EEUU prestó sus sicarios a Pinochet
¿Será “patrocinador del terrorismo”?
Siniestra casualidad. Mientras Estados Unidos promociona a través de su red mediática su lista anual de países “patrocinadores del terrorismo”, en Chile se desclasifican los archivos de la DINA, la gestapo de Pinochet, donde se confirma la presencia en Chile, en los años del Plan Condor, de sicarios y terroristas cubanoamericanos formados por la CIA y “facilitados” a la dictadura chilena para sus operaciones más sucias.
Joya de estos archivos de la DINA, el telex dirigido a la cancillería chilena
por
Eugene Propper, el fiscal que investigó la muerte del excanciller
Orlando Letelier en Washington, solicita información sobre la entrada o
salida de Chile de Guillermo Novo, Orlando Bosch y Alvin Ross Díaz.
Está hoy documentado que Guillermo Novo Sampoll - este mismo terrorista
que fue encarcelado con Luis Posada Carriles en Panamá en el 2000 -
había sido contratado por la DINA, con Ross Díaz junto a otros dos
asesinos cubanoamericanos, José Dionisio Suárez y Virgilio Paz, para
matar a Letelier.
El excanciller fue asesinado el 21 de
septiembre de 1976 en el barrio diplomático de la capital
estadounidense, con su colaboradora Ronni Moffit,
El ministro de
Relaciones Exteriores, Patricio Carvajal, pidió entonces al jefe de la
DINA, Manuel Contreras, que busque la fecha de entrada y de salida de
Chile de Novo, Bosch y Ross-Díaz.
En respuesta, la Dirección
Nacional de Inteligencia (DINA), la policía secreta del régimen
pinochetista, remitió un informe con datos no solo sobre Novo y Bosch
sino sobre otros dos matones cubanoamericanos presentes en Chile, José
Dionisio Suárez y Rolando Otero Hernández.
En un proceso
judicial adaptado a los terroristas del imperio, los “anticastristas”
fueron más tarde sentenciados a penas de prisión… que luego se
disolvieron por la magia de los poderes ocultos de la inteligencia
imperial. Gracias a jueces cómplices en el caso de Novo y Ross… y del
propio presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, en el caso de
Suárez y Paz.
LA CIA/CORU AL SERVICIO DE LA OPERACIÓN CONDOR
El 11 de junio de 1976, en Bonao, República Dominicana, Orlando Bosch
Avila, creó - bajo orientaciones precisas de la CIA y en un entorno
proveído por la agencia - la Coordinadora de Organizaciones
Revolucionarias Unidas (CORU) que reunió los elementos más peligrosos
del terrorismo cubanoamericano de aquella época, empezando por
individuos tales como Luis Posada Carriles, agente de la CIA entonces
oficial de la DISIP – la policía secreta venezolana.
El general
chileno Manuel Contreras, exjefe de la DINA, reveló hace unos años que
en Bonao, estaba presente su agente Michael Townley, personaje clave del
atentado contra Letelier. Pronto, la CORU se asociará a la Operación
Cóndor promovida por Pinochet, y convendrá acuerdos secretos con la DINA
chilena.
Posada vinculará los servicios especiales venezolanos a
las acciones terroristas de la Operación Cóndor. Según el afamado autor
cubano José Luis Méndez Méndez, “el recluta a Otero Hernández, quien
había colocado bombas contra intereses norteamericanos en Florida y se
había refugiado en Venezuela y lo envía a Chile para penetrar y conocer
los planes que estaba desarrollando la DINA”.
Se sabe que en Chile, Otero Hernández se vinculó con el oficial DINA Michael Townley,
Townley es ahora un protegido de la ley norteamericana, bajo el
programa de protección de testigos, y vive tranquilamente en la ciudad
de Miami, santuario del terrorismo continental.
BOSCH EN CHILE DURANTE MESES
El documento especifica que Orlando Bosch entró a Chile el 3 de
diciembre de 1974 con el nombre de Pedro Antonio Peña, con nacionalidad
dominicana, y se quedó hasta agosto del año siguiente.
Entró junto a Novo Sampoll que viajaba bajo su propio nombre y con pasaporte norteamericano legitimo.
Bosch regresó a Chile en diciembre de ese año, en esa ocasión con
pasaporte chileno con nombre falso, prueba material de la estrecha
colaboración de Chile con el jefe de la CORU.
Bosch, fallecido
en 2011 en Miami, ordenó y orientó con Luis Posada Carriles, el atentado
de 1976 contra un avión civil cubano en el que fallecieron 73 personas.
“La Operación Cóndor y la CORU actúan en alianza cuando el 21 de
septiembre de 1976 es asesinado Letelier y el 6 de octubre estalla en
pleno vuelo el avión de Cubana, a menos de 15 días de diferencia”,
subraya Méndez, autor de Las Alas del Condor.
LA DINA SATISFECHA
Según los documentos desclasificados, tanto en el caso de Novo Sampoll
como de José Dionisio Suárez, la DINA aseguró irónicamente que no
existían “antecedentes negativos” sobre su estancia en Chile.
Lo mismo opinaba la DINA de Rolando Otero Hernández.
En otro documento, el entonces director del FBI, Clarence M. Kelley,
agradece al jefe de la DINA “sus esfuerzos por facilitar el arresto de
Rolando Otero Hernández”, a quien califica de “fugitivo de la justicia
americana”…
Especialistas atribuyen a Otero Hernández, el
atentado “nunca explicado” que provocó la muerte de 29 personas en el
Aeropuerto Internacional La Guardia, en Nueva York, el 29 de diciembre
de 1975. Cuando el FBI ya sabía de la responsabilidad del terrorista en
atentados ocurridos apenas 28 días antes en Miami contra edificios
federales, incluyendo las oficinas del FBI.
En julio de 1980,
el candidato presidencial Ronald Reagan, en una conversación con el
periodista Brian Crozier, expresó que era “bueno que botaron a Letelier
fuera…". En el momento del asesinato de Letelier, el candidato a la
vicepresidencia de Reagan, George HW Bush, era el director de la CIA.
Todos los sobrevivientes de esta colaboración entre la CORU, una
criatura de la CIA, y la DINA, viven hoy tranquilamente en Miami. Sin
problema alguno. Bajo la protección del Estado norteamericano, con
muchos otros terroristas, asesinos, torturadores, mercenarios que
vendieron sus servicios a su patria imperial.
La que inscribe en
su “lista” de patrocinadores del terror a los países que rechazan su
poder hegemónico y que se niegan a arrodillarse ante su voluntad de
dominar.
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