unidos (USCENTCOM) son cada vez más una realidad en el norte de África. El 5 de marzo de 2011, al describir el alcance de la campaña para establecer una zona de exclusión aérea, indicó lo siguiente: “Sería una operación militar, no bastaría con decirle a la gente que no volasen aviones. Habría que anular toda la capacidad de defensa aérea para establecer esa zona de exclusión aérea, pensar otra cosa es hacerse falsas ilusiones.”
Recientemente el periódico El Nuevo Día, en su edición dominical de 27 de marzo de 2011, publica una columna escrita por Thomas L. Friedman bajo el título Tribus sin banderas en la cual cita a David Kirkpatrick, Director de The Times, en relación con la discusión de qué acontece realmente en Libia. Allí nos indica: “La interrogante ha estado flotando en el aire acerca de la rebelión libia desde el momento en que el primer jefe de la unidad de tanques desertó para unirse a sus compatriotas que protestaban en las calles de Benghazi: ¿Es la batalla por Libia el choque de un dictador brutal contra una oposición democrática, o es fundamentalmente una guerra civil tribal?” Más adelante el autor de la columna nos indica que en el contexto de los estados árabes, se puede distinguir entre aquellos que él llama “países verdaderos”, que son aquellos con un largo historial en su territorio y sobre el cual se formo una identidad nacional; y aquellos que denomina “tribus con banderas”, que no son sino estados artificiales, cuyas fronteras fueron determinadas por las potencias coloniales y que han atrapado dentro de sus fronteras tribus que en ningún momento determinaron, a través de un largo proceso histórico convivir juntas como ciudadanos de un mismo estado, país o nación. A esta última categoría, según autor, pertenece Libia, país cuyas fronteras modernas son el resultado de una decisión del imperio británico una vez concluye su mandato sobre el territorio ocupado en el curso de la Segunda Guerra Mundial.
La política exterior de Estados Unidos y las demás potencias imperialistas que les acompañan en esta aventura guerrerista no se orienta por principios sino por meros intereses económicos y políticos. De nada valen sus argumentos sobre la alegada realidad en que se encuentra la población libia o su preocupación por víctimas civiles. De hecho, los nuevos avances que se adjudican a las fuerzas rebeldes en los pasados días, recuperando lugares de donde habían sido expulsados por fuerzas leales al gobierno, ha sido el resultado del apoyo aéreo y naval de las fuerzas de la OTAN sobre las ciudades donde se encuentran civiles, muchos de los cuales han caído como resultado de los bombardeos de la llamada “alianza internacional”. Mañana los países de la OTAN dividirán el país, se quedarán con los recursos naturales en la región de Cirenaica, impondrán un nuevo gobierno y, eventualmente, veremos cómo los nuevos regentes del nuevo estado político que de allí surja, mantendrán la opresión contra sus habitantes y el saqueo de los recursos naturales del país. Así es el imperialismo. Por eso cada día es importante, sobre todo para aquellos y aquellas que nos oponemos a las guerras e intervenciones extranjeras violatorias de la soberanía nacional de los pueblos, recordar al Ché cuando nos decía que en el imperialismo no se podía confiar “ni un tantito así”.

