viernes, 13 de enero de 2012


Contaminación del aire causa al menos 38 mil muertes en México

El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) informó que en al menos 20 ciudades de ese país la contaminación del aire provocó en la última década unas 38 mil muertes por enfermedades pulmonares. Este organismo detalló además que la contaminación ambiental es un problema de salud pública federal.

Según el Cemda, esto se debe a que la contaminación representó costos ambientales equivalentes al 4,4 por ciento del PIB del país norteamericano.

Además, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental informó que en ese país la exposición a la contaminación atmosférica causó 38 mil muertes durante el periodo 2001-2005.

Los decesos fueron por enfermedades cardiopulmonares, cáncer de pulmón e infecciones respiratorias.

Vale decir que 5 mil de estas muertes correspondieron a niños. Además, 6 de cada 10 fallecimientos ocurrieron en las zonas metropolitanas del valle de México, Guadalajara, Monterrey, Puebla y Toluca.

En ese sentido, el Cemda precisó que sólo en el Distrito Federal mexicano la calidad del aire en las últimas semanas se deterioró. Fue debido a las bajas temperaturas y al caos vial.

La organización ambiental agregó a estos causantes la falta de combustibles limpios y el atraso en la actualización de las normas para el control de emisiones contaminantes.

Estos datos recogidos por el Cemda pertenecen a un estudio presentado por el Instituto Nacional de Ecología (INE) de México.

Se trata del llamado "Cuarto almanaque de datos y tendencias de la calidad del aire en 20 ciudades mexicanas en el periodo 2000-2009".

Fuente: http://www.agenciapulsar.org/nota.php?id=19987


Declaraciones del candidato a la presidencia Rick Santorum
“La muerte de científicos iraníes es algo maravilloso”

El candidato a la Casa Blanca Rick Santorum dijo que EEUU debería “enviar un mensaje muy claro de que si usted es un científico de Rusia, Corea del Norte o de Irán y va a trabajar en un programa nuclear para desarrollar una bomba para Irán, usted no está seguro”.

Santorum catalogó los asesinatos de científicos iraníes como “maravillosos”, amenazando que aquellos quienes trabajan para el programa nuclear iraní “no están seguros”.

“En ocasiones, científicos que trabajan en el programa nuclear de Irán aparecen muertos. Pienso que eso es algo maravilloso, con franqueza”, dijo Rick Santorum en un discurso de su campaña electoral en Greenville, Carolina del Sur.

Santorum afirmó que mientras Irán está en “el proceso de desarrollar un arma nuclear, la administración de EEUU está haciendo poco o nada”.

“Lo hemos hecho por los ciudadanos estadounidenses. Estamos preocupados cuando alguien produce una bomba nuclear que puede ser lanzada sobre Israel o suministrar un escudo nuclear para un país que difunde el terrorismo con impunidad y cambia la cara del mundo”, dijo.

Los comentarios de Santorum se presentan mientras otro científico iraní, Mostafa Ahmadi Roshan, fue asesinado el 11 de enero en la capital de Irán.

Washington no descarta un ataqueEl Gobierno de Barack Obama ha dicho varias veces en público que la opción militar contra Irán no está descartada. Todo apunta a que EEUU ya prepara una intervención.

Algunas fuentes aseguran que el ataque será por sorpresa ya que la Casa Blanca y sus aliados quieren evitar movilizaciones como las que se produjeron contra la guerra de Irak. Por ello, se está basando en informes de dudosa veracidad para legitimar un escenario bélico.

EEUU y sus aliados tratan de vender que Irán es “una amenaza para el mundo” argumentando que su programa energético de carácter nuclear tiene “fines militares”. Sin embargo, el presidente Mahmud Ahmadineyad ha negado esas acusaciones en reiteradas ocasiones y ha invitado a Washington a mostrar pruebas firmes que confirmen dicha hipótesis.

Teherán denuncia que la verdadera razón por la que EEUU tiene a Irán como objetivo militar son sus recursos naturales. Las reservas de petróleo iraníes son las terceras más grandes del mundo con aproximadamente 136.000 millones de barriles. Irán es el cuarto mayor productor de petróleo y es el segundo productor de la OPEP después de Arabia Saudita.

Ante esta campaña mediática que busca criminalizar al Gobierno de Irán, el vicepresidente Mohammad Reza Rahimi, recomendó a la prensa occidental a hacer un ejercicio de memoria para recordar que en toda la historia de la humanidad tan solo ha habido una potencia que se ha atrevido a lanzar dos bombas atómicas causando la muerte de miles de civiles inocentes. “Para aquellos que anden cortos de memoria, ese país es Estados Unidos”, advirtió Reza Rahimi, haciendo referencia a las dos bombas que EEUU lanzó sobre Hiroshima y Nagasaki el 6 y el 9 de agosto de 1945 y que provocaron la muerte de más de 200.000 personas.

