Desde que comenzó el movimiento de los indignados en Wall Street, los grandes bancos y sus empleados han optado por ignorar a los protestantes.
Pero a medida que las protestas han comenzado a expandirse de cientos a miles de personas en al menos dos docenas de ciudades y han conseguido el apoyo de los sindicatos y varias celebridades, el movimiento se ha hecho casi imposible de ignorar.
Un banquero de Wall Street, en declaraciones a Reuters, ha descrito a los protestantes como "un momento de quejicas vagos e incompetentes que no tienen nada que hacer con su tiempo", ha indicado señalando que le preocupa que el movimiento pueda volverse violento: "¿Quién te dice que no van a tirar nada a la ventana de Goldman Sachs?".
Varios empleados de Wall Street, que inicialmente calificaron las protestas como desorganizadas y poco importantes, están empezando a preocuparse de que el moviento puede acabar derivando en políticas como la subida de impuestos a las clases altas del país.
"Creo que esto no va a hacer más que crecer", ha señalado Robert Siegfried, que tiene una cartera de clientes financieros en la firma de relaciones públicas Kekst & Co. "Wall Street es un término que representa la enorme disparidad de los niveles de ingreso y distribución de la riqueza en este país. No se pueden desestimar los fenómenos que están ocurriendo con las protestas".
Pero a medida que las protestas han comenzado a expandirse de cientos a miles de personas en al menos dos docenas de ciudades y han conseguido el apoyo de los sindicatos y varias celebridades, el movimiento se ha hecho casi imposible de ignorar.
Un banquero de Wall Street, en declaraciones a Reuters, ha descrito a los protestantes como "un momento de quejicas vagos e incompetentes que no tienen nada que hacer con su tiempo", ha indicado señalando que le preocupa que el movimiento pueda volverse violento: "¿Quién te dice que no van a tirar nada a la ventana de Goldman Sachs?".
Varios empleados de Wall Street, que inicialmente calificaron las protestas como desorganizadas y poco importantes, están empezando a preocuparse de que el moviento puede acabar derivando en políticas como la subida de impuestos a las clases altas del país.
"Creo que esto no va a hacer más que crecer", ha señalado Robert Siegfried, que tiene una cartera de clientes financieros en la firma de relaciones públicas Kekst & Co. "Wall Street es un término que representa la enorme disparidad de los niveles de ingreso y distribución de la riqueza en este país. No se pueden desestimar los fenómenos que están ocurriendo con las protestas".
El mundo, intrigado
La plaza Tahrir de El Cairo, la Verde de Trípoli, la Puerta del Sol en Madrid, la plaza Syntagma de Atenas y ahora el parque Zuccotti de Nueva York. El malestar popular contra las élites del poder se está extendiendo por el mundo.
Muchos ciudadanos de todo el mundo se sienten intrigados por el movimiento contra la desigualdad financiera, que empezó en un parque de Nueva York y se ha extendido por todo el país desde Tampa, Florida, hasta Portland, Oregón, y desde Los Ángeles a Chicago.
Cientos de activistas se reunieron hace un mes en el parque de Manhattan, a dos manzanas de Wall Street, para expresar su ira por lo que consideran los excesos de los financieros neoyorquinos, a los que culpan de la crisis económica que ha golpeado a innumerables estadounidenses de a pie y tenido consecuencias en toda la economía global.
Las naciones árabes ven ecos de los levantamientos árabes de este año en el movimiento, mientras que españoles e italianos ven paralelismos con los "indignados", y algunos enTeherán y Pekín con ideologías antiestadounidenses han llegado a decir que esto podría llevar al derrumbe de Estados Unidos.
Inspirada por el impulso del movimiento estadounidense, que comenzó pequeño pero ahora forma parte del debate político a nivel nacional, se ha convocado una protesta frente a laBolsa de Londres el 15 de octubre, y ese mismo día se ha convocado a los activistas españoles a la Puerta del Sol en solidaridad.
"Los estadounidenses siguen más y más el camino elegido por el pueblo en el mundo árabe", afirmó la agencia de noticias estudiantil iraní ISNA al oficial de la Guardia Revolucionaria Masud Jazayeri. "El dominante gobierno americano se enfrentará a revueltas similares a las de Túnez y Egipto".
Los diarios chinos combinaron las noticias sobre Occupy Wall Street con editoriales culpando al sistema político estadounidense, y acusando a los medios occidentales de restar importancia a las protestas.
"El futuro de América está en una encrucijada. Suponiendo que no puedan encontrarse medidas efectivas para aliviar el ánimo social y reconstruir la justicia, no es imposible que el movimiento Occupy Wall Street pueda ser la gota que colma el vaso para el colapso de América", indicó un comentario en el Global Times.
"Este movimiento ha desvelado una cicatriz en la sociedad estadounidense, un iceberg de conflictos sociales acumulados ha subido a la superficie", indicó el comentario en el tabloide, propiedad del medio oficial del Partido Comunista, el Diario del Pueblo.
La nueva plaza Tahrir
En El Cairo, Ahmed Maher, fundador y miembro dirigente del movimiento juvenil egipcio 6 de abril que ayudó a derrocar al líder autoritario Hosni Mubarak, dijo estar en contacto con varios grupos organizadores de las manifestaciones contra Wall Street.
"Hace unos días vimos una pancarta en Nueva York que decía 'esta es la plaza Tahrir'", dijo Maher, refiriéndose a la plaza de El Cairo que se convirtió en el epicentro de la revolución egipcia.
"La primavera árabe definitivamente ha inspirado el brote de protestas en EEUU yEuropa", comentó.
Otros señalaron las diferencias entre los manifestantes árabes y los estadounidenses, acusados por un candidato republicano a la presidencia de "antiamericanos" y de estar tan motivados por los celos que quieren "coger el Cadillac de otro".
"Las protestas árabes empezaron con peticiones de reformas pero pronto se convirtieron en demandas para que los Gobiernos se marcharan, o al menos sus líderes", indicó Abdulaziz al Uwaisheg, columnista del diario saudí al Watan. "La protesta estadounidense es contra políticas específicas (...) No ha pedido cambiar el gobierno".
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