miércoles, 28 de diciembre de 2011


Jerarquía Católica paradigma de la religión “mercenaria”


El Cardenal Urosa siguiendo la línea del Vaticano "dueños" de la institucionalidad católica convertida hoy en una religiosidad gélida, disecada, descontextualizada, cobarde, idolátrica, sacralizada, convertida en fetiche, despojándola de su mensaje revolucionario, encabeza la guerra de manipulación.
A propósito de estos días navideños tan importantes para los que creemos y vivimos el evangelio de nuestro seños Jesucristo, y luego de observar varias declaraciones y la homilía del “príncipe” del estado pontificio en Venezuela Sr Jorge Urosa Sabino, vino a la mente el pasaje bíblico del Nuevo Testamento dichas por el propio Jesús de Nazaret,  “Por sus actos los conoceréis no por sus palabras”. Y es que aquellos que en nombre de una iglesia secuestrada por intereses de una minoría promueven la intolerancia contra el hermano, contra el diferente, contra la naturaleza, que siembran el antipatía contra otro ser humano, está volviendo a cometer el pecado original y, por tanto, está matando a la Religiosidad. Cuando la religión es usada como instrumento de manipulación para falsear la realidad se convierte en arma de guerra y  deja de ser religión para convertirse en herramienta terrenal de dominación al servicio de un grupo de poder, de una clase.
Pues el alto jerarca de la iglesia venezolana en sus entrevistas por todos los medios de comunicación, ha dicho que Jesús no era socialista, expresando de manera directa obviamente que los católicos no pueden ser socialistas, pero si creer en capitalismo, ¿por qué no arremete contra la explotación capitalismo y su materialismo egoísta? Nos preguntamos. El mencionado pontífice siguiendo la línea del poderoso grupo que hace unos cuantos siglos se apropio de institucionalidad católica y la convirtieron en una religiosidad gélida, disecada, descontextualizada, cobarde, idolátrica, sacralizada, convertida en fetiche, despojándola de su mensaje revolucionario del Cristo vivo, y que intenta arrancar su apuesta radical por la Justicia y finalmente se puede decir que ha sido transformada en arma asesina. Una falsa religiosidad que opta por el Cristo muerto frente al Cristo vivo, por la connivencia con el opresor y el poderoso en lugar de la defensa del débil, del humillado y el explotado, llevando un mensaje totalmente opuesto al que nos exhortan los mensajes de los libros proféticos. Esa tarea de desnaturalizar del mensaje es dirigida por el sanedrín vaticano, con la colaboración de las tradiciones calvinistas y la mayor parte de las jerarquías eclesiales en los últimos siglos, con algunas pequeñas y honrosas excepciones.
La teología de la dominación en nuestros días se llama “capitalismo” y la teología de la liberación se encarna en miles de iniciativas emancipadoras que pugnan por hacerse cada vez más presentes en el siglo XXI.  Mateo dice en su evangelio que no es posible servir al mismo tiempo a Dios y al dinero. No es posible hacer una teología liberadora y opresora a la vez, no es posible ser cristiano y defender al capitalismo simultáneamente sin incurrir en una flagrante contradicción y pecado diríamos nosotros
Si de verdad creemos en el evangelio y lo practicamos día a día nos daremos cuenta y de hecho vamos a conseguir cardenales como Urosa, supuestamente cristianos, que son en realidad adoradores del Dios alejado de los pobres, adoradores de esa falsa religión y esa economía mentirosa, con sus máscaras, sus tambores de guerra, sus amenazas y sus sanciones inquisidoras que jamás podrán acallar el sonido limpio del Humanismo, de la religiosidad liberadora y de
la economía al servicio de la vida desde luego también encontraremos a los supuestos comunistas ateos que hacen auténtica religión respetando al hermano y luchando por la instauración del Reino de la Paz en la Tierra.
Para finalizar decimos sigamos construyendo el Socialismo Bolivariano, el pueblo está con el verdadero evangelio, la mayoría no se dejará manipular, pues todos saben que Dios también puede ser libertario,también Dios es Socialista. Dios es comunista

El Pentágono privatiza una Guerra Internacional contra la Droga
¿Venden la guerra contra la droga por 3.000 millones de dólares?

