Nuevo repunte en el secuestro de niños iraquíes. Otro de los
legados de la ocupación estadounidense
Uruknet.Info
Casi un año después de la llamada
retirada de las tropas estadounidenses de Iraq, no se aprecia que la situación
de la seguridad en Bagdad haya mejorado. Las familias viven con temor debido al
espectacular incremento del número de casos de niños secuestrados. Estos
secuestros persiguen diferentes objetivos. Algunos están destinados a financiar
a grupos terroristas. Pero a los niños iraquíes también se les secuestra para el
muy lucrativo tráfico de órganos humanos.
Una fuente de la seguridad reveló que en un solo día, el 6 de noviembre, 21
niños fueron secuestrados en diferentes lugares de Bagdad. Recientemente se ha
producido un incremento en el secuestro de niños en todas las zonas de Bagdad,
dijo, añadiendo que no había cifras exactas, pero que era posible que la cifra
de niños secuestrados en el plazo de dos semanas llegara a los treinta. Añadió
asimismo que la mayor parte de esos secuestros los llevaban a cabo bandas
criminales organizadas. Algunos grupos armados secuestran niños para financiar
sus operaciones, especialmente Al-Qaida, porque las fuerzas de seguridad están
consiguiendo últimamente drenar sus recursos impidiendo las donaciones que les
llegan del exterior de Iraq.
Parece ser que los niños secuestrados no solo proceden de familias
acomodadas. Muchos de esos incidentes se producen en los suburbios y en las
zonas pobres de la capital, como los distritos de Al-Ubaidi, Ciudad Sadr, Bagdad
Al-Yadida (Área de Al-Rasafah), Abu Dishir, Al-Dura, Al-Bayaa, Al-Furat,
Al-Radwaniyah, Abu Ghraib, Al-Tayi, Al-Shula y Al-Hurriyah (área Al-Qarq).
Qamil Hasan, oficial de policía, dijo que desde agosto hasta septiembre en
Bagdad había habido 20 niños secuestrados, aunque añadió que no disponía de
cifras exactas. Hay muchos casos de los que no se informa porque los familiares
tienen miedo de las represalias de los secuestradores.
El rescate que las familias tienen que pagar varía entre los 20.000 y los
100.000 dólares, dependiendo de la situación financiera de la familia. Los
secuestradores conocen bien sus posibilidades. Hasan aseguró que esta criminal
oleada de secuestros se ha convertido en un fenómeno social. En algunos de los
casos, los secuestros están relacionados con el mundo de la droga.
El secuestro de niños se convirtió en un delito habitual en Iraq a partir de
2003. Resulta más fácil mantener a los niños en cautividad, y las extensas
familias, e incluso las comunidades, están a menudo mucho más dispuestas a
proporcionar ayuda financiera para que la familia inmediata del niño pague el
rescate. Y teniendo en cuenta que comparativamente es mucho más fácil secuestrar
a un niño que a un adulto, es probable que esta cruel táctica continúe
produciéndose.
Algunas veces los secuestradores matan de inmediato a la víctima secuestrada,
pidiendo después el rescate. En el sur de Bagdad se encontró muerto cerca del
río al niño Mawlud Muhammad después de que su familia hubiera pagado 50.000
dólares para que se lo devolvieran.
La investigadora social Sawsan Al-Ubaidi declaró que en ocasiones se
secuestra a las niñas, se las viola y después se las asesina, aunque se haya
pagado el rescate. Ese fue el caso de Hanaa Al-Husaini, de 12 años de edad,
secuestrada frente de su casa en el distrito de Al-Karradah, en Bagdad. Su
cadáver apareció tirado en la calle después de haber sido violada.
Algunos políticos y muchos ciudadanos creen que el secuestro de niños no es
una actividad espontánea, que hay agendas políticas detrás de ese delito.
Ali Shubar, miembro de la Comisión de Derechos Humanos en el Parlamento, está
convencido de que hay organizaciones terroristas detrás de esos delitos
recurrentes de secuestros y que podía haber también determinadas agendas
extranjeras detrás de este fenómeno. Esta sospecha se ve reforzada por los
falsos intentos y amenazas de secuestro, que se producen con mucha regularidad
creando un ambiente de temor.
Una fuente anónima del Ministerio del Interior aseguró que el problema es
algo más que un secuestro a cambio de un rescate, porque hay bandas organizadas
que están operando actualmente en Iraq bajo el control de los traficantes de
seres humanos y gente que trabaja para el sector de la prostitución. No se trata
solo de vender muchachas para el placer sexual. Tiene más que ver con la venta
de órganos humanos, o con utilizar a las muchachas secuestradas con fines de
embarazo y vender después los bebés recién nacidos en el mercado
internacional.
