La candidata Keiko Fujimori presentó el 16 del presente ante la prensa peruana al estadounidense republicano Rudolph Giuliani, ex alcalde de Nueva York durante el gobierno de George Bush, como aquél personaje que sería “su asesor político” contra la delincuencia común -caso fuere gobierno-. Y ello no en mérito a su eficiencia -que por demás es rebatida-, tampoco a que la realidad social del Perú y de la ciudad de Nueva York sean semejantes, ni menos aún, que ese nombramiento se haya debido a una estrategia electoral ó a un equívoco por fama alimentada sólo de propaganda.
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Esa designación de campaña sería la punta de la madeja para comenzar a sospechar –dada la mala reputación del “asesor” y su entorno político-, que caso salir electa la candidata Fujimori el principal problema que al parecer se le presentaría al Perú en cuanto al delito no lo constituiría en sí la delincuencia común, sino el otro mayor problema, del crimen organizado para saquear al Estado.
Ese que es el delito de “cuello y corbata” de grupos de interés corruptos y mafias internacionales -y que ya tuvo contactos anteriores con el gobierno de Alan García-, se temería que a futuro se constituya en un poder cuyo accionar podría ser dirigido con amplia libertad desde el mismo palacio de gobierno, cual otro brazo del poder, ó quizá como los auténticos brazos del poder, después de maniatar los de un gobierno títere de la Fujimori.
Estas hipótesis se fundamentarían en el hecho, que poco a poco mafias y personajes non sanctos ajenos a la disputa política nacional, se han venido aunando “solidariamente” para “apoyar políticamente” a Keiko Fujimori –entre ellos Giuliani-, a poco tiempo de iniciarse la campaña para la segunda vuelta electoral.
Las características de éstas, harían que el Estado Peruano necesite no de “un asesor” como el norteamericano, sino de un cuerpo policial similar al conformado en 1930 en los EE.UU. por Eliot Ness y “Los Intocables”, que se encargue de combatir a las mafias nacionales y extranjeras que se enquistarían en la presidencia de la República, dada la afinidad de la candidata con ellas y por el hecho de haber recibido de sus cuotas de apoyo durante la campaña -que no son gratuitas-.
En tanto la altamente profesional policía nacional, a pesar de hallarse afectada por el premeditado y neoliberal abandono económico-operativo de los gobiernos de Alejandro Toledo y Alan García –visualizando la privatización del orden público-, se dedicaría a combatir tal como siempre a la clásica delincuencia común, incrementada a raíz de la inacción gubernamental de estos mandatarios para “crear el problema privatizador”.
Acuciosas investigaciones periodísticas -peruanas y extranjeras-, más denuncias efectuadas por colectivos de residentes peruanos en el exterior, así como investigaciones especiales realizadas por fuentes adicionales en otros países del continente, dan cuenta principalmente de tres siniestros grupúsculos de apoyo a Keiko Fujimori en su campaña electoral.
El primer apoyo provendría de la nacional “yakuza peruana”, integrada casi en su mayoría por personajes peruanos con antecedentes penales que integraron el gobierno de su padre Alberto Fujimori, en combinación con otros grupos de filiación aprista radicados en Miami, que estarían previendo un hipotético “asilo político” de Alan García en los EE.UU. –sólo si ganara el candidato Humala-, para el momento en que el mandatario tuviera que rendir cuentas al Perú de su funesto mandato -y otros casos pendientes-.
El segundo apoyo sería el proporcionado por “la conexión estadounidense” ó “Miami Vice”, de conformación variopinta que integra a ex funcionarios políticos del gobierno de George Bush, miembros del partido republicano de los EE.UU –Giuliani y Kuczinsky entre ellos-, el “IRI” (“Instituto Republicano Internacional”) en alianza con el USAID –la cara “buena” de la CIA actuando sobre la ONPE-, miembros políticos de la mafia cubano-estadounidense, terroristas cubanos asilados en los EE.UU. ligados a la CIA, miembros de la golpista ultra-derecha venezolana empeñada en derrocar del poder al presidente de Venezuela -“asilados políticamente” en los EE.UU. y en el Perú-, y grupos de peruanos residentes en Miami, ligados al actual gobierno.
