Ya lo había reconocido Hillary Clinton al referirse a los “opositores” iraníes hace unos meses: “seguimos hablando con ellos y apoyando a la oposición”. El mismo gobierno que, como dijera Juan Gelman, tuvo tantas idas y venidas frente a las protestas contra el gobierno de su aliado Hosni Mubarak en Egipto, se ha lanzado de cabeza a respaldar a quienes se enfrenten al gobierno de Teherán.
Así, el Departamento de Estado ha abierto la cuenta en Twitter USAdarFarsi para alentar a quienes hagan lo que Estados Unidos desea. Rápidamente, los grandes medios occidentales -por ejemplo la prensa española- comienzan a hablar de represión en la capital iraní, mostrando imágenes de un contenedor de basura ardiendo al que llaman “barricada” (El País), y un video en que un reducido grupo de personas quema una manta en una transitada avenida ante la indiferencia de conductores (Público) sirve para hablar de víctimas de armas de fuego.
Una vez más la técnica de la profecía autocumplida comienza a operar desde los medios contra los enemigos de EE.UU., anunciando por adelantado lo que la Casa Blanca desea que ocurra. En este caso, el objetivo es desviar el curso antimperialista y popular de la rebelión en Oriente Medio contra el principal enemigo de Estados Unidos e Israel en el área, y evitar que el incendio ya en marcha alcance a regímenes como Marruecos y Arabia Saudita, fieles servidores del imperio.
Y no sólo es Estados Unidos el que actúa en este caso, el cónsul en Teherán del gobierno español, que tan reticente fuera semanas atrás para investigar y condenar los crímenes del régimen marroquí contra el pueblo saharaui, estuvo cuatro horas en una comisaría iraní “tras ser detenido cuando daba un paseo por el centro de Teherán mientras se producían las protestas”…
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