La Alianza del Pacífico avanza con Paraguay
Alainet
Nuevamente, cual juego de ajedrez, las piezas en el tablero de la integración regional vuelven a moverse estratégicamente a favor de unos y en detrimento de otros. Los intereses de ciertos países reflejados en cada uno de los bloques, UNASUR con Buenos Aires, MERCOSUR con Brasilia, CELAC con México, la Alianza del Pacífico con Washington y la CAN siendo independiente, también han cambiado de dirección.En esta ocasión, quien ha realizado los mejores movimientos ha sido sin duda la Alianza del Pacífico (los intereses de Washington, encabezados por el Perú), cuyo peso específico lo pone México. La cual parece afianzarse un camino sólido cada vez más. Esto ante el gran manejo mediático y las estrategias de promoción que ha tenido a su favor, expresados a su vez, en las propuestas de homologación del tratamiento tributario y de inversiones, así como en la clara intención de crear un Parlamento que sea el marco legislativo que dé luz verde a los acuerdos comerciales y de libre circulación de personas, capitales y bienes y servicios que surjan de este mecanismo(1).
Además, hay que sumar el hecho de que muchos países de la región están interesados en formar parte de la Alianza. El caso más adelantado es el de Costa Rica, quien el próximo 22 de mayo firmará un Tratado de Libre Comercio con Colombia(2) dando así un paso adelante hacia la integración en este bloque, pero también hay un interés muy serio por parte de los gobiernos de Uruguay y Paraguay, principalmente de este último, que al estar excluido temporalmente del Mercosur, busca “relacionarse muy bien con el mundo, especialmente con los vecinos”(3), según lo declarado por Horacio Cartes, presidente de Paraguay.
Ante este posicionamiento de la Alianza del Pacífico, varios países, principalmente europeos, han encontrado cierto atractivo por lo que ya han lanzado peticiones para poder participar como observadores, tal es el caso de Portugal; pero quizá la más llamativa de estas peticiones sea la de China(4), quien quiere entablar un diálogo para participar como observador y conocer los objetivos y alcances de esta Alianza, más a sabiendas de que ésta es un intento por dejar a dicho país fuera de las negociaciones.
Por su parte, MERCOSUR (Brasilia) parece estar en un punto muerto, pues por un lado el bloque está parado y generando conflicto en algunos sectores de las economías, ante lo cual no se han hecho esperar las criticas y las propuestas de refundarlo; pero por el otro lado, está fortaleciendo los vínculos de integración latinoamericanos incorporando a más países como Guyana, Surinam, Bolivia y Ecuador, cuya participación puede ser crucial en el desenvolvimiento de este bloque, principalmente el de este último país ya que servirá como contrapeso a la muy posible adhesión de Paraguay en la Alianza del Pacífico.
Otro factor importante, que se mencionó en la Editorial anterior(5), es que todo parece indicar que gran parte del éxito o fracaso del MERCOSUR dependerá de cómo se lleven a cabo las negociaciones con la CAN y de que tanto termine pesando el descrédito del MERCOSUR en su atasco Brasil-Argentina.
A su vez la CAN, quien quizá por ahora sea de los más discretos, parece posicionarse inteligentemente pues entre las diversas propuestas hechas ha sugerido medir el impacto del sector cultural en la economía buscando estrechar aún más los lazos culturales entre los países miembros, además de que también ha buscado mantener una cooperación transfronteriza que sirva de apoyo a los ciudadanos de las naciones participantes con lo que sigue su avance.
Quien al momento lleva las depender es la UNASUR (Buenos Aires), la cual ha sufrido diversos reveses que en gran parte se han debido al quizá excesivo apoyo que ésta ha brindado a Venezuela y al empeoramiento de la relación que mantiene con Paraguay, sobre todo por las declaraciones hechas previas a las elecciones en ese país.
Todo parece indicar que hasta el momento que la Alianza del Pacífico, con los intereses de Washington detrás, es quien ha hecho las mejores jugadas, sin embargo la partida no ha terminado sino que esto apenas comienza. Brasilia debe de reaccionar. El Perú es el pivote con la presidencia pro tempore y la nueva canciller debe de valorar bien sus jugadas. Mucha suerte a la flamante canciller peruana.
Además, hay que sumar el hecho de que muchos países de la región están interesados en formar parte de la Alianza. El caso más adelantado es el de Costa Rica, quien el próximo 22 de mayo firmará un Tratado de Libre Comercio con Colombia(2) dando así un paso adelante hacia la integración en este bloque, pero también hay un interés muy serio por parte de los gobiernos de Uruguay y Paraguay, principalmente de este último, que al estar excluido temporalmente del Mercosur, busca “relacionarse muy bien con el mundo, especialmente con los vecinos”(3), según lo declarado por Horacio Cartes, presidente de Paraguay.
Ante este posicionamiento de la Alianza del Pacífico, varios países, principalmente europeos, han encontrado cierto atractivo por lo que ya han lanzado peticiones para poder participar como observadores, tal es el caso de Portugal; pero quizá la más llamativa de estas peticiones sea la de China(4), quien quiere entablar un diálogo para participar como observador y conocer los objetivos y alcances de esta Alianza, más a sabiendas de que ésta es un intento por dejar a dicho país fuera de las negociaciones.
Por su parte, MERCOSUR (Brasilia) parece estar en un punto muerto, pues por un lado el bloque está parado y generando conflicto en algunos sectores de las economías, ante lo cual no se han hecho esperar las criticas y las propuestas de refundarlo; pero por el otro lado, está fortaleciendo los vínculos de integración latinoamericanos incorporando a más países como Guyana, Surinam, Bolivia y Ecuador, cuya participación puede ser crucial en el desenvolvimiento de este bloque, principalmente el de este último país ya que servirá como contrapeso a la muy posible adhesión de Paraguay en la Alianza del Pacífico.
Otro factor importante, que se mencionó en la Editorial anterior(5), es que todo parece indicar que gran parte del éxito o fracaso del MERCOSUR dependerá de cómo se lleven a cabo las negociaciones con la CAN y de que tanto termine pesando el descrédito del MERCOSUR en su atasco Brasil-Argentina.
A su vez la CAN, quien quizá por ahora sea de los más discretos, parece posicionarse inteligentemente pues entre las diversas propuestas hechas ha sugerido medir el impacto del sector cultural en la economía buscando estrechar aún más los lazos culturales entre los países miembros, además de que también ha buscado mantener una cooperación transfronteriza que sirva de apoyo a los ciudadanos de las naciones participantes con lo que sigue su avance.
Quien al momento lleva las depender es la UNASUR (Buenos Aires), la cual ha sufrido diversos reveses que en gran parte se han debido al quizá excesivo apoyo que ésta ha brindado a Venezuela y al empeoramiento de la relación que mantiene con Paraguay, sobre todo por las declaraciones hechas previas a las elecciones en ese país.
Todo parece indicar que hasta el momento que la Alianza del Pacífico, con los intereses de Washington detrás, es quien ha hecho las mejores jugadas, sin embargo la partida no ha terminado sino que esto apenas comienza. Brasilia debe de reaccionar. El Perú es el pivote con la presidencia pro tempore y la nueva canciller debe de valorar bien sus jugadas. Mucha suerte a la flamante canciller peruana.
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