Mubarak deja el gobierno hoy, dice la CIA
La CIA estima que el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, anunciará hoy su renuncia, dijo el director de la agencia de inteligencia estadounidense, Leon Panetta en declaraciones a la cadena de televisión CNN.Sin embargo, el ministro egipcio de información dijo a Reuters que “el presidente Hosni Mubarak aún se mantiene en el poder y no va a renunciar”. Anas el-Fekky dijo: “El presidente no está renunciando y todo lo que escucharon en la prensa es un rumor”.
De acuerdo con El País, de España, el presidente, Hosni Mubarak, podría dejar el poder en las próximas horas, según diversas informaciones procedentes de la cúpula del poder en el país.
El Consejo Supremo del Ejército, tras reunirse para discutir sobre su posición en la situación que atraviesa el país, ha emitido un comunicado en la televisión estatal en el que se asegura que las demandas de los manifestantes “serán atendidas”.
El Ejército, añade, se prepara para “proteger al pueblo”. Hossan Badrawi, secretario del oficialista Partido Nacional Democrático, ha asegurado que en estos momentos se está discutiendo la salida del rais y el primer ministro, Ahmad Safiq, ha asegurado que el relevo “podría suceder esta noche”, según recogen las cadenas Al Jazeera y BBC. Esas mismas informaciones señalan que asumirá el cargo el actual vicepresidente, Omar Suleimán.
Tras el palabras del Ejército, la mayoría de analistas cree que el de Suleimán sería, en todo caso, un poder bajo tutela militar. El comunicado de la Fuerzas Armadas ha arrancado manifestaciones de júbilo entre los manifestantes que ocupan, desde hace 17 días, la plaza de la Liberación de El Cairo.
Minutos antes de que trascendieran estas informaciones, los accesos al centro de la ciudad desde el gran Cairo (la mayor metrópolis de África, con unos 25 millones de habitantes) han quedado cerrados. Efectivos militares y tanques tomaban esta mañana nuevas posiciones en los alrededores de El Cairo, en Ciudad Nasr, mientras no era posible conseguir billetes de tren hacia la capital -están agotados- en un intento de que los egipcios de otras ciudades no acudieran mañana a la plaza de la Liberación. Allí, la oposición tiene convocada para mañana otra demostración de fuerza de los opositores al régimen. Quizás ya no sea necesario celebrarla.
Tras algunas tímidas señales de apertura -liberación de detenidos en las protestas, creación de una comisión para la reforma de la Constitución, inicio de un proceso de diálogo con los partidos de la oposición y subidas de sueldo para los funcionarios y pensionistas- el régimen de Mubarak sigue queriendo aferrarse al poder. Suleimán, actual hombre fuerte del régimen y señalado por EE UU como piloto de un proceso ordenado de transición, dejó perplejos a los directores de varios medios egipcios al evocar, el pasado martes por la noche, la posibilidad de un golpe de Estado, sin especificar de quién.
Entonces rechazó la partida inmediata de Mubarak -la consigna oficial, hasta ahora, es que este llegaría hasta las elecciones de septiembre, a las que no se presentaría-, cargó además contra los manifestantes, diciendo que las protestas constituían una “absoluta e intolerable falta de respeto” al presidente, que los egipcios carecían de cultura democrática y anunció que no toleraría “ninguna forma de desobediencia civil”.
Apenas unas horas después de estas palabras, esta mañana, se podía ver cómo cientos de tanques estaban siendo desplegados por Ciudad Nasr, un suburbio del este de El Cairo, dispuestos a entrar al centro de la ciudad para, en su caso, reprimir la protesta convocada para mañana. El ministro de Exteriores, Ahmed Abul Gheit, ya advirtió de que el Ejército intervendría “en caso de caos”.
Alineados en la orilla de una avenida, los carros se extendían a lo largo de un kilómetro. Por la tarde, no quedaba ninguno. Los rumores en la calle señalan que han podido ir a Heliópolis, el barrio residencial donde vive Mubarak, ante el temor de que una marcha pusiera rumbo hacia allí desde la plaza de la Liberación, aunque se trata de informaciones que no han podido ser comprobadas.
Viernes, día de oración, la de mañana es otra de las jornadas señaladas como clave por los opositores al régimen, que han tomado la plaza de la Liberación de El Cairo como epicentro de una revuelta que, en dos semanas, ha puesto a Mubarak al borde del abismo, aunque se resista a ceder las riendas. Esperan congregar de nuevo a cientos de miles de personas, como lo hicieron el pasado viernes -marcado como el Día de la Despedida” del dictador-, o el martes -cuando desbordaron la plaza y marcharon a miles hacia el Parlamento. Además, tienen previsto plantarse ante el edificio de la radio y la televisión estatales. Esperan, además, que se les unan egipcios de todo el país, algo que el régimen ha tratado de evitar cortocircuitando el ferrocarril. Hoy era imposible conseguir un billete de tren a El Cairo: Todos estaban agotados.
Pero el movimiento sigue activo en El Cairo. Miles de estudiantes han salido a la calle para sumarse a las protestas, informa Nuria Tesón desde las puertas del Parlamento. A todo se une una cadena de huelgas de trabajadores de varios sectores que reclaman mejoras de salarios y de sus condiciones laborales. Miles de trabajadores de los sectores textil, de telecomunicaciones y metalúrgicos están en huelga en todo el país, lo que podría causar una aún mayor parálisis económica. Trabajadores del canal de Suez están parados hoy, y profesores universitarios y funcionarios han protagonizado protestas en pos de mejores salarios, al igual que trabajadores de correos y de la compañía estatal de comunicaciones Telecom Egypt.
Hasta el momento, el Ejército -origen tanto de Mubarak como de Suleiman y buena parte de la cúpula del régimen- ha intentado mantener un papel moderado en la crisis. No ha reprimido con dureza a los manifestantes, pero tampoco ha forzado la máquina contra unos dirigentes que, a fin de cuentas, salieron de su seno. No obstante, hay denuncias de que los militares han detenido y torturado a decenas de manifestantes.
A la presión de los estos contra Mubarak se ha sumado de nuevo esta madrugada EE UU, que ha criticado que el régimen no esté dando los pasos necesarios para responder a las expectativas de los manifestantes. Después de que el ministro egipcio de Exteriores, Ahmed Aboul Gheit, dijera que EE UU quiere imponer su voluntad en Oriente Medio, Robert Gibbs, portavoz de la Casa Blanca ha respondido que lo que Washington espera son actos “reales y concretos” que aceleren la transición.
“No sorprende tanto lo que se ve en las calles de El Cairo cuando ves los escasos pasos que su Gobierno está dando para atender sus demandas”, dijo ayer Gibbs. “Parece claro que el Gobierno egipcio va a tener que tomar medidas reales, concretas”, remató.
(Con información de El País, Reuters y CNN)
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