El
presidente ecuatoriano, Rafael Correa, volvió a defender el sábado las
relaciones comerciales de su país con la República Islámica de Irán, que
han sido criticadas por ciertos sectores de la oposición.
El mandatario ecuatoriano señaló que como el jefe de Estado
ecuatoriano hará todo lo que favorezca a los intereses de su país sin
tener que pedirle permiso a nadie.
Correa hizo estos comentarios en referencia a la prensa de la
oposición en su país a la que tildó de “entreguista” por alinearse a
quienes rechazan los lazos bilaterales con Irán.
Previamente, el presidente del Banco Central de Ecuador, Pedro
Delgado, había afirmado que su país tiene derecho a tener relaciones
comerciales con cualquier otro Estado del mundo.
Hace dos semanas, Correa enfatizó que los intercambios comerciales
entre Ecuador e Irán no incumplen las resoluciones de la Organización de
las Naciones Unidas (ONU) y aseguró que Quito solo respetará
resoluciones del sistema de la ONU, y no “al sistema de EE.UU.”.
Irán está sometido a duras sanciones de la Unión Europea (UE), que
sigue la política de EE.UU., en el sector petrolero y financiero.
Washington, el régimen de Israel y algunos de sus aliados
occidentales acusan a Teherán de perseguir objetivos militares en su
programa nuclear.
Irán niega enérgicamente dichas acusaciones y argumenta que, como
signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y miembro de la
Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), tiene derecho a
desarrollar y adquirir tecnología nuclear con fines pacíficos.
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