El 6 de noviembre del 2005, Alberto Fujimori abandonó el exilio de Japón y se trasladó a Chile con el propósito de consumar el “Plan A” de su proyecto de postular a la reelección a pesar de encontrarse inhabilitado.
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Los hombres que convencieron a Fujimori para que retornase a Lima –entre ellos Augusto Bedoya Camere, Oswaldo Sandoval Aguirre, Jaime Yoshiyama Tanaka y Germán Kruger Espantoso, quienes luego serían parte del equipo íntimo de Keiko Fujimori– creían que si las autoridades judiciales del Perú solicitaban la extradición a los jueces chilenos, estos rechazarían las peticiones como lo hicieron en los casos de los prófugos Eduardo Calmell del Solar y Daniel Borobio. Se equivocaron. Ante la detención de Fujimori, y la imposibilidad de que lanzara su candidatura a la reelección en el proceso del 2006, Alberto Fujimori fraguó el “Plan B”: ganar una fuerte presencia en el Congreso con una lista encabezada por Keiko Fujimori, para que preparase su retorno a la jefatura de Estado.
Cables secretos del Departamento de Estado norteamericano, desclasificados por la organización Wikileaks y revelados por IDL-Reporteros, describen los encuentros sostenidos entre representantes del fujimorismo con funcionarios de la embajada de Estados Unidos en Lima, entre 2005 y 2006, en los que se habló del proyecto de reelección de Alberto Fujimori y el papel que cumpliría Keiko Fujimori en la estrategia en caso el ex mandatario no pudiera candidatear: postularla como cabeza de lista del nuevo partido fujimorista.
En esos cables se registra que Keiko Fujimori promete a los estadounidenses el apoyo fujimorista en el Congreso al Tratado de Libre Comercio (TLC), pidiéndole a su padre que llamara por teléfono a Martha Moyano para asegurar el compromiso. El episodio del 12 de junio del 2006 sería un adelanto de lo que el inquilino de la Diroes haría con la campaña electoral de su hija: dirigirla.
La condena de 25 años de cárcel que recibió Alberto Fujimori por los crímenes de Barrios Altos y La Cantuta, el 7 de abril del 2009, alteró el plan fujimorista, pero no así el objetivo: conquistar el poder, pero esta vez con un componente imperativo: ganar la Presidencia para salir en libertad. Lo dijo la propia Keiko Fujimori en las puertas de las Diroes el mismo día de la sentencia: prometió sacar de la cárcel a su progenitor.
Durante la primera vuelta electoral, se hizo evidente la intervención de Alberto Fujimori en la conducción de la campaña de su hija Keiko, lo que quedó comprobado con el peregrinaje cotidiano de la dirigencia fujimorista a la Diroes, así como de los financistas de Fuerza 2011 y de los aspirantes a formar parte de la lista parlamentaria de ese partido. Total, los hombres que rodeaban a Keiko Fujimori eran los mismos que habían formado parte de la conspiración para su retorno desde Japón en el 2005, lo que explica por qué durante la primera etapa electoral la hija del ex presidente no deslindó respecto a la promesa de excarcelar a su padre en caso triunfara en las elecciones.
Los resultados obligaron a un replanteamiento de la estrategia de Fuerza 2011 que radicó en tratar de demostrar que Alberto Fujimori no tenía influencia sobre las decisiones de Keiko Fujimori y que ella tomaba las decisiones junto con su equipo técnico. Como lo reveló La República en varios reportajes, la verdad era que el ex jefe de Estado continuó liderando la campaña de su hija desde la prisión de la Diroes. Mientras ella afirmaba que no era cierto, que su proyecto político no representaba una continuidad del fujimorismo de los años 90, Fuerza 2011 en las dos últimas semanas de la campaña por la segunda vuelta inundó el país con afiches de Alberto Fujimori junto a Keiko Fujimori. Era, sin duda, propaganda ordenada por el recluso. El gran derrotado de la jornada del 5 de junio.
Claves
Perspectiva. La derrota de Keiko Fujimori no es ni mucho menos el final del fujimorismo. Si bien no alcanzó la Presidencia, logró ampliar la base fujimorista electoral en todo el país.
EN EL CONGRESO. En el último mitin de Keiko Fujimori, se avizoró una eventual alianza entre Fuerza 2011, Solidaridad Nacional y Alianza por el Gran Cambio, que sumarían 57 congresistas, frente a los 47 de Humala y 22 de Toledo.
“La culpa de la derrota la tiene Alberto Fujimori”
“Keiko Fujimori no fue convincente en su intento de distanciarse del gobierno de su padre Alberto”, dijo Jo-Marie Burt, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad George Mason, EEUU: ”No olvidemos que antes de la primera vuelta celebró efusivamente al gobierno de su padre como el mejor que tuvo el Perú en toda su historia”.
Jo-Marie Burt, autora de Violencia y autoritarismo en el Perú: Bajo la sombra de Sendero y la dictadura de Fujimori, precisó: “Al pasar a la segunda vuelta, admitió que el gobierno de su padre fue autoritario, que se cometieron crímenes, pero en todo momento mantuvo la inocencia de su padre y echó la culpa a otros.
“Pero los peruanos creen que Fujimori es culpable, tal y como ha sido demostrado por la Corte Suprema, que lo juzgó y condenó de graves crímenes contra los derechos humanos, corrupción y abuso de poder. En ese sentido, creo que sí, la culpa de la derrota de Keiko es de Alberto Fujimori”, arguyó Burt, quien siguió todo el proceso judicial contra el ex mandatario.
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