Cualquiera que sean los motivos de los secuestradores, pueden predecirse
fácilmente las consecuencias: disminución en la asistencia al colegio, niños que
tienen que permanecer recluidos dentro del hogar, padres que viven con un
constante temor y tienen que acompañar a sus niños dondequiera que vayan, etc.
En tales circunstancias, es imposible recuperar la vida comunitaria, imposible
poder ofrecer una educación decente a toda una generación de jóvenes iraquíes.
Pero quizá sea esa exactamente la intención, mantener a la población iraquí en
un estado de temor y caos constantes. Los huérfanos iraquíes son extremadamente
vulnerables y un objetivo fácil para las bandas criminales. Una reciente
encuesta realizada en Iraq, publicada en un artículo de la BBC del 28 de
noviembre, halló que entre 800.000 y un millón de niños iraquíes han perdido a
uno o a ambos padres. Según los trabajadores de la ayuda humanitaria, esta cifra
es una estimación conservadora de los muchos miles de niños creciendo a la
sombra de la violencia. El aumento espectacular en el número de huérfanos
iraquíes ha creado una crisis social en un país que tiene menos de 200
trabajadores sociales y psiquiatras, entre ambos estamentos, para una población
de 30 millones de seres. No hay leyes que protejan a los niños. Las autoridades
dicen que es desesperadamente necesario promulgar una legislación que proteja de
los riesgos sociales, pero el parlamento sigue inmerso en sus trifulcas
sectarias. Mientras tanto, los traficantes humanos siguen raptando a los
huérfanos y vendiendo sus órganos. Algunos de ellos han sido secuestrados por
grupos terroristas que les obligan a trabajar para ellos.
Los secuestros a cambio de un rescate es un hecho común en diversas partes
del mundo, y a menudo se ha descrito a ciertas ciudades y países como la
“Capital del Secuestro en el Mundo”. En 2007, ese título le perteneció a Iraq
(en 2006 alcanzaron el segundo puesto), con posiblemente 1.500 extranjeros
secuestrados. En 2004, fue México, y en 2001, Colombia. Pero incluso aunque el
secuestro se dé en todo el mundo, este fenómeno no existía en Iraq antes de la
invasión de 2003. Por tanto, el gobierno estadounidense es plenamente
responsable de todos los secuestros que se han producido en el Iraq ocupado. El
secuestro es también una táctica habitual en la guerra de contrainsurgencia
estadounidense. La reputación de la Escuela de las Américas (SOA, por sus siglas
en inglés) del ejército estadounidense ha quedado permanentemente manchada una
vez que en 1996 se desclasificaron varios de sus manuales de entrenamiento. Los
manuales proporcionaron pruebas documentadas de que los instructores de la SOA
habían enseñado y defendido métodos de tortura, extorsión, secuestro y ejecución
en las guerras de contrainsurgencia. El Pentágono afirmó que los manuales
contenían solo pasajes aislados que fueran “inaceptables”, y continuó con una
larga pauta de negativas postulando que los manuales no se habían desencriptado
adecuadamente y no representaban la política del gobierno estadounidense.
Teniendo en cuenta los antecedentes históricos, esas negaciones no resultaban
creíbles.
En la década de 1980, la SOA se convirtió en un símbolo de las perversidades
de la política exterior estadounidense en América Latina. Por entonces, muchos
de los graduados en esa escuela eran ya tristemente célebres en sus países por
su liderazgo, o implicación, en salvajes campañas de contrainsurgencia y
atrocidades contra los derechos humanos. La SOA era conocida en la región como
la Escuela de los Asesinos o la Escuela de los Golpes de Estado.
Los nombres de los graduados en la SOA les resultan muy familiares a los
especialistas en América Latina: el dictador Hugo Banzer de Bolivia, que se
adueñó del poder mediante un golpe sangriento; Leopoldo Galtieri, el general
argentino y miembro de la junta de la “guerra sucia” en los años ochenta del
pasado siglo; Roberto d’Aubuisson, el líder de los escuadrones de la muerte
salvadoreños; el General Efraín Ríos Montt, el capataz de las masacres de
campesinos indígenas como dictador en Guatemala; el chileno Miguel Krassnoff,
oficial y torturador de la DINA; y la lista no se detiene ahí. La Comisión para
la Verdad de las Naciones Unidas en El Salvador halló que 60 oficiales
salvadoreños eran responsables de las peores atrocidades de la guerra sucia en
ese país; de ellos, más de las dos terceras partes eran graduados de la SOA. La
SOA ha entrenado a más de 60.000 oficiales latinoamericanos.
