Washington, 18 oct (PL) El movimiento "Occupy Wall Street" contra la inequidad financiera en Estados Unidos consolida hoy su apoyo entre la población estadounidense, según sondeos de opinión.
El 67 por ciento de las personas consultadas por Quinnipiac University manifestó una opinión favorable de los que protestan porque a los bancos se les permitió obtener grandes ganancias luego de la política de rescate financiero aplicada por el gobierno.
Tras cumplir la víspera su primer mes de exigencias, las demostraciones ganaron el respaldo de muchos estadounidenses enfrentados ahora a carencias económicas y de empleos a causa de las políticas de los grupos financieros.
Para muchas personas, la desigualdad existente "es un cáncer en nuestro bienestar nacional", tal como señaló recientemente un comentario del diario The New York Times.
En la muestra de la consultora universitaria destaca que los electores neoyorquinos varían su posición según las tendencias, demócratas o republicanas.
Así un 81 por ciento de los demócratas apoya a los manifestantes mientras que sólo un 35 por ciento de los republicanos se inclinó por el grupo.
Esta proyección coincide con los resultados de un sondeo divulgado el lunes por la televisora CNN en el cual el 76 por ciento dijo favorecer el aumento de los impuestos a los más ricos.
Los indignados protestan, entre otras cosas, porque los 400 estadounidenses más ricos tienen un mayor valor neto combinado que otro 150 millones de compatriotas.
Asimismo porque el uno por ciento de la población ingresó a sus arcas el 65 por ciento de los beneficios alcanzado durante años de expansión de 2002 a 2007.
Según comentaristas políticos, los resultados de las encuestas son indicativos de que el mensaje está calando en la población y que la inequidad y la falta de empleo, llegaron para quedarse como temas que medirán los electores en 2012.
Por otra parte, ya las protestas no son exclusivas de los 14 millones de desempleados estadounidenses contra los excesos del sistema financiero, la llama prendió en decenas de miles de ciudadanos en todo el mundo.
Aunque en el banquillo están los especuladores, los grandes financieros y los bancos, que no cambiaron sus restricciones en su política de créditos, algunos analistas plantean que todas las grandes reformas políticas han empezado así y esta puede ser una de ellas.
En el corazón de las demandas, aseguran, lo más grave es que la distancia entre los que tienen de sobra y los que están en situaciones precarias es cada vez mayor y más visible.
El 67 por ciento de las personas consultadas por Quinnipiac University manifestó una opinión favorable de los que protestan porque a los bancos se les permitió obtener grandes ganancias luego de la política de rescate financiero aplicada por el gobierno.
Tras cumplir la víspera su primer mes de exigencias, las demostraciones ganaron el respaldo de muchos estadounidenses enfrentados ahora a carencias económicas y de empleos a causa de las políticas de los grupos financieros.
Para muchas personas, la desigualdad existente "es un cáncer en nuestro bienestar nacional", tal como señaló recientemente un comentario del diario The New York Times.
En la muestra de la consultora universitaria destaca que los electores neoyorquinos varían su posición según las tendencias, demócratas o republicanas.
Así un 81 por ciento de los demócratas apoya a los manifestantes mientras que sólo un 35 por ciento de los republicanos se inclinó por el grupo.
Esta proyección coincide con los resultados de un sondeo divulgado el lunes por la televisora CNN en el cual el 76 por ciento dijo favorecer el aumento de los impuestos a los más ricos.
Los indignados protestan, entre otras cosas, porque los 400 estadounidenses más ricos tienen un mayor valor neto combinado que otro 150 millones de compatriotas.
Asimismo porque el uno por ciento de la población ingresó a sus arcas el 65 por ciento de los beneficios alcanzado durante años de expansión de 2002 a 2007.
Según comentaristas políticos, los resultados de las encuestas son indicativos de que el mensaje está calando en la población y que la inequidad y la falta de empleo, llegaron para quedarse como temas que medirán los electores en 2012.
Por otra parte, ya las protestas no son exclusivas de los 14 millones de desempleados estadounidenses contra los excesos del sistema financiero, la llama prendió en decenas de miles de ciudadanos en todo el mundo.
Aunque en el banquillo están los especuladores, los grandes financieros y los bancos, que no cambiaron sus restricciones en su política de créditos, algunos analistas plantean que todas las grandes reformas políticas han empezado así y esta puede ser una de ellas.
En el corazón de las demandas, aseguran, lo más grave es que la distancia entre los que tienen de sobra y los que están en situaciones precarias es cada vez mayor y más visible.
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