Fuente: http://www.presstv.ir/detail/220712.html

No es solo un acto de guerra, es un insulto en búsqueda de respuesta
EEUU prosigue su guerra secreta contra Irán asesinando a otro científico nuclear
    La guerra secreta de EEUU contra Irán ha subido aún más sus apuestas con el asesinato de otro científico nuclear, por lo cual son varios los analistas que piensan que está arrinconando a la República Islámica para que acabe cediendo en su confrontación con EEUU o para que pase al contraataque, lo que desencadenaría, en caso de optar por lo segundo, una guerra a escala total.
El ingeniero químico de 32 años Mostafa Ahmadi Roshan se encontraba en el interior de su pequeño Peugeout en la capital, Teherán, cuando se le acercaron dos desconocidos en motocicleta que colocaron una bomba-lapa en su vehículo. El científico murió instantáneamente en la explosión. Su conductor murió poco después a causa de las heridas. Y una persona mayor que pasaba por allí murió asimismo en el ataque.

Roshan era el jefe de adquisiciones técnicas de Natanz, la instalación iraní más importante de uranio empobrecido. Su asesinato lleva todos los distintivos de un asesinato organizado por los agentes secretos de un ejército extranjero. Los medios iraníes, de propiedad estatal, y los parlamentarios denunciaron de inmediato al “Mossad”, a los “sionistas” y al grupo terrorista protegido por Occidente, la organización de los Muyahedine-e-Khalq (MKO), de haber jugado un papel en el asesinato.

Es muy probable que esa implicación sea verdadera pero, en última instancia, el autor debe haber sido Washington. Ninguno de los grupos se atrevería a perpetrar un golpe de tan alto perfil sin la autorización de los gestores de Washington. Es de señalar que las fuentes iraníes evitaron articular esta conclusión obvia, quizá comprendiendo la gravedad de las consecuencias.
Al menos a lo largo de los últimos dos años, es un secreto abierto que Washington (junto con el MI6 británico, el Mossad y sus apoderados locales) ha estado orquestando una campaña de subversión terrorista en Irán con el objetivo final de acabar con los 33 años de la República Islámica, que en 1979 sustituyó al cliente favorito de Occidente, el Shah del Irán. Esta es la verdadera razón de la artificiosa confrontación puesta en marcha alrededor de las actividades nucleares de Irán.

Son ya docenas los científicos, ingenieros y académicos iraníes que han sido secuestrados o asesinados mediante operaciones clandestinas dirigidas por EEUU. La mayoría de ellos tenían mucho que ver con la investigación nuclear iraní. Hace dos años, el profesor Massoud Ali Mohammed murió asesinado cuando una motocicleta con una bomba-trampa explotó frente a su hogar en Teherán. El pasado año, en un ataque similar al último perpetrado, el científico nuclear Mayid Shahriari fue asesinado cuando unos motoristas colocaron bombas magnéticas en su coche. Otro científico, Fereydoun Abbassi, que ahora dirige la Organización para la Energía Atómica de Irán, resultó gravemente herido en un ataque simultáneo.

El 12 de noviembre del pasado año, se produjo una explosión masiva en unas instalaciones militares en Bid Kaneh, cerca de Teherán, matando a 17 personas, incluido el brigadier Hassan Moghadam, que al parecer era técnico en misiles de gran nivel. Se sospecha que la carga explosiva de ese ataque pudo proceder de un avión teledirigido de la CIA. Dos semanas después se produjo otra explosión en unas instalaciones nucleares en Isfahan, al oeste de Irán.

Lo anterior, combinado con los ciber ataques de la CIA contra las redes de investigación iraníes y las crecientes incursiones con aviones no tripulados por territorio iraní, deja claro que el asesinato a sangre fría de los expertos nucleares del país es parte de una campaña secreta deliberada de subversión terrorista orquestada por Washington.

El reciente asesinato en Teherán se produjo solo dos días después de que un tribunal iraní sentenciara a muerte a un ex marine estadounidense que fue hallado culpable de operar en Irán como espía de la CIA. Ese anuncio provocó la condena de la Casa Blanca y una airada respuesta de los medios estadounidenses. Una portavoz del departamento de estado de EEUU arremetió contra el régimen iraní acusándole de llevar rutinariamente a cabo secuestros de ciudadanos estadounidenses.

