Más
de 100.000 personas, según los organizadores, se manifestaron hoy en Londres
contra los recortes y medidas de austeridad, protestas que se extendieron por
otras ciudades del Reino Unido y en las que se acusó al primer ministro, David
Cameron, de favorecer a los ricos y ahogar el crecimiento.
La
protesta llevada a cabo por el centro de Londres, cerca de las sedes del
Gobierno y del Parlamento, transcurrió en general de forma pacífica, si bien a
última hora del día hubo algún altercado en Oxford Street por parte de grupos
que se habían separado de la marcha principal.
Más
de 250 autocares trajeron a la capital a ciudadanos de todos los puntos del
Reino Unido, mientras que también se organizaron protestas en Belfast (Irlanda
del Norte) y Glasgow (Escocia).
Sindicalistas,
funcionarios como profesores, enfermeras o bomberos y trabajadores comunitarios
y de ONGs participaron en la colorida y ruidosa marcha, en la que también hubo
muchas familias y personas mayores.
Con
pancartas como "No a los recortes", "Que paguen los
banqueros" o "Soy demasiado joven para estar tan enfadado", la
larga columna humana avanzó durante todo el día por las calles del centro hasta
llegar a Hyde Park, donde se celebró un acto reivindicativo en el que participó
el líder del Partido Laborista, Ed Miliband.
En
un discurso en este parque, Miliband arengó a la multitud al criticar el
elitismo del Ejecutivo de coalición encabezado por Cameron, al que acusó de
favorecer a los ricos.
No
obstante, el líder laborista, que con su presencia en este evento quiso
reconectar con las bases trabajadoras de su partido, fue abucheado cuando
advirtió de que un Gobierno bajo su dirección no podría dejar de hacer
recortes, si bien estos serían "más progresivos y más justos".
Miliband
recuperó el aplauso de los asistentes cuando expuso sus propuestas de
crecimiento y bienestar social, entre ellas atajar el desempleo juvenil,
introducir un impuesto sobre las primas de los banqueros, construir vivienda
social y detener "el experimento privatizador" del Servicio nacional
de salud (NHS).
Esta
es la mayor manifestación convocada este otoño por los sindicatos y otros
grupos de activistas, que a lo largo de los últimos meses han organizado
múltiples actos de protesta, el más impactante de los cuales fue la huelga de dos
millones de personas el pasado noviembre.
Los
manifestantes protestan contra la política de drástico recorte del gasto
público del Ejecutivo de Cameron, que está en entredicho porque, no solo no ha
conseguido de momento reducir el endeudamiento, sino que, según los analistas,
está paralizando el crecimiento.
El
Reino Unido está en recesión desde finales de 2011 y, aunque el desempleo bajó
en agosto al 7,9 % -por el efecto de los Juegos Olímpicos-, no hay indicios de
recuperación económica.
Los
recortes del Gobierno han implicado el despido de cientos de miles de
funcionarios, la supresión de numerosos servicios públicos y la progresiva
privatización de la educación y la sanidad.
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