jueves, 1 de septiembre de 2011

La doctrina (científica) del shock

Las izquierdas no obnubiladas habían hablado de ello en ocasiones. Hace ya algunos años, con las pruebas que se lograron obtener. En Triunfo, la también inolvidable, se escribió también sobre ello.
Al parecer, la voz de alarma la dio recientemente (2010) un profesor de Massachussets [1]. Entre 1946 y 1948, los límites no son totalmente precisos, “científicos” de Estados Unidos realizaron unos experimentos con unos 5 mil ciudadanos guatemaltecos. Causaron la muerte de unos 83.
Fueron experimentos ilegales. Cinco de los supervivientes, que han denunciado al Gobierno imperial, serán sometidos a análisis clínicos para determinar las consecuencias que los experimentos tuvieron para ellos y sus familiares. Los resultados, junto con el informe de la comisión encargada, serán dados a conocer en octubre. Habrá que estar atentos.

¿De qué se trataba? Se trataba de probar la eficacia de la penicilina en enfermedades venéreas. El Ejército USA estaba muy interesado en el tema; las razones son evidentes. Los científicos (¿científicos?) norteamericanos infectaron con sífilis y gonorrea a un grupo amplio de guatemaltecos (no de ciudadanos usamericanos por supuesto), pero sólo una parte de aquéllos recibió tratamiento. ¿Quiénes fueron los infectados? “Chusma”. Fueron prisioneros políticos, soldados, huérfanos y enfermos psiquiátricos ya con sífilis. Se les inyectó directamente la bacteria o se les puso en contacto directo con prostitutas ya enfermas. Stephen Hauser, de la Universidad de California de San Francisco, lo ha denunciado en los términos siguientes: “Hubo un esfuerzo claro y deliberado de engañar tanto a los sujetos de los experimentos como a la comunidad científica y a la comunidad en general”. No es evidente que sujetos de los experimentos-comunidad científica-comunidad en general puedan ponerse en este caso en el mismo plano y sin más distinciones.

El actual gobierno de Guatemala considera que estos experimentos son un “crimen contra la humanidad” y ha decidido llevar el caso a una corte internacional. Barack Obama se ha limitado a pedir perdón por lo sucedido.

“Representan un capítulo oscuro de la historia del país y lo mejor que podemos hacer como estadounidenses es sacarlos a la luz”, ha señalado Amy Goodman, presidente del Instituto Nacional de Salud de EEUU. ¿Cuántos capítulos oscuros tiene la historia de EEUU?

¿El regreso de los militares?

La antesala del cambio de ciclo de la cuenta larga del calendario maya está impregnada de un contexto adverso para el conjunto de los pueblos originarios de Guatemala, no solamente porque se ha hecho del 2012 un acontecimiento esotérico y mediático que no ha permitido discutir a profundidad la herencia cultural y la experiencia política de dichos pueblos, sino también, porque las condiciones de explotación, dominación y racismo siguen enraizadas al seno de la sociedad centroamericana.


Aunado a lo anterior, se vislumbra el regreso, al frente del Estado guatemalteco, del general Otto Pérez Molina del Partido Patriota (PP), que de acuerdo a las encuestas tiene alrededor del 35% de intención de voto, una ventaja importante sobre sus competidores más cercanos que se encuentran entre el 17% y 8% de la preferencia electoral.

El militar que ahora domina la contienda electoral, fue conocido en los tiempos de guerra como el “Comandante Tito” y por haber dirigido los planes de contra-insurgencia en la tierras mayas del altiplano, los mismos territorios que conocieron las masacres, desapariciones forzadas, torturas, secuestros y otros actos de barbarie que sólo pueden compararse con los actos de genocidio cometidos en Ruanda o Camboya. [1]

Como las estructuras contra insurgentes no fueron completamente desmanteladas con la Firma de la Paz en 1996, muchas de ellas se infiltraron en el crimen organizado, en el narcotráfico y en el contrabando. Estos “poderes ocultos” aprovechan las posiciones y redes que han construido en el sector público y privado, no solamente para enriquecerse sino también para cometer crímenes y extorsiones. [2]

La debilidad del sistema electoral y la volatilidad de los partidos políticos también ha sido aprovechada por estos sectores, las elecciones del 6 septiembre son un claro ejemplo: 20 partidos políticos participan en la contienda electoral, los cargos públicos se definen a través de relaciones clientelares, se desconocen las fuentes de financiamiento de los partidos políticos y la mayoría de ellos se han visto implicados en problemas de narcotráfico o contrabando.