La lección nuclear

Por casualidad, el día anterior al terremoto escribí un artículo que fue publicado unos pocos días más tarde, en la edición matutina del Asahi Shimbun. El artículo era acerca de un pescador de mi generación que había estado expuesto a la radiación en 1954, durante las pruebas de la bomba de hidrógeno en el atolón de Bikini. Escuché por primera vez acerca de él cuando tenía diecinueve años. Más tarde él dedicó su vida a denunciar el mito de la disuasión nuclear y la arrogancia de quienes abogaban por ella. ¿Fue una especie de presentimiento sombrío lo que me llevó a evocar a ese pescador en vísperas de la catástrofe? También había luchado contra las plantas nucleares y el riesgo que representan. Durante mucho tiempo he contemplado la idea de observar la historia reciente de Japón a través del prisma de tres grupos de gente: los que murieron en los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, los que fueron expuestos en las pruebas de Bikini y las víctimas de accidentes en centrales nucleares. Si se considera la historia japonesa a través de estas historias, la tragedia es evidente. Hoy podemos confirmar que el riesgo de los reactores nucleares se ha hecho realidad. Como sea que termine este desastre –y con todo el respeto que siento por el esfuerzo humano empleado para contenerlo– su significado no es para nada ambiguo: la historia japonesa ha ingresado en una nueva fase y una vez más debemos mirar las cosas a través de los ojos de las víctimas del poder nuclear, de los hombres y mujeres que han probado su coraje con sufrimiento. La lección aprendida del actual desastre dependerá de que quienes lo sobrevivan decidan no repetir sus errores.
Este desastre une, de forma dramática, dos fenómenos: la vulnerabilidad de Japón ante los terremotos y el riesgo representado por la energía nuclear. El primero es una realidad que este país ha tenido que enfrentar desde el amanecer de los tiempos. El segundo, que muchos creen podría ser más catastrófico que el terremoto y el tsunami, es obra humana. ¿Qué aprendió Japón de la tragedia de Hiroshima? Una de las grandes figuras del pensamiento japonés contemporáneo, Shuichi Kato, que murió en 2008, hablando de bombas atómicas y reactores nucleares recordó una línea de El libro de la almohada, escrito hace mil años por una mujer, Sei Shonagon, en la que la autora evoca “algo que parece muy lejano pero de hecho está muy cerca”. El desastre nuclear parece una hipótesis distante, improbable; pero la posibilidad está, de cualquier modo, siempre entre nosotros. Los japoneses no deberían pensar en la energía nuclear en términos de productividad industrial; no deberían obtener de la tragedia de Hiroshima una receta para el crecimiento. Como los terremotos, tsunamis y otras calamidades naturales, la experiencia de Hiroshima debería grabarse en la memoria humana: y fue una catástrofe mucho más dramática precisamente porque la hicieron los hombres. Repetir el error al exhibir, mediante la construcción de reactores nucleares, la misma falta de respeto por la vida es la peor de las traiciones posibles a las víctimas de Hiroshima.
Yo tenía diez años cuando Japón fue derrotado. Al año siguiente fue proclamada la nueva Constitución. Durante los años siguientes me pregunté si el pacifismo escrito en nuestra Constitución, que incluía la renuncia al uso de la fuerza y, más adelante, los Tres Principios No Nucleares (no poseer, manufacturar ni introducir en el territorio japonés armas nucleares) era una representación precisa de los ideales fundamentales del Japón de posguerra. Y así sucedió: Japón ha reconstituido progresivamente su fuerza militar y acuerdos secretos firmados en los años 60 permitieron a los Estados Unidos introducir armas nucleares en el archipiélago, dejando sin sentido aquellos tres principios. Los ideales de la humanidad de posguerra, sin embargo, no han sido completamente olvidados. Los muertos, que nos vigilan, nos obligan a respetar esos ideales, y su memoria nos previene de minimizar la perniciosa naturaleza del arsenal nuclear en nombre del realismo político. Somos opuestos. Allí reside la ambigüedad del Japón contemporáneo: es una nación pacifista refugiada bajo el paraguas nuclear de los Estados Unidos. Uno espera que el accidente en la central de Fukushima permita a los japoneses reconectarse con las víctimas de Hiroshima y Nagasaki, reconocer el peligro del poder nuclear y poner un final a la ilusión de la eficacia de la disuasión por la que abogan las potencias nucleares.
Cuando llegué a la edad que comúnmente se considera madura, escribí una novela llamada Dinos cómo sobrevivir a nuestra locura. Ahora, en los últimos años de mi vida, estoy escribiendo una novela final. Si consigo sobrevivir a la locura actual, el libro que escribo comenzará con la última línea del Infierno de Dante: “Y después salimos para ver una vez más las estrellas”.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-6915-2011-03-28.html

Mineras deben pagar más

En opinión de Waldo Mendoza el Estado debe recaudar lo mayor posible de las empresas del sector minería e Hidrocarburos. Propone una sobretasa al impuesto a la renta.

