Un empleado de 57 años de France Telecom (FT) decidió quitarse la vida ayer por la mañana en un parking de la firma quemándose a lo bonzo. Con ese gesto fatal, el empleado, delegado del personal para cuestiones de seguridad e higiene, hizo saltar por los aires el precario consenso y el silencio que pesaba desde hace meses sobre la oleada de suicidios que azota a la multinacional, propietaria de la operadora de móviles Orange en España.
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Oleada entre 2008 y 2010
El suicidio de este trabajador, padre de familia con cuatro hijos, reaviva una herida profunda entre los alrededor de 100.000 empleados del grupo en Francia: la dejada por una oleada de suicidios entre 2008 y 2010, más de sesenta, de los que 27 estarían ligados al trabajo, según la plataforma sindical Observatorio del Stress y de la Movilidad Laboral Forzada. La dirección pasó años negando que los suicidios tuvieran relación con el cambio de métodos de gestión, antes de admitir el nexo finalmente.
Un representante del sindicato de mandos intermedios CGC, Sébastien Crozier, explicó que "todo el personal está completamente sumido en la conmoción" y calificó el gesto de su colega de "horror absoluto". Por su parte, Pierre Dubois, del sindicato Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), en el que también militaba el fallecido, precisó que este se había quitado la vida justo antes de entrar, por la mañana.
Crozier dio varios detalles que harían ver el nexo entre el suicidio y la situación laboral que reina en la empresa, un antiguo monopolio público hoy privatizado. "Esta persona se había visto muy afectada por el periodo de reorganización y de supresión de puestos" lanzado por el anterior presidente de France Telecom, Didier Lombard, señaló.
El fallecido, que había conservado su estatus de funcionario tras la privatización, "tuvo dificultades para recuperar su equilibrio" y fue obligado "a cambiar de puesto en varias ocasiones", aclaró el sindicalista. "Tuvo que vender su casa a causa de esa movilidad forzada y escribió a la dirección en varias ocasiones para alertar sobre su situación, sin obtener respuesta, que yo sepa", precisó.
Un modesto ramo de flores, colocado por varios colegas, dominaba a media tarde de ayer en el escenario de la tragedia, en las instalaciones de la empresa en Mérignac, la periferia de Burdeos que acoge el aeropuerto de esa próspera metrópolis del suroeste de Francia. Más que en la corona, en lo que se fijaban los apesadumbrados ojos de los empleados era en la sombría mancha dejada por el cuerpo calcinado de su compañero.
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Oleada entre 2008 y 2010
El suicidio de este trabajador, padre de familia con cuatro hijos, reaviva una herida profunda entre los alrededor de 100.000 empleados del grupo en Francia: la dejada por una oleada de suicidios entre 2008 y 2010, más de sesenta, de los que 27 estarían ligados al trabajo, según la plataforma sindical Observatorio del Stress y de la Movilidad Laboral Forzada. La dirección pasó años negando que los suicidios tuvieran relación con el cambio de métodos de gestión, antes de admitir el nexo finalmente.
Un representante del sindicato de mandos intermedios CGC, Sébastien Crozier, explicó que "todo el personal está completamente sumido en la conmoción" y calificó el gesto de su colega de "horror absoluto". Por su parte, Pierre Dubois, del sindicato Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), en el que también militaba el fallecido, precisó que este se había quitado la vida justo antes de entrar, por la mañana.
Crozier dio varios detalles que harían ver el nexo entre el suicidio y la situación laboral que reina en la empresa, un antiguo monopolio público hoy privatizado. "Esta persona se había visto muy afectada por el periodo de reorganización y de supresión de puestos" lanzado por el anterior presidente de France Telecom, Didier Lombard, señaló.
El fallecido, que había conservado su estatus de funcionario tras la privatización, "tuvo dificultades para recuperar su equilibrio" y fue obligado "a cambiar de puesto en varias ocasiones", aclaró el sindicalista. "Tuvo que vender su casa a causa de esa movilidad forzada y escribió a la dirección en varias ocasiones para alertar sobre su situación, sin obtener respuesta, que yo sepa", precisó.
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