Benedicto XVI llega a Madrid: el enorme costo de la visita (50 millones de euros) divide a los españoles
ADRIÁN PÉREZ / PAGINA 12 – Mientras unos protestaron en la Puerta del Sol contra el enorme gasto que supuso para el Estado invitar al pontífice en plena crisis, otros expresaron simpatía por Ratzinger. El desalojo de la plaza dejó un saldo de seis detenidos y once heridos.
Con consignas como “De mis impuestos, al Papa cero”, “Por un Estado laico, ya” o “Separación del poder civil del religioso”, un enjambre de manifestantes colmó las calles de Madrid para protestar por el gasto que genera la visita de Benedicto XVI.
Cuando Joseph Ratzinger aterrice hoy al mediodía en el aeropuerto de Barajas encontrará una ciudad completamente blindada. Se espera que el megaoperativo policial despliegue a 10.000 agentes que seguirán el desarrollo de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud, custodiarán al Sumo Pontífice por cielo y tierra y realizarán controles hasta en las alcantarillas. Mientras los organizadores calculan que el costo de las jornadas asciende a 50 millones de euros, quienes se oponen al evento señalan que el gasto duplica esa cifra y culpan al Estado por hacerse cargo del 50 por ciento.
Ciento cincuenta organizaciones adhirieron religiosamente a la movilización, al calor del malhumor social que se incrementa a diario por el ajuste impulsado desde el gobierno de Zapatero. En Puerta del Sol hubo insultos entre seguidores del Papa y quienes se manifestaban en su contra. El desalojo de la plaza arrojó un saldo de seis detenidos y once heridos.
Madrid amaneció ayer bajo un ambiente espeso. Ateos, cristianos de base y militantes de organizaciones de gays, lesbianas y transexuales confluyeron más tarde en la movilización convocada por Europa Laica, que partió a las 19.30 local desde Plaza Tirso de Molina hasta Puerta del Sol. El bastión del movimiento de indignados fue el epicentro de los primeros choques verbales. Los ultracatólicos cortaron el paso de la marcha al grito de “esta plaza es del Papa”. Finalmente, los manifestantes sortearon el bloqueo e ingresaron cantando “Menos sermones y más condones” o “Menos crucifijos y más trabajo fijo”. Los militantes anticatólicos fueron desalojados por la policía, mientras una lluvia de botellas y piedras caía sobre los efectivos.
Desde ayer, y hasta el domingo, decenas de sacerdotes de todo el mundo se instalaron en El Retiro para confesar a aquellas mujeres que hayan abortado y muestren su arrepentimiento. Eso sí, a cambio, una penitencia que va desde rezar un rosario o hacer una donación hasta peregrinar a un santuario Mariano o tener hijos. Un manual de treinta páginas guía en el examen de conciencia a quienes decidan acercarse al parque para asumir sus pecados. El pecador es asistido por voluntarios que lo acompañarán a los 200 confesionarios.
Los organismos que se oponen a la visita de Benedicto XVI señalan que hace nueve meses, durante la visita del Papa a Barcelona, se calculaba que el costo de la JMJ de Madrid ascendería a 25 millones de euros. Sin embargo, los organizadores apuntan que ese monto se elevó a 50 millones de euros. Un comunicado difundido por Europa Laica invitaba a la manifestación “a todos los que están contra esta forma de visitar un país a costa de los impuestos de toda la ciudadanía, como si se tratase de un jefe de Estado”. El documento también rechaza que se permita la injerencia de la Iglesia en los asuntos internos y políticos de España: “(Benedicto XVI) aprovechará para atacar la soberanía del Estado, criticando iniciativas como el aborto, el matrimonio homosexual, la muerte digna, tratando de imponer su moral al conjunto de la ciudadanía”.
Las razones de la protesta, según Antonio Boldo, se encuentran en el uso abusivo del gasto para organizar la visita del Papa y en la intervención de la Iglesia en cuestiones de Estado. “Esto vamos a tener que pagarlo todos los españoles. También nos preocupa la injerencia católica en las decisiones de carácter democrático que toma España, como la interrupción del embarazo, la ley de matrimonio homosexual, el posible proyecto para regular la muerte digna”, enumera el dirigente de Europa Laica en diálogo telefónico con Página/12. Contra la versión oficial, Boldo señala que el gasto de la jornada será de 100 millones de euros, de los cuales 25 millones fueron aprobados en el presupuesto estatal. Mediante sus aportes, las empresas que inviertan en el evento católico podrán obtener beneficios fiscales del 40 al 90 por ciento de la inversión realizada. Cuerpos Feministas Laicos señala que Coca-Cola, Endesa, El Corte Inglés y Mahou son algunas de las empresas que recuperarán el 90 por ciento de lo invertido. El colectivo también le apunta a la JMJ por haber adquirido 600.000 abonos de transporte con rebajas del 80 por ciento para los peregrinos. “El Consorcio de Transportes dice que ingresarán cinco millones de euros (con el arribo de los peregrinos). Pero, ¿cuánto ingresaría si vendiera los abonos a precio normal?”, se preguntan las militantes de género.
