viernes, 7 de octubre de 2011

La CIA y sus terroristas contra la humanidad

Los terroristas, si tienen la bendición de Estados Unidos, pueden cometer crímenes con total impunidad y asegurarse una vida sin demasiados sobresaltos. A lo sumo, los gobiernos estadounidenses se permiten algunos “daños colaterales” que no afectan los estrechos lazos entre terroristas y la CIA.


Este fue el caso de Luis Posada Carriles, Orlando Bosch, Hernán Ricardo y Freddy Lugo, responsables intelectuales y materiales de la voladora de un avión de Cubana de Aviación en Barbados, el 6 de octubre de 1976, donde fueron asesinadas 73 personas.

Los venezolanos Ricardo y Lugo fueron juzgados a veinte años de prisión, pero los de origen cubano Posada Carriles y Bosch tuvieron, y en el caso del primero todavía tiene, la posibilidad de caminar con plenas libertades en Estados Unidos.

Formados en contrainsurgencia por la propia CIA, financiados y enviados a cometer actos terroristas en diferentes países del continente, estos cuatro personajes fueron los responsables directos del crimen de Barbados.

Cinco funcionarios de la República Popular Democrática de Corea, 11 jóvenes guyaneses y 57 cubanos fueron sus víctimas, entre estos los jóvenes integrantes de los equipos olímpicos masculino y femenino de esgrima.
Ricardo y Lugo, que habían subido al avión en Puerto España, se encargaron de colocar los explosivos en el avión, camuflados en un tubo de pasta dental y en una cámara fotográfica.

Luego de aterrizar en Trinidad y Tobago, la aeronave siguió hacia Barbados, donde los terroristas la abandonan antes de su partida hacia Jamaica (luego seguiría rumbo hacia La Habana). Pero a los pocos minutos de despegar de Barbados, una explosión desestabilizó el avión y un segundo estallido lo precipitó contra el mar.

El objetivo planeado por Posada Carriles y Orlando Bosch se había cumplido. Ambos terroristas sabían que sus acciones serían felicitadas por sus superiores de la CIA y celebradas en los círculos más reaccionarios de Miami.

Los terroristas venezolanos
El reclutamiento de agentes en América Latina por parte de la CIA es una historia conocida y documentada de diversas formas.

Tanto Hernán Ricardo como Freddy Lugo formaron parte de esa telaraña desplegada en el continente, donde sus mayores “reclutadores” y estrategas fueron Posada Carriles y Bosch.

Ricardo trabajó en la década del 70 en una agencia privada de seguridad, propiedad de Posada Carriles en Caracas, una tapadera para sus operaciones de inteligencia, mientras que Lugo se desempeñaba como fotógrafo.

Luego del atentado contra el avión de Cubana, ambos terroristas fueron detenidos en Barbados, donde confesaron la autoría y responsabilizaron directamente a Posada Carriles y Bosch.

Cuando declaró ante la justicia, Ricardo aportó con dibujos y explicaciones los pasos dados para colocar las bombas, además de afirmar que les habían pagado unos 20 mil dolares para efectuar la acción terrorista.

Por su parte, Lugo recordó en su declaración judicial que después del atentado, Ricardo “estaba desesperado por leer los periódicos y cuando trató de leerlos, me dijo lo siguiente, que al fin había logrado un objetivo”, o sea, la voladura del avión de Cubana.

En ese entonces, Lugo indicó que su cómplice le había confesado la autoría de un atentado contra la embajada de Guyana en Trinidad y Tobajo, y que había intentado colocar una bomba a una aeronave cubana en Jamaica, país al que había ingresado con pasaporte falso.

En esa declaración, también agregó que Ricardo mantenía una estrecha relación con Posada Carriles y con Orlando Bosch.

En 2007, Peter Kornbluh, analista principal del Archivo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, reconoció que su país “estuvo implicado, pues los exiliados opositores de (Fidel) Castro que planearon este crimen tenían vínculos anteriores con la CIA (...) además, Posada y su empleado venezolano, Hernán Ricardo, quien colocó la bomba en el avión, eran bien conocidos por nuestro agregado del FBI (Buró Federal de Investigaciones) en Caracas”.

Ricardo y Lugo fueron condenados a 20 años de prisión el 8 de agosto de 1985 en Venezuela.

