viernes, 5 de octubre de 2012

La pregunta de los cinco billones de dólares
Asia Times Online
El presidente de EE.UU. (POTUS, por su acrónimo en inglés), Barack Obama, ha tenido que dirigir un país –e intentar mantenerse al día con el mundo– durante las últimas semanas, mientras el candidato republicano a presidente, Mitt Romney, solo ha tenido que ocuparse de su opinión del 47% mientras se preparaba, se repreparaba y se megrapreparaba para el debate del miércoles en Denver, o el duelo en Colorado, que representa el éxito o el fracaso de esta contienda.

Himalayas, Hindu Kushes, Karakorams y Pamirs de sesgo se han cruzado y vuelto a cruzar mientras siguen apareciendo por ahí atribuciones de victoria en el debate del tipo de la “re-carga de Romney”. Nada de esto importa; lo que importa es lo que motiva a los votantes independientes e indecisos en EE.UU., especialmente en Ohio y Florida. Los críticos teatrales por su parte podrán inclinarse por la meditación sobre cómo Mitt parecía un alma que lleva el diablo en un taller del Actor's Studio en su intento de encarnar a un político muy motivado.
Y luego está el asuntillo de un plan tributario.
En su afán de arrojar todo tipo de puntos de conversación memorizados prácticamente en todas las intervenciones, como si tuviera una cita con el destino (en realidad la tenía), Mitt 47% parece haber olvidado que durante meses ha estado realizando una campaña en la cual uno de los puntales principales es la reducción de impuestos para todos en EE.UU. en un 20%. Todo análisis digno independiente en EE.UU. ha concluido que eso significará un déficit en los ingresos de 5 billones [millones de millones] de dólares durante 10 años.
Y esto es lo que Mitt tuvo que decir cuando fue confrontado por POTUS:
No tengo una reducción de impuestos por 5 billones de dólares. No tengo una reducción de impuestos de la escala de la que usted habla. Pienso que deberíamos asegurar un alivio tributario a la gente de clase media. Pero no reduciré la parte de impuestos pagados por la gente de altos ingresos. No pretendo reducir impuestos masivos y reducir los ingresos que llegan al gobierno. Mi principio más importante es que no habrá reducciones de impuestos que aumenten el déficit. Quiero subrayar que ninguna reducción de impuestos aumentará el déficit.
Si creyésemos su palabra –y es una estirada desconocida en los anales del yoga– Mitt 47% dijo en realidad que creará millones de puestos de trabajo sin aumentar el déficit y sin aumentar los impuestos a la maltratada clase media de EE.UU.; su receta mágica será cerrar todos los vacíos legales y todas las deducciones para contribuyentes estadounidenses de altos ingresos.
Ahora preguntad al no partidista Tax Policy Center; incluso si Mitt hiciera realmente eso, lo que no hará porque es el candidato del 1% –incluso si fuera del 3%– el resultado final es absolutamente inalcanzable [1]. La única manera de que Mitt no aumente el déficit sería aplicar lo que dice que no hará: más impuestos a la clase media.
Ya que todavía se niega a suministrar ningún detalle –o “detalles específicos” de su plan tributario, Mitt, en el duelo en Colorado, hizo lo que hace mejor; se puso patas arriba sobre su propio plan tributario. Dijo: “Si se me pidiera que apoyara el plan tributario que él [POTUS] describió, yo diría absolutamente que no”.
Por lo tanto le tocó a CNN verificar algunos hechos sobre todo esto. Mitt dijo que los recortes en vacíos legales y deducciones cubrirían los 5 billones que propone en recortes tributarios. Por lo tanto, si se acepta la palabra de Romney al respecto –según CNN– tiene razón. Hecho comprobado.
Supongamos que Sun Tzu estuviera contemplando este debate en un círculo dantesco de eminencias grises, sorbiendo vino de arroz y e intercambiando comentarios divertidos con su par Maquiavelo. Podría decir que POTUS lo hizo bien. POTUS manifestó el entusiasmo de alguien que enfrenta la guillotina. ¿Por qué no presionó a Mitt? ¿Por qué ni siquiera mencionó el 47%? ¿Por qué no contradijo esas cifras de Mitt que no tienen sentido?
Es porque esto podría formar parte de una larga estrategia de darle suficiente cuerda a Romney. Conceder una batalla para ganar la guerra. Solo habrá que esperar y ver cuando esos votantes indecisos de clase media en los Estados ambivalentes, especialmente Ohio y Florida, comprueben los hechos en el juego de 5 billones de dólares de Mitt y se den cuenta de que va a hacer lo que jura que no hará. Para entonces tendrá suficiente cuerda para realizar su propia desaparición.
Nota
1. Vea aquí .
Pepe Escobar es autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) y de Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge. Su libro más reciente es Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009). Contacto: pepeasia@yahoo.com

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