Debido a que las empresas mineras, petroleras o gasíferas explotan un recurso no renovable que no es de su propiedad, sino del Estado –como lo indica el artículo 66 de la Constitución-, es necesario que el dueño de los recursos, es decir el estado peruano, recaude de estas empresas la más alta tributación comparado con empresas de otros sectores, esto aunque el sector minería e Hidrocarburos no tengan ganancias extraordinarias.

Así opina el jefe del Departamento de Economía de la Pontificia Universidad Católica e investigador del Consorcio de Investigación Económica y Social (CIES), para quien las actuales normas tributarias favorecen al Sector de Minería e Hidrocarburos (SMH) y desfavorecen a los intereses del Estado. Por ello, propone que dichas empresas paguen un impuesto específico –adicional a los tradicionales que pagan todas las demás empresas- que sería una sobretasa al Impuesto a la Renta

También las mineras podrían proporcionar al Estado un ingreso por el derecho a explotar el recurso, adicional al pago de impuesto común a otros sectores, de un monto similar a la tasa de ganancia normal en el SMH.

“Cada vez que hay más explotación minera tenemos menos stock de capital o riqueza (recursos naturales), por ello el Estado debe recaudar los mayor posible de estas empresas, pues cuando estas (empresas) se vayan del país quien va reparar los daños causados al medio ambiente”, subraya Mendoza.

Contratos de estabilidad tributariaEn opinión de Mendoza los contratos de estabilidad tributaria son aun necesarios. Pero, subraya, el “precio” que deben pagar las empresas por la garantía de estabilidad tributaria, debiera ser mucho mayor al actual 3.5 %, y acercarse al 7 % que existe en Chile. Para ello, dice, debe promulgarse una Ley que imponga la nueva sobretasa en los contratos de estabilidad al amparo de la Ley General de Minería.

Esta sobre tasa debe extenderse también para la firma de convenios de estabilidad jurídica. Inexplicablemente, la ley actual no contempla ninguna sobretasa. La sobretasa de 2 % del IR que existía inicialmente fue derogada en 2001. “El Estado debe recaudar lo mayor posible de este sector pero no lo viene haciendo”, dice.

FAO preocupada por deforestación

En la actualidad, de los 10 millones de hectáreas deforestadas en el país sólo se usa el 20% del total para la agricultura o la ganadería ; y 8 millones de Has están abandonadas, de acuerdo a un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) alerta que esta realidad es similar en otros países de América Latina.

El subdirector de la FAO, Eduardo Rojas, advirtió sobre la deforestación que sufre América Latina y consideró que esta región es una de las mayores “decepciones”.

Rojas indicó que Argentina muestra una altísima cifra de deforestación, superior a la mayoría de los países africanos. Sin embargo, destacó que hay países donde estarían funcionando las medidas pro bosques, como Chile, Costa Rica, Uruguay y en Brasil.

Además, un estudio de la UNODC señala que en Perú se deforestan 150 mil hectáreas cada año y que a la fecha, el total del área deforestada asciende a 10 millones de hectáreas, las que han generado pérdidas al país hasta por US$ 66,140 millones.

Rechazan contaminación de los relaves mineros

Pobladores de varias comunidades se movilizaron por la ciudad de Cajamarca protestando por el derrame de aguas ácidas que habría contaminado el agua que consumen las familias.

Ellos piden la reubicación de la poza La Chugurana, que es la receptora de los relaves mineros.

“Estamos solicitando la reubicación de la poza La Chugurana, que es una amenaza para la vida y que se encuentra en la cabecera del Rio Grande”, manifestó Juan Cholán Vargas, secretario del canal Yanacocha, resaltando el peligro constante en el que se encuentran las poblaciones adyacentes a esta concesión de la minera Yanacocha.