Los hombres de la CIA
La bibliografía sobre los vínculos de Posada Carriles y Orlando Bosch con los servicios de inteligencia de Estados Unidos y sus operaciones terroristas en América Latina, es extensa y documentada.

En el caso del crimen de Barbados, los autores materiales del atentado los implicaron inmediatamente como los instigadores y financistas del hecho.
Una semana después del asesinato de las 73 personas, ambos terroristas fueron detenidos en Caracas.

Mientras espera el juicio en su contra, Posada Carriles escapó de la prisión el 18 de agosto de 1985 y se esconde en Centroamérica, donde es sostenido por la CIA a través de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) y continúa con la organización de planes contra Cuba.

En 1987, Bosch es absuelto y puesto en libertad, pese a las pruebas en su contra por el estallido del avión de Cubana.

Con extensos expedientes donde abundan pruebas concretas de sus actos de terrorismo, vínculos con la CIA y casos de tráfico de armas de drogas y armas, Posada Carriles y Bosch son vistos como “héroes” por la mafia cubano-americana de Miami.

El propio Posada confesó en su libro autobiográfico "Los caminos del guerrero" que su gente ha "realizado ataques comandos a instalaciones dentro de Cuba, desembarcos, sabotajes a embajadas y misiones diplomáticas, hostigamiento a la flota pesquera por comandos navales y hundimiento de barcos cubanos y de sus aliados".

En Estados Unidos, supuesta tierra de la libertad promocionada por la maquinaria mediática, los terroristas descansan en paz, como el caso de Bosch, o siguen ideando planes contra Cuba, que hasta el momento han tenido un efecto nulo para derrocar a la revolución en esa isla caribeña aunque sí han creado terror y muertes entre la población civil.

Al Movimiento de protesta “Ocuppy Wall Street” se unen grupos de trabajadores y movimientos sociales


A los activistas que protestan contra Wall Street se unieron el miércoles sindicatos y organizadores de movimientos sociales en la manifestación de Nueva York contra lo que consideran una injusticia económica.
A los manifestantes de “Occupy Wall Street”, que están acampados en el distrito financiero de Nueva York desde mediados de septiembre, se han unido este miércoles sindicalistas y grupos sociales.

”Dicen que es necesario rescatar Wall Street y las tres grandes empresas fabricantes de automóviles para estimular la economía, que significa creación de puestos de trabajo. Después de tres años, todavía no hay puestos de trabajo”, dice un portavoz de los manifestantes.

Entre la gente concentrada encontramos camioneros, docentes, enfermeras y trabajadores del transporte público, entre otros, todos protestando por el desempleo, la sumisión de la política del dinero corporativo-financiero y los despidos de la gran banca de Wall Street en 2008. Bruce Hamilton es el presidente de la empresa local de mantenimiento del transporte público que cuenta con 1.700 trabajadores y que utilizan este medio público de transporte.

“Queremos tener con un modo de vida decente. Queremos salvar el planeta. Tenemos el derecho a un transporte decente, aire limpio, agua y un nivel de vida digno. Todo eso nos lo está robando Wall Street, y por eso estamos aquí, dice.

Los acampados dicen que Estados Unidos se está convirtiendo en un país controlado por una élite financiera compuesta por un minúsculo grupo de privilegiados, mientras el 99% de los estadounidenses encuentran grandes dificultadas para conseguir un trabajo o pagar el alquiler. Sandra Farrel es una de las organizadoras de la unión de enfermeras. Nos dice que cada vez a más gente le resulta imposible pagar la atención médica. “Somos enfermeras que venimos de todo el país a apoyar al movimiento Occupy Wall Street. Por lo que sin duda conocerás de nuestro movimiento, ahora estamos diciendo que Wall Street nos ha vendido. En otras palabras, Wall Street ha quedado en libertad bajo fianza (1), a nosotras nos han vendido. (2)

Los manifestantes de Occupy Wall Street, la mayoría por debajo de los 20 años, han marchado al centro de la ciudad para unirse al grueso de la protesta encabezada por los sindicatos, frente al Ayuntamiento de Nueva York. Una banda de música toca canciones festivas según va llegando al parque.

Mientras las protestas continúan y se extienden por otras ciudades estadounidenses, algunos miembros demócratas del congreso hacen declaraciones de apoyo. Y los colegas estudiantes de todo el país realizan marchas de apoyo también.