Y finalmente la tercera sería “la dina de los dueños de Chile”, ligada a grupos de poder económico de Chile y a sus empresas subsidiarias en el Perú, que comprende grupos de comunicación social peruanos, mega-empresas chilenas –y en cuyo accionariado se encontraría hasta el actual presidente Piñeira-, más empresarios limeños y otros personajes fujimoristas prófugos de la justicia peruana por casos de corrupción desde el año 2000, con “asilo político” en Chile y con extrañas facilidades para desarrollar actividades político-partidarias -a pesar de su status-.
A todo lo anterior se sumaría, el también anticonstitucional e ilegal “apoyo oficial” que estaría desplegando el actual mandatario Alan García y algunos entes de su gobierno, en auspicio a la candidata Keiko Fujimori, motivo por el que García inclusive ha sido denunciado el 25 del presente ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA –y de la que poco se espera por su dependencia del gobierno de los EE.UU.-.
Los diarios “La Primera” y “La República” del Perú han sido los únicos medios de prensa que destacándose del resto –la “Falsimedia” peruana-, han descrito ampliamente a lo largo del período de campaña electoral de los candidatos, a los grupos, personajes y el funcionamiento mismo, de los “apoyos solidarios” a la Fujimori, tanto el desplegado por la “yakuza peruana”, como el que similarmente vendría proporcionando el gobierno de Alan García.
Desde el exterior, el periodista e investigador canadiense Guy Allard y colectivos peruanos de prensa alternativa residentes en los EE.UU., han sido los primeros en alertar sobre los intrincados vericuetos del “apoyo” de “la conexión estadounidense” con el fin de reafirmar sus oscuros intereses en el Perú hasta el 2016 –previo triunfo de la Fujimori-.
Este apoyo se oficializó e hizo público el 18 de Mayo en los EE.UU. –antes era encubierto -, en una “alegre” reunión llevada a cabo en medio de agradables cervezas y la entonación de “nacionales” valses peruanos, en el restaurante “El Chamán” de la ciudad de Miami. Este hecho fue ratificado inclusive por “La Voz de América”, órgano oficial de prensa del gobierno de los EE.UU.
El abanderado de ese “apoyo” es un viejo conocido del Perú, el mexicano-estadounidense Roger Noriega, ex Sub-Secretario de Estado de los EE.UU. para América Latina –especie de Virrey criollo para países latinoamericanos-, sindicado de auspiciar el terrorismo de derecha en países del continente, y el cual exhortó a “los peruanos” concurrentes, a “votar por Keiko Fujimori porque es la candidata de la democracia y la institucionalidad” y “no caer en la trampa Castro-chavista de Humala” –en clara injerencia foránea que Alan García no rechazó-.
Evitó por supuesto referirse, respecto a los “negociados” comunes de “la conexión” en el Perú, tal como el previsto de la seguridad “modelo NY” de Giuliani y el del rentable gas de la región Camisea, que usufructúa desde el 2001.
Noriega es de triste recordación para la opinión pública peruana, por las declaraciones públicas que efectuaba en 1996 en medio del conflicto armado Perú-Ecuador en pro de los intereses de los EE.UU., las cuales en lugar de llamar a la paz, extrañamente fustigaban por igual a ambos países a proseguir y ahondar la guerra fratricida que se originó en 1995.
En cuanto a “la dina de los dueños de Chile”, ha sido el diario peruano “La Primera” el medio de prensa que se ha encargado de develar una a una, las intrincadas relaciones económicas y hasta familiares existentes entre estos grupos de interés, que con el “Plan Sábana” vienen actuando en contra de la población nacional para manipularla a través del que sería su portavoz mediático –el Grupo “El Comercio” ó “Falsimedia” peruana- e inducirla a votar en favor de la candidata Fujimori.
La alianza para que comulguen juntos en este objetivo tan disímiles grupos de interés y mafias que sostienen al “sistema”, hacen entrever de la preocupación de éstos, ante la negativa de la población para asimilar otro embuste como el de Alan García; que a su vez “existen graves problemas” para introducir un nuevo “caballo de Troya” a la presidencia del Perú –la Fujimori-; y que la opinión electoral hasta el momento, les es adversa tal como lo fue en la primera vuelta comicial.