En este sentido, la posible llegada al gobierno de Pérez Molina no cambia sustancialmente el sistema social y económico del país, pues al igual que el partido oficial, el Partido Patriota está estrechamente ligado al sector económico tradicional. Por un lado, varios de sus candidatos y principales financistas provienen de las filas de la oligarquía, los empresarios Ricardo Castillo, Dionisio Gutiérrez y el Grupo Grupo Multi Inversiones, son un claro ejemplo. Por otro lado, la alianza entre la oligarquía y el sector militar no es nueva, inició con el golpe de Estado de 1954 contra el presidente Jacobo Arbenz [3] y se consolidó durante más de 36 años de conflicto armado interno. [4]
Otra característica del sistema lectoral y de partidos políticos es la fuerte presencia de partidos de derecha y su indefinición ideológica: tres partidos de derecha y uno de centro detentan cerca de 80% el poder legislativo (PP, GANA, LIDER y UNE), mientras que de 158 diputados únicamente 3 pertenecen a partidos de izquierda (URNG y MNR).

Dado el deterioro de la izquierda guatemalteca en los últimos ocho años, diversas organizaciones sociales y partidos políticos lograron crear el Frente Amplio, con Rigoberta Menchú (Premio Nobel de la Paz) y del diputado independiente Aníbal García como candidatos a la presidencia y a la vicepresidencia, respectivamente. Sin embargo, las diferencias políticas e ideológicas han distanciado a ciertas organizaciones fundadoras, como El Frente Nacional de Lucha (FNL) y el Movimiento Tzuk Kim Pop.

No obstante, estos problemas distan del pragmatismo y oportunismo político de algunos partidos políticos considerados democráticos y de izquierda, tales como Encuentro por Guatemala (EG) de Nineth Montenegro, que lejos de construir un programa político y alianza con sectores sociales, prefirió aliarse con el partido liberal Visión con Valores (VIVA) del ex líder neo-pentecostal Haroll Caballeros. 

Un comportamiento que, también es compartido por supuestos líderes sociales y de izquierda, que se reciclan en cada período gubernamental, innumerables son los casos y, por tanto, dos de ellos pueden ser ilustrativos. El primero, es el de Orlando Blanco y sus más cercanos colaboradores, que después de haber dirigido el Colectivo de Organizaciones Sociales (COS), y de haber trabajado con organizaciones de “víctimas” del conflicto armado, negociaron con el gobierno de turno para acceder a cargos públicos como secretarías y viceministerios. El segundo caso lo podemos encontrar en Edgar Ajcip, líder maya que después de haber dirigido el programa asistencialista del Fondo Nacional para la Paz durante el gobierno anterior, cambia de partido político y ahora se postula como diputado nacional.

En este sentido, los Comités Cívicos siguen siendo una posibilidad real de organización política y social en Guatemala, puesto que son organizaciones políticas locales y regionales que pueden postular y elegir alcaldes municipales, el apoyo de las comunidades indígenas y populares es directo y lejos de buscar hacer de la política una profesión y una forma de ganarse la vida; son un medio para organizar y politizar a las comunidades y trasformar la realidad en que viven.

El amanecer y despertar político que durante siglos han buscado los pueblos mayas sigue siendo distante y parece que un período obscuro y violento se avecina y, por ello, el trabajo organizativo del pueblo, la búsqueda de unidad de las organizaciones populares y la superación el sectarismo de la izquierda tradicional y el culturalismo de gran parte de las organizaciones mayas del país, así como la incorporación de las nuevas generaciones de hombres y mujeres sigue siendo una tarea pendiente. 

Proyecto de base militar canadiense en Senegal: objetivos y perspectivas

Mientras que AFRICOM está teniendo dificultades para encontrar un país donde instalarse en África, Canadá parece haber encontrado un terreno propicio para establecer una base militar en Senegal. Sería la primera para Ottawa en África. El proyecto se plantea como una “Red de apoyo operacional”, pero la finalidad está clara: Canadá busca poder poner los pies militarmente en África para consolidar mejor su participación en el pillaje de los recursos africanos. Si los americanos se interesan por el petróleo, los canadienses han invertido en las industrias extractivas del continente.


El periódico “Le Devoir” de Montreal, en su edición del 2 de junio de 2011, pone de manifiesto la voluntad de Canadá de implantar en Senegal una base militar en el marco de su proyecto “Red de apoyo operacional”. Los analistas políticos parecen justificar este proyecto por la necesidad que tiene Canadá de tener una presencia en ciertos lugares del globo donde sus militares puedan salir en caso de necesidad. Sin embargo, hay que analizar este proyecto canadiense desde una perspectiva más amplia como una tentativa de reorganización del imperialismo en diferentes partes del globo (en este caso en Senegal), con el fin de reforzar su hegemonía y continuar con su dominación del resto del mundo.