El antiguo régimen iraquí y el gobierno posterior a la invasión: una comparación


Los responsables políticos que han accedido a gobernar Iraq después de la invasión de Estados Unidos en 2003 no dejan de hablarnos del sufrimiento de Iraq durante el despótico régimen del ex dirigente Sadam Husein que duró tres décadas. 

Incluso culpabilizan al antiguo régimen de sus fracasos en la dirección —que desde luego son demasiados para contabilizarlos.

Es de conocimiento común en casi todo el mundo que el antiguo régimen desperdició energía, recursos y la riqueza de Iraq en guerras y gastos militares.

El pueblo iraquí anhelaba el cambio y cuando el régimen despótico de Sadam Husein fue derrocado, se puede decir que los iraquíes de diferentes sectores de la vida se sintieron felices de ver el fin de la dictadura con la esperanza de una nueva era de prosperidad.

Pero muchos iraquíes se preguntan si el cambio ha traído ningún beneficio para el país. Hagamos algunas comparaciones.

El nuevo gobierno que asumió el poder tras el colapso de la dictadura ha estado en el poder casi durante nueve años. En otras palabras, ha gobernado el país durante casi un tercio del tiempo que Sadam Husein fue el gobernante absoluto del país.

En 1978 el presupuesto de Iraq no excedía los 6 mil millones de dólares. En la actualidad el presupuesto del país es de 110 mil millones de dólares y no hay guerras ni asignaciones masivas para la industrialización del ejército ni para compras de armas.

En la década de 1970 Iraq estaba involucrado en la represión del levantamiento kurdo fuertemente respaldado entonces por Irán.

Se han producido luchas internas y violencia tras en la invasión pero Washington ha asumido la mayor parte de los combates y los gastos.

Para convencer a los iraquíes de que el derrocamiento de la dictadura operaba en su favor y no en beneficio de las potencias extranjeras vinculadas en la creación del denominado Nuevo Oriente Próximo [New Middle East], en los últimos nueve años (casi un tercio de la que duró la antigua dictadura) debería haberse logrado lo que llevó a cabo [el régimen de] Sadam Husein en su primera década.

¿Tenemos tantos hospitales, escuelas, centros de salud, fábricas, supermercados, etc. como las construidas durante la primera década bajo el poder de Sadam Husein?

¿Es comparable el nivel de los servicios públicos al nivel de los servicios públicos disponibles durante la primera década bajo el poder de Sadam Husein?

¿Coincide el número de libros escritos por autores iraquíes o traducidos, con los libros que se imprimieron durante la primera década bajo el poder de Sadam Husein?

Puede que los iraquíes tengan también mucho interés en conocer la cantidad de dinero que se robó de las arcas nacionales en los años 1970-1980 y compararlo con las sumas que se han robado en los últimos nueve años después de la “liberación” de Iraq de la dictadura.

¿Se creen los actuales gobernantes de Iraq que los iraquíes no pueden hacer comparaciones de este tipo por su cuenta?

En la era posterior a la invasión estadounidense de 2003 se ha estado alegrando los oídos de los iraquíes para hacerles olvidar la amargura de la realidad; pero llegará el día en que se les rindan cuentas por sumir al país en la oscuridad.

Apple en china: “condiciones de trabajo occidentales”

24 de septiembre de 2011. La organización china SACOM (Students & Scholars Against Corporate Misbehaviour) organiza una protesta en el acto de inauguración de la tienda Apple del centro financiero de Hong Kong. Este colectivo de activistas denuncia las sucesivas violaciones de los derechos laborales de las personas que trabajan en la cadena de suministro de la empresa estadounidense. Detrás de los innovadores productos Apple, hay factorías donde miles de obreros y obreras se enfrentan a largas jornadas laborales, bajo una gran presión y expuestos a productos tóxicos sin la protección adecuada.


En 2009, 137 trabajadores de Wintek (Suzhou) sufrieron intoxicaciones por n-hexane. Un año después, 8 obreros de Yun Heng Metal (que se dedicaban a pulir los logos de Apple) también resultaron gravemente enfermos por intoxicación por la misma sustancia. Ya en 2011, una explosión en una fábrica de Foxconn, en Chengdu, que produce iPads, mató a tres personas y provocó graves heridas a 15 más. Ante estos acontecimientos, Apple se mantuvo en silencio. La prensa occidental también.

