Políticos estadounidenses son partidarios de intensificar la supremacía militar del país y cesar las buenas relaciones con Moscú para mantener el exorbitante presupuesto militar estadounidense.
Prueba de ello son los intentos de la OTAN y de EE. UU. de persuadir a Rusia de que el escudo antimisil en Europa no estará orientado contra Rusia, sin darle ningún tipo de garantía jurídica al respecto.
Varios analistas ven en ello la mano del lobby militar norteamericano, interesado en seguir promoviendo tensiones entre Moscú y Washington.
La Guerra Fría es parte de la historia pero su sombra todavía permanece viva en la mente de algunos políticos estadounidenses.
Así, por ejemplo, Mitt Romney, un republicano que aspira a la presidencia, promulga el aumento del presupuesto militar, un despliegue rápido del escudo antimisil en Europa... y el cese de las buenas relaciones con Rusia.
“EE.UU. no está destinado a ser una de las potencias de peso igual- EE.UU. debe liderar el mundo”, así de claro se mostró Romney ante sus posibles electores.
Una estrategia que no tiene ningún secreto para quienes siguen de cerca la actividad de Romney y ven claramente los verdaderos objetivos de su campaña: fomentar el temor para respaldar a los que salen ganando en cualquier conflicto armado.
Según Brian Becker, coordinador nacional de la coalición 'Answer', “parte de las corporaciones más grandes son las transnacionales que producen armas y se aprovechan de la idea según la cual EE. UU. debe intensificar su supremacía militar y tener un crecimiento infinito de su ejército. Y estas corporaciones están vinculadas con los bancos más grandes de Wall Street. Así ellos forman un complejo bélico-industrial. Y su funcionamiento facilita tener siempre un pretexto para una guerra. Entonces, cuando Obama dice: reiniciamos las relaciones ruso-estadounidenses, este lobby y su creciente industria se siente peor, porque cada vez que las tensiones bajan, eso significa que disminuyen las excusas para producir cada vez más armas.
Despertar los fantasmas del pasado resulta más fácil que generar unos nuevos. Varios medios estadounidenses han descubierto que un lobby durante muchos años tuvo nexos muy estrechos con ciertos periodistas que publicaron entrevistas y artículos plagados de frases, intenciones y sentimientos antirrusos.
“Este grupo de gente tiene un largo número de instituciones con las cuales cooperan. Tiene gabinetes de abogados, revistas y rotativos para promover sus ideas de la supremacía de EE. UU.”, asegura Ann Wright, una coronel retirada del ejército estadounidense.
El grupo llamado 'Orion Strategies' tuvo contactos con el periodista Eli Lake de 'The Washington Times', que escribió una serie de textos que desacreditaban el “reinicio” de las relaciones entre Moscú y Washington. Uno de sus artículos se centró en la posible implicación de Rusia en una explosión cerca de la embajada estadounidense en Georgia. Tal conclusión se hizo únicamente sobre la base de suposiciones de las fuerzas del orden georgianas.
El jefe del 'Orion Strategies' fue consejero del ex secretario de defensa Donald Rumsfeld, que abogó insistentemente a favor de desencadenar la guerra en Irak, y también del senador John McCain, bien conocido por sus visiones radicales del panorama internacional.
La búsqueda incesante de enemigos se ha convertido en una costumbre para algunos políticos norteamericanos. Algo que, además, sirve de adecuado pretexto para encubrir los intereses comerciales de numerosas compañías.
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