La oleada racista contra inmigrantes en EE. UU. crece de forma alarmante, sobre el telón de fondo de múltiples leyes antiimigrantes. En lugar de desarticular amenazas reales de seguridad, las redadas que se registran en el país buscan atrapar a los inmigrantes, usando en muchos casos como único criterio el color de piel. Según un estudio difundido por 'El Diario', un rotativo hispano de Nueva York, los agentes de la Patrulla Fronteriza han extendido sus actividades lejos de la frontera en busca de aumentar la cifra deinmigrantes detenidos y expulsarlos del país, y concentrar su actividad sobre todo en el transporte público.
El informe señala que de 2006 a 2009 los agentes detuvieron en trenes y autobuses de Nueva York a más de 2.500 personas, la mayoría de origen latino.
"Regularmente los agentes realizan redadas y registros, buscando a la gente que tiene apariencia hispana", comenta a RT el periodista Rafael Prieto Zartha, subrayando también que la Patrulla Fronteriza utiliza tácticas policiales agresivas lejos de su jurisdicción.
La dificultad de ser hispano
El estudio incluye inquietantes testimonios de hispanos residentes legales a quienes se les pidió mostrar sus documentos y se les detuvo durante horas, a pesar de que en la Constitución contempla el derecho de los estadounidenses a circular libremente dentro del territorio nacional y nunca se han visto obligados a llevar sus documentos consigo.
"El agente me preguntó dónde había nacido. Me sentí muy humillado", explica Mares, un inmigrante. "Nunca me opuse a darle mi tarjeta de identificación; simplemente le pregunté por qué la quería, pero no me respondía", agregó.
Tras un interrogatorio de más de media hora durant el que permaneció esposado, Mares quedó en libertad cuando los agentes le quitaron la billetera y vieron su tarjeta de identificación. A quienes no la tienen, sólo les queda esperar entre rejas.
El estudio incluye inquietantes testimonios de hispanos residentes legales a quienes se les pidió mostrar sus documentos y se les detuvo durante horas, a pesar de que en la Constitución contempla el derecho de los estadounidenses a circular libremente dentro del territorio nacional y nunca se han visto obligados a llevar sus documentos consigo.
"El agente me preguntó dónde había nacido. Me sentí muy humillado", explica Mares, un inmigrante. "Nunca me opuse a darle mi tarjeta de identificación; simplemente le pregunté por qué la quería, pero no me respondía", agregó.
Tras un interrogatorio de más de media hora durant el que permaneció esposado, Mares quedó en libertad cuando los agentes le quitaron la billetera y vieron su tarjeta de identificación. A quienes no la tienen, sólo les queda esperar entre rejas.
Los echan pero los necesitan
El gobierno se esfuerza en expulsar a los inmigrantes, desdeñando de esa manera su importancia en la economía del país, subraya el periodista Rafael Prieto Zartha.
"Según el cálculo realizado por un investigador de la Universidad de California para los próximos 10 años, si se legalizara a unos 11 millones de los documentados, los ingresos del país se moverían en trillones de dólares", comenta Zartha.
El gobierno se esfuerza en expulsar a los inmigrantes, desdeñando de esa manera su importancia en la economía del país, subraya el periodista Rafael Prieto Zartha.
"Según el cálculo realizado por un investigador de la Universidad de California para los próximos 10 años, si se legalizara a unos 11 millones de los documentados, los ingresos del país se moverían en trillones de dólares", comenta Zartha.
En Miami, por ejemplo, el aporte de los inmigrantes alcanza el 38% del PIB. "A los inmigrantes les atraen zonas donde existe empleo y un mercado laboral en expansión puede generar más crecimiento", opina David Dyssegaard, director de la Investigación de Inmigración realizada por del Instituto de Política Fiscal en Nueva York.
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