El vídeo es extremadamente inquietante. Muestra a cuatro hombres, identificados como soldados uruguayos de la misión de la ONU en Haití (MINUSTAH), que al parecer están violando a un joven haitiano de 18 años. Dos de ellos sujetan a la víctima sobre un colchón, con sus manos torcidas sobre su espalda para que no se pueda mover. Tal vez la parte más enervante del vídeo es el constante coro de risas de los perpetradores; para ellos no es más que una gran borrachera.
ABC News informa de que el teniente de la Armada uruguaya Nicolás Casariego, confirmó la autenticidad del vídeo. Un certificado médico presentado al tribunal en Port Salud, una ciudad costera del sur en la que tuvo lugar el incidente, dice que la víctima fue golpeada y tenía heridas relacionadas con una violación sexual.
Es probable que el incidente eche más leña al fuego del resentimiento que los haitianos sienten hacia las tropas de la ONU que han ocupado el país durante más de siete años. Ha habido un terrible patrón de abusos: en diciembre de 2007, más de 100 soldados de la ONU de Sri Lanka fueron deportados por acusaciones de abusos sexuales de niñas menores de edad. En 2005, soldados de la ONU invadieron Cité Soleil, una de las áreas más pobres de Puerto Príncipe, matando hasta a 23 personas, incluidos niños, según testigos presenciales. Después de la incursión, el grupo humanitario Médicos sin Fronteras informó: “Ese día tratamos a 27 personas por heridas de bala. De ellas, unas 20 eran mujeres menores de 18 años.”
Los cables de WikiLeaks publicados la semana pasada revelan que Timothy Carney, representante del gobierno de EE.UU., el diplomático de más alto rango en Haití en 2006, advirtió que semejantes incursiones “causarán inevitablemente víctimas civiles no intencionadas en vista de las condiciones de abarrotamiento y de construcción frágil de viviendas atestadas en Cité Soleil”. Pero Washington –mostrando su falta de respeto por la vida humana en Haití– no presentó objeciones a más incursiones, que continuaron hasta avanzado 2006.
Y no hay que tener dudas: la ocupación de Haití por parte de la ONU es realmente una ocupación estadounidense, no es más una fuerza multilateral que la “coalición de los dispuestos” de George W. Bush que invadió Iraq. Y apenas es más legítima: Se envió en 2004 después de que una acción dirigida por EE.UU. derrocó al gobierno democráticamente elegido. Lejos de proveer seguridad a los haitianos después del golpe, MINUSTAH se mantuvo al margen mientras miles de haitianos que habían apoyado al gobierno elegido eran asesinados y los funcionarios del gobierno constitucional encarcelados. Recientes cables de WikiLeaks también confirman que el gobierno de EE.UU. ve a MINUSTAH como un instrumento de su propia política en ese país.
Este último incidente esclareció un poco la naturaleza de su misión, tal como las fotos de Abu Ghraib dejaron en claro a la mayor parte del mundo la brutalidad de la ocupación estadounidense de Iraq. Las imágenes no pueden descartarse o enterrarse con la misma facilidad que las palabras. Y las imágenes de este vídeo son simbólicas de lo que la “comunidad internacional” ha estado haciendo en Haití desde que el país conquistó su independencia de Francia en la primera revolución exitosa del mundo dirigida por esclavos.
No existe una razón legítima para una misión militar de las Naciones Unidas en Haití. El país no sufre una guerra civil y no es tema de un acuerdo de mantenimiento de la paz o posterior a un conflicto. Y el hecho de que los soldados de la ONU sean inmunes a un enjuiciamiento o acción legal en Haití alienta los abusos. Los soldados ocupantes tampoco hablan el idioma, lo que limita severamente su capacidad para ejercer cualquier rol positivo en la seguridad; ¿Podéis imaginar cuán efectiva sería una fuerza policial en Washington D.C. si solo hablara japonés?
Para empeorar las cosas, ahora es prácticamente seguro que MINUSTAH llevó la bacteria del cólera a Haití, que ha matado a más de 6.000 haitianos e infectado a más de 400.000 en los últimos 10 meses. Fue un acto de brutal negligencia: debería haber habido supervisión para asegurar que los desechos fecales de los soldados de la ONU no se vaciaran al suministro de agua, en vista de los riesgos de una contaminación tan letal y la conocida incapacidad del sistema de agua, alcantarillado y salud pública de Haití.
¿Durante cuánto tiempo puede MINUSTAH seguir ocupando y abusando de Haití?
Mark Weisbrot es economista y codirector del Centro de Investigación Económica y Política. Es coautor, con Dean Baker, de: Social Security: the Phony Crisis.
Este se publicó originalmente en The Guardian
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