Después de despejarse el peligro de un derrumbe económico en Estados Unidos, la amenaza de una nueva crisis otra vez amenaza el Antiguo Continente.
Por Andrei Fediashin - RIA Novosti
Los gobiernos de España e Italia convocan reuniones de emergencia, buscando evitar una espiral de la crisis de la deuda pública. El futuro de toda la zona del euro está en peligro.
Italia y España padecen males parecidos
El presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, pospuso sus vacaciones previstas y celebró una reunión de emergencia con la viceprimera ministra y ministra de Economía, Elena Salgado.
La ministra declaró que todas las dificultades de la economía española tiene un carácter temporal y que el país “merece toda la confianza de sus socios”.
Anteriormente, Zapatero anunció que el próximo noviembre se celebrarán elecciones parlamentarias anticipadas, que inicialmente, estaban previstas para marzo de 2012. La razón de ese anticipo es el deseo de garantizar la estabilidad política y encargar la solución de los problemas de la crisis a un partido con un nuevo mandato del pueblo. Sin embargo, según los datos del sondeo llevado a cabo por el diario El País, cercano al Gobierno, el Partido Popular tiene una ventaja del 14% frente a los socialistas, así que es muy probable que la lucha contra la crisis sea dirigida por un nuevo je de gobierno.
Las elecciones en cuestión difícilmente ayudarán a solucionar los problemas existentes en España: lejos de conceder la mayoría absoluta a ninguno de los partidos, tampoco traerán estabilidad, que es un lujo demasiado escaso en momentos de crisis. Y si España cae al precipicio de la deuda, habrá que salvar a toda la eurozona.
Silvio Berlusconi también está celebrando reuniones de emergencia con su gabinete y el pasado 3 de agosto hizo una declaración de que todo estaba bajo control del Gobierno Nacional, que los bancos italianos “han superado las pruebas de solvencia europeas” y que la situación política en el país es estable y sólida. Berlusconi añadió que es empresario y que las acciones de sus empresas también se cotizan en la Bolsa de Milán.
Las palabras del primer ministro italiano parecieron bastante convincentes, sin embargo, los analistas financieros no comparten su seguridad. Las fuerzas de la oposición, por su parte, exige la dimisión del presidente del Gobierno.
Síndrome de una anemia crediticia universal
España e Italia, países vecinos del Mediterráneo, parecen tener problemas idénticos: un elevado gasto presupuestario y un nivel de deuda todavía más elevado. Como resultado, el tipo de interés de las obligaciones de Estado a 10 años superó el 6%, un récord tanto para Madrid como para Roma.
De alcanzar el 7%, aumentará la posibilidad de que los gobiernos tengan que solicitar ayuda a los organismos internacionales. Esa misma situación ocurrió con Grecia e Irlanda y, posteriormente, con Portugal.
Alemania, por ejemplo, que representa un ejemplo de disciplina financiera y de orden presupuestario y es uno de los pilares de la estabilidad económica y financiera en Europa, recibe préstamos a menos del 3% de interés.
La situación no sería tan grave si en estos momentos Europa no tuviera que afrontar las crisis en Grecia, Portugal e Irlanda, y si Roma y Madrid no necesitaran ayuda urgente.
Para septiembre de este año Italia debe saldar una deuda de 47.000 millones de euros y para finales del año, de 44.000 millones de euros.
España tiene unos problemas muy parecidos: la única venta de bonos del Estado de las planeadas para agosto se celebró el día 4. El país logró colocar deuda a 3 y 4 años por un monto total de 3.310 millones de euros en vez de 3.500 millones planeados.
Otro país que podría correr la suerte de Grecia, Irlanda y Portugal es Chipre. Su Banco Central avisó al Gobierno Nacional de que la situación era delicada y de que no se descartaba la necesidad de solicitar ayuda a los organismos financieros internacionales.
En Chipre, a los problemas económicos se suman los políticos, y aunque también es cierto que el PIB del país supone únicamente el 0.2% de la economía de la eurozona. La proliferación de la infección financiera en Europa es patente.
Otra muestra de que la crisis, lejos de estar superada, afecta a más países europeos, ha sido la inesperada decisión de Suiza de bajar la cotización de su moneda nacional. El Banco Central suizo anunció que la cotización del franco suizo era demasiado elevada, bajó hasta cero las tasas de los créditos interbancarios a tres meses e inyectó en los mercados una enorme cantidad de francos.