Precisamente en Foxconn, se produjeron los primeros meses de 2010 una serie de suicidios de personas trabajadoras que se encontraban bajo una presión insoportable. La situación extrema tuvo cierta repercusión en medios internacionales y los principales clientes de Foxconn, Apple y HP, aseguraron que se tomarían medidas para mejorar las condiciones laborales. Un año después la situación no sólo no ha cambiado, sino que la empresa china ha trasladado parte de la producción a nuevas fábrica en zonas más alejadas de los antiguos polos industriales de Chengdu, hacia el interior. SACOM ha documentado acumulaciones de entre 80 y 100 horas extraordinarias mensuales, el cálculo a la baja sistemático de los salarios, la desprotección de las obreras y los obreros que trabajan con sustancias tóxicas, y unas estrategias de reclutamiento militares con folletos publicitarios que prometen a quien quiera incorporarse a Foxconn "condiciones laborales occidentales".

Apple no es ni la mejor ni la peor de las marcas de electrónica que invaden el planeta con sus productos. La explotación y la exposición de trabajadores a sustancias tóxicas es una constante del sector que sufre niveles de precariedad equiparables a los del sector global de la moda y la confección. HP, Dell o Samsung también se encuentran entre las empresas denunciadas por campañas internacionales y organizaciones asiáticas. Apple, no obstante, pretende asociar su marca a unos valores corporativos muy lejanos a la triste realidad de las fábricas. Mientras esta información sea enterrada en una espiral de silencio mediático y continuemos entronizando a empresas, marcas y gurús de la posmodernidad, la vulneración de los derechos laborales más fundamentales continuará extendiendos imparable.

En el actual sistema productivo internacional, parece que la innovación y visión de futuro no son suficientes para construir un gran imperio. Steve Jobs descansa en paz. Esperamos que los obreros y las obreras de Foxconn encuentren descanso en vida.

Al menos 250 detenidos en la nueva jornada de movilización estudiantil


Una nueva jornada de protestas estudiantiles en Chile se ha saldado con al menos 250 jóvenes detenidos y más de cuarenta heridos, entre ellos, varios periodistas . Los estudiantes reclaman desde mayo una educación pública gratuita y de calidad, en un país donde el Estado subvenciona parte de la educación privada. Las marchas se producen después de que se diera por rota la mesa de diálogo entre estudiantes y Gobierno que tenía por objetivo terminar con el conflicto estudiantil.

Sólo en la capital, Santiago de Chile, fueron detenidas 132 personas, mientras que en ciudades como Concepción, Talca, Curicó, Valdivia y Valparaíso fueron detenidas otras 124 personas. En estas localidades se produjeron disturbios "particularmente graves" , según informaron medios locales. Uno de los enfrentamientos más violentos entre encapuchados y la policía, tuvo lugar en la plaza Perú de Concepción, situada a 515 kilómetros al sur de Santiago, disturbios que se extendieron hasta cerca de la medianoche.

La actuación policial de este jueves ha sido un punto de desencuentro criticado enérgicamente por el Colegio de Periodistas de Chile, que la considera "encaminada a impedir el derecho a la información y la libertad de expresión". "El carácter deliberado y abusivo del ejercicio de la violencia policial en contra de periodistas acreditados que se produjeron en la jornada de hoy, representan una seria amenaza no sólo contra el ejercicio de la labor profesional, sino a la esencia del sistema institucional democrático del país", aseguran en un comunicado.

En el texto, la entidad hace responsable de la actuación de carabineros al Ministerio del Interior, que en su opinión tiene la responsabilidad política de orientar y controlar la acción de las fuerzas policiales. "Su actuación recuerda otros tiempos funestos de la historia nacional" , añade el texto en alusión a la represión ejercida por la policía durante la dictadura militar de Augusto Pinochet.

Los dirigentes estudiantiles calificaron la actuación de la policía "como una de las más violentas y represivas " de las que se hayan vivido hasta ahora en Chile. "La Intendencia (Gobernación) les dio libertad absoluta (a los carabineros) para reprimir, para no reunirse en los espacios públicos y esas cosas son inaceptables, porque violaron una libertad constitucional", ha asegurado la líder de los estudiantes universitarios, Camila Vallejo.
La jornada de este jueves finalizó con una cacerolada realizada en la Plaza Italia y otros lugares de Santiago, hasta donde llegaron los principales dirigentes de los estudiantes y profesores, y en los edificios de departamentos sus residente hicieron sonar sus ollas y sartenes en apoyo del movimiento estudiantil.