El proyecto, presentado como un acuerdo clásico de cooperación bilateral, no puede ser abordado solamente desde él ángulo técnico. Es una cuestión eminentemente política, con mecanismos estratégicos de amplio calado. En efecto, desde hace varios años, los Estados Unidos tratan de hacer lo mismo para poder establecer su proyecto de implantación de AFRICOM (United States African Command) en el interior del continente africano. Un proyecto que ha sido rechazado casi unánimemente por todos los países, incluso por aquéllos aliados más cercanos a los EEUU como Uganda, Ruanda y Liberia. Por otro lado, Francia, que en un determinado momento, se había planteado retirar algunas bases, se está preparando en el futuro para una racionalización y una reorganización selectiva. Esto quiere decir que todas estas iniciativas (americana, francesa y ahora canadiense), no tienen más que un objetivo: asentarse en el continente para poder continuar controlándolo políticamente y económicamente, ya que el acceso (casi libre) a los recursos energéticos africanos va a ser determinante en las próximas décadas. La ciudad de Toronto es la capital de las multinacionales y de las empresas canadienses que más adelantadas están en tecnologías extractivas. En ella se aloja la TSE (Toronto Stock Exchange) donde están incluidas todas las sociedades (Barrick Gold, etc) que son más activas en África, a menudo en perfecto enfrentamiento con los poderes locales en una carrera de expolio de las riquezas del continente.

El sistema político-económico internacional, tal y como está configurado hoy, tiende a despolitizar algunas cuestiones fundamentales, como es la presencia de bases militares por ejemplo, para presentarlas como problemas clásicos de cooperación, en una situación de ‘todos ganan’ que beneficia a todo el mundo. Sin embargo, este sistema, para poder afianzarse a nivel mundial, debe mantener la supremacía sobre el plano militar, sobre el control de los medios de comunicación y sobre el plano financiero. Así, toda estrategia de su parte, se articulará alrededor de estos objetivos que le permitirán poder continuar manteniendo su posición dominante. La puesta en cuestión de estos monopolios por parte de los países emergentes (Brasil, India, China, Rusia, etc), explica esta nueva fase de reorganización militar y el nerviosismo de Occidente (Europa – América del Norte). En consecuencia, el objetivo fundamental reside en establecer una estructura de dominación de nuestros países. Las escasas muestras de fracasos de tales estrategias, no deben hacernos perder de vista estas cuestiones, ya que en gran medida, determinarán el futuro de nuestras poblaciones en los próximos años. Está claro, que hoy en día, las apuestas relativas a las cuestiones de seguridad, como la lucha contra el terrorismo y contra la circulación de la droga en tránsito por la sub región africana, no son más que el embalaje de una estrategia hábilmente orquestada para implantarse militarmente en el continente africano con el fin de poder tener un control político y económico sobre el mismo. En efecto, las riquezas naturales de África son determinantes en el futuro. Por eso las poblaciones africanas deberían batirse por una democratización profunda de las instituciones internacionales, como la ONU por ejemplo, porque tristemente, tienden cada vez más a subcontratar ciertas operaciones de dimensión militar a actores motivados sólo por sus propios intereses geoestratégicos (la OTAN en Libia y la Licorne en la Costa de Marfil son ejemplos claros). Tales organizaciones, deberían reestructurarse para ser más democráticas y reflejar mejor los puntos de vista de diferentes regiones, más que continuar siendo instrumentalizadas por los detentores del orden mundial actual que las utilizan de manera variable en función de loa intereses del momento.

LA ALTERNATIVA PANAFRICANISTA Desde un punto de vista de seguridad, tenemos que desenmascarar primero este proyecto occidental que se apoya en coartadas de cooperación. Hay que recordar, que Occidente ha estado la mayoría de las veces en el origen de los conflictos más sangrientos que el continente ha conocido. El ejemplo más patente lo tenemos en Congo, con más de 4 millones de muertos en apenas diez años y con un pillaje sistemático de sus recursos mineros de los que las nuevas industrias de telecomunicaciones y de bienes de consumo no pueden pasarse. Nuestra propuesta pasa por la puesta en marcha de mecanismos de seguridad colectiva en el continente, con el establecimiento, por ejemplo, de cuatro zonas geográficas en los espacios del Magreb, de la CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental), de la SADC (Comunidad de Desarrollo de África Austral) y de la EAC (Comunidad de África del Este), con fuerzas militares africanas posicionadas en estas zonas y con la puesta en marcha de mecanismos de toma de decisiones políticas adecuadas para poder intervenir y servir de elemento disuasivo en el marco de la prevención de conflictos, estando preparadas para intervenir militarmente en caso de necesidad para establecer la seguridad colectiva de nuestras poblaciones.

Estas fuerzas militares deberían estar constituidas por efectivos de países africanos proporcionales al tamaño de sus ejércitos nacionales. También, en periodo de paz, deberían estar movilizadas para tareas de desarrollo (construcción de puentes, de carreteras, de escuelas, de centros de salud, de reforestación, etc). Haciendo todo esto en perfecta sinergia con las poblaciones civiles de las zonas de implantación de sus bases.

La seguridad, con AQMI (Al Qaeda en el Magreb) a las puertas del Sahara y con las nuevas rutas de la droga proveniente de América Latina hacia Europa a través de África del Oeste, es un problema regional. Con lo cual la respuesta debe venir también de la región.