Los antecedentes del hombre condenado, Amir Mirzae Hekmati (de 28 años), nacido en Flint, Michigan, son bastante turbios. Sin embargo, parece que le sometieron a proceso debido desde que le arrestaron en agosto, incluido el acceso a abogado. Tiene veinte días para apelar el veredicto. Debería señalarse que otros tres ciudadanos estadounidenses arrestados con anterioridad en Irán bajo sospecha de espionaje fueron finalmente liberados por las autoridades iraníes. Ese hecho fue objeto de bastante polémica acerca de si el gobierno de Teherán liberó a esos detenidos como gesto de buena voluntad para facilitar el diálogo diplomático con la administración Obama. Los exabruptos de Washington puede que consigan endurecer la posición de Teherán y que presione para que, en el caso de Hekmati, se cumpla todo el proceso.

Pero el contexto general son los esfuerzos concertados de Washington por derrocar al gobierno de la República Islámica encabezado por el presidente Mahmoud Ahmadineyad. La sentencia de Hekmati es otra vuelta de rosca en la escalada de tensiones entre Irán y EEUU y sus aliados occidentales, tensiones que se han incrementado debido a la implacable agresión occidental con afirmaciones sin fundamento sobre el programa nuclear de Irán. Según Teherán e incontestables y numerosas inspecciones de la ONU, el programa nuclear iraní está dedicado al uso de energía civil y aplicaciones médicas, lo cual está legítimamente contemplado en las disposiciones del Tratado de No Proliferación.

Con la intensificación de las sanciones propugnadas por EEUU contra el Banco Central de Irán y la industria petrolífera, la guerra naval de nervios en el Estrecho de Ormuz y las constantemente amplificadas amenazas provocativas de ataques militares preventivos contra Irán, ¿resulta acaso extraño que Teherán necesite mostrar su desafío y afirmar sus derechos soberanos ante nacionales extranjeros sospechosos de operaciones secretas?
Sin embargo, en el actual clima actual de hostilidades, cualquier medida de ese tipo por parte de Teherán va a interpretarse como una provocación, al igual que su advertencia de la pasada semana acerca del cierre de sus aguas territoriales en el Estrecho de Ormuz a los barcos que transportan petróleo si Occidente sigue adelante con las sanciones. Si el asesinato de un científico iraní responde a un ataque estadounidense por la sentencia del presunto espía de la CIA, entonces lo que se les está diciendo a los iraníes es que no tienen margen de maniobra, aunque la maniobra se apoye en una afirmación de sus derechos de soberanía.

Parece que la confrontación de Occidente con Irán, que dura ya casi una década, ha cambiado de marcha para entrar en un irrevocable ciclo vicioso donde la guerra parece inevitable.

El reciente asesinato de un importante científico iraní parece ser un contundente ultimátum enviado por Washington a Irán. La campaña de asesinatos en territorio iraní contra sus ciudadanos y expertos científicos no es solo un acto de guerra. Es un insulto premeditado en búsqueda de respuesta.

Los bebés de Faluya, sometidos a un nuevo tipo de asedio

Los médicos y habitantes de Faluya culpan a las armas de Estados Unidos de los catastróficos niveles de malformaciones congénitas en los recién nacidos en Faluya.

Mientras, por un lado, los militares de Estados Unidos se han retirado formalmente de Iraq, por otro, los médicos y habitantes de Faluya culpan a las armas de uranio empobrecido y de fósforo blanco usadas durante dos devastadores ataques estadounidenses contra Faluya en 2004, de lo que se describe como “catastróficos” niveles de defectos y malformaciones de nacimiento.

La doctora Samira Alani, pediatra del Hospital General de Faluya, se ha interesado personalmente por investigar la súbita aparición de malformaciones congénitas que han proliferado desde 2005 a raíz de los asedios estadounidenses.

“[…] Ahora tenemos toda clase de defectos, desde enfermedades congénitas de corazón a graves malformaciones físicas. Ambas, en cifras que no se pueden ni imaginar”, afirmó Alani a Al Jazeera en su despacho del hospital, mientras mostraba innumerables fotos de horrorosas malformaciones congénitas.

El 21 de diciembre, Alani, que lleva trabajando en el hospital desde 1997, declaró a Al Jazeera que ella personalmente había registrado 677 casos de malformaciones congénitas desde octubre de 2009. Justo ocho días después, cuando Al Jazeera visitó la ciudad, el 29 de diciembre, ese número había aumentado ya a 699.