Y como es bien sabido, muchas de esas personas se trasladaron a Iraq después
de 2003. Muchos miembros de las milicias iraquíes entrenados y armados por esos
matones siguen aún deambulando libremente por las calles iraquíes. Sus bolsas se
han vaciado desde que sus patrones estadounidenses se fueron del país. Así pues,
¿por qué no iban a ganar algo de efectivo secuestrando niños? Después de todo,
durante sus años de actividades salvajes con los escuadrones de la muerte se
fueron desprendiendo de cualquier atisbo de moralidad.
Desde 2003, los iraquíes viven aterrorizados por los secuestros de los niños
porque los invasores estadounidenses implantaron debidamente el caos y la
anarquía disolviendo al ejército y la policía iraquíes. En octubre de 2003,
Oliver Burch, director del programa de emergencia de Christian Aid en Iraq,
contó que muchos iraquíes le habían hablado del alarmante incremento de los
secuestros, “que el desempleo es el problema mayor y que la situación económica
está empujando a la gente al delito. No se respeta a la recién creada policía
porque se les asocia con los estadounidenses, con los que cada vez están más
resentidos hoy en Iraq”, dijo, y añadió que “los supuestos liberadores deberían
al menos proporcionar seguridad. Han posibilitado que los ladrones se lleven
todo lo que pillan. No se ha hecho nunca nada para detener el saqueo. Todo el
mundo tiende a quedarse en casa. Si tienes un coche decente, eso podría costarte
la vida”. Como consecuencia, alrededor del 50% de los niños no estaban yendo al
colegio, según un portavoz de Save the Children en el Reino Unido.
Desde entonces, han aparecido muchos informes en la prensa de los medios
dominantes hablando de los secuestros pero no se ha hecho casi nada para
resolver el problema, y menos que nadie las fuerzas ocupantes. Ni tampoco se han
resuelto muchos de los casos de secuestros, aunque las autoridades iraquíes
afirman que sus fuerzas de seguridad están mejorando gradualmente sus
capacidades para poder atajar el problema. Pero es muy dudoso que el problema se
resuelva mientras al frente del gobierno iraquí esté Maliki y su milicia.
Al Jazeera reveló en octubre de 2010 algunos informes secretos. Uno
era muy revelador:
En octubre de 2006, según consta, una unidad del ejército iraquí asaltó a
un grupo de gente que vive en las barriadas sunníes al oeste de Bagdad. La
unidad fue arrestada el 11 de octubre, y dijo a sus captores que estaban
actuando bajo la autoridad del primer ministro iraquí Nuri Al-Maliki.
1/5/6 Una patrulla de la IA detiene a 2X IA M1114s y a un camión 1X
ocupado por 17X LNs con uniformes y equipamiento de la IA. 5/6 órdenes de
detención de 17 individuos y vehículos debido a la información de varios días de
2XIA M1114 perpetrando asaltos en las zonas de Mansur y Washash del espacio de
batalla IA 5/6. […] Los detenidos afirman pertenecer las fuerzas especiales
iraquíes que trabajan para la oficina del Primer Ministro.
La unidad parece ser una especie de “escuadrón de detención” que opera
bajo la autoridad de Al-Maliki. Varias horas después se presentó un oficial del
ministerio de defensa e instó a EEUU a que liberara a los hombres, diciendo que
su misión estaba bajo la “dirección del Primer Ministro Maliki”.
Esta es una prueba suficiente de la naturaleza criminal de las fuerzas de
seguridad de Maliki y está escrita en blanco y negro en un documento
oficial.
La Representante Especial de la ONU para los Niños en los Conflictos Armados,
la Sra. Leila Zerrougui, debería investigar urgentemente este creciente fenómeno
del secuestro de los niños en Iraq y determinar quién es responsable de estas
graves violaciones de la Convención sobre los Derechos de la Infancia. Desde
luego, EEUU no ha firmado nunca esta Convención: para ese país, los niños
iraquíes son seres humanos insignificantes. Pero para Iraq, esos niños son el
futuro.
Dirk Adriaensens es miembro ejecutivo del Tribunal de Bruselas ,
donde el presente artículo apareció en primer lugar.
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