Pakistán
Tráfico de pangolines atenta contra biodiversidad
IPS
Los conservacionistas ven la
devastación de los pangolines de Pakistán como una señal de la crueldad que
signa el lucrar con la rica biodiversidad del país.
Tariq Mahmood, profesor adjunto de la Universidad de Agricultura Árida de
Rawalpindi, dijo a IPS que, si no se erradica el comercio ilegal de pangolines,
una especie de mamíferos de la familia Manidae que son preciados por sus escamas
y su carne, es posible que estos animales se extingan en las próximas décadas.
Entre diciembre de 2011 y marzo de 2012, el equipo de investigadores de Mahmood recuperó 50 carcasas de pangolines solo en el distrito de Potohar, en la provincia de Punjab.
El comercio de variedades de pangolín asiático está prohibido por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites), pero como cada animal se vende a unos 125 dólares, los cazadores furtivos que abastecen a mercados de China y el sudeste asiático están listos para asumir el riesgo.
En China, principal mercado para los pangolines, la carne de estos animales se considera un manjar, mientras que las escamas, la sangre y otras partes se usan como ingredientes para la elaboración de medicinas tradicionales.
"La población de Pakistán conoce a los pangolines solo como animales inofensivos, y no sabe que también salvan cultivos y plantas de las pestes", dijo Ejaz Ahmad, del capítulo pakistaní del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
"Con su agudo sentido del olfato, pueden detectar termitas y hormigas a cientos de metros de distancia", explicó.
Rhishja Cota-Larson, del Proyecto Pangolín (PP), dijo a IPS que "son controladores naturales de pestes".
"Se estima que un pangolín puede consumir 70 millones de insectos por año", agregó.
"Si los pangolines desaparecen, se necesitará aumentar el uso de pesticidas a fin de controlar a la población de insectos. Y esto, a su vez, tendrá efectos adversos sobre el ambiente y sobre las personas", señaló.
"Sabemos que en Pakistán se mata a los pangolines por sus escamas, y que se los captura regularmente en India y en Nepal", dijo Cota- Larson.
El PP ha registrado incidentes similares en Zimbabwe, Kenia, Mozambique y Uganda.
La insaciable demanda puede haber exterminado en 2011 a unos 50.000 pangolines en el mundo, según PP.
En algunos hoteles cinco estrellas de Pakistán, los restaurantes chinos pagan incluso 105 dólares por cada ejemplar, dijo Mahmood.
El año pasado, helicópteros arrojaron panfletos con la leyenda "Pangolines: Se buscan" sobre áreas rurales ubicadas en torno al río Jhelum, dando detalles de personas a contactar en caso de que alguien tuviera para vender uno de estos animales capturados a tal fin.
No hay estimaciones confiables sobre la población de pangolines en Pakistán, dado que son elusivos y de hábitos nocturnos.
"No tenemos idea de cuántos quedan en estado salvaje", dijo Ahmad.
Pero los pangolines no son los únicos animales amenazados en Pakistán, y los científicos han identificado 100 especies en peligro. Si se considera, además, el hecho de que se están talando masivamente bosques de pinos en áreas como Swat y Khyber Paktunkhwa (ex Provincia de la Frontera Noroccidental), los daños a la biodiversidad pakistaní pueden ser ya irreversibles, temen los expertos.
El equilibrio de la biodiversidad es crucial para que siga existiendo vida sobre la Tierra, dijo Ahmad.
Según el ambientalista Munaf Qaimkhani, el gavial, una especie de cocodrilo que se descubrió en Pakistán a fines de los años 70, ya ha desaparecido.
"Este solo conocimiento debería alentarnos a tomar medidas para salvar a las especies que corren riesgo de extinción", dijo a IPS.
De modo similar, el delfín ciego del río Indo, que perdió su hábitat debido a la construcción de represas sobre esa corriente hídrica, ahora da sus últimos respiros, atrapado en redes, sin tener peces que comer y obligado a vivir en aguas cada vez más contaminadas.
En 2006, WWF-Pakistán estimó que en el Indo quedaban apenas 1.200 delfines.
"Cada año, casi una veintena de delfines quedan atrapados en los canales de irrigación", dijo Nasir Panhwar, director ejecutivo del Centro para el Ambiente y el Desarrollo, una organización no gubernamental con sede en Hyderabad, en la sureña provincia de Sindh.
Qaimkhani enumeró al leopardo de las nieves, al buitre dorsiblanco, a los halcones y ovejas de Marco Polo, entre otros animales altamente amenazados en Pakistán.
A los conservacionistas les preocupan los casos en los que el gobierno no es simplemente apático ante la pérdida de biodiversidad, sino también cómplice de su destrucción por motivos políticos o diplomáticos.
El funcionario aduanero Raja Zahoor dijo que muchos animales son cazados como deporte por ciudadanos extranjeros que cuentan con permisos especiales concedidos por un gobierno ansioso por "impulsar las buenas relaciones" entre países influyentes de Medio Oriente.
Algunas especies de halcones y otros animales son llevadas a estados árabes "con documentación dudosa", señaló.
Los cetreros árabes cazan la avutarda hubara, una especie de ave internacionalmente protegida, con permisos especiales extendidos por el Ministerio de Relaciones Exteriores. A menudo ingresan sus propios halcones de caza, pero se llevan especies pakistaníes amenazadas usando permisos de reexportación.
"Es muy fácil intercambiar los halcones", dijo Panhwar.
Zahoor planteó: "Sabemos que esto es ilegal, pero estamos atados de manos. Funcionarios aduaneros que han intentado impedir que los halcones locales sean sacados del país como contrabando han sido llamados al orden".
