Motín policial y marcha indígena ¿golpe de estado?
El enfrentamiento entre efectivos policiales y militares, el presunto atentado a
la vida de un ministro, el traslado de armamento a unidades estratégicas y el
estallido de una espiral de violencia generalizada estarían destinados a un
golpe de Estado en Bolivia, según fuentes oficiales que denunciaron el “Plan
TIPNIS”; aunque dirigentes del motín policial y de la marcha indígena responden
que los golpistas están en el propio gobierno.
"La derecha está buscando muertos y, compañeros, no vamos a prestarnos a la
derecha para que haya muertos. Entonces, para eso hermanas y hermanos vamos a
defender este proceso, somos parte de este proceso y vamos a defender hasta las
últimas consecuencias", aseveró en una concentración de trabajadores mineros, el
Presidente Evo Morales Ayma.
De acuerdo a la interceptación de una presunta comunicación radial entre los
policías movilizados realizada por la “inteligencia del gobierno”, se habría
convocado a preparar bombas molotov para atacar a efectivos del ejército,
atentar contra la vida de un ministro y ejecutar el golpe.
“Los únicos golpistas están en el propio gobierno porque hay ministros y
viceministros de derecha que antes estuvieron con los regímenes neoliberales
aunque ahora se digan que son parte del proceso de cambio, nosotros estamos
marchando por la defensa del territorio y la vida”, respondió el presidente del
Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), Fernando
Vargas.
El motín policial que hoy ingresó en su quinto día de conflictividad demanda
al gobierno mejoras salariales y la marcha indígena que arriba mañana a la sede
de gobierno exige que no se construya una carretera por el corazón de un parque
nacional.
“Los policías no somos golpistas, los golpistas son los militares y los
ministros neoliberales. Lo único que estamos reclamando es una vida más digna,
como dice el gobierno queremos vivir bien y no con salarios de hambre.
Rechazamos de manera enfática esa acusación del gobierno porque sólo está
utilizando una cortina de humo para no atender las necesidades vitales de los
policías”, dijo el representante de Seguridad Física de la Policía, Pascual
Llanos.
Miles de policías de baja graduación –cabos, sargentos, suboficiales y
clases- y, en algunos casos, policías de alto rango se amotinaron a lo largo y
ancho del territorio nacional con demandas concretas: nivelación de sus salarios
a los que perciben los efectivos de las Fuerzas Armadas (antes golpistas, hoy
aliadas del oficialismo), una jubilación equivalente al 100 por ciento del
último salario, la conformación de la Defensoría del Policía y la abrogación de
una ley de régimen disciplinario que, entre algunos aspectos, sanciona
drásticamente a los uniformados de bajo rango y prohíbe la conformación de
sindicatos.
Los amotinados, luciendo su uniforme verde olivo, con el rostro cubierto y
portando en algunos casos armamento, realizan inéditas movilizaciones en pleno
corazón del centro político boliviano, así como en la mayoría de las
instituciones que están controladas.
ENFRENTAMIENTOS
La convocatoria de grupos afines al gobierno para realizar movilizaciones y
defender el proceso de cambio hasta el momento fracasó porque la respuesta fue
muy pobre.
En su primer intento, representantes de movimientos sociales fueron
desalojados por la fuerza de plaza Murillo (La Paz), donde se encuentra el
Palacio de Gobierno, por los policías amotinados que, anunciaron que los únicos
responsables de posibles víctimas serán las autoridades gubernamentales.
En los seis años de gobierno del proceso de cambio, nunca antes los
representantes de movimientos sociales –afines al oficialismo- fueron echados a
golpes, palos y gases de la plaza del poder político del país.
En las últimas horas, por cadenas de los medios de comunicación
gubernamentales, diferentes dirigentes de los movimientos sociales convocaron a
sus bases a defender al gobierno y al proceso de cambio, pero la respuesta aún
es débil por la contundencia del motín policial.
“Les decimos a los diferentes sectores sociales que no nos provoquen porque
este movimiento no es contra el gobierno sino sólo para defender los derechos de
los policías de base. Si en los enfrentamientos se producen muertos y heridos
será de exclusiva responsabilidad del gobierno y no de los policías que estamos
reclamando pan para nuestros hijos”, señaló la dirigente de las esposas de
policías, Guadalupe Cárdenas.
