Grecia
Kilkís: la crónica de una destrucción medioambiental bien organizada
verba-volant
Tracia, Calcídica, Kilkís: todo el norte de Grecia
una enorme minería de oro al servicio del capitalista griego Bóbolas,
propietario de la empresa Aktor, al servicio de la multinacional El
Dorado Gold, del Capital griego y trasnacional. Este es el plan de las
élites económicas y políticas griegas y extranjeras, las cuales pasan
del todo de los habitantes locales y de su oposición a la destrucción
medioambiental de sus tierras. A las sociedades locales les van a
obsequiar con una tierra devastada, llena de residuos tóxicos, en la cual será imposible la supervivencia de cualquier animal o planta.
Todo esto se está realizando en el nombre de una política que el lenguaje del Poder llama desarrollista, la cual, aún cuando en términos estrictamente económicos, no va a reportar ningún beneficio a la economía local. En cambio, las empresas multinacionales y sus títeres griegos, a los que se les va a adjudicar la extracción y explotación de las minerías con unos contratos de carácter colonial, van a tener unos beneficios económicos enormes.
Por su parte, los habitantes de estas regiones están dando una lucha crucial contra la destrucción de sus tierras, valiéndose de todos los recursos y medios de contraviolencia contra la violencia del Poder y del Capital, una lucha por tierra y libertad. Esta lucha, así como la lucha de la sociedad local de Calcídica, necesita nuestro apoyo y nuestra solidaridad. Pedimos a los medios de (contra)información independientes difundir las noticias relativas con ella.
El 30 de agosto se realizó en la capital de la prefectura de Kilkís, en el norte de Grecia, una de las manifestaciones más masivas en la historia de la ciudad, en contra de la instalación de una minería en Krussia y en el monte Paiko por la empresa Aktor (fotos y vídeo). Después de la manifestación se realizó una marcha por las calles de la ciudad (vídeo). Las siguientes movilizaciones serán el 8 de septiembre, en el marco de la celebración de la Feria Internacional de Tesalónica, y el 9 de septiembre, en una marcha al monte Kákavos, en Calcídica.
A continuación publicamos una crónica de la planificada destrucción medioambiental de una gran parte de la provincia, con la pretendida instalación de unas minas de oro y cobre.
Desde finales de 2011, Kilkís es una una región más en el norte de Grecia, después de las regiones de Tracia y Calcídica, que se ha puesto en el punto de mira de los buscadores de oro. Según ellos, el ecosistema de la región tiene que sacrificarse en aras del beneficio, digan lo que digan los habitantes de la región, opinen lo que opinen los científicos que no están vendidos al Capital y que se oponen a sus planes de convertir el norte de Grecia en un área desértica y contaminada.
La historia comenzó el 13 de julio de 2011, cuando el Ministerio de Medio Ambiente envió una carta a la autoridad regional de Kilkís, pidiéndole su opinión sobre la concesión al Capital trasnacional de dos comarcas para la creación de dos minas: la primera en la comarca de Krussia (de una superficie de más de 9.000 hectáreas, con 12 pueblos habitados en ella) y la segunda en el monte Páiko (de una superficie de unas 8.400 hectáreas).
Inicialmente, en octubre de 2011, con el objetivo de crear una ilusión falsa de un proceso trasparente, sin ninguna información o aviso previos, el Ministerio publicó un texto solamente en Internet, en base al cual se realizaría una supuesta deliberación abierta con los habitantes y las partes interesadas de la provincia, sobre el tema de minas. No informó ni siquiera a los representantes de los dos municipios de la provincia.
Aparte de la completa ignorancia de los habitantes de la provincia sobre el tema, cabe destacar que el Ministerio de Medio Ambiente optó por una deliberación vía Internet, si (porque) la mayor parte de los habitantes de los doce pueblos que se encuentran dentro del área planificada a convertirse en zona minera son mayores de edad, teniendo un conocimiento inexistente de uso de ordenador y de navegación por Internet.
