Un “libro de jugadas” para asesinatos
Los ataques de drones de la CIA forman parte de nuevo manual de contraterrorismo
The Washington Post
El gobierno de Obama está cerca de completar un detallado manual de contraterrorismo para establecer reglas claras en las operaciones de asesinatos selectivos, pero deja abierta una importante dispensa a la campaña de ataques de aviones no tripulados (drones) de la CIA en Pakistán, dijeron funcionarios estadounidenses.
La exención permitiría que la CIA siguiera atacando objetivos de al Qaida y de los talibanes durante un año o más antes de que la agencia se vea obligada a cumplir reglas más estrictas descritas en un documento clasificado que ha sido descrito por los funcionarios como un “libro de jugadas” de contraterrorismo.
El documento, que se espera que se someta al presidente Obama para su aprobación definitiva dentro de algunas semanas, marca la culminación de un esfuerzo de un año de la Casa Blanca para codificar sus políticas de contraterrorismo y crear una guía de operaciones letales durante el segundo período de Obama.
Un alto funcionario estadounidense involucrado en la redacción del documento dijo que algunos temas siguen sin resolver, pero los describió como menores. El alto funcionario dijo que el ‘libro de jugadas’ “estará completo dentro de poco”
La adopción de una guía formal para los asesinatos selectivos marca un hito significativo –e incómodo para algunos–: la institucionalización de una práctica que habría parecido un anatema a muchos antes de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Entre los temas del “libro de jugadas” está el proceso para agregar nombres a las listas de asesinatos, los principios legales que rigen cuando los ciudadanos de EE.UU. pueden ser atacados en el extranjero y la secuencia de aprobaciones requerida cuando la CIA o los militares de EE.UU. realizan ataques de drones fuera de las zonas de guerra.
Los funcionarios estadounidenses dijeron que el esfuerzo para redactar el “libro de jugadas” fue casi desbaratado a fines del año pasado por desacuerdos entre el Departamento de Estado, la CIA y el Pentágono sobre los criterios a utilizar en ataques letales y otros temas. El hecho de que se otorgara una exención temporal a la CIA para sus operaciones paquistaníes se describió como un compromiso que permitió a los funcionarios que siguieran adelante con otras partes del manual.
La decisión de permitir que los ataques de la CIA continuaran fue impulsada en parte por la preocupación de que el plazo para debilitar a al Qaida y los talibanes en Pakistán se está terminando, con los planes de sacar la mayor parte de las tropas estadounidenses del vecino Afganistán en los próximos dos años. Los drones de la CIA vuelan desde las bases de Afganistán.
“Existe un sentido de que hay que acelerar ahora, especialmente a la vista de la inminente retirada", dijo un exfuncionario de EE.UU. involucrado en las discusiones del “libro de jugadas”. Se espera que la excepción para la CIA sea efectiva durante “menos de dos años pero más de uno”, dijo el exfuncionario, aunque señaló que cualquier decisión de terminar la exención “indudablemente se basará en los hechos sobre el terreno”.
El exfuncionario y otros funcionarios, actuales y antiguos, entrevistados para este artículo, hablaron bajo condición de anonimato, porque se trataba de asuntos confidenciales.
El equipo nacional de seguridad de Obama aceptó el compromiso con la CIA a fines del pasado mes en una reunión del “comité de apoderados”, que incluía a altos funcionarios de la seguridad nacional, dirigido por el consejero de contraterrorismo de la Casa Blanca, John O. Brennan, quien posteriormente fue nombrado director de la CIA.
Los funcionarios de la Casa Blanca dijeron que el comité volverá a revisar el documento antes de presentarlo al presidente. Subrayaron que no entrará en vigor hasta que Obama lo haya firmado. La CIA rechazó los pedidos de comentarios.
El resultado refleja las dificultades del gobierno en la resolución de un conflicto fundamental de su enfoque del contraterrorismo. Altos funcionarios del gobierno han expresado su malestar ante la escala y autonomía de la misión letal de la CIA en Pakistán. Pero se han mostrado renuentes a alterar las reglas debido a los resultados de la campaña de drones.
El esfuerzo para crear un “libro de jugadas” fue revelado el año pasado por The Washington Post. El objetivo de Brennan al desarrollarlo, dijeron los funcionarios entonces, era imponer controles más consistentes y rigurosos sobre programas de contraterrorismo en gran parte ad hoc después de los ataques del 11 de septiembre.
