La censura sistemática, en los grandes medios, de informaciones y opiniones sobre Cuba que no sean hostiles a la Revolución , obliga a colectivos solidarios y medios alternativos a buscar pequeños espacios a través de los cuales llegar a algunos sectores de público. Pero estos espacios tampoco están libres de la censura. En los últimos días, la poderosa extrema derecha de Miami ha conseguido que dos de ellos también hayan sido cerrados.
Uno, el canal en YouTube del sitio Cubadebate, que contaba con más de 400 videos y 1 600 000 descargas. El mecanismo empleado ha sido la denuncia por violación de copyright presentada a la empresa estadounidense Google, propietaria de You Tube, por parte del autor de un video casero en el que aparece, hace unos días, el terrorista Luis Posada Carriles, rodeado de un grupo de simpatizantes (1). Este video había sido subido por Cubadebate a su canal de YouTube.
Rosa Miriam Elizalde, editora de Cubadebate, declaraba: “Si en Cubadebate estamos violando el copyright, habrá entonces que cerrar YouTube, porque es la meca de la piratería en Internet: muchos de los videos que están ahí han utilizado imágenes robadas del propio Cubadebate. Por otro lado, las regulaciones de YouTube exigen que, para hacer una reclamación (de recuperación de la cuenta cerrada) hay que entregar (a YouTube y al demandante) todos nuestros datos (direcciones, teléfonos…). Imagínense, nosotros entregarle todos nuestros datos a la gente que ha realizado un video que glorifica a un criminal, a un terrorista internacional que está diciendo que viene a Cuba, y por supuesto no en son de paz”.
Google clausuró totalmente el canal de Cubadebate, yendo más allá que en otras ocasiones, cuando ha decidido retirar, por las mismas razones, videos concretos. Este fue el caso, por ejemplo, de un video de Cubainformación, del año 2008, sobre la biografía del también terrorista de origen cubano Armando Valladares, cuyo equipo de abogados consiguió que You Tube retirara el material de todas las cuentas personales existentes en la red, aunque no fue cerrada ninguna cuenta completa (2).
El segundo caso de censura ha sido la retirada de una valla publicitaria colocada en Miami, pagada por Alianza Martiana, una organización progresista de la emigración cubana en EEUU, en la que se pedía la libertad de los cinco cubanos que llevan 12 años presos injustamente en EEUU (3). Las presiones de la ultraderecha obligaron a la empresa Clear Channel a retirar el cartel en poco más de 24 horas.
Son dos casos de censura burda, muy llamativos, pero de menor impacto que la censura sistemática que ejercen los grandes medios internacionales sobre informaciones y opiniones favorables -o sencillamente no hostiles- a Cuba. Por eso, estos días, quienes ejercen esta censura estructural siguen, en sus notas, caracterizando peyorativamente al sitio Cubadebate como “sitio oficial del régimen castrista” o, sencillamente, miran para otro lado (4).
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