Los océanos están en peligro
Mapocho Press
El mar no es infinito ni
inagotable, y la vida que alberga está disminuyendo a un ritmo alarmante,
mientras el aumento global de la temperatura abrió un paso en el hielo ártico
que unió el Pacífico con el Atlántico, generando el movimiento trans-oceánico
más grande de especies marinas ocurrido en dos a tres millones de años.
Un estudio de febrero de 2012 de 14 ecosistemas protegidos y 18 desprotegidos
en el Mar Mediterráneo demostró que se están agotando rápidamente sus recursos.
Un estudio científico de tres años encontró que áreas marinas que cumplen con
las vedas y normas sobre reserva de población de peces tienen cinco a diez veces
más vida marina que los lugares desprotegidos.
"Pensábamos que el mar era infinito e inagotable. No lo es, y estamos
adquiriendo una nueva visión del probable desierto a futuro más grande de la
tierra", escribió Julia Whitty, de Onearth.org. El aumento total de la
temperatura del océano condujo recientemente al movimiento más grande de
especies marinas producido en dos a tres millones de años, según estudios
citados el 26 de junio 2011 por Richard Gray (1), corresponsal científico del
diario The Telegraph, del Reino Unido.
El incremento de las temperaturas oceánicas durante los veranos más recientes
derritió tanto hielo que abrió un paso del Océano Pacífico al Atlántico Norte,
permitiendo que el plancton, peces y hasta ballenas ingresaran a territorio
desconocido. El descubrimiento generó el temor de que las delicadas redes
alimentarias marinas puedan resultar desequilibradas y conducir a la extinción
de algunas especies, como resultado de la terrible competencia alimentaria entre
seres vivos nativos e invasores que luchan por sobrevivir.
Científicos que han estado colaborando en el proyecto Cambio Climático e
Investigación de Ecosistemas Marinos Europeos encontraron que un plancton
llamado Neodenticula seminae, está viajando por el Atlántico a través de
un paso abierto varias veces en la década pasada que conecta con el Océano.
Especies más grandes, como la ballena gris, también emigran a través de la
abertura recientemente formada, e incluso han sido vistas e incluso
fotografiadas en el Mediterráneo.
El profesor Chris Reid, del Laboratorio Marino Plymouth, de la Fundación de
Ciencias Oceánicas Sir Alister Ardi, dijo: “Parece que por primera vez, en
probablemente miles de años, una enorme área del agua de mar se abrió entre
Alaska y el oeste de Groenlandia, permitiendo una transferencia enorme de agua y
de especies entre los dos océanos”.
Fragilidad de los océanos
Julia Whitty, de Onearth.org, escribió el 27-2-2012 (2) sobre el fin del mito
de los océanos inagotables e infinitos. “El océano es el hogar de la vida con
agregaciones escalonadas de multi-especies y un linaje de tres mil millones de
años, más viejo que cualquier cosa sobre nivel del mar. Su reino tridimensional
comprende el 99 por ciento de todo el espacio habitable y está integrado a gran
parte de la vida. Sólo una onza de agua de mar es el hogar de millones de
microorganismos”, pero la ‘civilización tecnológica’ -y el capitalismo
depredador y descontrolado- está destruyendo la vida entera en los océanos.
Entre otras señales de desolación y muerte, se citan los derrames petroleros,
la captura masiva e indiscriminada de peces por grandes corporaciones –que se
adueñaron de los mares y controlan la pesca de arrastre– y la muerte de
innumerables cetáceos y aves marinas por ingerir basura plástica mortal,
abundante en ambos océanos. Whitty hizo notar que desaparecen en silencio las
conchas marinas, los cangrejos de herradura, las tortugas de mar y sus huevos,
los huevos de tiburón y rayas, cunde la ruina en los corales perdidos, las
playas disminuyen y las anguilas, que tras emigrar miles de km del océano al
río, y viceversa, parecen haberse evaporado de la faz de la tierra.
La ciencia comenzó a descubrir recientemente la fragilidad de los mares, pero
quizás sea un poco tarde para aprender a apreciar la vulnerabilidad asombrosa
del océano, sugirió la autora. “Los mares no son infinitos ni inagotables. Son
el depósito de todos nuestros agentes contaminadores, que le llegan río abajo, y
forma parte de un sistema dinámico, intenso e interactivo con la tierra y la
atmósfera que atañe a todos los seres vivientes. (…) Solamente en la última
década la ciencia descubre que el océano es frágil de la manera en que las cosas
realmente enormes son vulnerables, con una resistencia vacilante, a punto del
hundimiento. Por lo demás, nuestro comportamiento está muy retrasado, lejos y
detrás de nuestra comprensión, mientras el océano aguarda nuestra acción”.
“El océano es un reino profundo, oscuro, distante y complejo que cubre 70,8
por ciento de la superficie de la tierra. Tenemos mejores mapas de la superficie
de Marte que de nuestro propio fondo marino. Incluso debajo de nuestra piel,
somos un océano de plasma, tan entrelazado con los mares externos que no podemos
saber fácilmente sobre nosotros mismos o nuestro mundo de agua”, escribió
Whitty.
“Una de cada siete personas de la tierra depende de alimentos del mar como
fuente de proteína primaria. Sin embargo, una de las evaluaciones más optimistas
calcula que las industrias pesqueras de todo el mundo han agotado hasta un
tercio del recurso, más un 7 a 13 por ciento colapsado, que quizás tampoco pueda
recuperarse. Estas declinaciones ocurren mientras vivimos: el atún de aleta
azul, que alguna vez fue barato, llegó a precios desorbitados; especies que una
vez fueron despreciadas por el mercado se convirtieron en favoritas cuando
comenzaron a desaparecer”.
*) Ernesto Carmona, periodista y escritor chileno.
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