La “deliberación” duró alrededor de 30 días y se completó con menos de 20 opiniones expresadas… Muchas de estas opiniones fueron de personas que viven fuera de la provincia y de geólogos que están involucrados en el asunto de la minería, o sea que tienen intereses económicos en este asunto.
El 4 de enero de 2012, el Ministerio de Medio Ambiente anunció la realización de una licitación para la concesión del derecho de la investigación y la explotación de un área minera pública en Krussia y para la instalación de una minería de oro y cobre en ella. El área incluye la cuenca hidrográfica del río Galikós, de la cual se abastecen de agua la ciudad de Kilkís, muchos pueblos y una parte del municipio de Delta en Tesalónica. Este hecho no ha preocupado en absoluto al gobierno. La contaminación del agua potable de una cuenca hidrográfica entera es un mero detalle frente a los beneficios que van a tener los capitalistas, los contratistas, los políticos y los demás parásitos y depredadores.
Apenas fue anunciado el concurso público (licitación), enseguida se creó un grupo de información de los ciudadanos sobre las consecuencias de la creación de las minerías de oro, y pronto se formó un amplio movimiento de oposición a ellas. Se han recogido más de 5.000 firmas de oposición, y 58 asociaciones locales han expresado su oposición abierta y públicamente.
Bajo la presión de la sociedad local, el 6 de febrero de 2012, después de los reiterados llamamientos de la autoridad local, un equipo del Ministerio de Medio Ambiente se va a Kilkís con el fin de “informar” y convencer a la gente de las “ventajas” de la instalación de las minas de cobre y oro en la provincia, ¡así como del desplazamiento de los habitantes de la zona minera a otra comarca de la provincia y de su instalación en unas “viviendas nuevas”! (nos preguntamos por qué tienen que desplazarse los habitantes de la comarca de sus hogares…)
Sin embargo, la gente ya había estudiado los datos concernientes al impacto medioambiental de la minería y había recolectado suficiente información sobre el “desarrollo de las minas de oro” en otros países del mundo (en la región Ki en Canadá, en la tierra de los saamis, en Suecia, en Argentina, en Turquía, en Bulgaria y en otros lugares). A pesar de los fuertes desacuerdos que se expresaron en la reunión convocada por las autoridades, el Ministerio aseguró que si la comunidad local (a través de sus representantes electos) se oponía a la instalación de las minas, el proceso se detendría y la licitación sería cancelada.
El 16 de febrero de 2012, el Ministerio de Medio Ambiente llama a los representantes locales a una reunión con los miembros del Comité Permanente de Producción y Comercio del Parlamento, en la cual iban a presentarse y debatirse todas las opiniones (¿muchos comités, verdad?). Sin embargo, cuando se hace evidente que el consejo municipal (por unanimidad) y la comunidad local están en contra de la instalación de las minas, el aquel entonces viceministro de Medio Ambiente Maniatis acusa a todos de sufrir …”síndromes fóbicos”…
Cuando se le preguntó acerca de la ausencia completa de información y deliberación con la comunidad local, él contesta que esta era debida a la falta de personal y dinero. Su promesa de que la información continuaría (en los comités parlamentarios, en los que ninguna asociación y ningún habitante de la región pueden participar) quedó vacía y los procesos de la licitación continuaron normalmente hasta que en el 14 de marzo se reciben las ofertas de las empresas Aktor SA y Elmin SA. Sin embargo, se convocan las elecciones generales, por lo que no será elegido ningún contratista hasta el 14 de mayo, como estaba previsto en la declaración de la licitación.
Una vez electo el nuevo gobierno, las autoridades locales de Kilkís llevan un mes intentando arreglar un encuentro con el ministro de Medio Ambiente, para presentarle sus posiciones, las firmas de 70 asociaciones locales en oposición a la minería, así como una epístola de tres diputados de la prefectura. Serán admitidos el 23 de julio por el viceministro de Medio Ambiente Papageorgiu.