Una base militar canadiense en cualquier país de la región no podrá provocar más que un desplazamiento de los problemas hacia sus países vecinos. Además, los supuestos beneficios económicos para el país de acogida serán siempre mínimos. La prioridad en África debe ser la lucha para el advenimiento de regímenes democráticos, progresistas y capaces de crear las condiciones idóneas de salida del continente de las angustias del subdesarrollo. Es de manifiesto que sólo tales regímenes estarán en condiciones de hacer progresar el proceso de integración africana y de permitir la construcción de un bloque políticamente soldado para poder parar el pillaje sistemático del que África está siendo víctima de manera continua desde hace décadas.

El Pentágono exagera la amenaza china

WASHINGTON – No solo amenazan a China como solían hacerlo, aunque lo mejor que logra la evaluación oficial anual de las capacidades militares de China del Pentágono, es decir, que el ritmo y alcance del fortalecimiento militar de China “desestabiliza potencialmente” el Pacífico.


Cuando se trata de amenazas, el informe de 84 páginas “Desarrollos militares y de seguridad que involucran a la República Popular China 2011”, publicado el miércoles pasado, prefiere el subjuntivo, el Fantasma de las Amenazas Militares Futuras Chinas, prestado a Charles Dickens, pero no es tan impresionante cuando se trata de problemas reales que hay que encarar ahora. Considere este lenguaje:

"Sin embargo, el ritmo y el alcance de las continuas inversiones militares de China han permitido que China se dedique a capacidades que creemos que son potencialmente desestabilizadoras para los equilibrios militares regionales, aumentan el riesgo de malentendidos y errores de cálculo, y pueden contribuir a tensiones y ansiedades regionales. Semejantes capacidades podrían aumentar las opciones de Beijing para el uso de fuerza militar a fin de lograr ventajas diplomáticas, promover sus intereses o resolver disputas militares a su favor."

“Potencialmente desestabilizadoras”, “pueden contribuir”, “podrían aumentar” no es el lenguaje de una amenaza clara y actual.

En los hechos, durante la parte de preguntas y respuestas de la conferencia de prensa de la publicación del informe que será entregado al Congreso de EE.UU., Michael Schiffer, el Asistente adjunto del Secretario de Defensa para el este de Asia, confirmó que actualmente no hay nada de desestabilizador en los desarrollos militares de China:

P: Usted dijo al principio que el fortalecimiento militar chino era desestabilizador, y luego presentó una larga lista de lo que han hecho los chinos. ¿Podría decir específicamente qué parte del fortalecimiento es considerado por usted como desestabilizador, a qué aspectos se refiere?
Michael Schiffer: "Creo que dije que era potencialmente desestabilizador. Y eso habla, de nuevo, de la importancia de poder tener, no solo entre EE.UU. y China sino entre China y los otros países de la región, discusiones y compromisos profundos, ininterrumpidos, continuos y fiables entre nuestros sistemas militares y de seguridad para que podamos comprender mejor las intenciones de China, el pensamiento y enfoque de China y para que ellos comprendan mejor los nuestros.

Pienso que a falta de eso, y en vista de la falta de transparencia que – incluso con las mejoras que he citado- sigue persistiendo, es donde se tiene el potencial de llegar a situaciones en las que puede haber malentendidos o errores de cálculo, donde se puede tener el potencial de ansiedad que impulse una dinámica desestabilizadora".

Entre otros temas, el informe citó el empuje de China hacia tecnologías de armamentos en las cuales EE.UU. ha dominado desde hace tiempo, como ser portaaviones y cazabombarderos stealth[ocultos]. Eso dice más sobre las inseguridades estadounidenses que sobre los progresos militares chinos.

Operaciones efectivas de portaaviones requieren más que la simple existencia de un portaaviones; requerirán décadas de entrenamiento de aviadores navales antes de que China pueda utilizar portaaviones para proyectar ofensivamente un poder aéreo. Por cierto, el propio informe dice: “Requerirá una cantidad de años adicionales para que un grupo aéreo logre el tipo de capacidad mínima de combate sobre el portaaviones, necesario para que comiencen a operar desde el propio portaaviones”.

Y no hay señales de que China se proponga construir algo que se aproxime más a los 11 portaaviones que tiene EE.UU. actualmente. La alarma por el portaaviones chino parece aún más descabellada si se considera que ese portaaviones se basa en un casco vacío comprado de Ucrania y que todavía no tiene aviones.

Pero no se puede decir que los portaaviones sean la única área en la que ladran más que muerden. Consideremos, por ejemplo, la sección sobre gastos militares chinos. El informe estima que los gastos totales de China relacionados con las fuerzas armadas para 2010 fueron más de 160.000 millones de dólares, usando precios y tipos de cambio de 2010. Considerando que es el pico de más de dos décadas de continuo crecimiento presupuestario, según Schiffer, no se puede decir que parezca una suma desmesurada.

Es algo difícil hacer una comparación exacta ya que el informe utiliza un año del calendario, y EE.UU. usa años fiscales. A pesar de ello, en el año fiscal 2010, el presupuesto oficial del Departamento de Defensa fue de 697.000 millones de dólares. Eso excluye otros gastos relacionados con los militares fuera del Departamento de Defensa, lo que lleva el total a cerca de 1 billón de dólares al año, pero ignoremos eso por el momento.