El Vaticano, la pobreza y Haití

A la vez que Benedicto XVI alentaba en Madrid a los jóvenes en la Jornada Mundial de la Juventud a que se dedicaran a servir a los pobres, siguiendo supuestamente las enseñanzas de la Iglesia católica, se publicó en una revista de Haití (el país con un porcentaje mayor de su población viviendo en situación de pobreza), llamada Haïti Liberté, unos datos hasta entonces confidenciales, dados a conocer por Wikileaks, sobre la activa intervención del Vaticano en aquel país para impedir el desarrollo de políticas encaminadas a erradicar la pobreza, lideradas por el expresidente Jean-Bertrand Aristide, que deseaba volver desde su exilio para continuar desarrollándolas.


En realidad, lo ocurrido en Haití es muy representativo de lo que ha ocurrido en países mal llamados “pobres”. Haití no es un país pobre. En realidad, es rico, siendo su tierra enormemente fértil. Durante muchos años fue uno de los mayores productores del mundo de café y azúcar. A pesar de ello, la gran mayoría de la población es muy pobre. Y la causa de ello es la enorme concentración de las tierras y del crédito en manos de una oligarquía que ha regido el país desde hace muchos años.

Conjuntamente con las familias que constituían la oligarquía, ha existido un entramado internacional –dirigido por EEUU, Francia y también por el Vaticano– que ha mantenido a aquel país en la pobreza. Una de ellas fue la familia Duvalier, a la que la Madre Teresa –que será beatificada pronto– definió, por cierto, como “el gran amigo de los pobres” (por haber donado dinero a un programa caritativo dirigido por tal figura católica en Haití). Tal familia, enormemente corrupta y cruel, asesinó a más de 60.000 opositores. Una rebelión popular forzó su caída y huida del país. Así fue como surgió el Gobierno Aristide, que inició las únicas reformas progresistas que aquel país ha conocido, que incluyeron una reforma agraria, la reforestación de las tierras, la sindicalización del sector textil y el aumento de los salarios. Tales reformas afectaron inevitablemente los intereses de tal oligarquía (incluyendo los de la Iglesia católica, que había sido uno de sus pilares ideológicos), lo que creó grandes resistencias, que culminaron con un golpe militar, apoyado, de nuevo, por EEUU y Francia, y también por el Vaticano. Más de 3.000 personas murieron en aquel golpe, muchos de ellos militantes del partido político del presidente Aristide. Se inició también entonces una campaña internacional mediática para desprestigiar a Aristide, acusándole de traficar con drogas (sin que nunca se aportaran datos que apoyaran tales acusaciones).

Las fuerzas militares de EEUU desplazaron físicamente al presidente Aristide a Sudáfrica, donde permaneció exiliado, y desde donde intentó en múltiples ocasiones poder volver a su país, lo cual no fue posible debido a la oposición activa del Gobierno estadounidense, del Gobierno francés y también del Vaticano. El diario Haïti Liberté ha publicado las comunicaciones, hasta ahora secretas, entre oficiales de la diplomacia estadounidense, francesa y del Vaticano que muestran la campaña internacional orquestada por tales estados a fin de desacreditar a Aristide e impedir su vuelta a Haití. El intento queda claramente indicado en una escucha secreta a la embajadora de EEUU en Haití, Janet Sanderson, en la que explícitamente indica que: “Es importante impedir el resurgimiento populista y antieconomía de mercado que se originaría con la vuelta de Aristide”.