En esta reunión los representantes le transmiten al ministro la oposición total de los habitantes de la prefectura a la instalación de una minería en Krussia y hacen hincapié en los puntos principales de su pensamiento: desastre ambiental, contaminación del aire y los acuíferos, disminución de la superficie forestal y agrícola, sequía (a causa de las enormes cantidades de agua que requieren tales extracciones), desertificación, eliminación de la infraestructura productiva existente, reacción de toda la comunidad local.
Dejan claro que los rumores que hay entre los paisanos sobre la existencia de uranio están cotejados y documentados con estudios e investigaciones que se pueden leer en la bibliografía mundial. Papageorgiou se compromete a contestar durante los próximos días, después de estudiar los datos que recibió por parte de los representantes de las asociaciones.
La respuesta llega a través de la página web “Diavgia” el 2 de agosto: el 31 de julio fue firmada por unanimidad por el comité relativo la adjudicación de la licitación a la empresa Aktor, sin ninguna información hasta hoy por parte del Ministerio de Medio Ambiente ni a las asociaciones ni a ninguna otra autoridad competente de Kilkís. Notamos que esta empresa está asociada con la multinacional El Dorado Gold, la cual pretende instalar una minería de oro en Calcídica. ¡Los habitantes se dieron cuenta de la adjudicación cuando el 9 de agosto apareció en la ciudad de Kilkís una furgoneta con los distintivos de la empresa Aktor! Así que han surgido unas preguntas que requieren una respuesta urgente:
♦ ¿Por qué se calla de la existencia de uranio? ¿Qué es lo que se pretende hacer allí?
♦ ¿De cuántas sustancias tóxicas va a «proteger» a los habitantes el estudio de impactos medioambientales de la empresa?
♦ ¿Conocen las autoridades que la exposición humana al uranio (en combinación con la exposición a otras sustancias tóxicas de la extracción de oro) provoca a los mineros y la población local malformaciones genéticas, trastornos psicológicos y diez tipos diferentes de cáncer?
Seguro que la jefatura del Ministerio conoce (ya que el 23 de julio se lo dijo a los representantes de las asociaciones de la prefectura) que, según el artículo 143 del Código de Minas (Ley 210/1973), la extracción y explotación del uranio y otros materiales estratégicos puede ser realizada sólo por el Estado y no por un particular. El Estado, sin embargo permanece callado, “ignora”, decide, ordena y firma…
La lucha contra los planes destructivos del Capital continúa.
Fuentes: http://antigoldgreece.wordpress.com/ (1, 2)
Todo esto se está realizando en el nombre de una política que el lenguaje del Poder llama desarrollista, la cual, aún cuando en términos estrictamente económicos, no va a reportar ningún beneficio a la economía local. En cambio, las empresas multinacionales y sus títeres griegos, a los que se les va a adjudicar la extracción y explotación de las minerías con unos contratos de carácter colonial, van a tener unos beneficios económicos enormes.
Por su parte, los habitantes de estas regiones están dando una lucha crucial contra la destrucción de sus tierras, valiéndose de todos los recursos y medios de contraviolencia contra la violencia del Poder y del Capital, una lucha por tierra y libertad. Esta lucha, así como la lucha de la sociedad local de Calcídica, necesita nuestro apoyo y nuestra solidaridad. Pedimos a los medios de (contra)información independientes difundir las noticias relativas con ella.
El 30 de agosto se realizó en la capital de la prefectura de Kilkís, en el norte de Grecia, una de las manifestaciones más masivas en la historia de la ciudad, en contra de la instalación de una minería en Krussia y en el monte Paiko por la empresa Aktor (fotos y vídeo). Después de la manifestación se realizó una marcha por las calles de la ciudad (vídeo). Las siguientes movilizaciones serán el 8 de septiembre, en el marco de la celebración de la Feria Internacional de Tesalónica, y el 9 de septiembre, en una marcha al monte Kákavos, en Calcídica.
A continuación publicamos una crónica de la planificada destrucción medioambiental de una gran parte de la provincia, con la pretendida instalación de unas minas de oro y cobre.
