Un diagnóstico de la Iniciativa Nacional de Anticorrupción (INA) sobre la corrupción sistémica durante el gobierno de Alberto Fujimori desdice la calidad de crecimiento económico que hoy usa como activo la candidata Keiko Fujimori.
El estudio, elaborado en el 2001 a pedido de Valentín Paniagua, presidente de la transición a la democracia, revela que debido a la corrupción entre 1998 y 2000 el PBI no creció US$ 697 millones, lo que en la suma de los dos gobiernos fujimoristas significó una pérdida de US$ 1.800 millones.
En términos de impacto a la pobreza, no se crearon 163.706 puestos de trabajo y 155.400 personas no salieron de la pobreza. Según el sociólogo de Proética, Samuel Rotta, dichas brechas identificadas en el Perú demuestran que la corrupción en el régimen fujimorista incidió claramente en los altos niveles de pobreza que afrontó el país.
Según los cálculos de la CEPAL, en el 2000 el Perú mostró una de las reacciones más bajas de la región, lo cual desbarata la calidad del crecimiento que los fujimoristas aseguran haber tenido.
“La gente ha olvidado que después del ‘fujishock’ el nivel de pobreza en el país subió en 10 puntos”, sostiene Samuel Rotta.
Según el balance de la procuraduría anticorrupción, Alberto Fujimori saqueó US$ 6 mil millones de las arcas del Estado.
¿A dónde fue a parar todo el dinero destinado para los más de cien mil pobres? En un documento judicial, el ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos cuenta que parte de ese dinero sucio se usó para pagar los estudios de Keiko Fujimori.
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