Desafortunadamente, las tropas de Naciones Unidas están contribuyendo a esta labor. Escuchas hechas públicas ahora muestran también cómo el oficial guatemalteco, representante de las Naciones Unidas en Haití, trabajó estrechamente con el Gobierno de EEUU con el objetivo de evitar la vuelta de Aristide e imposibilitar el resurgir del movimiento Lavalle pro Aristide, que continuó prohibido en Haití, no permitiéndosele que participara en las elecciones fraudulentas que se han estado realizando en aquel país. El anterior secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, presionó al Gobierno de Thabo Mbeki de Suráfrica para que retuviera a Aristide y no le permitiera volver a Haití, ya que supuestamente originaría lo que el Vaticano, en otra escucha, definió como una “catástrofe”. El subsecretario de la diplomacia vaticana, monseñor Ettore Balestrero, en una comunicación con el arzobispo de Haití, Bernardito Auza, subrayó lo catastrófico que sería para Haití la vuelta de Aristide. Bernardito Auza insistió en la necesidad de que el Vaticano se pusiera en contacto con las autoridades eclesiásticas católicas en Sudáfrica para que presionaran a fin de que Aristide no volviera a Haití. El Vaticano actuó con plena coordinación con el Departamento de Estado de EEUU.

El problema de esta movilización internacional es que la población de Haití tiene memoria. Según los datos del propio embajador de EEUU, Aristide continuaba siendo (en 2005) “la única figura en Haití que tenía un apoyo favorable por encima del 50% de la población”. De ahí la constante oposición a que Duvalier volviera a Haití.

Mientras, las medidas a favor de expandir la “economía de mercado”, que tales autoridades han favorecido para Haití, con la eliminación de medidas proteccionistas, han significado la invasión en el mercado de productos alimenticios procedentes de EEUU, destruyendo la economía nativa de Haití. Políticamente, las últimas elecciones fraudulentas (en las que participó sólo el 24% del electorado) mostraron que el sistema político carecía de legitimidad. El permiso del Gobierno de Haití al dictador Duvalier de volver a Haití creó una movilización nacional e internacional de oposición tal que el Gobierno la intentó paliar permitiendo la vuelta de Aristide, aunque el establishment de Haití (incluyendo la Iglesia católica) obstaculiza el desarrollo auténticamente democrático que permitiría a Aristide y a su partido volver al poder. 

Una atroz injusticia que Washington intenta ocultar

Hoy inicia en México el 6º Encuentro Continental de Solidaridad con Cuba. El Movimiento Mexicano de Solidaridad con la isla(MMSC) escogió esta fecha por cumplirse 35 años de la voladura en el aire de un avión de Cubana de Aviación con 73 pasajeros a bordo. La nave sufrió un ataque terrorista planeado y dirigido desde Venezuela por Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, ambos agentes de la CIA con un notorio historial de acciones violentas contra Cuba. El primero reside allí como un respetable ciudadano y patriota estadunidense con quien Washington está endeudado a perpetuidad por sus valiosos servicios. Al segundo, sentenciado por acciones terroristas dentro de Estados Unidos, le fue otorgado el perdón presidencial por George W.H. Bush, director de la central de inteligencia en el momento del sabotaje. Vivió en Miami hasta su muerte donde recibió continuos homenajes en los que se jactaba de sus acciones. La recordación del horrendo crimen subraya la sistemática política de terrorismo de Estado de Estados Unidos contra la Revolución Cubana. Su costo ha sido el de miles de cubanos muertos o mutilados además de cuantiosos daños económicos. Sus estragos no han sido mayores debido a que Cuba ha dedicado incalculables recursos a defenderse, un sagrado derecho y deber de los Estados. Esto, sin mencionar el interminable bloqueo, la más criminal de las acciones terroristas, intento confeso y sordo de genocidio del pueblo cubano, mantenido contra su reiterada condena por la Asamblea General de la ONU.

Cuando el presidente Clinton intentó un tímido diálogo con su homólogo Fidel Castro se puso en evidencia la enorme influencia política conseguida por la mafia contrarrevolucionaria de Florida en los círculos de poder estadunidenses. Debe reconocerse su habilidad para los trajines electoreros mediante sobornos, chantajes y contribuciones a las campañas de los candidatos, tanto republicanos como demócratas. Como cada vez que se inicia un intento de distensión del conflicto Cuba-Estados Unidos, la mafia abortó el intercambio mediante constantes e impunes provocaciones desde Miami, que culminaron con el derribo por cazas cubanos de las avionetas del grupo terrorista Hermanos al Rescate. Las autoridades cubanas habían exigido a la Casa Blanca que pusiera fin a la frecuente violación de su espacio aéreo por esas aeronaves y, ante su inacción, advertido que serían derribadas.