Desde finales de 2011, Kilkís es una una región más en el norte de Grecia, después de las regiones de Tracia y Calcídica, que se ha puesto en el punto de mira de los buscadores de oro. Según ellos, el ecosistema de la región tiene que sacrificarse en aras del beneficio, digan lo que digan los habitantes de la región, opinen lo que opinen los científicos que no están vendidos al Capital y que se oponen a sus planes de convertir el norte de Grecia en un área desértica y contaminada.
La historia comenzó el 13 de julio de 2011, cuando el Ministerio de Medio Ambiente envió una carta a la autoridad regional de Kilkís, pidiéndole su opinión sobre la concesión al Capital trasnacional de dos comarcas para la creación de dos minas: la primera en la comarca de Krussia (de una superficie de más de 9.000 hectáreas, con 12 pueblos habitados en ella) y la segunda en el monte Páiko (de una superficie de unas 8.400 hectáreas).
Inicialmente, en octubre de 2011, con el objetivo de crear una ilusión falsa de un proceso trasparente, sin ninguna información o aviso previos, el Ministerio publicó un texto solamente en Internet, en base al cual se realizaría una supuesta deliberación abierta con los habitantes y las partes interesadas de la provincia, sobre el tema de minas. No informó ni siquiera a los representantes de los dos municipios de la provincia.
Aparte de la completa ignorancia de los habitantes de la provincia sobre el tema, cabe destacar que el Ministerio de Medio Ambiente optó por una deliberación vía Internet, si (porque) la mayor parte de los habitantes de los doce pueblos que se encuentran dentro del área planificada a convertirse en zona minera son mayores de edad, teniendo un conocimiento inexistente de uso de ordenador y de navegación por Internet.
La “deliberación” duró alrededor de 30 días y se completó con menos de 20 opiniones expresadas… Muchas de estas opiniones fueron de personas que viven fuera de la provincia y de geólogos que están involucrados en el asunto de la minería, o sea que tienen intereses económicos en este asunto.
El 4 de enero de 2012, el Ministerio de Medio Ambiente anunció la realización de una licitación para la concesión del derecho de la investigación y la explotación de un área minera pública en Krussia y para la instalación de una minería de oro y cobre en ella. El área incluye la cuenca hidrográfica del río Galikós, de la cual se abastecen de agua la ciudad de Kilkís, muchos pueblos y una parte del municipio de Delta en Tesalónica. Este hecho no ha preocupado en absoluto al gobierno. La contaminación del agua potable de una cuenca hidrográfica entera es un mero detalle frente a los beneficios que van a tener los capitalistas, los contratistas, los políticos y los demás parásitos y depredadores.
Apenas fue anunciado el concurso público (licitación), enseguida se creó un grupo de información de los ciudadanos sobre las consecuencias de la creación de las minerías de oro, y pronto se formó un amplio movimiento de oposición a ellas. Se han recogido más de 5.000 firmas de oposición, y 58 asociaciones locales han expresado su oposición abierta y públicamente.
Bajo la presión de la sociedad local, el 6 de febrero de 2012, después de los reiterados llamamientos de la autoridad local, un equipo del Ministerio de Medio Ambiente se va a Kilkís con el fin de “informar” y convencer a la gente de las “ventajas” de la instalación de las minas de cobre y oro en la provincia, ¡así como del desplazamiento de los habitantes de la zona minera a otra comarca de la provincia y de su instalación en unas “viviendas nuevas”! (nos preguntamos por qué tienen que desplazarse los habitantes de la comarca de sus hogares…)
Sin embargo, la gente ya había estudiado los datos concernientes al impacto medioambiental de la minería y había recolectado suficiente información sobre el “desarrollo de las minas de oro” en otros países del mundo (en la región Ki en Canadá, en la tierra de los saamis, en Suecia, en Argentina, en Turquía, en Bulgaria y en otros lugares). A pesar de los fuertes desacuerdos que se expresaron en la reunión convocada por las autoridades, el Ministerio aseguró que si la comunidad local (a través de sus representantes electos) se oponía a la instalación de las minas, el proceso se detendría y la licitación sería cancelada.