Estos pasos son necesarios para mantener en el país la estabilidad de precios. Ocurre que los agentes de los mercados, al darse cuenta de los problemas de España e Italia, se precipitaron a desembarazarse de los euros, invirtiendo a cambio en oro o en francos suizos, lo que ocasionó el aumento de su precio.
Revisando los rankings europeos
Este elevado atractivo del franco suizo y del oro son muestra de que la eurozona ha entrado o está a punto de entrar en una segunda crisis económica, provocada, entre otros factores, por los problemas presupuestarios y de la deuda pública de EEUU, que todavía no están resueltos del todo.
Sería ingenuo suponer que, después del acuerdo entre el presidente Obama y el Congreso, Estados Unidos no corre ya peligro de revisión del ranking de su deuda. Es más bien un entreacto y no el final del drama.
La semana pasada, la agencia internacional de riesgo Estandar & Poor’s redujo la calificación de la deuda soberana de Estados Unidos de su valor máximo (“AAA”) en un nivel hasta “AA+”.
Según la agencia, sin un cambio drástico de la política fiscal “la correlación entre la deuda pública de Estados Unidos y su PIB para finales de 2012 habrá superado el 100% y seguirá creciendo”, lo que “es incompatible con el mantenimiento de la valoración de la deuda soberana como AAA”.
En Europa, las valoraciones de las agencias son, en estos momentos, uno de los focos de atención común. Unos 16 países ocupan en la actualidad las posiciones superiores de estas listas. Uno de los más estables es, por supuesto, Alemania: para que alguien se atreva a bajarla de posición haría falta que su sistema financiero quedara completamente paralizado.
Pero la férrea disciplina presupuestaria y una potente economía orientada a las exportaciones representan una base bien sólida para la salud financiera de este país. No obstante, si en la eurozona se producen cataclismos, Alemania también se verá seriamente afectada, aunque tarde más que otros países comunitarios en caer.
Las “hermanas nórdicas”, es decir, Noruega, Suecia, Dinamarca y Finlandia parecen estar a salvo, gracias a la disciplina presupuestaria reinante y a una economía estable.
El cielo sobre Suiza y Luxemburgo también parecen despejados. Sin embargo, no existe la misma seguridad respecto a Francia y al Reino Unido, porque sus deudas públicas equivalen al 97.3% y al 88.5% del PIB, respectivamente, y el crecimiento económico de ambos países es insignificante.
Italia y España padecen males parecidos
El presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, pospuso sus vacaciones previstas y celebró una reunión de emergencia con la viceprimera ministra y ministra de Economía, Elena Salgado.
La ministra declaró que todas las dificultades de la economía española tiene un carácter temporal y que el país “merece toda la confianza de sus socios”.
Anteriormente, Zapatero anunció que el próximo noviembre se celebrarán elecciones parlamentarias anticipadas, que inicialmente, estaban previstas para marzo de 2012. La razón de ese anticipo es el deseo de garantizar la estabilidad política y encargar la solución de los problemas de la crisis a un partido con un nuevo mandato del pueblo. Sin embargo, según los datos del sondeo llevado a cabo por el diario El País, cercano al Gobierno, el Partido Popular tiene una ventaja del 14% frente a los socialistas, así que es muy probable que la lucha contra la crisis sea dirigida por un nuevo je de gobierno.
Las elecciones en cuestión difícilmente ayudarán a solucionar los problemas existentes en España: lejos de conceder la mayoría absoluta a ninguno de los partidos, tampoco traerán estabilidad, que es un lujo demasiado escaso en momentos de crisis. Y si España cae al precipicio de la deuda, habrá que salvar a toda la eurozona.
Silvio Berlusconi también está celebrando reuniones de emergencia con su gabinete y el pasado 3 de agosto hizo una declaración de que todo estaba bajo control del Gobierno Nacional, que los bancos italianos “han superado las pruebas de solvencia europeas” y que la situación política en el país es estable y sólida. Berlusconi añadió que es empresario y que las acciones de sus empresas también se cotizan en la Bolsa de Milán.
Las palabras del primer ministro italiano parecieron bastante convincentes, sin embargo, los analistas financieros no comparten su seguridad. Las fuerzas de la oposición, por su parte, exige la dimisión del presidente del Gobierno.
