martes, 12 de junio de 2012

Haití
Clima favorable para el saqueo

Otramérica

¿A un gobierno cuyo lema es "Haití está abierto a los negocios", que apuesta por las maquilas y mantiene un salario mínimo de $ 5 dólares diarios (uno de los más bajos del hemisferio), se le puede confiar la protección de los intereses del país?”, se pregunta Ayiti Kale Je (AKJ) en una serie de reportajes que revelan la debilidad de la oficina que debería supervisar a las megamineras, las ínfimas regalías que recibirá Haití y el apoyo del Banco Mundial a las empresas que explotarán los ricos yacimientos del país.El nuevo primer ministro haitiano, Laurent Lamothe, es un empresario con inversiones en los sectores de telecomunicaciones e inmobiliario en África y América Latina. Lamothe se ha comprometido a promover una legislación favorable a las empresas en todos los sectores.
En esa línea, Lamothe ha prometido modificar la legislación minera. En una reciente entrevista con la Associated Press declaró que la nueva ley asegurará que "el Estado recibirá su cuota justa, y se protegerá el medio ambiente y las comunidades”. Sin embargo, aclaró que la nueva legislación cumplirá con estas promesas "tanto como sea posible sin perjudicar las ganancias de la otra parte, para permitirle hacer negocios".

Según las fuentes de AJK, el nuevo primer ministro haitiano, que anunció que la riqueza mineral de las montañas del norte serviría para sacar al país de la pobreza, promovería una nueva legislación que suprimiría las principales cláusulas de salvaguarda de los recursos del país. Anteriormente, las empresas podían declarar gastos hasta por un 60% de las ganancias. En la nueva legislación, el techo de los gastos sobre las ganancias no estaría incluido. También se suprimiría la cláusula que garantiza que las empresas mineras y el Estado de Haití compartirán en partes iguales las ganancias.

Regalías o el regalo para las mineras
Claire Kumar , experta en fiscalidad minera y regalías, y autora de “Undermining the Poor – Mineral Taxation Reforms in Latin America”, explicó a AKJ que las dos concesiones que ha firmado hasta ahora Haití establecen unas regalías de 2.5%, una de las tasas más bajas del hemisferio.

En su informe anual sobre los riesgos que enfrenta el negocio de la minería ("Business Risks Facing Mining and Metals", 2011), Ernst & Young colocaba la subida de las tasas de las regalías (a lo que denomina "nacionalismo de recursos") a la "cabeza de la lista de riesgos para el negocio". La agencia señaló que entre 2010 y 2011, 25 países aumentaron el porcentaje de las regalías o amenazaron con hacerlo.

Muchos de los países que han elevado las regalías sobre el oro se encuentran en América Latina. Ecuador tiene una tasa de entre 5 y 8 por ciento, Perú hasta 12 por ciento y Brasil amenaza con aumentar su tasa. En agosto de 2011, Venezuela fue mucho más allá y nacionalizó la industria del oro. En un texto sobre el tema del mes de marzo de 2012, la agencia Reuters llegó a la conclusión de que el “nacionalismo de recursos” latinoamericano "deja a las empresas mineras tan pocas opciones” que éstas deberán dirigirse a territorios bastante más peligrosos políticamente, incluyendo los países de África.

O… Haití. Porque, con una tasa de regalías del 2,5%, una fuerza de ocupación militar de 9 mil efectivos (Minustah) y los indicios de que la nueva legislación de minería será más ventajosa para las empresas extranjeras, los riesgos de invertir en Haití son probablemente los más bajos que las mineras han enfrentado en las últimas décadas, advierte AKJ.

Explotar sin supervisión
Dado que en la mayoría de lugares, el cobre, la plata y el oro se distribuyen en diminutos granos en el lodo y las piedras, la minería a cielo abierto será la opción que las mineras utilizarán para explotar los yacimientos de oro y plata en Haití. Dieuseul Anglade, ex Director de la Oficina de Minas y Energía (Bme, su sigla en francés), y otros expertos haitianos expresan su preocupación sobre la minería a cielo abierto debido a la necesidad de utilizar importantes cantidades de cianuro para separar el oro.