En su lugar, consideremos los gritos de alarma de los halcones militares en Washington de que el reciente acuerdo de reducción del déficit impondrá masivos recortes de gastos militares si el comité nombrado del Congreso no puede llegar a un acuerdo sobre qué recortar en el futuro. Pero como señala el Centro para Información de la Defensa en Washington:

"Si el presupuesto “base” (no guerra) del Pentágono tuviera que recortar 850.000 millones de dólares, o algo parecido, durante diez años, bajaría a unos 472.000 millones de dólares al año, el nivel aproximado del presupuesto base del Departamento de Defensa en 2007." (Eso, no por coincidencia, es aproximadamente el mismo nivel de una nueva vuelta de histeria de reducción del presupuesto de defensa que circula en Washington como reacción ante un memorando recién publicado del director de la Oficina de Administración y Presupuesto [OMB] Jack Lew.)
Utilizando los dólares “constantes” del Pentágono que se ajustan a los efectos de la inflación, el nivel de 472.000 millones sería más que 70.000 millones superior a los gastos del Departamento de Defensa en 2000, justo antes de las guerras. Durante diez años, los gastos base del Departamento de Defensa serían casi tres cuartos de un billón de dólares sobre los niveles existentes en 2000. Y, ninguna de las sumas adicionales para ser gastadas en las guerras sería eliminada.

A 472.000 millones de dólares por año, el presupuesto del Pentágono sería casi 40.000 millones de dólares más de lo que promediamos, en dólares “constantes” ajustados a la inflación, durante la Guerra Fría cuando enfrentamos a una superpotencia intimidante, la Unión Soviética, sus aliados del Pacto de Varsovia y una China hostil, de un comunismo dogmático.

Como señaló Xinhua, la agencia noticiosa estatal china, en un comentario: “Para muchos en China, es extraño que el Pentágono, cuyos gastos llegaron a casi 700 millones de dólares y que representó más de un sobrecogedor 40% del total mundial en 2010, apunte rutinariamente su dedo hacia China”.

Hablando en general, el informe confirma lo que ya ha sido dicho en literatura de fuente abierta. Por ejemplo, el Ejército Popular de Liberación de China está a punto de lograr su objetivo de crear una fuerza moderna, de enfoque regional, hasta 2020. Los militares chinos siguen concentrados en Taiwán, y han desplegado hasta 1.200 misiles de corto alcance que apuntan en su dirección.

Y, como en previos informes estadounidenses que se concentraron en lo que los militares de EE.UU. llaman las capacidades “anti-acceso” de China, el informe de este año señala los esfuerzos de China por desarrollar misiles balísticos contra barcos, conocidos como DF-21D, diseñados para alcanzar barcos en el mar, así como su inversión en el ataque a submarinos, como el Tipo 095 de tercera generación.

En términos de la estrategia china, el informe establece que para lograr sus objetivos China actúa exactamente como cualquier otra nación de su tamaño y poder:

"Los dirigentes de China anticipan que una expansión exitosa del poder nacional integral servirá los objetivos estratégicos decisivos de China, que incluyen la perpetuación del régimen del Partido Comunista de China; el mantenimiento del crecimiento económico y del desarrollo; el mantenimiento de la estabilidad política interior; la defensa de la soberanía nacional y de la integridad territorial; y la protección del estatus de China como gran potencia."

Sí, perpetuar el rol comunista es deplorable, pero difícilmente una amenaza para la seguridad nacional. Rusia en el clímax de su poder militar durante la Guerra Fría era una amenaza mucho más existencial para EE.UU. pero, sabiamente, EE.UU. prefirió una política de contención a la confrontación.

Cooperación Sur-Sur sin restricciones

Indonesia recibió de Alemania 40 vagones de un tren eléctrico que no le sirvieron para nada porque no eran adecuados para sus vías férreas. El activista Don Marut se sirvió del ejemplo para cuestionar las dificultades de la asistencia del mundo rico al Sur en desarrollo. Comprados a Alemania en el marco de un paquete de "ayuda condicionada", los vagones, construidos para vías férreas más anchas, se están oxidando en una estación de tren de ese país de Asia sudoriental, pese a que fue parte de un proyecto para mejorar la eficiencia del sector y contó con respaldo del Banco Mundial.


"Ayuda condicionada" es un "eufemismo para imposiciones rigurosas que las naciones del Sur tienen que aceptar para recibir un préstamo para el ‘desarrollo’ de un país occidental", indicó Marut, director ejecutivo del no gubernamental Foro Internacional para el Desarrollo de Indonesia, coalición de organizaciones con sede en Yakarta. "Recibimos un buque de guerra y una embarcación patrullera de Occidente que no se podía utilizar en nuestras aguas", añadió.

Las ataduras disfrazadas de asistencia al ‘desarrollo’ son una artimaña usual de los países ricos para "reubicar tecnología no utilizada", explicó Marut en la conferencia sobre asistencia y desarrollo realizada en la capital de Tailandia.

