Cómo colocaron al "Sha de Shas" en el trono del pavo real
El golpe de los golpes
Si existe una nación cuya situación política ha sido importante y ha estado omnipresente en la historia de los últimos setenta y cinco años, ésa es Irán. Para consternación de las potencias imperiales que han tratado de someterlo y manipularlo, el pueblo de Irán se ha negado a participar. Revolucionarios islámicos o izquierdistas, militares o civiles, no importa. La imposición de restricciones y regímenes extranjeros no ha logrado quebrar de forma consistente el deseo de los iraníes de no someterse a la dominación extranjera. Gran Bretaña, Rusia y EE.UU. han intentado, y ninguno lo ha logrado durante más de una generación, que Irán siguiera sus órdenes. Ninguno lo ha intentado con más fuerza que EE.UU., que sucedió a Gran Bretaña después de la Segunda Guerra Mundial.
Lo que aparece como el intento más flagrante de imponer la voluntad de Washington al pueblo de Irán es el golpe de 1953, organizado por Kermit Roosevelt y la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Ese golpe, que derrocó al líder elegido de Irán Mohammad Mossadegh, sigue marcando la relación entre Washington y Teherán. Además es una imagen de los peores ejemplos del Siglo XX de arrogancia colonialista respaldada por un racismo desdeñoso y un menosprecio total hacia el pueblo en cuestión y su voluntad.
Hasta hace poco la narración de ese capítulo de la historia fue contada en Occidente por los que tradicionalmente encuadran la historia, los vencedores. En otras palabras, la historia del golpe estadounidense de 1953 en Irán fue contada por la CIA y sus acólitos de los medios. Como en la mayor parte de las historias relatadas por esos elementos, el gobierno derrocado se calificó de dictatorial, impopular, comunista e incluso fanático. Por lo tanto, dice la narrativa, la CIA hizo un favor al pueblo iraní, como en Guatemala aproximadamente al mismo tiempo.
En el año 2000, el New York Times publicó una serie de artículos basados en documentos clasificados que detallan el funcionamiento de ese golpe. Tras recibir unos archivos fuertemente modificados que fueron escritos como resumen del golpe por un operador de la CIA, el Times volvió a resumir el material. Aunque faltaba mucha información y el propio Times celebró el golpe cuando ocurrió, esta serie empezó a presentar a los lectores occidentales una idea de cuán íntimamente estuvo involucrado Washington en el derrocamiento del gobierno de Mossadegh. Además, el informe del Times indicaba que una razón primordial del golpe fue el control de los combustibles fósiles de Irán, no alguna amenaza de comunismo (como se dijo anteriormente) y tampoco porque Mossadegh fuese un dictador fanático.
A pesar de todo, varios aspectos de la historia habían desaparecido. Algunos se revelaron con la publicación de la historia auto-glorificadora del golpe de Kermit Roosevelt, titulada Countercoup: The Struggle for the Control of Iran. La mayoría, sin embargo no se revelaron en gran parte porque Roosevelt seguía convencido de que el golpe que organizó era lo correcto para Irán y para el mundo en general. Por ello, ignoró las observaciones y resultados que afirmaban algo diferente.
Un nuevo libro cambia todo eso. Titulado The Coup: 1953, The CIA, and The Roots of Modern U.S.-Iranian Relations [El Golpe: 1953, la CIA, y las raíces de las modernas relaciones estadounidenses-iraníes], el libro fue escrito por el académico iraní Ervand Abrahamian. Historiador erudito, su libro de 2008 A History of Modern Iran suministra una nueva valoración de la historia moderna de Irán desconocida por la mayoría de los lectores estadounidenses. El Golpe hace eso y más. Por cierto, toma la historia familiar –una historia que se basa sobre todo en mentiras– y la despedaza casi totalmente. Mossadegh no era comunista; el Tudeh (el Partido Comunista iraní) no controlaba el gobierno y no tenía el propósito de derrocar a Mossadegh; los islamistas bajo el Imam Khatani fueron comprados por la CIA; y el golpe no solo fue celebrado, sino también apoyado por una clase compradora de iraníes preocupados sobre todo por su riqueza y no por la nación o el pueblo iraní.