Síndrome de una anemia crediticia universal
España e Italia, países vecinos del Mediterráneo, parecen tener problemas idénticos: un elevado gasto presupuestario y un nivel de deuda todavía más elevado. Como resultado, el tipo de interés de las obligaciones de Estado a 10 años superó el 6%, un récord tanto para Madrid como para Roma.
De alcanzar el 7%, aumentará la posibilidad de que los gobiernos tengan que solicitar ayuda a los organismos internacionales. Esa misma situación ocurrió con Grecia e Irlanda y, posteriormente, con Portugal.
Alemania, por ejemplo, que representa un ejemplo de disciplina financiera y de orden presupuestario y es uno de los pilares de la estabilidad económica y financiera en Europa, recibe préstamos a menos del 3% de interés.
La situación no sería tan grave si en estos momentos Europa no tuviera que afrontar las crisis en Grecia, Portugal e Irlanda, y si Roma y Madrid no necesitaran ayuda urgente.
Para septiembre de este año Italia debe saldar una deuda de 47.000 millones de euros y para finales del año, de 44.000 millones de euros.
España tiene unos problemas muy parecidos: la única venta de bonos del Estado de las planeadas para agosto se celebró el día 4. El país logró colocar deuda a 3 y 4 años por un monto total de 3.310 millones de euros en vez de 3.500 millones planeados.
Otro país que podría correr la suerte de Grecia, Irlanda y Portugal es Chipre. Su Banco Central avisó al Gobierno Nacional de que la situación era delicada y de que no se descartaba la necesidad de solicitar ayuda a los organismos financieros internacionales.
En Chipre, a los problemas económicos se suman los políticos, y aunque también es cierto que el PIB del país supone únicamente el 0.2% de la economía de la eurozona. La proliferación de la infección financiera en Europa es patente.
Otra muestra de que la crisis, lejos de estar superada, afecta a más países europeos, ha sido la inesperada decisión de Suiza de bajar la cotización de su moneda nacional. El Banco Central suizo anunció que la cotización del franco suizo era demasiado elevada, bajó hasta cero las tasas de los créditos interbancarios a tres meses e inyectó en los mercados una enorme cantidad de francos.
Estos pasos son necesarios para mantener en el país la estabilidad de precios. Ocurre que los agentes de los mercados, al darse cuenta de los problemas de España e Italia, se precipitaron a desembarazarse de los euros, invirtiendo a cambio en oro o en francos suizos, lo que ocasionó el aumento de su precio.
Revisando los rankings europeos
Este elevado atractivo del franco suizo y del oro son muestra de que la eurozona ha entrado o está a punto de entrar en una segunda crisis económica, provocada, entre otros factores, por los problemas presupuestarios y de la deuda pública de EEUU, que todavía no están resueltos del todo.
Sería ingenuo suponer que, después del acuerdo entre el presidente Obama y el Congreso, Estados Unidos no corre ya peligro de revisión del ranking de su deuda. Es más bien un entreacto y no el final del drama.
La semana pasada, la agencia internacional de riesgo Estandar & Poor’s redujo la calificación de la deuda soberana de Estados Unidos de su valor máximo (“AAA”) en un nivel hasta “AA+”.
Según la agencia, sin un cambio drástico de la política fiscal “la correlación entre la deuda pública de Estados Unidos y su PIB para finales de 2012 habrá superado el 100% y seguirá creciendo”, lo que “es incompatible con el mantenimiento de la valoración de la deuda soberana como AAA”.
En Europa, las valoraciones de las agencias son, en estos momentos, uno de los focos de atención común. Unos 16 países ocupan en la actualidad las posiciones superiores de estas listas. Uno de los más estables es, por supuesto, Alemania: para que alguien se atreva a bajarla de posición haría falta que su sistema financiero quedara completamente paralizado.
Pero la férrea disciplina presupuestaria y una potente economía orientada a las exportaciones representan una base bien sólida para la salud financiera de este país. No obstante, si en la eurozona se producen cataclismos, Alemania también se verá seriamente afectada, aunque tarde más que otros países comunitarios en caer.
Las “hermanas nórdicas”, es decir, Noruega, Suecia, Dinamarca y Finlandia parecen estar a salvo, gracias a la disciplina presupuestaria reinante y a una economía estable.
El cielo sobre Suiza y Luxemburgo también parecen despejados. Sin embargo, no existe la misma seguridad respecto a Francia y al Reino Unido, porque sus deudas públicas equivalen al 97.3% y al 88.5% del PIB, respectivamente, y el crecimiento económico de ambos países es insignificante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario