PRIMERA CONSIDERACIÓN: DE LAS VICTORIAS PÍRRICAS.
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El ajustado triunfo electoral de Gana Perú tiene varias lecturas, a saber, la más hegemónica, la de la mayoría de medios de comunicación de masas fortuitamente democráticos, y la del grupo que se vale de estos para expresar su opinión, es que esta fina ventaja de Gana Perú sobre Fuerza 2011 no es abrumadora, y por lo tanto desliza la suspicacia que esta victoria no sería del todo legítima, y que en el mejor de los casos se debería cogobernar, insinuando como más calificado el estilo planteado por Fuerza 2011, pero con los actores de Gana Perú. La idea desplegada por estos medios de comunicación de masas es que la votación ciudadana ha decidido de forma independiente por esta alternativa, de donde ellos, la prensa y medios de comunicación, sólo interpretan la determinación del electorado, dicho sea aclarado, esta interpretación que hacen los medios es absolutamente inocua; es decir es solo una descripción de los resultados obtenidos en segunda vuelta, aquí los medios no asumen de ningún modo un partido u otro, solo descifran lo sancionado por el voto popular.
Aquí nuestra primera consideración, esta forma de interpretar los resultados no solo es arbitraria, sino es mal intencionada, pretende desde el inicio de esta nueva etapa, una vez conocidos los resultados definitivos, hacer borrón y cuenta nueva, y sin ningún balance real de lo sucedido en el escenario electoral, recurrir al olvido de lo que realmente pasó en este recién concluido contexto.
Sin caer en la tentación de hacer especulaciones de lo que es absolutamente probable, solo nos remitiremos a los hechos concretos, de los cuales podemos inferir que el resultado de las elecciones, no es el resultado de una contienda de capacidades equivalentes, consistente en fuerzas similares, no. Las fuerzas de Gana Perú eran largamente superadas por las fuerzas que convergieron en Fuerza 2011. Los medios de comunicación de masa, no solo han jugado un rol informador con la simpatía por la candidata en carrera, sino han asumido la línea más violenta y mordaz propia de un destacamento de avanzada en una formación de contienda. Los flancos han sido numerosos, y a cual mejor contundentes, el ataque a la economía nacional vía el terror financiero y la caída de la bolsa; las empresas encuestadoras y sus resultados esotéricos; la punzante propaganda de los empresarios ligados a la industria extractiva; las campañas emprendidas por las transnacionales de telecomunicaciones y el sistema privado de pensiones; solo por nombrar a las más reconocidas fuerzas que convergieron en Fuerza 2011. Incluso tuvieron un ataque aéreo sistemático, con el protagonismo del Arzobispo de Lima; y también se incluyó una reducida pero aún poderosa caballería, que tuvo como estrella al actual Presidente de la República a favor de su candidata en pugna.
La acometida de estas fuerzas combinadas (especializadas, de aniquilamiento y combate) estaba por encima de la capacidad de las fuerzas irregulares de Gana Perú (diversas y sencillas). Y a pesar de que el equilibrio estratégico era tan desemejante, se ha alcanzado un resultado adverso a estas fuerzas superiores, he allí la razón de esta campaña de deslegitimar la victoria de Gana Perú; es decir que si no se quiere reconocer al ganador, es porque ellos tendrían que reconocerse derrotados, por fuerzas nimias, pese a todas sus arteras y desproporcionadas disposiciones. Donde su derrota es mucho más considerable todavía, que la victoria limpia y legítima de G. P.
Esta es la razón que subyace en este primer escenario luego del triunfo popular de G.P.
SEGUNDA CONSIDERACIÓN: DE CÓMO GANA PERÚ
Si bien lo sustentado anteriormente afirma que el triunfo de G.P. se impuso finalmente a las fuerzas de aniquilación de los adversarios, no hemos sido lo suficientemente explícitos en responder a qué se debió esta superación de fuerzas. Y no vamos a recurrir, como suelen hacerlo aquellos medios de comunicación de masas ocasionalmente democráticos, a explicaciones emparentadas con la nigromancia para esclarecer lo que realmente ha acontecido y examinar este desenlace en condiciones decididamente asimétricas.
Gana Perú, inmediatamente después de recibir los resultados de la primera vuelta, establece dos estrategias que permitiría enfrentar y superar esta conflagración, se establece como primera estrategia la concertación y el diálogo. Que en un principio se traduce como un desatino y será luego, asumida como una ventaja.
La segunda estrategia estaba orientada hacia la polémica en torno a la confrontación económica, en coherencia definitiva con la disputa ideo-política. Calculando convertir este emplazamiento en el principal frente de ofensiva. Empero, paradojicamente varias otras fuerzas antagónicas no predecibles confluyen en este debate, amenazando desarmar la contradicción presentada a tal punto que la tornan a su favor, usando estas argumentaciones como despropósitos dirigidos contra el pueblo, encasillando a la propuesta económica de G.P. como algo retorcido y anacrónico.
Esta primera conflagración resulta muy penosa para la militancia de G.P., para la Dirigencia, así como para los cuadros técnicos y profesionales, que no logran crear una estrategia adecuada para enfrentar el incesante hostigamiento de la que eran objeto.
Este recuento de los hechos es imperativo para poder establecer el rol que cada quien ha jugado en este teatro de operaciones electorales. G. P. tenía a su favor, que el fervor y la moral no decrecieron pese a la arremetida lapidaria. Pero hasta aquí no había sido tomado en cuenta el factor aleatorio que iría a modificar todo el escenario hasta ese momento evidenciado.
Los movimientos sociales de base, pequeñas organizaciones sociales, culturales, grupos de artistas, colectivos ideo políticos, entre otros, silenciosamente venían organizándose con una sola agenda en común: la dignidad de no permitir que los horrores de la dictadura retornen. Este movimiento social venía intentando articularse desde mucho tiempo atrás, pero eran sistemáticamente invisibilizados por la gran prensa y los medios de comunicación de masas, no lograban salir del anonimato, hasta que sintiendo que la dignidad era desafiada de forma grotesca y nauseabunda, la firmeza de convicciones y la fuerza de la memoria se fue convirtiendo poco a poco en movilización y militancia.
La invitación al diálogo y a la concertación, bajo el denuedo democrático de Gana Perú, fue el precedente inmediato para que estos fervores encuentren resueltamente coincidencias y afinidades.
Han sido estas fuerzas la potencia decisiva en un escenario adverso, la militancia de la dignidad y la campaña de la memoria y la vergüenza, se convirtió en la estrategia contundente que logró enfrentar al miedo político, al terror financiero, a la acusación desproporcionada y a la distorsión de la comunicación social de la que gran parte de nuestra población ha sido víctima.
La movilización de cientos, quizá miles de organizaciones de base de diferentes estratos sociales, así como de diversas orientaciones políticas, y agrupaciones de heterogéneas afirmaciones culturales, han jugado un rol protagónico en este momento histórico.
TERCERA CONSIDERACIÓN: DE LA POLARIZACIÓN PERUANA
Para estos mismos medios de comunicación que han demostrado con creces tener una vocación antidemocrática y desmedidamente conspiradora, el resultado del 5 de junio ofrecería además una lectura accesoria: este cuasi empate, estaría evidenciando una polarización de 50 y 50 en la población en general. Esto es totalmente falso, pues los que votaron por la candidata naranja, estaban siendo monstruosamente manipulados por estos mismos medios, golpeados todos los días con perniciosas campañas de miedo y desinformación, y siguiendo un principio nazi han encumbrado su resultado: “miente, miente, que algo queda”, ese “algo” que ha quedado de la difamación y la mendacidad ha enajenado a menos del 50 por ciento de los votantes, aquí otra derrota que estos medios antidemocráticos no desean enfrentar.
Del lado de Gana Perú, tampoco es cierto que ese poco más del 50 por ciento haya votado porque se encuentra identificado con la propuesta de G. P., falso, muchos de estos votos a favor, fueron votos contra la candidata en cuestión. El grueso de esta votación sí simpatiza o se identifica con la propuesta de G.P., pero estamos hablando de poco más del 30 por ciento. El resto, luego de saber el resultado, festejó que no haya triunfado la mafia y continuó con sus actividades.
Siendo el caso del porcentaje con el que se quedaría Fuerza 2011, mucho menor al 10 por ciento, porque como hemos puntualizado gran parte de este electorado fue manipulado y envilecido con propaganda o con prebendas, regalos y promesas fatuas. La gran mayoría de estos una vez que vieron el resultado, subieron sus hombros y continuaron con sus vidas.
La supuesta polarización de 50 y 50 no existe. De ninguna manera el poco más del cuarenta y cinco por ciento defiende indefectiblemente el estatus quo, ni los que votaron por Gana Perú son adscritos disciplinados de este partido y sus definiciones.
La verdadera polarización está en la brecha socio-económica.
CUARTA CONSIDERACIÓN: DE LAS LECCIONES DEL PROCESO
Las lecciones que tiene que aprender con mucha diligencia Gana Perú y la Izquierda en general, es que los grupos que han confluido en Fuerza 2011 en defensa del establisment no es otra cosa, sino la vieja derecha, que si bien es cierto que es una minoría real, logra recrearse bajo cualquier modalidad y hasta se permite proscribir sus supuestos ideales democráticos para conjurar contra todo lo que represente cambio.
La izquierda en cambio es una fuerza en ciernes, no tenemos tradición de izquierdas en este país, por más que algunos sostengan lo contrario, una golondrina no hace el verano; la izquierda que ha triunfado en este proceso electoral es una fuerza que necesita articularse, organizarse y fortalecerse. Esta izquierda no es lo suficientemente fuerte como para garantizar que se vayan a producir los cambios necesarios que nuestro país necesita, para enfrentar las desgarradoras realidades que la brecha económico social ostenta.
Estas lecciones son desafíos que no necesitan mayores categorías de análisis, pues las responsabilidades son urgentes, y se necesita gobernar. Para eso hemos sido elegidos.
QUINTA CONSIDERACIÓN: GOBERNAR CON GARANTÍA DE CAMBIO
La dirigencia de Gana Perú, la izquierda peruana, y el equipo del próximo gobierno deben enfrentar con todo varios retos, de donde se desprende que precisan asumir que ya son parte del Estado peruano, un Estado heredero de las más rancias tradiciones europeas, del mismo modo que se reconoce orgulloso descendiente de su pasado colonial. El Estado peruano contemporáneo es una maquinaria burocrático militar que está al servicio de los intereses de una clase social determinada y además –en consideración a su legado colonial- es hipercentralista y racista en un extremo infeccioso y desnaturalizado. La esencia real del Estado peruano –colonial-republicano– es la tendencia claramente expresada “por los siglos de los siglos” de inmutabilidad de su hegemonía, tanto desde el Estado en sí mismo, como de las condiciones sociales que procura a sus ciudadanos. Yacen en su entidad hegemónica la dimensión persuasiva y de dirección del estado actual que está íntimamente asociada a la defensa de los intereses del Estado (léase de las clases y empresas nacionales y extranjeras protegidas y favorecidas), ya sea por el consenso –voluntario o coercitivo- o aplastando el disenso. Coexisten en la actualidad estas características que, reiteramos, asumir el Gobierno no es del todo Garantía de Cambio.
Sin embargo a este contexto de lucha por la hegemonía comparecen nuevos actores sociales, políticos, económicos, y culturales; que emergen desde la invisibilidad de sus procesos autónomos en una sociedad que privilegiaba el producto con valor agregado global, antes que los esfuerzos locales que dan valor cultural, económico o político a determinadas actividades en situaciones desfavorables. Nos referimos a un movimiento popular que proviene directa o indirectamente de una tradición andino-amazónica de colectivizar esfuerzos para enfrentar entornos complejos, que ha tenido que competir en un mercado desigual y que ha logrado resultados óptimos en su actividad y dedicación. Es éste movimiento social que no teme al cambio en las reglas de juego, no tiene nada que perder, pues en las peores condiciones ha salido adelante. Este movimiento social es el que finalmente termina enfrentando a la mafia perversa y a sus pretensiones de volver a ser gobierno.
Decíamos que el Estado actual, o la toma de éste a través del Gobierno no constituye Garantía de Cambio, pues como decía el viejo Amauta Félix Babarán Yáñez, gobernar este estado es como “montarse en caballo ajeno”, pues nos llevará siempre por el camino que él está acostumbrado.
En estas consideraciones propugnadas se entiende por Garantía de Cambio a la fortaleza que ha ganado el movimiento popular y Gana Perú en las movilizaciones de la campaña de segunda vuelta del 2011, para garantizar una verdadera y auténtica capacidad de cambio. Esta cualidad aún está en germen.
Por eso sostenemos abiertamente y sin ambages, que no debemos desmovilizar al movimiento social, todo lo contrario, nuestro deber es consolidar la movilización social permanente; no obstante creemos que es el momento también de hacer algunas aclaraciones, debemos evitar bajo todo punto de vista cualquier intento de manipulación, de copar, o cooptar, a estas organizaciones de base del Movimiento Popular, pues constituirá un atentado contra la Garantía de Cambio.
El resultado electoral del 5 de junio tan apretado es fruto de que la organización popular no está lo suficientemente organizada, hay que instituir y articular esta Movilización Social, no así, regular u organizar a los movimientos sociales en sí, ni generarlos, ni coparlos, esto reiteramos constituirá un atentado grave contra la Garantía de Cambio.
La movilización social permanente, articulada y debidamente comunicada, se constituirá en Garantía de Cambio, pues de lo contrario sería gobernar desde un aparato cuyo comportamiento ya se encuentra condicionado: el Estado represivo y anquilosado. Debemos gobernar obedeciendo al pueblo organizado.
CONSIDERACIONES FINALES: LAS TAREAS DEL NUEVO ESCENARIO
Las tareas en este nuevo escenario es consensuar una agenda propia de acciones, y no simple y ardorosamente responder a la agenda planteada por la derecha, constituir nuestra propia agenda es lo prioritario en este momento. Esta agenda pasa por distinguir entre la cosa pública, el partido político y las definiciones ideo-políticas de más largo aliento. De tal forma que cada una de estas esferas tiene sus propias tareas.
Las tareas de los que asumirán la cosa pública serán:
Impulsar un Gobierno democrático verdaderamente consciente de sus principios éticos y de sus deberes de luchar contra todo tipo de corrupción y desigualdades, de institucionalizar una mejor distribución de la riqueza, y de forjar un crecimiento pero con desarrollo e inclusión social. Ponderando no tornarse al Estado burocrático inexorable. Transformar no transformarse.
Para ello deberá establecerse cuáles serán las pautas a trabajar para continuar con la reforma del Estado, haciendo de este un Estado que garantice los cambios necesarios para hacer realidad una patria descentralizada con justicia social, equidad, inclusión, desarrollo y que propenda al equilibrio medioambiental.
Las tareas de afianzar definiciones ideo políticas así como la gesta de construir poder popular estriba en:
Reconocer a estos nuevos actores sociales y políticos como la posibilidad real de hacer un Gobierno con Garantía de Cambio y procurar por todos los medios a nuestro alcance de instituir la movilización social permanente.
Finalmente, las tareas del partido o de la reconstrucción de partidos políticos pasa por balances y perspectivas de carácter más interno.
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