Los críticos ven el manual como símbolo de la medida en la cual se ha institucionalizado el programa de asesinatos selectivos, parte de un aparato montado por el gobierno de Obama para mantener una guerra al parecer permanente.
El manual es “un paso exactamente en la dirección equivocada, una mayor burocratización del programa paramilitar de asesinatos de la CIA” por sobre las objeciones legales y morales de los grupos por las libertades civiles, dijo Hina Shamsi, directora del Proyecto de Seguridad Nacional de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles.
Algunos funcionarios del gobierno también han expresado su preocupación por la duración de la campaña de drones, que se ha amplicado de Pakistán a Yemen y Somalia, donde involucra ataques de la CIA y militares. En un reciente discurso antes de renunciar como abogado general del Pentágono, Jeh Johnson advirtió de que “no debemos aceptar el actual conflicto y todo lo que involucra, como “la nueva norma”.
Las discusiones en relación con el desarrollo del “libro de jugadas” se concentraron en consideraciones prácticas, dijeron los funcionarios. Uno de los principales puntos de discordia, dijeron, fue el tema de los “ataques por firma”.
El término se refiere a la práctica de la CIA de aprobar ataques en Pakistán sobre la base de conducta sospechosa –transporte de almacenamiento de armas, por ejemplo– incluso cuando la agencia no tiene información evidente de las identidades de los objetivos.
Los funcionarios de la CIA han atribuido este procedimiento al éxito en el exterminio de los altos dirigentes de al Qaida en ese país, que paradójicamente dio como resultado la muerte de agentes terroristas más altos que los ataques efectuados cuando la agencia conocía por adelantado la identidad y ubicación de un objetivo.
Los “ataques por firma” contribuyeron a un aumento en la campaña de drones en 2010, cuando la agencia realizó una cantidad récord de 117 ataques en Pakistán. El ritmo de los ataques se redujo poco a poco durante los últimos dos años antes de acelerar de nuevo en las semanas recientes.
A pesar de las afirmaciones de la CIA de la efectividad de los “ataques por firma”, Obama no ha otorgado una autoridad similar a la CIA o a los militares en Yemen, Somalia u otros países patrullados por drones armados estadounidenses. La limitación no ha aplacado a algunos críticos, quienes dicen que el secreto que rodea los ataques en Yemen y Somalia significa que no hay forma de evaluar a quién están asesinando.
En Yemen, dijeron los funcionarios, los ataques solo se han permitido cuando la información indica una amenaza específica para los estadounidenses. Eso podría incluir a “individuos que están involucrados personalmente en el intento de asesinar a estadounidenses”, dijo un alto funcionario del gobierno, o “información de que… [por ejemplo] un camión se ha configurado para atacar nuestra embajada en Sanaa.”
El “libro de jugadas” ha adoptado ese estándar más ajustado e impone otras reglas más estrictas. Entre ellas hay requerimientos de aprobación por la Casa Blanca de ataques de drones y la participación de múltiples agencias –incluido el Departamento de Estado– en la identificación de nuevos nombres para las listas de asesinatos.
Ninguna de esas reglas se aplica a la campaña de drones de la CIA en Pakistán, que comenzó bajo el presidente George W. Bush. Se espera que la agencia dé aviso anticipado sobre los ataques al embajador de EE.UU. en Pakistán. Pero en la práctica, dijeron los funcionarios, la agencia ejerce un control casi completo sobre los nombres de su lista de objetivos y en las decisiones sobre ataques.
La imposición de los estándares del “libro de jugadas” a la campaña de la CIA en Pakistán llevaría probablemente a una fuerte reducción del número de ataques mientras Obama se prepara para anunciar una disminución de las fuerzas de EE.UU. en Afganistán que dejaría solo 2.500 soldados en el lugar después de 2014.
Los funcionarios dijeron que las preocupaciones sobre la exención de la CIA fueron aquietadas en cierta medida por la decisión de Obama de nombrar a Brennan, el principal autor del manual, para que dirija la CIA.
Brennan pasó 25 años en la agencia antes de servir como consejero jefe de contraterrorismo de Obama durante los últimos cuatro años. Durante ese período en la Casa Blanca, dirigió esfuerzos para imponer un estudio más riguroso de las operaciones de asesinatos selectivos. Pero también dirigió una mayor expansión en la cantidad de ataques.
El exfuncionario del gobierno dijo que es probable que los funcionarios de la CIA estén “bastante dispuestos, bastante ansiosos de acoger” el “libro de jugadas” desarrollado por su presunto futuro director. “Es su obra”.