Marcia Solanas, coordinadora virtual de CFL, apunta que lo que se rechaza es el gasto desproporcionado en un contexto de crisis. “Esta visita se subvenciona para que los jóvenes católicos pasen una semana en nuestras escuelas, cuando se están produciendo recortes a la educación pública”, señala la mujer y ofrece otra mirada que ayuda a comprender por qué se oponen a la visita de Benedicto XVI: “Rechazamos su presencia porque representa una institución que es símbolo de posturas patriarcales, homófobas, machistas, encubridoras de asesinatos de la historia reciente y de casos de pedofilia en Irlanda y Estados Unidos”.
Cuando Joseph Ratzinger aterrice hoy al mediodía en el aeropuerto de Barajas encontrará una ciudad completamente blindada. Se espera que el megaoperativo policial despliegue a 10.000 agentes que seguirán el desarrollo de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud, custodiarán al Sumo Pontífice por cielo y tierra y realizarán controles hasta en las alcantarillas. Mientras los organizadores calculan que el costo de las jornadas asciende a 50 millones de euros, quienes se oponen al evento señalan que el gasto duplica esa cifra y culpan al Estado por hacerse cargo del 50 por ciento.
Ciento cincuenta organizaciones adhirieron religiosamente a la movilización, al calor del malhumor social que se incrementa a diario por el ajuste impulsado desde el gobierno de Zapatero. En Puerta del Sol hubo insultos entre seguidores del Papa y quienes se manifestaban en su contra. El desalojo de la plaza arrojó un saldo de seis detenidos y once heridos.
Madrid amaneció ayer bajo un ambiente espeso. Ateos, cristianos de base y militantes de organizaciones de gays, lesbianas y transexuales confluyeron más tarde en la movilización convocada por Europa Laica, que partió a las 19.30 local desde Plaza Tirso de Molina hasta Puerta del Sol. El bastión del movimiento de indignados fue el epicentro de los primeros choques verbales. Los ultracatólicos cortaron el paso de la marcha al grito de “esta plaza es del Papa”. Finalmente, los manifestantes sortearon el bloqueo e ingresaron cantando “Menos sermones y más condones” o “Menos crucifijos y más trabajo fijo”. Los militantes anticatólicos fueron desalojados por la policía, mientras una lluvia de botellas y piedras caía sobre los efectivos.
Desde ayer, y hasta el domingo, decenas de sacerdotes de todo el mundo se instalaron en El Retiro para confesar a aquellas mujeres que hayan abortado y muestren su arrepentimiento. Eso sí, a cambio, una penitencia que va desde rezar un rosario o hacer una donación hasta peregrinar a un santuario Mariano o tener hijos. Un manual de treinta páginas guía en el examen de conciencia a quienes decidan acercarse al parque para asumir sus pecados. El pecador es asistido por voluntarios que lo acompañarán a los 200 confesionarios.
Los organismos que se oponen a la visita de Benedicto XVI señalan que hace nueve meses, durante la visita del Papa a Barcelona, se calculaba que el costo de la JMJ de Madrid ascendería a 25 millones de euros. Sin embargo, los organizadores apuntan que ese monto se elevó a 50 millones de euros. Un comunicado difundido por Europa Laica invitaba a la manifestación “a todos los que están contra esta forma de visitar un país a costa de los impuestos de toda la ciudadanía, como si se tratase de un jefe de Estado”. El documento también rechaza que se permita la injerencia de la Iglesia en los asuntos internos y políticos de España: “(Benedicto XVI) aprovechará para atacar la soberanía del Estado, criticando iniciativas como el aborto, el matrimonio homosexual, la muerte digna, tratando de imponer su moral al conjunto de la ciudadanía”.
Las razones de la protesta, según Antonio Boldo, se encuentran en el uso abusivo del gasto para organizar la visita del Papa y en la intervención de la Iglesia en cuestiones de Estado. “Esto vamos a tener que pagarlo todos los españoles. También nos preocupa la injerencia católica en las decisiones de carácter democrático que toma España, como la interrupción del embarazo, la ley de matrimonio homosexual, el posible proyecto para regular la muerte digna”, enumera el dirigente de Europa Laica en diálogo telefónico con Página/12. Contra la versión oficial, Boldo señala que el gasto de la jornada será de 100 millones de euros, de los cuales 25 millones fueron aprobados en el presupuesto estatal. Mediante sus aportes, las empresas que inviertan en el evento católico podrán obtener beneficios fiscales del 40 al 90 por ciento de la inversión realizada. Cuerpos Feministas Laicos señala que Coca-Cola, Endesa, El Corte Inglés y Mahou son algunas de las empresas que recuperarán el 90 por ciento de lo invertido. El colectivo también le apunta a la JMJ por haber adquirido 600.000 abonos de transporte con rebajas del 80 por ciento para los peregrinos. “El Consorcio de Transportes dice que ingresarán cinco millones de euros (con el arribo de los peregrinos). Pero, ¿cuánto ingresaría si vendiera los abonos a precio normal?”, se preguntan las militantes de género.
Marcia Solanas, coordinadora virtual de CFL, apunta que lo que se rechaza es el gasto desproporcionado en un contexto de crisis. “Esta visita se subvenciona para que los jóvenes católicos pasen una semana en nuestras escuelas, cuando se están produciendo recortes a la educación pública”, señala la mujer y ofrece otra mirada que ayuda a comprender por qué se oponen a la visita de Benedicto XVI: “Rechazamos su presencia porque representa una institución que es símbolo de posturas patriarcales, homófobas, machistas, encubridoras de asesinatos de la historia reciente y de casos de pedofilia en Irlanda y Estados Unidos”.
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