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Sin referirse a las causas de la protesta puneña, García aseguró que la Policía destacada en la zona actuó con “absoluta prudencia” y en el marco de la Ley ante lo que consideró un movimiento politizado, que busca un espacio en el gobierno entrante, pese a que el presidente electo ha negado que las protestas hayan sido políticas y ha dicho que fueron motivadas por problemas sociales.
La versión de García repetida por el ministro del Interior, Miguel Hidalgo, en una presentación ante el Congreso, en la que señaló que los policías utilizaron sus armas de fuego ante pobladores que portaban hondas que, según dijo, “pueden ser mortales”.
InacciónGarcía, además, consideró que no hubo inacción del gobierno respecto a las protestas en Puno, como afirma un informe periodístico que indica que personal de inteligencia advirtió al gobierno sobre la inminente toma del aeropuerto.
Después intentó justificar la acción policial. “¿Qué cosa se cree, que son carne de cañón los policías? Son el arma de la ley. Entonces cuando la Policía se enfrenta y hay bajas, ‘la Policía victimaria, represiva’. Y si la Policía no enfrenta, ‘el gobierno se lavó las manos”, agregó.
En otro momento, calificó de inaceptable que el dirigente Walter Aduviri haya dado el plazo de un mes al nuevo gobierno para solucionar la situación en Puno. “No podemos dejarnos arrinconar por cuatro violentistas que quieren sumir al país en un hoyo”, apuntó.
Sobre la demora del Ejecutivo para resolver los conflictos de Puno, indicó que la “consigna” del Estado era “soportar la presión” y negociar con los manifestantes contrarios a la minería, para que se produzcan las elecciones con toda tranquilidad, lo cual se logró. Los aimaras suspendieron sus protestas para dar paso a los comicios pero las reanudaron ante la falta de soluciones.
García no reconoció ninguna responsabilidad en el tema, pese a que el gobierno entregó las concesiones mineras sin consulta con la población y no enfrentó la contaminación de los ríos. En cambio, culpó de los hechos a dirigentes politizados “que, en mi concepto quieren ganar espacio dentro del próximo gobierno”.
Olvidando los temas de fondo, indicó que se trata de gente llevada por “consignas” políticas de organizaciones sociales que están en una pugna interna por demostrar más fuerza y autoridad frente al gobierno de Ollanta Humala. “Lo que se ha intentado no es en contra de mi gobierno, que ya se va en menos de 30 días”, dijo.
Sostuvo que en estos conflictos se ve el intento de demostrar la “fuerza de movilización o por lo menos de violencia”, en zonas como Desaguadero, Chucuito y Juliaca.
García calificó que esta reacción forma parte de una estrategia medio subversiva, de gente que cree en la violencia e intenta presionar, porque “creen que con la elección se ha abierto una caja de Pandora, para que con sus pasiones y además teorías absolutamente antihistóricas se pongan en marcha”.
También arremetió contra Villarán El presidente Alan García arremetió contra la alcaldesa de Lima, Susana Villarán, por las obras inconclusas del Tren Eléctrico que generan problemas a la población de la zona sur de Lima, algunos de cuyos distritos quedan partidos por la obra.
“Esta zona de la obra la recorrimos mucho con el alcalde Barrantes, desde Villa el Salvador hasta San Juan de Miraflores. En esa época la población era la tercera parte de lo que es ahora y eso posiblemente obligue a hacer algunas obras adicionales como más pasos a desnivel, pero de allí a decir que el tren esté mal hecho, eso me da pena”, dijo.
García comentó que el proyecto tiene más de 21 años desde que fue diseñado, por lo que se pudo indicar con anterioridad las críticas al tema de la inseguridad y no faltando dos semanas para que el tren funcione.
“¿Cómo se soluciona eso? Poniendo dinero del presupuesto del próximo año para hacer algunas vías subterráneas de tránsito, de cruce vehicular, y poniendo algunas cacharelas adicionales. Eso lo haría el Ministerio de Transportes y Comunicaciones y, posiblemente, con la ayuda de los alcaldes, que son siempre buenos ejecutores”, anotó.
En un evidente ataque a la alcaldesa dijo: “Me da pena saber que las personas en vez de hacer obras se pasen mirando qué hace el vecino para criticar. Creo que por ese camino, Lima no va a avanzar. Cuando uno no hace nada, tiene que llamar la atención, hasta se ha peleado con Cristo”.
También señaló que la obra no separa los distritos y que, por el contrario, la obra junta y permite vincular los distritos a lo largo del recorrido y ahorra hasta cuatro horas diarias de recorrido a los trabajadores.
Hay una mala actitud de parte de Canatur
El congresista Yonhy Lescano denunció la mala intención de un representante turístico nacional de involucrar al grupo de radicales aimaras de Bolivia, con la reciente protesta contra la actividad minera de sus pares peruanos, liderados por Walter Aduviri.
El presidente de la Cámara Nacional de Turismo de Perú (Canatur), Carlos Canales, sostuvo repetidamente esta versión, pero pese a que señaló tener pruebas de su afirmación, nunca las presentó y se limitó a decir que fueron los propios empresarios puneños quienes le advirtieron de la infiltración.
El empresario sostiene que en Puno actúa el supuesto grupo radical “Ponchos rojos”, el cual no existe, ya que ese nombre corresponde a los líderes comunales, porque llevan ponchos rojos como atuendo correspondiente a su investidura.
Lescano señaló que Canales, con sus afirmaciones falsas, pretende deslegitimar los reclamos de las organizaciones sociales de Puno, a fin de crear un mayor enfrentamiento con la capital de la República, con el objeto de legitimar las acciones represivas.
fuente: http://www.diariolaprimeraperu.com/online/noticia.php?IDnoticia=89242
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