Yves-André Wainwright, exministro haitiano del Ambiente (1990), quien firmó las dos concesiones mineras existentes, explicó que algunas de las áreas de la concesión son "montañas húmedas" que desempeñan un importante papel "para la biodiversidad y deben ser protegidas desde la fase de prospección."

En definitiva, lo que señalan Wainwright, Anglade y otros observadores, es la debilidad institucional del Estado haitiano para ejercer control sobre las empresas mineras y los posibles daños al medio ambiente derivados de su actividad.

"La Oficina de Minas y Energía no tiene los medios para llevar a cabo sus tareas. Todo el dinero que proviene de la arena y la explotación de minerales llega directamente al Ministerio de Finanzas. Pero a pesar de que es un sector que aporta dinero al Estado, la Oficina está en la indigencia", señaló Wainwright.

Una auditoría de los vehículos de la Oficina, reveló que en enero de 2012, de los 17 vehículos asignados, 12 estaban fuera de uso y sólo cinco 5 estaban en condiciones de rodar. De los 100 empleados, 25 tienen un grado universitario, 13 son técnicos y el resto es personal administrativo y “de apoyo”.

Dinero del BM para ayudar al saqueo de Haití
Para Newmont, el socio de Eurasian, la minería a cielo abierto es un tema bastante familiar.

Así mismo, le son familiares los “impasses” que acompañan este tipo de explotación. Para citar un ejemplo, en Ghana, Newmont explota la mina "Ahafo sur", que está situada en una zona que fue conocida como el "granero de alimentos" del país. La explotación de la mina provocó la expulsión de 9.500 personas, de las cuales el 95 por ciento vivía de la agricultura, según Environmental News Service.

Además de la expulsión de los campesinos, Newmont ha contaminado el suministro local de agua, un delito cuya responsabilidad ha aceptado una vez. En 2010, la empresa accedió a pagar una indemnización de 5 millones de dólares al Gobierno por un derrame de cianuro, sucedido en 2009, que mató peces y contaminó el agua potable. Newmont admitió que no había seguido los procedimientos, y que su personal habría podido notificar, como era su deber, a las autoridades del Gobierno ghanés.

Como en Ghana, en Haití, en las zonas que han sido otorgadas en concesión viven decenas de miles de familias campesinas que serán expulsadas de su tierra, con lo cual, además del drama humano que representa el desplazamiento, el país perderá la capacidad de esas familias de producir alimentos.

Como era de esperar, a la filial del Banco Mundial (BM) que se ocupa de la inversión en el sector privado (International Finance Corporation - IFC) la capacidad de producción de alimentos de Haití le tiene sin cuidado. En cambio, recientemente IFC ha otorgado fondos a la hipermillonaria Eurasian para sus exploraciones en Haití. El BM ha anunciado que Eurasian y Newmont Mining, segundo productor mundial de oro, tienen una buena trayectoria, aunque también se declara consciente de los posibles efectos negativos de la minería y reconoce los retos que enfrenta el Gobierno de Haití y otros "Estados débiles".
Tom Butler, responsable de la inversión en minería de IFC, explica que “a menudo el Gobierno del país” en donde actúan las empresas mineras “no tiene muchas posibilidades, especialmente con respecto a los temas ambientales y sociales… (Pero) una de las cosas que no hacemos, es decir al Gobierno qué hacer con el dinero que recibe". Sin embargo, desde hace décadas, el BM ha obligado al Estado de Haití a aceptar devastadores “programas de ajuste” para pagar el dinero que le ha prestado con altísimos intereses.

«Ayiti Kale Je» es una iniciativa de cooperación de medios de comunicación para garantizar investigaciones periodísticas sobre la reconstrucción de Haití después del terremoto que asoló el país y dejó 300.000 muertos y miles de heridos. El grupo Médialternatif es uno de los socios de esta iniciativa, a través de su agencia AlterPresse, y la Sociedad para la animación de la Comunicación Social (Saks). También participan la red de trabajadoras de la radio comunitaria de Haití (Refraka) y la Asociación de medios comunitarios haitianos (Ameka), que agrupa las estaciones de radio comunitaria del país.

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