Pero el problema auténtico que no se quiere reconocer, es que “el sistema no da para más” en el sentir de la “democracia real” y en el de la voluntad soberana de todos los pueblos del mundo.
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Esa designación de campaña sería la punta de la madeja para comenzar a sospechar –dada la mala reputación del “asesor” y su entorno político-, que caso salir electa la candidata Fujimori el principal problema que al parecer se le presentaría al Perú en cuanto al delito no lo constituiría en sí la delincuencia común, sino el otro mayor problema, del crimen organizado para saquear al Estado.
Ese que es el delito de “cuello y corbata” de grupos de interés corruptos y mafias internacionales -y que ya tuvo contactos anteriores con el gobierno de Alan García-, se temería que a futuro se constituya en un poder cuyo accionar podría ser dirigido con amplia libertad desde el mismo palacio de gobierno, cual otro brazo del poder, ó quizá como los auténticos brazos del poder, después de maniatar los de un gobierno títere de la Fujimori.
Estas hipótesis se fundamentarían en el hecho, que poco a poco mafias y personajes non sanctos ajenos a la disputa política nacional, se han venido aunando “solidariamente” para “apoyar políticamente” a Keiko Fujimori –entre ellos Giuliani-, a poco tiempo de iniciarse la campaña para la segunda vuelta electoral.
Las características de éstas, harían que el Estado Peruano necesite no de “un asesor” como el norteamericano, sino de un cuerpo policial similar al conformado en 1930 en los EE.UU. por Eliot Ness y “Los Intocables”, que se encargue de combatir a las mafias nacionales y extranjeras que se enquistarían en la presidencia de la República, dada la afinidad de la candidata con ellas y por el hecho de haber recibido de sus cuotas de apoyo durante la campaña -que no son gratuitas-.
En tanto la altamente profesional policía nacional, a pesar de hallarse afectada por el premeditado y neoliberal abandono económico-operativo de los gobiernos de Alejandro Toledo y Alan García –visualizando la privatización del orden público-, se dedicaría a combatir tal como siempre a la clásica delincuencia común, incrementada a raíz de la inacción gubernamental de estos mandatarios para “crear el problema privatizador”.
Acuciosas investigaciones periodísticas -peruanas y extranjeras-, más denuncias efectuadas por colectivos de residentes peruanos en el exterior, así como investigaciones especiales realizadas por fuentes adicionales en otros países del continente, dan cuenta principalmente de tres siniestros grupúsculos de apoyo a Keiko Fujimori en su campaña electoral.
El primer apoyo provendría de la nacional “yakuza peruana”, integrada casi en su mayoría por personajes peruanos con antecedentes penales que integraron el gobierno de su padre Alberto Fujimori, en combinación con otros grupos de filiación aprista radicados en Miami, que estarían previendo un hipotético “asilo político” de Alan García en los EE.UU. –sólo si ganara el candidato Humala-, para el momento en que el mandatario tuviera que rendir cuentas al Perú de su funesto mandato -y otros casos pendientes-.
El segundo apoyo sería el proporcionado por “la conexión estadounidense” ó “Miami Vice”, de conformación variopinta que integra a ex funcionarios políticos del gobierno de George Bush, miembros del partido republicano de los EE.UU –Giuliani y Kuczinsky entre ellos-, el “IRI” (“Instituto Republicano Internacional”) en alianza con el USAID –la cara “buena” de la CIA actuando sobre la ONPE-, miembros políticos de la mafia cubano-estadounidense, terroristas cubanos asilados en los EE.UU. ligados a la CIA, miembros de la golpista ultra-derecha venezolana empeñada en derrocar del poder al presidente de Venezuela -“asilados políticamente” en los EE.UU. y en el Perú-, y grupos de peruanos residentes en Miami, ligados al actual gobierno.