Aumenta la percepción de que es simplemente imposible ganar la guerra contra la droga. La escandalosa cantidad de muertes y el impacto socioeconómico sufrido hasta ahora en los países implicados, sea como productores o como rutas de tránsito, han conducido a esa evaluación.

Estrategias de combate inadecuadas e ineficientes y una red global de corrupción en continua renovación forman parte del complejo problema.

A diferencia de terroristas o de grupos guerrilleros, los cárteles no están motivados por la ideología o los ideales, sino por la obtención de beneficios; y por cierto, por la ambición de poder. Las cadenas de comando a múltiples niveles de los cárteles, su periódica reorganización, consistentes reclutamientos, alianzas criminales internacionales, creciente fuerza letal y sofisticación, los convierten en un enemigo omnipresente: difícil de atacar, y aún más difícil de debilitar si la batalla se libra solo con artillería. No obstante, EE.UU. ha gastado miles de millones de dólares combatiendo un enemigo semejante durante las últimas cuatro décadas, sin otra estrategia que el uso de armamento, y de tácticas bélicas. El ‘corazón’ de las organizaciones criminales –sus finanzas– lo dejan, misteriosamente, sin tocar.

Todo está grabado en los registros de la tan criticada política de la droga de EE.UU., incluso antes de que el presidente Richard Nixon acuñara por primera vez el término “Guerra contra la Droga” en 1971. Desde entonces no se han logrado resultados sustanciales.

La Oficina del Programa de Contra Narco-terrorismo (CNTPO, por sus siglas en inglés) del Pentágono –una entidad prácticamente desconocida creada en 1995– acaba de anunciar un contrato por 3.000 millones de dólares para operaciones antinarcóticos financiadas por EE.UU. en todo el mundo, incluidos Afganistán, Pakistán, Colombia y ahora también México.

Las licitaciones estuvieron abiertas a firmas privadas de seguridad desde el 9 de noviembre, y la distribución del presupuesto por categoría incluye hasta 950 millones de dólares para “operaciones, logística, y construcción menor”, hasta 975 millones para el entrenamiento de fuerzas extranjeras, 875 millones para tareas de “información” y 240 millones de dólares para “apoyo de programa y programático”, como señala el anuncio oficial.

La estrategia del Pentágono y del Departamento de Defensa a través del CNTPO, forma parte del plan de la privatización de la ayuda militar y de los servicios de inteligencia, que resulta ser un negocio muy lucrativo, y parte de la iniciativa secreta de EE.UU. de transferir tácticas de la llamada “guerra contra el terror” a la “guerra contra la droga”.

Según la descripción ofrecida por el gobierno federal, el CNTPO trata de proveer una amplia variedad de servicios de seguridad que, en el caso de México, incluirían la instrucción de pilotos y mecánicos de los helicópteros UH-60 (Halcón Negro), Schweizer 333 u OH-58 y Bell 206; el desarrollo y entrega de currículos, el suministro de todo el personal, equipamiento y materiales, y la realización de entrenamiento de pilotos y tripulación para helicópteros de visión nocturna. Otros contratos incluirán la entrega de equipamiento y entrenamiento para intercambiar información sobre actividades del narcotráfico.

El gobierno mexicano no ha encarado hasta ahora la presencia potencial de firmas privadas extranjeras que enseñen cómo patrullar las numerosas áreas conflictivas de su territorio, donde la guerra de la droga ha llevado a 50.000 muertes en los últimos cinco años.