La audiencia de confirmación de Brennan ante el Comité de Inteligencia del Senado está programada para el 7 de febrero.
Peter Finn contribuyó a este informe.
La exención permitiría que la CIA siguiera atacando objetivos de al Qaida y de los talibanes durante un año o más antes de que la agencia se vea obligada a cumplir reglas más estrictas descritas en un documento clasificado que ha sido descrito por los funcionarios como un “libro de jugadas” de contraterrorismo.
El documento, que se espera que se someta al presidente Obama para su aprobación definitiva dentro de algunas semanas, marca la culminación de un esfuerzo de un año de la Casa Blanca para codificar sus políticas de contraterrorismo y crear una guía de operaciones letales durante el segundo período de Obama.
Un alto funcionario estadounidense involucrado en la redacción del documento dijo que algunos temas siguen sin resolver, pero los describió como menores. El alto funcionario dijo que el ‘libro de jugadas’ “estará completo dentro de poco”
La adopción de una guía formal para los asesinatos selectivos marca un hito significativo –e incómodo para algunos–: la institucionalización de una práctica que habría parecido un anatema a muchos antes de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Entre los temas del “libro de jugadas” está el proceso para agregar nombres a las listas de asesinatos, los principios legales que rigen cuando los ciudadanos de EE.UU. pueden ser atacados en el extranjero y la secuencia de aprobaciones requerida cuando la CIA o los militares de EE.UU. realizan ataques de drones fuera de las zonas de guerra.
Los funcionarios estadounidenses dijeron que el esfuerzo para redactar el “libro de jugadas” fue casi desbaratado a fines del año pasado por desacuerdos entre el Departamento de Estado, la CIA y el Pentágono sobre los criterios a utilizar en ataques letales y otros temas. El hecho de que se otorgara una exención temporal a la CIA para sus operaciones paquistaníes se describió como un compromiso que permitió a los funcionarios que siguieran adelante con otras partes del manual.
La decisión de permitir que los ataques de la CIA continuaran fue impulsada en parte por la preocupación de que el plazo para debilitar a al Qaida y los talibanes en Pakistán se está terminando, con los planes de sacar la mayor parte de las tropas estadounidenses del vecino Afganistán en los próximos dos años. Los drones de la CIA vuelan desde las bases de Afganistán.
“Existe un sentido de que hay que acelerar ahora, especialmente a la vista de la inminente retirada", dijo un exfuncionario de EE.UU. involucrado en las discusiones del “libro de jugadas”. Se espera que la excepción para la CIA sea efectiva durante “menos de dos años pero más de uno”, dijo el exfuncionario, aunque señaló que cualquier decisión de terminar la exención “indudablemente se basará en los hechos sobre el terreno”.
El exfuncionario y otros funcionarios, actuales y antiguos, entrevistados para este artículo, hablaron bajo condición de anonimato, porque se trataba de asuntos confidenciales.
El equipo nacional de seguridad de Obama aceptó el compromiso con la CIA a fines del pasado mes en una reunión del “comité de apoderados”, que incluía a altos funcionarios de la seguridad nacional, dirigido por el consejero de contraterrorismo de la Casa Blanca, John O. Brennan, quien posteriormente fue nombrado director de la CIA.
Los funcionarios de la Casa Blanca dijeron que el comité volverá a revisar el documento antes de presentarlo al presidente. Subrayaron que no entrará en vigor hasta que Obama lo haya firmado. La CIA rechazó los pedidos de comentarios.
El resultado refleja las dificultades del gobierno en la resolución de un conflicto fundamental de su enfoque del contraterrorismo. Altos funcionarios del gobierno han expresado su malestar ante la escala y autonomía de la misión letal de la CIA en Pakistán. Pero se han mostrado renuentes a alterar las reglas debido a los resultados de la campaña de drones.
El esfuerzo para crear un “libro de jugadas” fue revelado el año pasado por The Washington Post. El objetivo de Brennan al desarrollarlo, dijeron los funcionarios entonces, era imponer controles más consistentes y rigurosos sobre programas de contraterrorismo en gran parte ad hoc después de los ataques del 11 de septiembre.
Los críticos ven el manual como símbolo de la medida en la cual se ha institucionalizado el programa de asesinatos selectivos, parte de un aparato montado por el gobierno de Obama para mantener una guerra al parecer permanente.