Y finalmente la tercera sería “la dina de los dueños de Chile”, ligada a grupos de poder económico de Chile y a sus empresas subsidiarias en el Perú, que comprende grupos de comunicación social peruanos, mega-empresas chilenas –y en cuyo accionariado se encontraría hasta el actual presidente Piñeira-, más empresarios limeños y otros personajes fujimoristas prófugos de la justicia peruana por casos de corrupción desde el año 2000, con “asilo político” en Chile y con extrañas facilidades para desarrollar actividades político-partidarias -a pesar de su status-.
A todo lo anterior se sumaría, el también anticonstitucional e ilegal “apoyo oficial” que estaría desplegando el actual mandatario Alan García y algunos entes de su gobierno, en auspicio a la candidata Keiko Fujimori, motivo por el que García inclusive ha sido denunciado el 25 del presente ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA –y de la que poco se espera por su dependencia del gobierno de los EE.UU.-.
Los diarios “La Primera” y “La República” del Perú han sido los únicos medios de prensa que destacándose del resto –la “Falsimedia” peruana-, han descrito ampliamente a lo largo del período de campaña electoral de los candidatos, a los grupos, personajes y el funcionamiento mismo, de los “apoyos solidarios” a la Fujimori, tanto el desplegado por la “yakuza peruana”, como el que similarmente vendría proporcionando el gobierno de Alan García.
Desde el exterior, el periodista e investigador canadiense Guy Allard y colectivos peruanos de prensa alternativa residentes en los EE.UU., han sido los primeros en alertar sobre los intrincados vericuetos del “apoyo” de “la conexión estadounidense” con el fin de reafirmar sus oscuros intereses en el Perú hasta el 2016 –previo triunfo de la Fujimori-.
Este apoyo se oficializó e hizo público el 18 de Mayo en los EE.UU. –antes era encubierto -, en una “alegre” reunión llevada a cabo en medio de agradables cervezas y la entonación de “nacionales” valses peruanos, en el restaurante “El Chamán” de la ciudad de Miami. Este hecho fue ratificado inclusive por “La Voz de América”, órgano oficial de prensa del gobierno de los EE.UU.
El abanderado de ese “apoyo” es un viejo conocido del Perú, el mexicano-estadounidense Roger Noriega, ex Sub-Secretario de Estado de los EE.UU. para América Latina –especie de Virrey criollo para países latinoamericanos-, sindicado de auspiciar el terrorismo de derecha en países del continente, y el cual exhortó a “los peruanos” concurrentes, a “votar por Keiko Fujimori porque es la candidata de la democracia y la institucionalidad” y “no caer en la trampa Castro-chavista de Humala” –en clara injerencia foránea que Alan García no rechazó-.
Evitó por supuesto referirse, respecto a los “negociados” comunes de “la conexión” en el Perú, tal como el previsto de la seguridad “modelo NY” de Giuliani y el del rentable gas de la región Camisea, que usufructúa desde el 2001.
Noriega es de triste recordación para la opinión pública peruana, por las declaraciones públicas que efectuaba en 1996 en medio del conflicto armado Perú-Ecuador en pro de los intereses de los EE.UU., las cuales en lugar de llamar a la paz, extrañamente fustigaban por igual a ambos países a proseguir y ahondar la guerra fratricida que se originó en 1995.
En cuanto a “la dina de los dueños de Chile”, ha sido el diario peruano “La Primera” el medio de prensa que se ha encargado de develar una a una, las intrincadas relaciones económicas y hasta familiares existentes entre estos grupos de interés, que con el “Plan Sábana” vienen actuando en contra de la población nacional para manipularla a través del que sería su portavoz mediático –el Grupo “El Comercio” ó “Falsimedia” peruana- e inducirla a votar en favor de la candidata Fujimori.
La alianza para que comulguen juntos en este objetivo tan disímiles grupos de interés y mafias que sostienen al “sistema”, hacen entrever de la preocupación de éstos, ante la negativa de la población para asimilar otro embuste como el de Alan García; que a su vez “existen graves problemas” para introducir un nuevo “caballo de Troya” a la presidencia del Perú –la Fujimori-; y que la opinión electoral hasta el momento, les es adversa tal como lo fue en la primera vuelta comicial.
Pero el problema auténtico que no se quiere reconocer, es que “el sistema no da para más” en el sentir de la “democracia real” y en el de la voluntad soberana de todos los pueblos del mundo.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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