Por su parte, el Presidente Regional de Cajamarca, Gregorio Santos Guerrero, dijo que es un enorme atentado a la salud de la población cajamarquina y demandó severas sanciones para la transnacional.

“Una vez más se muestra que la seguridad ambiental que explica la transnacional Newmont, no es tal, debido a que la comunidad cajamarquina y sus afluentes están siempre amenazadas por este tipo de derrames generados por el sistema de protección o del cuidado de sus aguas ácidas”, puntualizó.

Señaló que hay una enorme duda en torno a la capacidad de la transnacional para controlar todas las aguas ácidas y sus lagunas de lixiviación.

“Esto nos pone en un nuevo reto de exigir y demandar sanciones severas a esta empresa, porque los daños al agua son irreparables, además que su actitud inmoral, anti ética, de decir que varios de sus funcionarios habrían comunicado inmediatamente al gobierno regional, cuando recién hemos recibido el comunicado formal el día 25 de febrero. El hecho ocurrió el 17 y nosotros el mismo 26 hemos tenido que asentar la denuncia ante la Fiscalía para que inicie el proceso de investigación”, explicó la autoridad regional.

El alto funcionario regional también indicó que la transnacional está acumulando más problemas y que en cualquier momento se pueda producir un conflicto social mayor.

“Luego que no le echen la culpa al pueblo cajamarquino, a sus organizaciones y a sus autoridades de los accidentes ambientales que origina solo más contaminación, principalmente, en las cuencas de agua que van directamente hacia la planta El Milagro, que es la que abastece y distribuye el agua para Cajamarca”, remarcó.

CON EL USO DE LA FUERZA, QUIEREN ACALLAR LAS PROTESTAS POPULARES

Autorizan a FF. AA intervenir en Islay

El gobierno ordena el uso de la fuerza para favorecer a minera Southern y su proyecto Tía María cuyo Estudio de Impacto Ambiental no pasó la prueba. Huelga indefinida continúa.

La decisión del gobierno de autorizar la intervención de las Fuerzas Armadas en Islay no amedrentará a la población de dicha provincia arequipeña, donde hoy se cumple el sexto día de paralización indefinida en rechazo al proyecto minero Tía María.

Así lo aseguró Julio Gutiérrez, presidente del Frente de Defensa Ambiental del distrito de Cocachacra, quien calificó como una “provocación” la resolución suprema Nº 113-2011-DE, publicada este lunes en el diario oficial “El Peruano”.

El dispositivo autoriza la intervención de las FFAA en apoyo a la Policía Nacional, a fin de garantizar “el normal funcionamiento de los servicios públicos esenciales y privados” en Islay.

Al respecto, Gutiérrez Zevallos destacó que, hasta el momento, la protesta se desarrolla de manera totalmente pacífica. “No hemos tomado ninguna carretera ni hemos destruido ningún local ni nada. Entonces, no entiendo a mérito de qué sacan ese tipo de documentos”.

“Nuestro pueblo está de pie. No nos amedrenta este tipo de resoluciones (...) si ellos creen que con la represión van a controlar, pues que asuman también la responsabilidad del caso”, enfatizó.

En todo el valle del Tambo, en la provincia de Islay se ingresó al séptimo día de huelga indefinida en rechazo al proyecto Tía María, y agricultores se mantienen concentrados con presencia de la policía del sector. Unas 1,500 personas participaron de una movilización pacífica y el día sábado el Presidente Regional de Arequipa, llegó a la zona para reunirse con los pobladores informando que varios Ministros estarían arribando para entablar un diálogo con los dirigentes del lugar.

Gobierno viola ley al negar información sobre Camisea

Poder Judicial admitió hábeas data y concedió cinco días al Ejecutivo para contestar pero el plazo se ha vencido largamente y no responde. Evalúan denunciar constitucionalmente al premier José Chang, al titular de energía y Minas, Pedro Sánchez, y al presidente de Perupetro, Daniel Saba.

