Las empresas azucareras Pomalca, Tumán y Cayaltí se encuentran en una grave situación, en una crisis que los especialistas consideran que puede ser terminal, tras más de 45 días de deliberado abandono del gobierno que, al vetar la Ley de Protección Patrimonial que reclaman sus trabajadores, las ha dejado a expensas de acreedores y de maniobras de poderosos intereses que pretenden apoderarse de esas grandes unidades agroindustriales.
Nuestros corresponsales reportan que, ante las amenazas que ponen en riesgo sus fuentes de trabajo, el personal no puede trabajar con normalidad y los campos de caña están abandonados y desatendidos, en peligro de destrucción, sin que el gobierno atienda el clamor regional y nacional para que resuelva el problema.
Parece que quisieran desaparecernos, dijo ayer, apesadumbrado, un veterano dirigente azucarero, mientras el cerco de los acreedores asedia implacable a las empresas con órdenes de embargo y otras acciones que deben ser frenadas con la citada ley.
Mañana presentaremos un informe de la dramática realidad que, en ese contexto, atraviesa la azucarera Tumán.
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