“[…] Ni siquiera hay términos médicos para describir algunos de estos casos, porque nunca los hemos visto hasta ahora”, afirma; “[…] así que cuando los describo, lo único que puedo hacer es relatar los defectos físicos, pero soy incapaz de asignarles un término médico”.

La imposibilidad de vivir
La mayoría de estos bebés de Faluya mueren en los primeros 20 o 30 minutos después de nacer, pero no todos.

Abdul Jaleel Mohamed, de cuatro años, nació en octubre de 2007. Su diagnóstico clínico establece una dilatación de dos ventrículos cardíacos y una protuberancia en la parte inferior de la espalda que los médicos no han conseguido eliminar. Abdul tiene problemas para controlar sus músculos, dificultades para caminar, no puede controlar su vejiga y se cansa con facilidad. Los médicos le dijeron a su padre, Mohamed Jaleel Abdul Rahim, que su hijo tenía graves problemas en el sistema nervioso y que podía padecer acumulación de líquido en el cerebro con la edad, lo cual tendría consecuencias fatales.

“[…] Este es el primer caso de algo así en toda nuestra familia”, dijo Rahim a Al Jazeera. “Nosotros vivíamos en una zona que fue duramente bombardeada por los estadounidenses en 2004, y un misil cayó justo enfrente de nuestra casa. ¿Qué otra cosa pudo producir estos problemas de salud?”
La doctora Alani manifestó a Al Jazeera que en la gran mayoría de los casos que ella había documentado, en la familia no había ningún antecedente de malformaciones congénitas.

Alani mostró a Al Jazeera cientos de fotos de bebés nacidos con fisura del paladar, cabezas exageradamente grandes, un recién nacido con un ojo en el centro de la cara, miembros de tamaño desmedido o sumamente cortos, y malformaciones en narices, orejas y columna vertebral. Habló de casos de “displasia tanatofórica”, una anomalía en los huesos y en la caja torácica que “le imposibilita la vida al recién nacido”.

Rahim dijo que muchos de sus familiares que habían tenido hijos después de 2004 también estaban teniendo problemas. “[…] Uno de ellos nació con aspecto de pez”, dijo Rahim. “También sé personalmente de al menos otras tres familias, que viven cerca de nosotros que padecen igualmente estos problemas.”

De momento, la familia está preocupada por cómo le irá a Abdul en el colegio cuando empiece el próximo año. “[…] La protuberancia en su espalda es tan dolorosa y vergonzosa para él que ¿qué pasará en el colegio?”, dice Rahim. Maloud Ahmed Jassim, abuelo de Abdul, quien añade: “Hemos visto que se producen muchos abortos, y no sabemos por qué”. Jassim está indignado por la falta de una investigación de la crisis sanitaria a fondo. “[…] ¿Por qué el gobierno no está investigando esto?”, pregunta. “Los medios de comunicación occidentales parecen interesados, pero ni nuestros medios locales ni el gobierno lo están. ¿Por qué no?”

En abril de 2011, los legisladores iraquíes debatieron si los ataques de Estados Unidos sobre la ciudad [de Faluya] constituían un genocidio. Sin embargo, las resoluciones que reclamaban un procesamiento internacional no llegaron a ninguna parte.

Pruebas científicas
Alani, junto con el doctor Christopher Busby [1], un científico y activista británico que ha llevado a cabo investigaciones sobre la contaminación radiactiva, recogió muestras de cabello de 25 padres de familias con hijos que tenían defectos de nacimiento y los enviaron a un laboratorio de Alemania para su análisis.

En septiembre de 201, Alani y Busby, junto con otros médicos e investigadores [2], publicaron un estudio con los datos obtenidos al analizar las muestras de cabello, así como muestras de terreno y de agua de la ciudad. Se halló mercurio, uranio, bismuto y otros elementos en pequeñas cantidades [3].

La conclusión del informe declara:
“[…] Aunque hay que ser cautos a la hora de excluir otras posibilidades, porque no existen informes de que ninguno de los elementos encontrados en exceso causen enfermedades congénitas y cáncer, salvo el uranio, estos hallazgos sugieren que la exposición al uranio enriquecido es la causa principal o bien está relacionada con la causa del aumento de anomalías congénitas y cáncer. Se plantean, pues, interrogantes sobre las características y composición de las armas que están siendo desplegadas en los modernos campos de batalla”.