"No puede seguir así. Estamos apoyando el negocio de la asistencia para garantizar el empleo en las agencias donantes", indicó Marut.

La irrupción de actores como China y, cada vez más, India, que ofrecen millones de dólares en asistencia oficial al desarrollo (ODA) sin condiciones, cambia las reglas de juego, según analistas.
Numerosos activistas sostienen que el cuarto Foro de Alto Nivel sobre la Efectividad de la Asistencia, que se realizará del 29 de noviembre al 1 de diciembre en la ciudad surcoreana de Busan, será un punto de inflexión para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), un grupo de países ricos que desde hace décadas fija la política de la asistencia al desarrollo. "La legitimidad de la OCDE fue puesta en cuestión por los nuevos donantes, en especial China e India, en Asia, y Brasil, en América Latina", indicó Antonio Tujan, director de IBON International, organización con sede en Manila. "La crisis económica global complicó a la OCDE y puso en cuestión su existencia misma", indicó Tujan.

La Organización sabe que las "naciones en desarrollo pueden recurrir a China si no quieren aceptar las condiciones de asistencia tradicional", dijo a IPS. "La reunión de Busan será un proceso dirigido por la OCDE, pero marcará el cambio de caminos en el paisaje de la ayuda al desarrollo", sostuvo.
La asistencia al desarrollo Sur-Sur incluyó 2.500 millones de dólares aportados por China, en 2009, y 547 millones de dólares de India, en 2008, por debajo del monto global de 140.000 millones de dólares en 2009. Estimaciones de la Facultad Wagner, de la Universidad de Nueva York, estiman que el aporte de China fue mucho mayor y ascendió a 27.500 millones de dólares, en 2006, y a 25.000 millones de dólares, en 2007.

Las cifras manejadas por la Universidad se basan en informes de prensa, pero coinciden con el estudio "Cooperación Sur-Sur: un desafío al sistema de ayuda", publicado por IBON".

"Parece haber consenso de que la asistencia china es sustancial y que aumentó en los últimos años", añade.

África sigue siendo el principal objetivo de la generosidad de China al recibir 45 por ciento de los fondos concedidos por Beijing. India dividió su asistencia entre países de Asia meridional, como Bután y Afganistán, y de África, como Sudán y Etiopía.

La ayuda, la asistencia al desarrollo y el comercio de China con Camboya, un país que lucha por recuperarse desde 1991, cuando se logró un acuerdo de paz que puso fin a un sanguinario conflicto de dos décadas, ilustra la velocidad con la cual aumenta la cooperación Sur- Sur y se erosiona el monopolio de los donantes occidentales.

Beijing contribuyó con 850 millones de dólares para construir 14 represas en 2008, un notorio aumento respecto de los 45 millones invertidos en 2003. "China e India ingresaron en el terreno con intereses estratégicos y de política exterior", dijo Kavaljit Singh, director del Centro de Investigación sobre Interés Público, con sede en Nueva Delhi.

"China quiere acceder a recursos naturales a cambio de su inversión en infraestructura, en tanto India pretende asegurarse beneficios geopolíticos, y una voz más fuerte en el concierto internacional".

Pero ni Beijing ni Nueva Delhi revelan qué papel pretenden desempeñar en la reunión de Busan, organizada por la OCDE.

El grupo de países ricos "quiere a India, China y Brasil porque saben que disminuye su legitimidad e influencia en el mundo", señaló Anselmo Lee, del Foro de Cooperación Internacional para el Desarrollo de la Sociedad Civil Coreana. "No se siente cómodo con la competencia del Sur", apuntó. "Es uno de los asuntos políticos más importantes que ocurren tras bambalinas", dijo a IPS.

Fuente: http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=98973

Bienvenidos al colonialismo 2.0

El ataque a Libia por una coalición de naciones en su mayoría occidentales provoca la pregunta: ¿Estamos ante una especie de reaparición del colonialismo? Mientras sus economías se derrumban a cámara lenta, cuesta imaginar a países occidentales que buscan bienes raíces al otro lado del globo, como lo hicieron hace 300 años. Pero por irreal que parezca, está sucediendo.


Pocos llorarán por Gadafi, porque fue su impetuosidad lo que costó a Libia su libertad; más preocupa el hecho de que después de 40 años, la considerable riqueza petrolera del país ha vuelto al control occidental. El petróleo iraquí también fluye hacia Occidente. Irán podría ser el próximo objetivo de los planes de guerra estadounidenses y británicos.

Irónicamente, las naciones emergentes de Asia y África tienen motivos para preocuparse cuando Occidente es débil. Colonialismo 2.0 no es solo un dicho preferido; es simple economía: los ricos siempre tienen que star vigilantes ante los desesperados.

En los siglos XVIII y XIX cuando el mundo era colonizado por países como España, Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Portugal y los holandeses, India y China eran los dos países más ricos del mundo; juntos representaban más de un 50% del PIB mundial. Y sin embargo las dos gigantescas naciones asiáticas terminaron bajo botas militares coloniales.

