10 de septiembre de 2011.- Más de un centenar de indignados protestaron este sábado frente al Parlamento italiano contra el paquete de medidas de ajuste promovido por el Gobierno que será presentado el lunes ante la Cámara de Diputados.
Los manifestantes, quienes arrojaron conchas de moluscos contra la sede del organismo legislativo, acusaron a los políticos de exprimir a los trabajadores, mientras se aferran a sus privilegios como mejillones pegados a las peñas.
En lugar de exigir más sacrificios al pueblo, la clase política debería renunciar a sus ventajas, como las comidas subsidiadas, los vuelos gratis y generosos beneficios de pensiones y salud, coincidieron en señalar algunos de los manifestantes.
La Cámara de Diputados comenzará a debatir la próxima semana un plan de medidas de austeridad, valorado en 54 mil 265 millones de dólares, con el cual el Gobierno trata de lograr un equilibrio presupuestario hacia 2013.
El paquete prevé un incremento al Impuesto al Valor Agregado, ajustes en las pensiones, un gravamen especial del tres por ciento sobre las rentas de más de 500 mil euros anuales y recortes en los gastos sociales.
"Nos manifestamos contra las políticas neoliberales del Banco Central Europeo y del Fondo Monetario Internacional (FMI), instituciones que han auspiciado importantes recortes en el estado social europeo", declaró Giuliano Girlando, uno de los participantes en la manifestación.
Los indignados de Roma, que toman su nombre del movimiento surgido el 15 de mayo en España, instalaron casas de campaña en la Plaza de San Juan de Letrán, donde pasarán la noche para continuar las protestas.
Plan de Recorte
En esta semana, el gabinete italiano realizó por segunda vez cambios drásticos en el plan de ajuste para combatir el déficit. Según los nuevos cambios, el IVA subirá del 20 al 21 por ciento, y también se introducirá un gravamen del tres por ciento para los que tengan ingresos de más de 500 mil euros anuales.
El llamado por el pueblo "plan de sangre y lágrimas" acababa de ser cambiado hace una semana con ventajas para los mayores patrimonios, algo que desató la ira de los sindicatos por la supresión del impuesto para los ingresos mayores a los 90 mil euros anuales. También se criticó especialmente la flexibilización prevista de la protección laboral.
El ministro de economía, Giulio Tremonti, dijo que la pérdida de ingresos por la recaudación del "impuesto solidario" (a las rentas altas) será compensado por una lucha más decidida contra la evasión fiscal.
El paquete de austeridad pretende persuadir al Banco Central Europeo de la fortaleza italiana y de su deuda, ante el miedo de contagio de la crisis de deuda de Grecia. Los analistas ya habían advertido que la tercera mayor economía de la eurozona no podría sostener su nivel actual de deuda.
Los manifestantes, quienes arrojaron conchas de moluscos contra la sede del organismo legislativo, acusaron a los políticos de exprimir a los trabajadores, mientras se aferran a sus privilegios como mejillones pegados a las peñas.
En lugar de exigir más sacrificios al pueblo, la clase política debería renunciar a sus ventajas, como las comidas subsidiadas, los vuelos gratis y generosos beneficios de pensiones y salud, coincidieron en señalar algunos de los manifestantes.
La Cámara de Diputados comenzará a debatir la próxima semana un plan de medidas de austeridad, valorado en 54 mil 265 millones de dólares, con el cual el Gobierno trata de lograr un equilibrio presupuestario hacia 2013.
El paquete prevé un incremento al Impuesto al Valor Agregado, ajustes en las pensiones, un gravamen especial del tres por ciento sobre las rentas de más de 500 mil euros anuales y recortes en los gastos sociales.
"Nos manifestamos contra las políticas neoliberales del Banco Central Europeo y del Fondo Monetario Internacional (FMI), instituciones que han auspiciado importantes recortes en el estado social europeo", declaró Giuliano Girlando, uno de los participantes en la manifestación.
Los indignados de Roma, que toman su nombre del movimiento surgido el 15 de mayo en España, instalaron casas de campaña en la Plaza de San Juan de Letrán, donde pasarán la noche para continuar las protestas.
Plan de Recorte
En esta semana, el gabinete italiano realizó por segunda vez cambios drásticos en el plan de ajuste para combatir el déficit. Según los nuevos cambios, el IVA subirá del 20 al 21 por ciento, y también se introducirá un gravamen del tres por ciento para los que tengan ingresos de más de 500 mil euros anuales.
El llamado por el pueblo "plan de sangre y lágrimas" acababa de ser cambiado hace una semana con ventajas para los mayores patrimonios, algo que desató la ira de los sindicatos por la supresión del impuesto para los ingresos mayores a los 90 mil euros anuales. También se criticó especialmente la flexibilización prevista de la protección laboral.
El ministro de economía, Giulio Tremonti, dijo que la pérdida de ingresos por la recaudación del "impuesto solidario" (a las rentas altas) será compensado por una lucha más decidida contra la evasión fiscal.
El paquete de austeridad pretende persuadir al Banco Central Europeo de la fortaleza italiana y de su deuda, ante el miedo de contagio de la crisis de deuda de Grecia. Los analistas ya habían advertido que la tercera mayor economía de la eurozona no podría sostener su nivel actual de deuda.
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