“Nuestra marcha es pacífica además de sacrificada. No estamos financiados por
la derecha ni por el oenegismo, no estamos manipulados por nadie, no portamos
armas y no queremos enfrentarnos a nadie; sólo le queremos decir al gobierno que
sea coherente con su discurso para defender la Madre Tierra y no construya una
carretera por el núcleo de un parque nacional”, dijo el principal dirigente
indígena, Adolfo Chávez.
Fuentes oficialistas señalan que así como ocurrió con el presidente Fernando
Lugo de Paraguay, los sectores movilizados estarían buscando un enfrentamiento
en Bolivia para que se produzcan decesos, motivo que serviría para cuestionar la
gestión de Evo Morales Ayma.
Para las próximas horas está programado el ingreso de miles de marchistas
indígenas a la sede de gobierno, lo que según el gobierno podría derivar en
mayores índices de conflictividad y sería parte del “Plan TIPNIS”.
La marcha indígena fue iniciada el 27 de abril en Trinidad (Beni) y su avance
tuvo grandes dificultades porque los propios sectores afines al gobierno
impidieron su transitar en diferentes poblaciones. Los miles de marchistas se
encuentran a poco más de 20 kilómetros de la sede de gobierno después de
recorrer más de 600 kilómetros, en dos meses y su demanda principal está
enfocada en la derogación de una ley de consulta posterior a la construcción de
una carretera que pretende destruir un parque nacional.
La columna de marchistas está integrada por mujeres, niños, ancianos y
hombres de la mayoría de las poblaciones indígenas del país.
DESOBEDIENCIA
La nueva Constitución Política del Estado (CPE) en su artículo 251 señala que
la Policía Boliviana, como fuerza pública, tiene la misión específica de la
defensa de la sociedad y la conservación del orden público y el cumplimiento de
las leyes en todo el territorio boliviano.
La CPE agrega: “como institución no delibera ni participa en acción política
partidaria”, pero además que el Comandante General de la Policía debe ser
general de la institución.
En el caso boliviano, el nuevo comandante policial es el coronel Víctor
Maldonado quien no es egresado de la Academia Policial, sino que en su pasado se
destacó por ser agente (tira o buzo, en el vocabulario popular).
El actual jefe policial que participó como Jefe de Inteligencia en la
represión a la marcha indígena en la población de Chaparina fue formado en la
Escuela Nacional de Detectives -entidad creada por el ex presidente de facto,
Hugo Banzer Suárez- pilar del aparato represor de las dictaduras militares.
Esta designación anticonstitucional marcó el inicio de la protesta
policial.
El vicepresidente Álvaro García Linera remarcó que “fuerzas oscuras” con
fines golpistas impulsan el motín policial liderizados por oficiales expulsados
de la institución y también por los que tienen militancia política.
"Fuerzas oscuras como ex candidatos de partidos políticos que no son
policías, que han sido retirados de la Policía, entraron encapuchados a las
unidades de las Policía levantando y distribuyendo armas", aseveró.
Reiteró la existencia del “Plan TIPNIS” para derrocar al Jefe del Estado
Plurinacional.
Lo cierto es que hace cinco días la cadena de mando se rompió en la
institución policial, existe caos porque entidades públicas y privadas, calles y
avenidas, los ciudadanos, se encuentran desprotegidos. Los policías no solo
portan armas ni tienen el rostro cubierto sino que saquearon oficinas de la
entidad del orden y golpean a los que no apoyan sus demandas.
“Los indígenas del país rechazamos la existencia del Plan TIPNIS porque es
una vil mentira del gobierno para no atender nuestras demandas y para tratar de
deslegitimizar nuestra sacrificada marcha. El TIPNIS es un lugar sagrado, es un
parque y territorio indígena y todos debemos respetarlo”, dijo el dirigente
Fernando Vargas.
Aunque varias organizaciones sociales cuestionan el motín policial, otras la
respaldan; mientras tanto, la marcha indígena cuenta con el apoyo de una gran
parte de la población…Lo cierto es que en esta difícil coyuntura que atraviesa
Bolivia, el gobierno debería tener la capacidad de solucionar este conflicto –a
la brevedad posible- evitando que el proceso de cambio se vaya desgastando
aceleradamente…
Alex Contreras Baspineiro. Periodista y escritor
boliviano.
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