La Habana disponía de una red que monitoreaba los grupos terroristas anticubanos en Florida. De ella procedían los pormenorizados informes que proporcionó a la FBI sobre la actividad de esos grupos, que solamente podía elaborar personal sobre el terreno. Así que de la manera más oportunista y traicionera la agencia estadunidense arrestó en 1998 a los miembros de la red en lugar de actuar contra los terroristas, como había prometido. De los 10 arrestados, 5 rechazaron las presiones para declararse culpables de espionaje y otros cargos calumniosos a cambio de la libertad: Antonio Guerrero, Fernando González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y René González.
Los 5 proclamaron desde el primer momento que sí habían infiltrado a los grupos terroristas en defensa de su patria. Su juicio estuvo plagado de irregularidades, al extremo que una Corte Federal de apelaciones ordenó anularlo ya que en Miami –sentenció- se creó la “tormenta perfecta” para impedir un juicio justo pues no existen las condiciones para tratar con imparcialidad “nada que se relacione con Cuba”. En la cárcel los 5 han sufrido tratos inhumanos y degradantes antes y después del juicio como el confinamiento solitario y los obstáculos a las visitas familiares. Mientras, los medios de difusión, salvo honrosas excepciones, permanecían –y permanecen- en silencio. 

Se trata de un juicio altamente político, exactamente como los que critica Estados Unidos cuando presuntamente se efectúan en países que no le agradan. Por eso el fallo de la corte de apelaciones fue revertido. Mañana René, uno de los 5, sale de prisión después de 13 años de encierro pero no podrá volver a Cuba con su familia pues quedará en libertad “supervisada” tres años, nada menos que en Miami, la boca del lobo. Los otros cuatro continuarán purgando sus injustas, revanchistas, y desproporcionadas condenas. Sólo una ola arrolladora de solidaridad internacional y dentro de Estados Unidos, como la que se está levantando, puede acabar con esta atroz injusticia.

Los especuladores de Wall Street bajo vigilancia

El movimiento de protesta “Ocupemos Wall Street” crece día a día, y se está extendiendo a otras ciudades de Estados Unidos. «Somos el 99 por ciento que ya no va a tolerar la codicia y la corrupción del 1 por ciento restante», dicen los manifestantes.


La respuesta del Departamento de Policía de Nueva York fue brutal. El sábado pasado, la policía arrestó a más de 700 manifestantes en una de las detenciones masivas más grandes en la historia de Estados Unidos. La semana anterior, manifestantes pacíficos fueron rociados con gas pimienta en el rostro sin advertencia previa ni motivo aparente.

Es por este motivo que esta semana, luego de obtener un acuerdo judicial sin precedentes con los departamentos de policía de Mineápolis y St. Paul y del Servicio Secreto de Estados Unidos, fui con mis colegas hasta la Plaza de la Libertad, el corazón de la ocupación en Wall Street, para anunciar esta victoria legal.

El Día del Trabajo de 2008 me encontraba cubriendo el primer día de la Convención Nacional Republicana en St. Paul junto al equipo de noticias de Democracy Now! Afuera, miles de personas se manifestaban en contra. Yo me encontraba dentro de la convención, entrevistando a delegados del que esa semana era el estado más candente, Alaska. ¿Recuerdan a la candidata a la vicepresidencia Sarah Palin? A unas cuadras de allí, mis colegas Sharif Abdel Kouddous y Nicole Salazar estaban cubriendo la represión policial contra una multitud de manifestantes.

La policía antidisturbios encerró a los manifestantes en un estacionamiento. Junto con ellos también quedaron encerrados los periodistas acreditados. Un policía gritó a Nicole: “¡La cara contra el suelo!” Y ella replicó, también a los gritos, “¡Soy de la prensa!”, mientras sostenía su carné de prensa con una mano y filmaba con la otra su propio arresto violento.

Nicole gritó mientras la tiraban boca abajo y mantenían su cara contra el piso. También gritó cuando le apoyaron una rodilla o bota en la espalda y la arrastraron de una pierna, lo que provocó que su rostro sangrara. Lo primero que hicieron a continuación fue quitar la batería de la cámara, por si quedaban dudas acerca de lo que no querían que quedara registrado. Mientras Sharif intentaba calmar a la policía (anti)disturbios, lo empujaron contra una pared, lo patearon dos veces en el pecho, lo tiraron al suelo y lo esposaron.
Recibí una llamada en mi celular y corrí desde el Centro de Convenciones al lugar de los arrestos. La policía antidisturbios había acordonado la zona. Corrí hacia la policía, llevaba mi pase de prensa colgado al cuello. Solicité hablar con el oficial a cargo, para que liberara a mis compañeros periodistas. Acto seguido me llevaron por la fuerza detrás de la línea policial, me pusieron los brazos detrás de la espalda y me esposaron.

