El régimen, las FARC y los yanquis
No es la primera vez que se dan o que se inician “diálogos” de paz, entre una parte de colombianos disidentes u opuestos al régimen genocida colombiano. Pues la historia nos cuenta y da cuenta de un sin numero de veces en los cuales se ha intentado conciliar y reconciliar a todos los colombianos y colombianas para lograrse una vivencia en paz, compartiéndose las riquezas, distribuyéndose las ganancias, sin acaparamiento del poder y un progreso para todos sin exclusión.
Pero todo esto ha
sido un mero sueño, ya que la realidad de hoy en día, nos muestra un país
desbaratado, con una corrupción a todo vapor, una desigualdad cabalgante y casi
imparable, narcotráfico pujante, narcoparapoliticos en el poder y libres de toda
culpa, una criminalidad campante, unas fuerzas armadas con acciones peores que
las de un ejército de ocupación, niños y mas niños muriéndose de física hambre o
por falta de atención medica o abandonados a su suerte a causa de la pobreza
extrema de las mayorías, mas de doce millones de ciudadanos desplazados y
desterrados adentro y fuera del país, movimientos insurgentes obligados a
armarse, escuadrones de la muerte al servicio del puñado de ricos dueños del
régimen-disque democrático- y paremos de contar por que la lista es larga. Es
decir a falta de verdaderos diálogos vivimos una horrible pesadilla.
Y todo lo anterior
es producto de esa falta de dialogo real y sincero por parte de la clase
dominante que después de mas de ciento noventa años, se apoltrono en el poder y
que a base de mentiras, manipulaciones y guerras se ha mantenido ahí, estática,
solo viendo como su poder y fortuna se acrecientan con la ayuda y el aval de la
potencia militar mas grande del planeta, los Estados Unidos y quienes también se
han beneficiado de nuestras riquezas y de nuestra debilidad en
tanto que pueblo, en tanto que nación.
El régimen
colombiano no sabe dialogar, este régimen sabe imponer; este régimen no desea
distribuir las riquezas, sabe como acapararlas; este régimen no quiere compartir
el poder, lo tiene amarrado, encadenado a sus intereses; a este régimen no le
conviene la paz, vive de la guerra y reina dividiendo a las mayorías; este
régimen jamás ha hablado con la verdad, le encanta mentir y sabe muy bien
manipular; este régimen aborrece la justicia, le teme por que si
existiese de veras, estarían ellos tras las rejas; este régimen no acepta una
soberanía total, le huye, sino quien los defendería y dotaría de armas; este
régimen genocida no ama a su pueblo, lo asesina impunemente por un si o por un
no.
Los “diálogos” que
comienzan y -comienzan mal-, entre el régimen genocida colombiano y las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo-, han sido anunciados
con bombos y platillos por propios y extraños, pero desafortunadamente se dan
dentro de un contexto de guerra sucia; el régimen sigue bombardeando y
asesinando civiles, negándose a decretar una tregua, como lo han sugerido los
miembros de las FARC y encarcelando periodistas y lideres populares acusados de
pertenecer al movimiento insurgente sin pruebas y con montajes dignos de una
justicia parcializada y vengativa. Se sigue persiguiendo a los movimientos de
izquierda y se prevé su aniquilamiento como paso con la Unión Patriótica. El
régimen le teme a la batalla de ideas.
En los supuestos
diálogos, el régimen ha nombrado a personajes tatuados en la frente con sangre
de inocentes compatriotas asesinados cobardemente, mientras la cobarde prensa
afín al tirano régimen, continua con su campana de desprestigio del movimiento
revolucionario en armas y promueve por todo lo ancho y largo de la geografía
nacional, un alzamiento “popular” contra las FARC, acusándolas de continuar con
la retención de delincuentes de cuello blanco, narcoparapoliticos y militares, a
lo que esta prensa llama secuestrados y repiten la propaganda del régimen de que
las FARC son narcotraficantes y reclutadores forzosos de menores y, en compañía
de ONGs de corte fascista y grupúsculos mafiosos, convocan a supuestas victimas
de la guerrilla, algo que no realizaron en contra de los escuadrones de la
muerte años atrás y causantes de mas de doscientos mil asesinatos y millones de
hectáreas de tierras robadas. Mentiras bastante nocivas para el logro de
acercamientos y posibles acuerdos entre las dos partes.
Por su parte las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia siguen apostándole a la Paz con
Justicia Social, continuando en su lucha armada y esperanzadas en que esta vez
el gobierno de turno, no mienta ni manipule como es su costumbre y como lo ha
hecho en todos los “diálogos” que se han entablado con grupos o movimientos
disidentes desde hace mas de un siglo y medio. Según su máximo jefe el
comandante Timoleón Jiménez, la guerrillada (mujeres y hombres que componen el
movimiento revolucionario) esta unida tanto en la guerra como en los diálogos
que sus lideres comenzaran en Oslo, Noruega y proseguirán en la Habana, Cuba.
Las FARC lo han dicho y los repiten, sus reivindicaciones no son a titulo
personal ni de grupo, algo que el régimen no esta presto a escuchar.
Para terminar, yo
no creo tampoco en la sinceridad del imperio estadounidense, quien es el
verdadero piloto a distancia de este encuentro entre el regimen y la guerrilla.
Los motivos o las razones sospecho yo, que se deben principalmente a la crisis
de la dictadura capitalista y al deterioro de la maquinaria militar puesta en
acción hace diez años, para aniquilar a la insurgencia sin los resultaos
esperados. Llamar a la insurgencia a “dialogar”, mientras se reestructura la
maquinaria militar, mientras se hecha mano de toda la inteligencia técnica y
humana para localizar a todo el secretariado de las FARC y principales jefes,
para su posterior liquidación, y apaciguar el creciente descontento popular
hablándole de paz, aunque sin pan ni trabajo, seria una posible estrategia de
los yanquis y el régimen para sortear una crisis que golpea a todos los
regimenes del sistema dictatorial capitalista. Esto es lo que se llama ganar
tiempo.
Los yanquis no dan
puntada sin dedal y seria ingenuo pensar, que ellos estarían dispuestos a sacar
del país sus mas de cinco mil soldados, asesores técnicos, agentes secretos y/o
espías y a abandonar sus siete bases militares que ya son nueve y mañana quince
o veinte, por que no? Pues dejar socializarse a los países
suramericanos, eso jamás! O dejar a su suerte a esa lumpen –oligarquía, que
tanto le ha servido por décadas y que no ha pestañado en aprobarle y ayudarle en
sus aventuras criminalo-militares en todas partes el mundo.
Imposible
La historia nos
enseña que el imperio yanqui y el régimen colombiano no saben dialogar, ellos
saben muy bien imponer….
(*) Sergio Camargo es
periodista y escritor colombiano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario