Miles de jóvenes convocados por Greenpeace marcharon festivamente desde el metro los Héroes hasta plaza Brasil en la soleada tarde del domingo 20 de marzo en Santiago, mostrando su rechazo a la opción por energía nuclear que llega a Chile en brazos del presidente norteamericano Obama, en pocas horas más. Compactos grupos de manifestantes que incluían a parejas con niños pequeños, y también adultos -en minoría-, coreaban “Obama, Piñera, la misma billetera” y “No queremos y no nos da la gana, ser una colonia norteamericana”, camino a la plaza donde cantaron entre otros, Inti Illimani histórico y la cantautora Camila Moreno, presentados por el actor César Caillet.
Muchos carteles y consignas rechazaban la visita de Obama y denunciaban el intervencionismo norteamericano en Libia y los planes del llamado “dúo-nuclear” Obama-Piñera ridiculizados por mimos, y actores acompañados de coloridos danzantes de diversos tinkus andinos con su banda que al llegar a la plaza Brasil interpretó la Plegaria al Labrador, de Víctor Jara. Demandas sociales y ambientales como el rechazo a las centrales Hidroaysén y a la termoeléctrica Castilla, la defensa del mar de Mehuín y del Valle del Huasco frente al proyecto Pascua Lama, y un cartel "No destruyan la Comunidad Ecológica de Peñalolén", así como el rechazo a los transgénicos, se cuentan entre las muchas causas allí desplegadas.
A los voluntarios de Greenpeace encabezados por su director, Matías Asún, se unieron activistas de diversas organizaciones ambientales, artistas, estudiantes y familias completas, junto a miembros de organizaciones sociales, pobladores y trabajadores, con fuerte resguardo de carabineros. Sólo lograron caminar un corto trecho por la Alameda enfilando obligadamente por Cienfuegos, por orden de la policía. Calaveras simbolizando la destrucción nuclear –una de ellas pegada en una sombrilla japonesa de papel -, esqueletos bailando y cantos como “Piñera, aprende, Chile no se vende” o irreverentes: “Piñera… aprende del Japón”,o sobre las termoeléctricas: "Piñera escucha un poco, metete las termos por el marepoto" daban cuenta de la valoración de las nuevas generaciones respecto de los últimos acontecimientos. La tv chilena habló de “decenas” de jóvenes en escasos segundos de los noticieros en los que mezclaron imágenes de dos manifestaciones distintas. Pero sin duda para la embajada norteamericana no pasó inadvertido el mensaje cargado de ira y pesar, pero escrito en clave de humor, que portaban hoy varios miles de manifestantes.
Muchos carteles y consignas rechazaban la visita de Obama y denunciaban el intervencionismo norteamericano en Libia y los planes del llamado “dúo-nuclear” Obama-Piñera ridiculizados por mimos, y actores acompañados de coloridos danzantes de diversos tinkus andinos con su banda que al llegar a la plaza Brasil interpretó la Plegaria al Labrador, de Víctor Jara. Demandas sociales y ambientales como el rechazo a las centrales Hidroaysén y a la termoeléctrica Castilla, la defensa del mar de Mehuín y del Valle del Huasco frente al proyecto Pascua Lama, y un cartel "No destruyan la Comunidad Ecológica de Peñalolén", así como el rechazo a los transgénicos, se cuentan entre las muchas causas allí desplegadas.
A los voluntarios de Greenpeace encabezados por su director, Matías Asún, se unieron activistas de diversas organizaciones ambientales, artistas, estudiantes y familias completas, junto a miembros de organizaciones sociales, pobladores y trabajadores, con fuerte resguardo de carabineros. Sólo lograron caminar un corto trecho por la Alameda enfilando obligadamente por Cienfuegos, por orden de la policía. Calaveras simbolizando la destrucción nuclear –una de ellas pegada en una sombrilla japonesa de papel -, esqueletos bailando y cantos como “Piñera, aprende, Chile no se vende” o irreverentes: “Piñera… aprende del Japón”,o sobre las termoeléctricas: "Piñera escucha un poco, metete las termos por el marepoto" daban cuenta de la valoración de las nuevas generaciones respecto de los últimos acontecimientos. La tv chilena habló de “decenas” de jóvenes en escasos segundos de los noticieros en los que mezclaron imágenes de dos manifestaciones distintas. Pero sin duda para la embajada norteamericana no pasó inadvertido el mensaje cargado de ira y pesar, pero escrito en clave de humor, que portaban hoy varios miles de manifestantes.
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