Si pensáis que la colonización ocurrió cuando el Oriente declinaba y Occidente crecía o que India y China descuidaron sus ejércitos e ignoraron las amenazas extranjeras que acechaban sus costas, no podríais estar más equivocados. Ambos países tenían fuerzas armadas y flotillas navales muy poderosas dirigidas por comandantes capaces.

Ventaja militar
A principios del Siglo XVIII, el legendario almirante de la flota india Kanhoji Angre, derrotó en alta mar a las armadas británica, holandesa y portuguesa. Durante 33 años, hasta su muerte en 1729, los indios siguieron invictos. Los británicos estaban tan furiosos que lo llamaron pirata.

Los barcos indios de esa época eran tan avanzados en diseño y durabilidad que los británicos los incorporaron a su flota. En la Batalla de Trafalgar en 1805, el buque insignia de Horatio Nelson, HMS Victory, era un barco construido en India.

Según el sitio web de la armada india: “Esto agitó tanto a los constructores de buques británicos en el río Támesis que protestaron contra el uso de barcos construidos en India para transportar carga desde Inglaterra. En consecuencia, se adoptaron medidas activas para incapacitar a los astilleros indios”-

El reino meridional indio de Mysore fue el primero de la historia moderna que utilizó cohetes en la guerra, y los utilizó con efecto letal contra los británicos en la Batalla de Guntur en 1780. El ejército británico, literalmente traumatizado por las explosiones, huyó del campo de batalla. Unos pocos cohetes que no estallaron se enviaron posteriormente al Arsenal Real en Londres, donde William Congreve, el experto británico en armas, realizó ingeniería inversa con ellos para lanzar la cohetería moderna en Europa.

La mayoría de los gobernantes indios también poseía una aguda conciencia geopolítica. Por ejemplo, no permitieron que los comerciantes europeos mantuvieran guarniciones o realizaran comercio interior. Cuando Thomas Roe, emisario del monarca británico, desembarcó en India occidental en 1616, lo hicieron esperar un año antes que el emperador indio le otorgara una audiencia. Tres años después Roe, a pesar de muchas petitorias y considerables reverencias ante los grandes de Delhi, volvió sin un tratado comercial porque el emperador no veía el sentido de comerciar con un país que no tenía un solo producto o mercancía que ofrecer a India.

El principio de algo peor
Sin embargo, un desliz de un emperador débil dejó entrar a las hordas. Cien años después de la partida de Roe, una embajada inglesa tuvo un golpe de suerte cuando uno de sus miembros, William Hamilton, un galeno de dudosa capacidad médica, logró aliviar al emperador, que era más bien una figura decorativa, de un severo dolor en la ingle. El emperador, agradecido, firmó un decreto que otorgaba a los británicos derechos de comercio interior, exenciones de aranceles de aduana y el derecho de mantener una guarnición. El resto, como dicen, es historia.

Según el profesor Rajesh Kochhar, científico emérito del Instituto Indio de Educación, Ciencia y Educación, en Chandigarh: “Esas exenciones dieron a los mercaderes ingleses ventajas comerciales no solo sobre otras compañías europeas sino también sobre los mercaderes indios. Lo que es más importante, las diversas órdenes oficiales otorgando concesiones comerciales dieron a los británicos una causa que defender, con la fuerza militar si era necesario.” ¿Suena familiar?

Retorno del Oriente
En la actualidad, el Oriente vuelve a levantarse. Los economistas se sorprenden ante el flujo sin precedentes de la manufactura, las finanzas y la riqueza hacia Oriente. Magid Igbaria, ex profesor de sistemas de información de administración en la Universidad de Tel Aviv, escribió en The Virtual Workplace: “Durante al menos los últimos 500 años de historia humana, la riqueza del mundo medida en capital humano y en bienes se concentró en Asia. Durante los últimos cinco siglos, la riqueza del mundo se ha concentrado en Occidente. Esta era se está acabando. Actualmente, las grandes concentraciones de capital humano, poder financiero, poder de manufactura, y poder de información se acumulan una vez más en Oriente.”

Por cierto, se predice que en 30 años India superará a EE.UU., a pesar de que actualmente tiene solo un catorceavo del tamaño de la economía de EE.UU. Es un ritmo increíble de acumulación de riqueza.

La pregunta es: ¿contemplarán simplemente EE.UU. y Europa como los sobrepasa el mundo? Al contrario, hay un esfuerzo concertado de una coalición dirigida por EE.UU. para detener esta tendencia. Las siguientes son algunos métodos que Occidente ensaya para permanecer arriba:
Instintos básicos: Actualmente la coalición dirigida por EE.UU. tiene más de 750 bases militares en todo el globo. A pesar de los inmensos costes, esta extensión del poder militar es esencial para su hegemonía. Un montón de nacionalidades europeas ha seguido a los militares estadounidenses en sus desventuras por todo el mundo. Ningún imperio de la historia ha intentado un control tan arrollador. En los días de Pliny, los imperios romano, indio y chino coexistieron en sus esferas de influencia y nunca intentaron desestabilizarse uno a otro. Eran los buenos tiempos.