“[…] Como médicos, sabemos que el mercurio, el uranio y el bismuto pueden contribuir al desarrollo de malformaciones congénitas y creemos que esto podría estar relacionado con el uso de armas prohibidas por parte de Estados Unidos durante estas batallas”, afirma Alani. “[…] Expuse esta conexión en la investigación judicial llevada a cabo en [el condado inglés de] West Midlands por la muerte de un veterano de la primera guerra del Golfo […] y un jurado de instrucción aceptó mi declaración”, dijo a Al Jazeera.

“[…] Un tribunal de instrucción falló que el cáncer fue provocado por la exposición a uranio empobrecido”, añade Busby. “En los últimos diez años ha salido a la luz investigación que ha dejado bien claro que el uranio es una de las sustancias conocidas más peligrosas para el ser humano y, por supuesto, en la forma que adopta cuando se usa en estas guerras.”

En julio de 2010, Busby publicó un estudio que demostraba que desde los ataques de 2004 se había producido un aumento de 12 veces más del cáncer infantil en Faluya. El informe también demostraba que la ratio por sexos había disminuido desde unos valores normales a una relación de 86 niños por cada 100 niñas, junto con una propagación de las enfermedades indicativa de un daño genético similar al de Hiroshima aunque de mucha mayor incidencia.

La doctora Alani visitó Japón recientemente, donde se reunió con médicos japoneses que estudian las tasas de malformaciones congénitas, que creen que están relacionadas con la radiación de los bombardeos nucleares estadounidenses de Hiroshima y Nagasaki. Le dijeron que la tasa de incidencia de defectos al nacer es allí entre un 1 y un 2 por ciento. El registro de casos de malformaciones congénitas de la doctora Alani supone una tasa del 14,7 por ciento de todos los bebés nacidos en Faluya, más de 14 veces la tasa de las zonas afectadas de Japón.

¿Un país contaminado?
En la provincia de Babilonia, al sur de Iraq, el doctor Sharif al-Alwachi, director del Centro de Cáncer de Babilonia, afirma que las tasas de cáncer han ido aumentando hasta niveles alarmantes desde 2003 y culpa de ello al uso de armas de uranio empobrecido por las fuerzas de Estados Unidos durante la invasión de 2003 y años posteriores. “[…] El medio ambiente pudo verse contaminado por armas químicas y uranio empobrecido a consecuencia de la guerra en Iraq”, dijo el doctor al-Alwachi a Al Jazeera. “[…] El aire, la tierra y el agua están contaminados por estas armas, y al entrar en contacto con el ser humano resultan venenosos. Esto es nuevo en la región y la gente está sufriendo.”

Los militares estadounidenses y británicos han dado informaciones confusas sobre los efectos del uranio empobrecido, pero médicos iraquíes como al Alwachi y Alani, junto con otros investigadores, culpan a las armas del aumento de la tasa de cáncer y malformaciones congénitas [4].

Abdulhaq al-Ani, autor de Uranium in Iraq, ha investigado los efectos del uranio empobrecido en los iraquíes desde 1991. Contó a Al Jazeera que él mismo midió los niveles de radiación en la ciudad de Kerbala, así como en Basora, y su medidor Geiger se puso a dar pitidos porque “el indicador sobrepasó todos los niveles”.

La doctora Alani explicó que ella es la única médico de Faluya que registra los casos de malformaciones congénitas. “[…] No disponemos de ningún sistema para registrarlos todos, así que nos faltan muchos casos”, afirmó. “Ayer mismo, una colega me habló de un recién nacido con displasia tanatofórica y ella no lo registró. Creo que sólo conozco entre un 40 y un 50 por ciento de los casos, porque muchas mujeres dan a luz a sus hijos en casa y de estos casos nunca nos enteramos, y porque otras clínicas no los están registrando tampoco.”

El hospital donde trabaja Alani fue construido en el distrito Dubad de Faluya en 2008. Según Alani, ese distrito fue bombardeado intensamente durante el asedio de noviembre de 2004. “[…] Hay también una escuela de primaria que se construyó cerca y sólo de esa escuela hubo tres profesores que desarrollaron cáncer de pulmón y ahora dos de ellos están muertos”, afirma Alani. “Tenemos muchos casos en esta zona, justo donde está el hospital.”
Incluso contando con una enorme cantidad de pruebas concretas, hoy por hoy, la causa exacta de la crisis sanitaria de Faluya no se puede establecer de forma concluyente sin un estudio completo y en profundidad, que aún está por realizar. Sin embargo, a pesar de la falta de apoyo gubernamental y del poco apoyo que recibe del exterior de Iraq, Alani está decidida a continuar su labor. “[…] No dejaré este asunto. No pararé”, afirma a Al Jazeera.