Nuevo presidente de Francia es otro títere de Bilderberg
kaos en la red.- Los grandes medios están difundiendo la noción de que la elección del presidente socialista francés, Francois Hollande, representa un cambio masivo y un desafío directo a la Unión Europea. Sin embargo, el pasado de Hollande y la gente que lo rodea confirma que es otro títere más del poder...
“Observadores concuerdan en que la elección del Sr. Hollande representa un cambio de marea en la gobernanza de la eurozona”, reporta Sky News.
Sin embargo, cualquier sugerencia de que la derrota de Hollande ante Nicolas Sarkozy representa un desafío para la Unión Europea y sus iniciativas para explotar la crisis de la deuda con fines políticos, en cercana coordinación con el FMI y Goldman Sachs, es claramente una aberración.
Hollande es otra criatura más del establishment y un entusiasta globalista que apoya el súper Estado europeo. En 1992, apoyó el Tratado de Maastricht, documento que bosquejó la introducción de la moneda del euro y que se basó íntegramente en las minutas de Bilderberg de 1955 (ver documento filtrado). Hollande también apoyó la Constitución Europea en un referéndum de 2005, a pesar de que la mayoría de sus aliados socialistas votaron en contra.
Hollande es un antiguo vocero del ex presidente francés Lionel Jospin, otro globalista comprometido que asistió a la reunión del Grupo Bilderberg de 1996.
También fue ayudante del último presidente socialista de Francia, Francois Mitterand, francmasón que solicitó la construcción de la pirámide de Louvre, hecha de 666 paneles de vidrio. Junto al canciller alemán y asistente de Bohemian Grove, Helmut Kohl, Mitterand fue el padre del Tratado de Maastricht. Según el investigador de Bilderberg, Daniel Estulin, Bilderberg fue ampliamente responsable de la victoria presidencial de Mitterand en 1981.
El “asesor especial” de Hollande es nada menos que Manuel Valls, ex asistente de Bilderberg en 2008, y quien apoya abiertamente el establecimiento de un súper Estado federal europeo, a expensas de la soberanía nacional. Valls ha pedido públicamente a la Comisión Europea que controle los presupuestos nacionales de las naciones miembros de la UE.
Cuando fue confrontado por sus conexiones con Bilderberg por We Are Change Paris, Valls intentó evadir la pregunta acusando a los camarógrafos de negar el Holocausto.
A pesar de toda la campaña mediática sobre un “cambio de marea” en Francia y Hollande, quien supuestamente representaría una amenaza para la agenda política del poder financiero, es lógico esperar que éste será otro servil títere de la élite, sacrificando la soberanía francesa ante el altar de la Unión Europea.
Con Nicolas Sarkozy comenzando a convertirse en un personaje irritante para la clase política en Bruselas, y tomando la iniciativa para modificar algunos términos del Tratado de Maastricht, Hollande está siendo presentado por el establishment como un respiro de aire fresco, mientras por detrás impulsa la agenda anti-democrática y autoritaria de la banca internacional.
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