Dividir para gobernar: Los estadounidenses destacan a India como importante potencia “regional” aliada con Occidente. Esto no solo es insultante para los indios (¿por qué iba a ser India solo una potencia regional?), también pone los pelos de punta a los chinos. Los comunistas en Pekín, por lo tanto, divulgan declaraciones automáticas que llaman a desmembrar India, lo que por su parte hace que India considere a China su enemigo natural. Sorprendentemente, en los últimos 2.500 años, China e India nunca tuvieron ni siquiera una escaramuza, hasta que llegaron los británicos y sembraron las semillas de problemas fronterizos.

Fantasma del clima: Después de contaminar el entorno durante más de un siglo, Occidente ahora quiere que India y China reduzcan emisiones. Es un intento apenas disfrazado de desacelerar esas economías en rápido crecimiento. El ministro de medio ambiente de India, Jairam Ramesh, ha dado media vuelta y ahora sus puntos de vista parecen alinearse con intereses occidentales, lo que llevó a que los negociadores clave de India se retiraran disgustados. Newsweek, el portavoz del Pentágono disfrazado de periodismo, quedó suficientemente contento con Ramesh para calificarlo de “la estrella mundial del rock del cambio climático”.

La jugada del dólar: ¿No te sentirías todopoderoso si obtuvieras una licencia para imprimir dólares estadounidenses en tu impresora? Mientras el resto del mundo tiene que trabajar duro para ganarse la vida, los estadounidenses simplemente imprimen dólares para pagar sus cuentas. ¿Necesitas unos pocos cientos de miles de millones de dólares para pagar la guerra en Iraq? ¿Quieres comprar petróleo venezolano? ¿Titanio ruso? No hay problema. La Casa de Moneda de EE.UU. tira de la palanca y los miles de millones de dólares comienzan a salir de las prensas. De hecho, en los últimos años incluso esa forma artesanal se ha eliminado, ahora billones (millones de millones) de dólares se generan electrónicamente en las cuentas de la Reserva Federal de EE.UU. Así de simple.

El comercio en dólares también trabaja de otra manera contra los intereses de los países no occidentales. Países como China y Rusia invierten sus ingresos en bonos del tesoro de EE.UU.; esos dólares son utilizados por los estadounidenses para mantener su supremacía militar global, construir armas cada vez más modernas y recompensar a sus aliados con dinero, armas y paraguas de seguridad.
Organización Mundial de Comercio (OMC): El primer ministro ruso Vladimir Putin la ha calificado de “arcaica, antidemocrática e inflexible” y dominada por un pequeño grupo de países desarrollados que se entregan al proteccionismo. Uno de sus objetivos es abrir los mercados agrícolas de Asia, incluida India. A propósito, India tiene la mayor cantidad de suicidios de agricultores del mundo.

Veto de la tecnología nuclear: El Undécimo Mandamiento: No adquirirás tecnología nuclear. Científicos nucleares indios y japoneses perfeccionaron el reactor reproductor rápido (que genera más combustible nuclear del que utiliza) para no tener que buscar nunca en el exterior el uranio difícil de conseguir. Sin embargo, es muy probable que bajo presión de EE.UU., ambas naciones hayan archivado sus tecnologías.

Contracción espacial: Las ambiciones espaciales de EE.UU. se han postergado en la actualidad debido a profundos recortes. India tiene la mayor cantidad (177) de satélites en el espacio. La NASA lo sabe; está considerando empresas conjuntas con la Organización de Investigación Espacial de India que tiene cohetes fiables y unos 20.000 ingenieros y científicos. Pocos saben que durante los años noventa India solicitó a los rusos un papel en la Estación Espacial Internacional, pero los estadounidenses se negaron. Ahora la NASA quiere viajar gratis en cohetes indios, y los políticos débiles de carácter de India se muestran felices de complacerlos.

Según el ex gobernante panameño general Manuel Noriega, quien ahora languidece en una prisión estadounidense a pesar de haber hecho durante décadas el trabajo sucio de la CIA, “si alguien está dispuesto a comprar un país, hay alguien dispuesto a venderlo”. Es preocupante para las naciones emergentes que haya en su medio numerosos colaboracionistas como Noriega dispuestos a sacrificar los intereses nacionales por unos cuantos millones de dólares en una cuenta en un banco suizo y tarjetas verdes para sus familias.

En la primera era del colonialismo, las dominantes naciones orientales de entonces abrieron sus economías y territorios a naciones occidentales comparativamente atrasadas durante varias décadas y terminaron siendo sus colonias. Bajo el disfraz de la globalización y del ‘libre’ comercio, el Colonialismo 2.0 podría imponerse de la misma manera.

Rakesh Krishnan Simha es un escritor que vive en Nueva Zelanda.
© Copyright Rakesh Krishnan Simha, OpEd News, 2011