Asimismo, S&P no deja de mencionar que si la ley vigente no es modificada, tal situación podría obligar a las autoridades de Washington a introducir drásticos recortes en los gastos y aún más, subir los impuestos a partir del 2 de enero.
"La actividad económica decayó fuertemente con respecto al comienzo del año”, dijo S&P en un informe sobre las condiciones crediticias en Estados Unidos, lo que atribuyó a la incertidumbre a nivel global.
A pesar de que la economía de EE.UU. ha registrado en el segundo trimestre una mejora de 1,5% en proyección anual, el informe de S&P lo califica de un “crecimiento modesto”.
Desde 2008, EE.UU. sufre una grave crisis económica, la cual al principio afectaba solo el ámbito crediticio e hipotecario, pero en 2011 llevó a este país a la crisis del techo de deuda.
Precisamente, la caída del dólar, la quiebra de los bancos e instituciones financieras e incluso algunas ciudades han formado parte de los impactos con los que la crisis ha hecho estragos en el país norteamericano.
Ante esto, han surgido varios movimientos populares, como “Ocupa Wall Street”, que rechazan las políticas financieras del Gobierno norteamericano debido a su incapacidad para revertir esta situación.
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