El 16 de febrero de 2012, el Ministerio de Medio Ambiente llama a los representantes locales a una reunión con los miembros del Comité Permanente de Producción y Comercio del Parlamento, en la cual iban a presentarse y debatirse todas las opiniones (¿muchos comités, verdad?). Sin embargo, cuando se hace evidente que el consejo municipal (por unanimidad) y la comunidad local están en contra de la instalación de las minas, el aquel entonces viceministro de Medio Ambiente Maniatis acusa a todos de sufrir …”síndromes fóbicos”…
Cuando se le preguntó acerca de la ausencia completa de información y deliberación con la comunidad local, él contesta que esta era debida a la falta de personal y dinero. Su promesa de que la información continuaría (en los comités parlamentarios, en los que ninguna asociación y ningún habitante de la región pueden participar) quedó vacía y los procesos de la licitación continuaron normalmente hasta que en el 14 de marzo se reciben las ofertas de las empresas Aktor SA y Elmin SA. Sin embargo, se convocan las elecciones generales, por lo que no será elegido ningún contratista hasta el 14 de mayo, como estaba previsto en la declaración de la licitación.
Una vez electo el nuevo gobierno, las autoridades locales de Kilkís llevan un mes intentando arreglar un encuentro con el ministro de Medio Ambiente, para presentarle sus posiciones, las firmas de 70 asociaciones locales en oposición a la minería, así como una epístola de tres diputados de la prefectura. Serán admitidos el 23 de julio por el viceministro de Medio Ambiente Papageorgiu.
En esta reunión los representantes le transmiten al ministro la oposición total de los habitantes de la prefectura a la instalación de una minería en Krussia y hacen hincapié en los puntos principales de su pensamiento: desastre ambiental, contaminación del aire y los acuíferos, disminución de la superficie forestal y agrícola, sequía (a causa de las enormes cantidades de agua que requieren tales extracciones), desertificación, eliminación de la infraestructura productiva existente, reacción de toda la comunidad local.
Dejan claro que los rumores que hay entre los paisanos sobre la existencia de uranio están cotejados y documentados con estudios e investigaciones que se pueden leer en la bibliografía mundial. Papageorgiou se compromete a contestar durante los próximos días, después de estudiar los datos que recibió por parte de los representantes de las asociaciones.
La respuesta llega a través de la página web “Diavgia” el 2 de agosto: el 31 de julio fue firmada por unanimidad por el comité relativo la adjudicación de la licitación a la empresa Aktor, sin ninguna información hasta hoy por parte del Ministerio de Medio Ambiente ni a las asociaciones ni a ninguna otra autoridad competente de Kilkís. Notamos que esta empresa está asociada con la multinacional El Dorado Gold, la cual pretende instalar una minería de oro en Calcídica. ¡Los habitantes se dieron cuenta de la adjudicación cuando el 9 de agosto apareció en la ciudad de Kilkís una furgoneta con los distintivos de la empresa Aktor! Así que han surgido unas preguntas que requieren una respuesta urgente:
♦ ¿Por qué se calla de la existencia de uranio? ¿Qué es lo que se pretende hacer allí?
♦ ¿De cuántas sustancias tóxicas va a «proteger» a los habitantes el estudio de impactos medioambientales de la empresa?
♦ ¿Conocen las autoridades que la exposición humana al uranio (en combinación con la exposición a otras sustancias tóxicas de la extracción de oro) provoca a los mineros y la población local malformaciones genéticas, trastornos psicológicos y diez tipos diferentes de cáncer?
Seguro que la jefatura del Ministerio conoce (ya que el 23 de julio se lo dijo a los representantes de las asociaciones de la prefectura) que, según el artículo 143 del Código de Minas (Ley 210/1973), la extracción y explotación del uranio y otros materiales estratégicos puede ser realizada sólo por el Estado y no por un particular. El Estado, sin embargo permanece callado, “ignora”, decide, ordena y firma…
La lucha contra los planes destructivos del Capital continúa.
Fuentes: http://antigoldgreece.wordpress.com/ (1, 2)
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