miércoles, 5 de octubre de 2011


Las Naciones Unidas ya no existen: la tarea de los pueblos es establecer un nuevo orden mundial


ROSA TRISTAN / TERCERA INFORMACION – Sólo para burlarse del extinto pacto de Varsovia, la OTAN en el año 2004 decidió incluir dentro de sus exclusivos países miembros, a los ex estados comunistas. Para sellar esta posición y para que no quedara lugar a dudas, la ONU en el año 2008 firma una declaración conjunta de cooperación con la OTAN. Era tiempo de oxigenar el negocio de la guerra, el sistema estaba en crisis, eran los días de la burbuja inmobiliaria y el inicio de la crisis financiera mundial, era el momento de echar el resto.

La Organización de Naciones Unidas (ONU) pareciera ser una palestra a donde suben casi todos los países del mundo para hacer sus reclamos. De facto es el mayor conglomerado internacional y de gobierno global que existe y la conforman 193 estados.

Sus fundadores Roosevelt, Stalin y Churchill la crearon para detener el paso del fascismo nazi y al mismo tiempo para evitar el surgimiento de nuevas guerras. En ese mismo orden de ideas, tres años después de fundada, la ONU firmó la Declaración Universal de Derechos Humanos.

La ONU en esta etapa inicial, poseía las contradicciones internas de cualquier híbrido político. La URSS y los EEUU comenzaron la pugna por el liderazgo dentro de la organización. Es por ello que ambos bloques decidieron fundar sus propios brazos armamentistas por fuera de ella.

De esta forma surge La Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) por el lado del capitalismo y el Pacto de Varsovia por el lado de los países socialistas.

En la década del 70 China y la URSS mostraban fuerza dentro de la ONU. Esta fracción, más el aparato militar del Pacto de Varsovia, fungieron de muro de contención de las potencias capitalistas y militares de la OTAN. El mundo vivía la llamada guerra fría.

La lucha en el ámbito ideológico vivía mayor peligro: la socialdemocracia y la propuesta de la revolución pacífica etapista, mellaba las bases del bloque comunista mundial. La derrota ideológica de esta propuesta a finales de los 80, desmoronó a los gobiernos comunistas de Europa central y oriental.

Ante estas señales, la OTAN, prometió apoyar militarmente a todos aquellos países que decidieran abandonar la senda comunista o socialista. Es así como el ministro soviético de relaciones Exteriores, visita por primera vez en la historia, la cede de la OTAN. Las cartas estaban echadas.

Al disolverse en el año 1991 la URSS y con ella, el pacto de Varsovia, la OTAN tomó renovadas fuerzas. La guerra fría había terminado y era tiempo de hacer de nuevo el lucrativo y macabro juego de la guerra.

Bosnia, Sarajevo y Kosovo constituyeron los blancos sangrientos preferidos de la OTAN durante la década de los 90. Ante esta nueva arremetida, la ONU mostró una postura relativamente digna. Mostraba a los ojos del mundo que a pesar de la reciente caída del bloque soviético, aun existía un forcejeo por el poder.

La ONU a través de su Consejo de Seguridad emitió resoluciones reafirmando la soberanía e independencia de Bosnia, exhortó el cese al fuego y pidió la detención de las bochornosas “limpiezas étnicas”. También condenó la violencia terrorista en Kosovo en el año 99.

A pesar de todas las exigencias de la ONU, la OTAN mostró su altanero poder y su completa independencia. Atrás, muy atrás en el tiempo, habían quedado Roosevelt y Churchill.

Pero este forcejeo ONU–OTAN llegó a su final con el nuevo siglo. La caída de las torres gemelas en el año 2001, marcó una nueva etapa esta vez para la ONU. Lo que podríamos llamar como “la era bush”, marca la política de la ONU y la OTAN hasta nuestros días. Una completa alineación de sus intereses e ideas, se observa desde la guerra EEUU-Afganistán hasta la Libia de hoy.

Solo para burlarse del extinto pacto de Varsovia, la OTAN en el año 2004, decidió incluir dentro de sus exclusivos países miembros, a los ex estados comunistas.

Para sellar esta posición y para que no quedara lugar a dudas, la ONU en el año 2008 firma una declaración conjunta de cooperación con la OTAN. Era tiempo de oxigenar el negocio de la guerra, el sistema estaba en crisis, eran los días de la burbuja inmobiliaria y el inicio de la crisis financiera mundial, era el momento de echar el resto. Esta es la nueva dirección de la Humanidad, una cúpula asesina, que es capaz de acabar con el planeta con tal de mantener sus ganancias y sus privilegios. La ONU, ya no existe, esa es la triste realidad, el velo que cubría al Consejo de Seguridad que viene a ser la otra cara de la OTAN, ya no existe.

La tarea de los pueblos es establecer un nuevo orden mundial, que verdaderamente garantice la paz, que vele por los intereses de los más desposeídos, que organice un mundo donde todos podamos vivir tranquilos y felices, que acabe con los privilegios de unos pocos en detrimento del resto del planeta, de los hombres y de la naturaleza.

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