Perú
Ollanta Humala y la Amazonía: un año después
Otra Mirada
Desde sus primeras
visitas, particularmente durante la campaña electoral, se tejió una
suerte de idilio político entre la Amazonía y el candidato que prometía
La Gran Transformación del Perú, Ollanta Humala Tasso.
Este idilio se
consumó en matrimonio político en las elecciones del 5 de junio del
2011 cuando el candidato de la alianza Gana Perú fue elegido presidente
constitucional de la República con un respaldo pleno y total en las 5
regiones de la Amazonía. En Madre de Dios se impuso con el 66.26% de los
votos; en Loreto con el 56.72%; en San Martín con 49.97%; etc.
Róger Rumrrill es escritor, poeta, periodista, conferencista e investigador de la amazonía.
Fuente: http://www.otramirada.pe/ollanta-humala-y-la-amazon%C3%AD-un-a%C3%B1o-despu%C3%A9s
Esta
adhesión unánime de la Amazonía a un candidato sólo se había producido
con Fernando Belaúnde Terry, sobre todo durante su primer y trunco
gobierno (1963-1968). En las décadas que van de 1970 a 1990, e incluso
en la primera década del siglo XXI, una crisis alcanza a los partidos
tradicionales en la Amazonía, a tal punto que en el año 2006 todos los
presidentes amazónicos fueron elegidos por movimientos regionales.
La
razón de fondo de este descrédito y, en ciertos casos, rechazo a los
partidos políticos tradicionales se debía a que ninguno de ellos, una
vez en el gobierno, había podido o intentado siquiera resolver los
grandes y graves problemas, muchos de ellos estructurales, que aquejan a
la Amazonía Peruana, históricamente.
La promesa de La Gran
Transformación fue vista y sentida como una esperanza. Vieron en Humala
la posibilidad de cambio de los tres indicadores que crecen sin pausa en
la Amazonía: desnutrición, pobreza y erosión de los ecosistemas
naturales.
Además, hay otros problemas como la corrupción
metastásica en la administración de algunas regiones, la masiva tala de
los bosques, la contaminación de ríos, lagos y quebradas, el abandono de
las regiones fronterizas y la consolidación cada vez más férrea y
perniciosa de un sistema extractivo-mercantil que amenaza la propia
supervivencia de la Amazonía, precisamente la región que produce el 90
por ciento del petróleo del país; el 90 por ciento del gas; que
representa la sétima superficie de bosques del planeta y que posee otros
recursos vitales de la economía del país y del mundo, como el agua
dulce.
El 13 de julio estuvo Ollanta Humala, por cuarta vez, en
Iquitos, presidiendo un Consejo de Ministros descentralizado. Como en
sus primeros viajes, ofreció el oro y el moro, incluyendo fondos por 600
millones para Loreto y la puesta en marcha del Sistema de Atención
Móvil de Urgencia Fluvial y la revisión del Sistema Nacional de
Inversión Pública (SNIP), esa camisa de fuerza del extractivismo
neoliberal. Seguidamente, enrumbó al Putumayo y Pucallpa.
Luego
de un año de gobierno el idilio entre Humala y la Amazonía ha concluido,
porque no hay ninguna duda de que ese 67 por ciento de desaprobación
que el presidente ha cosechado en las últimas encuestas, es parte de ese
desengaño y desilusión de los amazónicos. La promesa de La Gran
Transformación fue sólo eso, una promesa ahora incumplida.
Después
de un año de gobierno no existe un política de Estado sobre la Amazonía
y, por lo tanto, los problemas más graves siguen ahondándose: nada
detiene la masiva deforestación de uno a otro extremo de la Amazonía; el
Estado sigue siendo permisivo y es incapaz de detener la contaminación
de los ríos, lagos y quebradas por desechos del narcotráfico, relaves
petroleros, gasíferos y de la minería aurífera, incluso en Madre de
Dios, donde no hay una solución integral a la minería ilegal.
Y
como si esto fuera poco, el gobierno está a punto de aprobar el
reglamento de la Ley Forestal y de Fauna Silvestre que, de acuerdo a los
expertos y a las organizaciones indígenas, es la llave que abrirá la
Amazonía a un proceso de neolatifundización de tierras y bosques, como
ocurre en el resto del país.
Por otro lado, con respecto a la Ley
No. 29785 de Consulta Previa de los Pueblos Indígenas, que fue sin duda
la mayor ilusión de los pueblos indígenas y por eso votaron masivamente
por el actual presidente, su reglamento ha sido, según el jurista
español Bartolomé Clavero, un “fiasco fraudulento” y es por esa razón
que los pueblos indígenas agrupados en el Pacto de Unidad lo han
cuestionado y han pedido su derogatoria.
Sin embargo, pese a
todo, los amazónicos no han perdido la esperanza. Tienen todavía la
expectativa de que Ollanta Humala Tasso en su discurso del 28 de julio
retomará la ruta de La Gran Transformación, la promesa por la que
millones de peruanos lo eligieron el 5 de junio del 2011 como presidente
de la República del Perú.
Fuente: http://www.otramirada.pe/ollanta-humala-y-la-amazon%C3%AD-un-a%C3%B1o-despu%C3%A9s
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