Pero, por desconocido que sea, y a pesar de no tener una oficina física dentro del Pentágono, el CNTPO tiene una cierta historia: En 2009, esa entidad trató sin éxito de otorgar un contrato por 1.000 millones de dólares a la corporación de servicios militares Blackwater. Según Wired News, empleados de Blackwater han sido acusados de corrupción, robo y violación de derechos humanos mediante contratos de servicio en Iraq y Afganistán. El escándalo llevó a un cambio de nombre. Blackwater es ahora Xe Services LLC.

Más allá del caso específico de Blackwater, algunos expertos militares han expresado preocupación porque los mercenarios obtendrán lucrativos contratos bajo la identidad de corporaciones privadas, excediendo sus límites en una amplia variedad de actividades, que vayan desde el uso de criminales como fuente de inteligencia, a la violación de derechos civiles y humanos.

En México, numerosos analistas creen fuertemente –sobre la base de presunta evidencia sólida– que ya hay algunos mercenarios operando en el país, pagados por civiles acaudalados, gobernadores y otras autoridades, para hacer el ‘trabajo sucio’ de lo que llaman una ‘limpieza social’ que se propone la eliminación de individuos o pequeños grupos que presumiblemente trabajan o son obligados a trabajar para una u otra banda o cártel. En ese sentido, el argumento es que mercenarios extranjeros disfrazados de proveedores de servicios de seguridad solo empeorarían el clima existente de violencia y miedo.

También es importante reconocer que hay algunas contradicciones estructurales que son críticas para la llamada guerra de la droga.
Como sucedió en Colombia, los esfuerzos del pasado que lograron una significativa disminución del narcotráfico inevitablemente lo empujan hacia otras latitudes; en México, el combate contra los cárteles ha llevado a que la actividad criminal se mude y expanda en otros Estados, e incluso a Centroamérica y el Caribe. Pero en este ciclo de restructuración de la ‘ruta’, es solo inevitable que en última instancia, los traficantes vuelvan a las regiones en las cuales solían tener el centro de su negocio.

Como resultado de esta situación, hay que formular algunas preguntas. ¿Implementa EE.UU. la política adecuada de la droga? ¿Es congruente México al llevar al límite la guerra contra la droga, a sabiendas de que hay un gigantesco mercado de consumo frente a la puerta? ¿Cuál es la perspectiva a largo plazo? ¿Hay alternativas? ¿Deberíamos considerarlas todas en la discusión? ¿Cuál es el coste? ¿Cuál es el beneficio de cada alternativa?
El aumento del encarcelamiento y los esfuerzos de represión del contrabando no han disminuido la cantidad de usuarios de drogas ilícitas en EE.UU., que se cifra de modo conservador en más de 20 millones. Y aunque el tratamiento de la droga es esencial para toda la reducción de la demanda, no es suficiente. Las políticas económicas y de atención de la salud son también políticas contra la droga. Y en este caso, la política exterior también se convierte en política contra la droga. ¿Lograrán algún día nuestros gobiernos que todas coincidan? Es la pregunta decisiva.

Mientras tanto, el CNTPO comenzará a gastar el dinero de los contratos en agosto de 2012. Será, de nuevo, 3.000 millones de dólares.

Aurelia Fierros es una veterana periodista independiente con una experiencia de más de dos décadas. Ha sido reportera, guionista, productora y presentadora de noticias en la televisión y la radio, así como columnista y escritora de artículos en los medios impresos. Ha participado en varias campañas políticas como reportera en el terreno, como consejera de estrategia de comunicaciones y como escritora de discursos.


Una nueva fábula de la Guerra Fría para un mundo multipolar emergente
El águila, el oso y el dragón

Al Jazeera

Celebremos el fin de un azaroso año 2011 con una fábula.Éranse una vez en el joven Siglo XXI, el águila, el oso y el dragón que se sacaron sus (peludos) guantes e iniciaron una Nueva Guerra Fría.
Cuando terminó la Guerra Fría original –en teoría– a finales de 1991, en una dacha en Belarús, con el oso casi en coma, el águila asumió el derecho del oso a una política exterior independiente que también fue anulada.