La lucha por recuperar el gas de Camisea para los peruanos sigue en pie pese a que el Ejecutivo no ha contestado hasta el momento la demanda de hábeas data presentada por el Foro Soberanía Energética contra la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), el Ministerio de energía y Minas (MEM) y Perupetro, por negarse a entregar documentos sobre las irregularidades en la exportación del gas de Camisea.

Esta acción jurídica presentada el 21 de octubre 2010, fue admitida el pasado cuatro de enero por el Noveno Juzgado Constitucional de Lima, que despacha el juez Juan Fidel Torres, y notificada exactamente un mes después (4 de febrero) al Ejecutivo, dándole un término de cinco días para contestarla. Hasta el momento, sin embargo, no hay respuesta del Ejecutivo.

En diálogo con LA PRIMERA, el coordinador del Foro Soberanía Energética, Manuel Dammert, señaló que en el fondo el gobierno no quiere contestar o entregar la documentación que evidencia la ilegalidad y defraudación fiscal en la irregular exportación del gas de Camisea. “Están buscando que se enfríe el tema, que desaparezca o que algunos documentos sean trabajados o arreglados”, anotó.

Documentación requeridaEsta garantía constitucional de hábeas data, suscrita por Dammert junto al secretario general de la Confederación General de Trabajadores del Perú, Mario Huamán, fue formulada para que el Poder Judicial requiera al gobierno entregar de manera obligatoria los documentos referidos a la exportación gasífera antes mencionada.

Según el especialista, entre otros asuntos, el gobierno no ha entregado la documentación sustentatoria de la independización de los lotes 88 y 56, así como las fechas, condiciones (si éstas se hubiesen producido), y las pruebas de que no se está exportando el gas del lote 88.

Otra documentación requerida y que no ha sido alcanzada es la que sustenta que el gas del lote 56 no es propiedad del Perú, como afirma el gobierno, al sostener que no le alcanza el artículo 4 de la Ley 27133, cuando fue devuelto por Shell e inscrito con reservas probadas.

Este registro –según Dammert- habría sido irregularmente alterado como “probables” para regalar el gas valorizado en 20,000 millones de dólares a la empresa Hunt para que lo exporte.

Tampoco el gobierno ha alcanzado la documentación de los contratos de exportación del gas de Camisea a México y ahora a Corea del Sur, como si no fuese atribución soberana del Perú conocer al respecto.

Más silencioEl gobierno niega además la documentación que sustenta la autorización para usar el gasoducto para exportar, cuando el contrato establece dedicación exclusiva para el mercado nacional hasta el 2014.

Al respecto, Dammert señaló que el gobierno ha derivado sin explicación documentada un contrato entre Repsol y la Transportadora del Gas del Perú (TGP) como si fuese un asunto exclusivo entre privados, cuando en ellos cambian las obligaciones del contrato y someten el documento a la jurisdicción de los Estados Unidos abandonando la peruana.

Asimismo, que el Ejecutivo no ha entregado las facturas y contratos de exportación, ni los volúmenes, precios de venta, destinos, pagos de impuestos y utilidades en cada etapa de la operación del proceso de extracción, transporte, distribución y exportación en curso.

Todo esto para deslindar una posible sobrevaluación, evasión fiscal y transferencia ilegal de las utilidades entre los integrantes del monopolio exportador de Camisea.

Además el gobierno no ha informado del cumplimiento de las recomendaciones del informe especial 220 de la Contraloría, del 2008, el cual señala como prueba preconstituida del delito de defraudación que se estaba ilegalmente descontando 3.6 dólares por barril de líquidos, al haberse falseado su costo de producción.

El Ejecutivo tampoco ha informado documentalmente los sustentos técnicos y económicos de las diversas propuestas y planteamientos del Ejecutivo en la llamada “renegociación” con el monopolio exportador, la que incluso ha vuelto a ampliar desde enero del presente año a un millón de usuarios domiciliaros de Corea del Sur.

“En el Perú tenemos aproximadamente 30 mil usuarios domiciliarios que están desabastecidos y, en vez de pagar 12 soles por balón de GLP, se paga el triple, siendo el gas más caro de la región”, refirió.