"En caso de que un ave u (otro) animal sea capturado por personal aduanero, no hay instalaciones donde mantenerlo seguro hasta que los tribunales reclamen su exhibición o hasta que finalice el caso. A menudo el animal muere estando bajo custodia", agregó Zahoor.
Entre diciembre de 2011 y marzo de 2012, el equipo de investigadores de Mahmood recuperó 50 carcasas de pangolines solo en el distrito de Potohar, en la provincia de Punjab.
El comercio de variedades de pangolín asiático está prohibido por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites), pero como cada animal se vende a unos 125 dólares, los cazadores furtivos que abastecen a mercados de China y el sudeste asiático están listos para asumir el riesgo.
En China, principal mercado para los pangolines, la carne de estos animales se considera un manjar, mientras que las escamas, la sangre y otras partes se usan como ingredientes para la elaboración de medicinas tradicionales.
"La población de Pakistán conoce a los pangolines solo como animales inofensivos, y no sabe que también salvan cultivos y plantas de las pestes", dijo Ejaz Ahmad, del capítulo pakistaní del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
"Con su agudo sentido del olfato, pueden detectar termitas y hormigas a cientos de metros de distancia", explicó.
Rhishja Cota-Larson, del Proyecto Pangolín (PP), dijo a IPS que "son controladores naturales de pestes".
"Se estima que un pangolín puede consumir 70 millones de insectos por año", agregó.
"Si los pangolines desaparecen, se necesitará aumentar el uso de pesticidas a fin de controlar a la población de insectos. Y esto, a su vez, tendrá efectos adversos sobre el ambiente y sobre las personas", señaló.
"Sabemos que en Pakistán se mata a los pangolines por sus escamas, y que se los captura regularmente en India y en Nepal", dijo Cota- Larson.
El PP ha registrado incidentes similares en Zimbabwe, Kenia, Mozambique y Uganda.
La insaciable demanda puede haber exterminado en 2011 a unos 50.000 pangolines en el mundo, según PP.
En algunos hoteles cinco estrellas de Pakistán, los restaurantes chinos pagan incluso 105 dólares por cada ejemplar, dijo Mahmood.
El año pasado, helicópteros arrojaron panfletos con la leyenda "Pangolines: Se buscan" sobre áreas rurales ubicadas en torno al río Jhelum, dando detalles de personas a contactar en caso de que alguien tuviera para vender uno de estos animales capturados a tal fin.
No hay estimaciones confiables sobre la población de pangolines en Pakistán, dado que son elusivos y de hábitos nocturnos.
"No tenemos idea de cuántos quedan en estado salvaje", dijo Ahmad.
Pero los pangolines no son los únicos animales amenazados en Pakistán, y los científicos han identificado 100 especies en peligro. Si se considera, además, el hecho de que se están talando masivamente bosques de pinos en áreas como Swat y Khyber Paktunkhwa (ex Provincia de la Frontera Noroccidental), los daños a la biodiversidad pakistaní pueden ser ya irreversibles, temen los expertos.
El equilibrio de la biodiversidad es crucial para que siga existiendo vida sobre la Tierra, dijo Ahmad.
Según el ambientalista Munaf Qaimkhani, el gavial, una especie de cocodrilo que se descubrió en Pakistán a fines de los años 70, ya ha desaparecido.
"Este solo conocimiento debería alentarnos a tomar medidas para salvar a las especies que corren riesgo de extinción", dijo a IPS.
De modo similar, el delfín ciego del río Indo, que perdió su hábitat debido a la construcción de represas sobre esa corriente hídrica, ahora da sus últimos respiros, atrapado en redes, sin tener peces que comer y obligado a vivir en aguas cada vez más contaminadas.
En 2006, WWF-Pakistán estimó que en el Indo quedaban apenas 1.200 delfines.
"Cada año, casi una veintena de delfines quedan atrapados en los canales de irrigación", dijo Nasir Panhwar, director ejecutivo del Centro para el Ambiente y el Desarrollo, una organización no gubernamental con sede en Hyderabad, en la sureña provincia de Sindh.
Qaimkhani enumeró al leopardo de las nieves, al buitre dorsiblanco, a los halcones y ovejas de Marco Polo, entre otros animales altamente amenazados en Pakistán.
A los conservacionistas les preocupan los casos en los que el gobierno no es simplemente apático ante la pérdida de biodiversidad, sino también cómplice de su destrucción por motivos políticos o diplomáticos.
El funcionario aduanero Raja Zahoor dijo que muchos animales son cazados como deporte por ciudadanos extranjeros que cuentan con permisos especiales concedidos por un gobierno ansioso por "impulsar las buenas relaciones" entre países influyentes de Medio Oriente.
Algunas especies de halcones y otros animales son llevadas a estados árabes "con documentación dudosa", señaló.
Los cetreros árabes cazan la avutarda hubara, una especie de ave internacionalmente protegida, con permisos especiales extendidos por el Ministerio de Relaciones Exteriores. A menudo ingresan sus propios halcones de caza, pero se llevan especies pakistaníes amenazadas usando permisos de reexportación.
"Es muy fácil intercambiar los halcones", dijo Panhwar.
Zahoor planteó: "Sabemos que esto es ilegal, pero estamos atados de manos. Funcionarios aduaneros que han intentado impedir que los halcones locales sean sacados del país como contrabando han sido llamados al orden".
"En caso de que un ave u (otro) animal sea capturado por personal aduanero, no hay instalaciones donde mantenerlo seguro hasta que los tribunales reclamen su exhibición o hasta que finalice el caso. A menudo el animal muere estando bajo custodia", agregó Zahoor.
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