El manual es “un paso exactamente en la dirección equivocada, una mayor burocratización del programa paramilitar de asesinatos de la CIA” por sobre las objeciones legales y morales de los grupos por las libertades civiles, dijo Hina Shamsi, directora del Proyecto de Seguridad Nacional de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles.
Algunos funcionarios del gobierno también han expresado su preocupación por la duración de la campaña de drones, que se ha amplicado de Pakistán a Yemen y Somalia, donde involucra ataques de la CIA y militares. En un reciente discurso antes de renunciar como abogado general del Pentágono, Jeh Johnson advirtió de que “no debemos aceptar el actual conflicto y todo lo que involucra, como “la nueva norma”.
Las discusiones en relación con el desarrollo del “libro de jugadas” se concentraron en consideraciones prácticas, dijeron los funcionarios. Uno de los principales puntos de discordia, dijeron, fue el tema de los “ataques por firma”.
El término se refiere a la práctica de la CIA de aprobar ataques en Pakistán sobre la base de conducta sospechosa –transporte de almacenamiento de armas, por ejemplo– incluso cuando la agencia no tiene información evidente de las identidades de los objetivos.
Los funcionarios de la CIA han atribuido este procedimiento al éxito en el exterminio de los altos dirigentes de al Qaida en ese país, que paradójicamente dio como resultado la muerte de agentes terroristas más altos que los ataques efectuados cuando la agencia conocía por adelantado la identidad y ubicación de un objetivo.
Los “ataques por firma” contribuyeron a un aumento en la campaña de drones en 2010, cuando la agencia realizó una cantidad récord de 117 ataques en Pakistán. El ritmo de los ataques se redujo poco a poco durante los últimos dos años antes de acelerar de nuevo en las semanas recientes.
A pesar de las afirmaciones de la CIA de la efectividad de los “ataques por firma”, Obama no ha otorgado una autoridad similar a la CIA o a los militares en Yemen, Somalia u otros países patrullados por drones armados estadounidenses. La limitación no ha aplacado a algunos críticos, quienes dicen que el secreto que rodea los ataques en Yemen y Somalia significa que no hay forma de evaluar a quién están asesinando.
En Yemen, dijeron los funcionarios, los ataques solo se han permitido cuando la información indica una amenaza específica para los estadounidenses. Eso podría incluir a “individuos que están involucrados personalmente en el intento de asesinar a estadounidenses”, dijo un alto funcionario del gobierno, o “información de que… [por ejemplo] un camión se ha configurado para atacar nuestra embajada en Sanaa.”
El “libro de jugadas” ha adoptado ese estándar más ajustado e impone otras reglas más estrictas. Entre ellas hay requerimientos de aprobación por la Casa Blanca de ataques de drones y la participación de múltiples agencias –incluido el Departamento de Estado– en la identificación de nuevos nombres para las listas de asesinatos.
Ninguna de esas reglas se aplica a la campaña de drones de la CIA en Pakistán, que comenzó bajo el presidente George W. Bush. Se espera que la agencia dé aviso anticipado sobre los ataques al embajador de EE.UU. en Pakistán. Pero en la práctica, dijeron los funcionarios, la agencia ejerce un control casi completo sobre los nombres de su lista de objetivos y en las decisiones sobre ataques.
La imposición de los estándares del “libro de jugadas” a la campaña de la CIA en Pakistán llevaría probablemente a una fuerte reducción del número de ataques mientras Obama se prepara para anunciar una disminución de las fuerzas de EE.UU. en Afganistán que dejaría solo 2.500 soldados en el lugar después de 2014.
Los funcionarios dijeron que las preocupaciones sobre la exención de la CIA fueron aquietadas en cierta medida por la decisión de Obama de nombrar a Brennan, el principal autor del manual, para que dirija la CIA.
Brennan pasó 25 años en la agencia antes de servir como consejero jefe de contraterrorismo de Obama durante los últimos cuatro años. Durante ese período en la Casa Blanca, dirigió esfuerzos para imponer un estudio más riguroso de las operaciones de asesinatos selectivos. Pero también dirigió una mayor expansión en la cantidad de ataques.
El exfuncionario del gobierno dijo que es probable que los funcionarios de la CIA estén “bastante dispuestos, bastante ansiosos de acoger” el “libro de jugadas” desarrollado por su presunto futuro director. “Es su obra”.
La audiencia de confirmación de Brennan ante el Comité de Inteligencia del Senado está programada para el 7 de febrero.
Peter Finn contribuyó a este informe.
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