Eso quedó más que claro entre 1999 y 2004, cuando la OTAN, contra todas las promesas hechas al ex máximo oso Gorbachov, expandió todo el camino hacia Europa Oriental y los Estados del Báltico.

Y el oso comenzó a preguntarse: ¿y si terminan por quitarme todo mi espacio de seguridad y me agotan geopolíticamente?

En el joven Siglo XXI, el principal forcejeo entre el águila y el oso tiene que ver con la defensa de misiles. Ni siquiera el águila sabe si ese carísimo artilugio servirá para algo. E incluso si sirviera, probablemente será financiado por un dragón renuente, que posee más de 1,5 trillones (millones de millones) de deuda del águila.

El oso ha argumentado repetidamente que el despliegue de misiles interceptores y radares en la tierra de los ciegos –Europa– en la que un ciego guía a otro ciego, constituye una amenaza. El águila dice que no, no te preocupes, es para protegernos de esos pillastres persas.

Pero el oso no se da por convencido. Por lo tanto, en un mensaje televisivo global con subtítulos en inglés, el oso anunció que ya ha desplegado a la exclave en el Mar Báltico de Kaliningrado un nuevo sistema de advertencia temprana para monitorear misiles lanzados desde Europa o del Norte del Atlántico. Y el sistema de misiles Iskander podría ser lo siguiente.

El oso está frustrado. Dice que ha ofrecido repetidamente su cooperación al águila y a sus acólitos, en vano. El oso insiste en que la puerta sigue abierta para un compromiso. Tendrán que volver a hablar, después de la problemática campaña presidencial de 2012 en aguilandia. Mientras tanto, el dragón observa preocupado.

Y el ciego guiará al ciego
Aproximadamente dos décadas después de lo que el oso máximo Putin definió como “la mayor catástrofe geopolítica del Siglo XX”, éste ha propuesto una URSS light, como Unión Eurasiática, un organismo político/económico que ya fue suscrito por el leopardo de la nieve Kazajstán y Belarús, a los que pronto se sumarán los ositos eurasiáticos Tayikistán y Kirguistán.

En cuanto a Turkmenistán y Uzbekistán, están demasiado preocupados sobre cómo equilibrar la presión del águila y del oso. Y luego está Ucrania; ¿a quién preferirá: al oso o al ciego que guía al ciego?

El águila quiere algo totalmente diferente: una Nueva Ruta de la Seda bajo su control. Parece que se le olvidó que la Ruta de la Seda original vinculó durante siglos al dragón con el Imperio Romano, sin entrometidos desde fuera de Eurasia.

El águila también literalmente echa humo por el hecho de que el máximo oso para los próximos seis años (y tal vez 12) será, de nuevo, Putin. El oso, por su parte, trata de dirigir en su propio beneficio el inexorable paso del dragón hacia la preeminencia global.

Por eso el oso apuesta a un espacio económico “de Lisboa a Vladivostok”, es decir, una cooperación íntima con esa hueste variopinta de la tierra afectada por la crisis de ciego guía al ciego. El problema es que los ciegos están, bueno, ciegos, y parece que no logran actuar de forma coordinada.

El águila, mientras tanto, ha aumentado masivamente las apuestas. Ha lanzado lo que equivale desde todo punto de vista práctico a un cerco progresivamente "armamentizado" del dragón (“he instruido a mi equipo de seguridad nacional para que convierta nuestra presencia y misiones en Asia-Pacífico en una máxima prioridad”).