Como cuenta Abrahamian al lector, desde el punto de vista de Londres y Washington no había sitio para negociaciones genuinas en sus tratos con el gobierno de Mossadegh. La lucha tenía que ver con el control de los recursos de Irán y del poder geopolítico regional. Al leer este argumento recordé de la falta de compromisos de Washington y Londres antes de la invasión de Irak en 2003. Si se recuerda, no importó lo que se dijera en público, Bush y Blair no estaban interesados en llegar a un acuerdo con Irak; sus gobiernos querían el control total.
Abrahamian también destruye el mito de que la crisis y más tarde el golpe tuvieran lugar por culpa de los iraníes, una premisa presentada por observadores tan venerados como Daniel Yergin, autor de la obra clásica sobre política petrolera a mediados del Siglo XX, The Prize. En su lugar, a través de su lectura de documentos recientemente descubiertos y de sus propios conocimientos, Abrahamian deja claro que la crisis fue organizada y concretada por Washington, DC.
Mientras lee la última sección del libro que describe el procedimiento que condujo al golpe en sí, puede impresionar al lector lo poco que han cambiado las cosas cuando se trata de las relaciones de Occidente con Irán. De hecho, al leer sobre el embargo respaldado e impuesto por los británicos a Irán después de que los iraníes nacionalizaron la industria, no se puede dejar de comparar ese intento histórico de destruir la economía de Irán con el actual embargo dirigido por Washington. Abrahamian describe sanciones, ultimatos presentados como negociaciones, mentiras sobre la dirigencia iraní y subterfugios de la CIA. Es como leer hoy el New York Times y su cobertura de las operaciones dirigidas por EE.UU. contra el actual gobierno iraní. Este libro no solo es importante por su presentación de la historia. También es importante porque podría predecir el futuro.
Ron Jacobs es autor del libro The Way the Wind Blew: a History of the Weather Underground, reeditado por Verso. El ensayo de Jacobs sobre Big Bill Broonzy figura en la colección de música, arte y sexo de CounterPunch Serpents in the Garden. Su primera novela Short Order Frame Up, fue publicada por Mainstay Press. Su último libro es Trippling Through the American Night,publicado como libro electrónico. Y aparecida en 2011, la novela The Co-Conspirator Tale. Contacto: rjacobs3625@charter.net
Fuente: http://www.counterpunch.org/2013/02/15/the-coup-of-coups/
rCR
Lo que aparece como el intento más flagrante de imponer la voluntad de Washington al pueblo de Irán es el golpe de 1953, organizado por Kermit Roosevelt y la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Ese golpe, que derrocó al líder elegido de Irán Mohammad Mossadegh, sigue marcando la relación entre Washington y Teherán. Además es una imagen de los peores ejemplos del Siglo XX de arrogancia colonialista respaldada por un racismo desdeñoso y un menosprecio total hacia el pueblo en cuestión y su voluntad.
Hasta hace poco la narración de ese capítulo de la historia fue contada en Occidente por los que tradicionalmente encuadran la historia, los vencedores. En otras palabras, la historia del golpe estadounidense de 1953 en Irán fue contada por la CIA y sus acólitos de los medios. Como en la mayor parte de las historias relatadas por esos elementos, el gobierno derrocado se calificó de dictatorial, impopular, comunista e incluso fanático. Por lo tanto, dice la narrativa, la CIA hizo un favor al pueblo iraní, como en Guatemala aproximadamente al mismo tiempo.
En el año 2000, el New York Times publicó una serie de artículos basados en documentos clasificados que detallan el funcionamiento de ese golpe. Tras recibir unos archivos fuertemente modificados que fueron escritos como resumen del golpe por un operador de la CIA, el Times volvió a resumir el material. Aunque faltaba mucha información y el propio Times celebró el golpe cuando ocurrió, esta serie empezó a presentar a los lectores occidentales una idea de cuán íntimamente estuvo involucrado Washington en el derrocamiento del gobierno de Mossadegh. Además, el informe del Times indicaba que una razón primordial del golpe fue el control de los combustibles fósiles de Irán, no alguna amenaza de comunismo (como se dijo anteriormente) y tampoco porque Mossadegh fuese un dictador fanático.