Rogué a los policías que no me arrestaran, pero fue exactamente lo que hicieron. Finalmente me llevaron junto a Sharif. Como periodistas acreditados exigimos que nos dejaran en libertad. Acto seguido, un agente del Servicio Secreto vino hacia nosotros y nos arrancó las acreditaciones de prensa del cuello.

Presentamos una demanda. La semana pasada, finalmente, llegamos a un acuerdo con la policía de St.Paul y Mineápolis y el Servicio Secreto. Además de pagar 100.000 dólares de indemnización, el Departamento de Policía de St. Paul acordó poner en marcha un programa de capacitación orientado a educar a los oficiales de policía acerca de los derechos de la prensa y de la población consagrados en la Primera Enmienda, con relación a operaciones policiales, incluidos los procedimientos adecuados para tratar con los periodistas que estén cubriendo manifestaciones. El Departamento de Policía de St. Paul también se comprometió a hacer todo lo que esté a su alcance para hacer que el Departamento de Policía de Minneapolis implemente un programa similar, y además ofrecerá dicho programa al personal policial de todo el estado.

A menos de un año de las próximas convenciones y en momentos en que estamos cubriendo manifestaciones como la de Wall Street, este gran acuerdo que surgió tras los arrestos durante la Convención Nacional Republicana de 2008, debería servir de advertencia a los departamentos de policía de todo el país para que dejen de arrestar e intimidar a periodistas, y para que acaben con la práctica de los arrestos ilegales. No deberían abrirnos un expediente policial cuando lo que hacemos es tratar de cumplir con nuestra tarea de registrar lo que sucede.

Pero, ¿es la policía la que realmente paga el precio por sus actos? Previo a las convenciones republicana y demócrata de 2008, cada partido contrató pólizas de seguro para indemnizar a las ciudades anfitrionas por los daños y perjuicios surgidos de demandas.

Bruce Nestor, presidente de la filial de Minnesota de la Asociación de Abogados de Estados Unidos, me dijo: “St. Paul de hecho negoció una cláusula de seguro especial con el comité anfitrión republicano para que los primeros 10 millones de dólares por concepto de responsabilidad civil por demandas surgidas de la convención fueran cubiertos por el comité anfitrión. La ciudad está orgullosa de esta negociación. Es la primera vez que esto se negocia entre una ciudad y un comité anfitrión pero básicamente significa que nosotros (la ciudad) podemos cometer infracciones, y no tenemos que pagar por ello”.

Volvamos a la actualidad. El megabanco rescatado de Wall Street JPMorgan Chase realizó una donación de 4,6 millones de dólares, deducible de impuestos, a la Fundación de la Policía de la Ciudad de Nueva York, lo cual hizo que los manifestantes se preguntaran: ¿Se paga a la policía de Nueva York para proteger a quién: a la gente o a las empresas? ¿Al 99 por ciento o al 1 por ciento?

Marina Sitrin, que forma parte del equipo legal de “Ocupemos Wall Street”, me dijo que inicialmente la protesta iba a tener lugar en Chase Plaza, pero que el Departamento de Policía de Nueva York la había cerrado de forma preventiva. Los manifestantes se fueron entonces a Zucotti Park y lo rebautizaron Plaza de la Libertad.

Un comunicado de prensa sin fecha publicado en el sitio web de JPMorgan Chase afirma que, en respuesta a la donación de los 4,6 millones de dólares, “el Jefe de Policía de la Ciudad de Nueva York, Raymond Kelly, envió una nota al director ejecutivo y presidente, Jamie Dimon, expresando su 'profunda gratitud' por la donación de la empresa.” Teniendo en cuenta el monto de la donación y el maltrato y la violencia policial contra los manifestantes, uno podría sospechar sobre el modo que tiene el jefe de Policía Kelly de demostrar su gratitud.

Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2011 Amy Goodman