El águila se empeña en incitar a naciones cercanas al Mar del Sur de China para que se enfrenten al dragón. Además, está reposicionando su despliegue de juguetes –submarinos nucleares, portaaviones, cazabombarderos– cada vez más cerca del territorio del dragón. El nombre del juego, según el Ministerio de Armas Letales del águila, es exactamente “reposicionamiento”.
Lo que el dragón ve es a un águila estropeada que trata de abrirse camino a la fuerza para salir de una decadencia irreversible, en el intento de intimidar, aislar o por lo menos sabotear el irreversible ascenso del dragón al sitio que ha ocupado durante 18 de los últimos 20 siglos: entronizado como rey de la selva.

La cosa no es fácil para el águila. Virtualmente todo el que mueve algo en Asia tiene conexiones complejas, de gran alcance, con el dragón y la diáspora del dragón.

Los actores en toda Eurasia tampoco se seguirán sintiendo demasiado impresionados ante un imperio del águila armado hasta los dientes. Saben que según las nuevas leyes de la selva, el dragón simplemente no puede ser –y no será– reducido al estatus de un actor secundario.

El dragón no dejará de expandirse en Asia, Latinoamérica, África e incluso en los pastos, infestados por el desempleo y afectados por la crisis de las tierras del ciego que guía al ciego.

Además, si lo presionan demasiado, el dragón tiene por sí solo el poder de hacer que reviente el asombroso déficit del águila, y de hacer caer su calificación crediticia al nivel de chatarra, ocasionando estragos en el sistema financiero mundial.

Some like it hot
Por lo tanto, después de una pausa de una década, consumida en llamas por la insensata “guerra contra el terror” del águila, que se convirtió, en la práctica, en una ofensiva generalizada en tierras musulmanas, la realpolitik vuelve a estar de moda. Olvidad a un montón de miserables yihadistas; ahora los grandes tienen que resolver sus diferencias.

El águila necesitó una década para darse cuenta de que el centro político/económico de un mundo multipolar será Asia.

Entretanto, lo que han logrado las nuevas acciones estratégicas del águila es hacer que el oso pase de ser un cliente dócil (durante los años noventa y principios de los 2000) a ser un enemigo virtual. El “reajuste” es un mito. El oso sabe que no hay reajuste y el dragón solo observa un reajuste hacia una confrontación abierta.

A medida que el águila se hace más amenazadora, el oso se acercará cada vez más al dragón. El oso y el dragón tienen demasiados vínculos estratégicos en todo el planeta como para ser intimidados por el masivo Imperio de Bases del águila o sus coaliciones periódicas con los (algo renuentes) dispuestos.

El dragón, por su parte, sabe que Asia no necesita los Hellfire del águila, aunque ciertamente recibiría de buen grado buenos, sólidos, productos hechos por el águila. El problema es que la oferta no es tan impresionante.

Lo mejor que la otrora poderosa águila es capaz de ofrecer –de una guerra contra el Islam a un arrinconamiento "armamentizado" del oso y del dragón– lo dice todo sobre un imperio en busca de un proyecto. Además, Asia es demasiado lista para apoyar una Nueva Guerra Fría que la debilitaría.

Incluso mientras se siguen oyendo los tiros de advertencia de la Nueva Guerra Fría, el águila ya corre riesgo de perder a su cliente paquistaní.

Y luego viene Persia. El águila ha puesto sus ojos en los persas desde que se libraron de su procónsul, el Shah, en 1979 (y esto después de que el águila y la pérfida Albión ya habían aplastado la democracia para instalar en el poder al Shah –quien hizo que Sadam se pareciera a Gandhi– en 1953). El águila quiere que le devuelvan todo ese petróleo y el gas natural. El oso y el dragón dicen, esta vez no, amiga desplumada.

Y así llegamos al final, aunque no a la jugada final. Predeciblemente esta fábula no tiene moral. Lo que pueden esperar las mentes sensibles es que incluso si seguimos sufriendo las adversidades de la vida, ojalá esta Nueva Guerra Fría no se caliente.

Pepe Escobar es corresponsal itinerante de Asia Times. Su último libro se llama Obama Does Globalistan (Nimble Books, 2009).