A pesar de todo, varios aspectos de la historia habían desaparecido. Algunos se revelaron con la publicación de la historia auto-glorificadora del golpe de Kermit Roosevelt, titulada Countercoup: The Struggle for the Control of Iran. La mayoría, sin embargo no se revelaron en gran parte porque Roosevelt seguía convencido de que el golpe que organizó era lo correcto para Irán y para el mundo en general. Por ello, ignoró las observaciones y resultados que afirmaban algo diferente.
Un nuevo libro cambia todo eso. Titulado The Coup: 1953, The CIA, and The Roots of Modern U.S.-Iranian Relations [El Golpe: 1953, la CIA, y las raíces de las modernas relaciones estadounidenses-iraníes], el libro fue escrito por el académico iraní Ervand Abrahamian. Historiador erudito, su libro de 2008 A History of Modern Iran suministra una nueva valoración de la historia moderna de Irán desconocida por la mayoría de los lectores estadounidenses. El Golpe hace eso y más. Por cierto, toma la historia familiar –una historia que se basa sobre todo en mentiras– y la despedaza casi totalmente. Mossadegh no era comunista; el Tudeh (el Partido Comunista iraní) no controlaba el gobierno y no tenía el propósito de derrocar a Mossadegh; los islamistas bajo el Imam Khatani fueron comprados por la CIA; y el golpe no solo fue celebrado, sino también apoyado por una clase compradora de iraníes preocupados sobre todo por su riqueza y no por la nación o el pueblo iraní.
Como cuenta Abrahamian al lector, desde el punto de vista de Londres y Washington no había sitio para negociaciones genuinas en sus tratos con el gobierno de Mossadegh. La lucha tenía que ver con el control de los recursos de Irán y del poder geopolítico regional. Al leer este argumento recordé de la falta de compromisos de Washington y Londres antes de la invasión de Irak en 2003. Si se recuerda, no importó lo que se dijera en público, Bush y Blair no estaban interesados en llegar a un acuerdo con Irak; sus gobiernos querían el control total.
Abrahamian también destruye el mito de que la crisis y más tarde el golpe tuvieran lugar por culpa de los iraníes, una premisa presentada por observadores tan venerados como Daniel Yergin, autor de la obra clásica sobre política petrolera a mediados del Siglo XX, The Prize. En su lugar, a través de su lectura de documentos recientemente descubiertos y de sus propios conocimientos, Abrahamian deja claro que la crisis fue organizada y concretada por Washington, DC.
Mientras lee la última sección del libro que describe el procedimiento que condujo al golpe en sí, puede impresionar al lector lo poco que han cambiado las cosas cuando se trata de las relaciones de Occidente con Irán. De hecho, al leer sobre el embargo respaldado e impuesto por los británicos a Irán después de que los iraníes nacionalizaron la industria, no se puede dejar de comparar ese intento histórico de destruir la economía de Irán con el actual embargo dirigido por Washington. Abrahamian describe sanciones, ultimatos presentados como negociaciones, mentiras sobre la dirigencia iraní y subterfugios de la CIA. Es como leer hoy el New York Times y su cobertura de las operaciones dirigidas por EE.UU. contra el actual gobierno iraní. Este libro no solo es importante por su presentación de la historia. También es importante porque podría predecir el futuro.
Ron Jacobs es autor del libro The Way the Wind Blew: a History of the Weather Underground, reeditado por Verso. El ensayo de Jacobs sobre Big Bill Broonzy figura en la colección de música, arte y sexo de CounterPunch Serpents in the Garden. Su primera novela Short Order Frame Up, fue publicada por Mainstay Press. Su último libro es Trippling Through the American Night,publicado como libro electrónico. Y aparecida en 2011, la novela The Co-Conspirator Tale. Contacto: rjacobs3625@charter.net
Fuente: http://www.counterpunch.org/2013/02/15/the-coup-of-coups/
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