Como en época de Pinochet, el gobierno de Sebastián Piñera envía antidisturbios a los estudiantes, precisamente allí donde Barack Obama quizo dictar lecciones de democracia para Cuba.
A primera vista pudiera parecer la imagen de un torneo en la Inglaterra medieval, pero no, es el modo en que el gobierno de Chile defiende la democracia ante el reclamo de los estudiantes y profesores porque el estado reconozca como un derecho la educación pública.
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Fueron ayer -según los medios- más de 70 000 personas los que protestaban en Santiago, en manifestaciones que se replicaron en las más importantes ciudades chilenas.
Jaime Gajardo, presidente del Colegio de profesores afirmó: “Reclamamos lo mismo, educación pública para Chile, que se termine con el lucro en la educación, que el Estado recupere su rol, que se privilegie lo público por sobre lo privado, más democracia en las escuelas y las universidades y que se avance a una educación de calidad y no elitista como ahora.”
Por su parte, Camila Vallejos, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), declaró: “Algunos han dicho que la gente no quiere manifestaciones, pero hoy día más de 100 mil personas decimos que sí queremos manifestarnos, que sí queremos participar para recuperar la educación pública y para que el Estado se haga cargo de garantizar el derecho de la educación”.
Como en la mejor época de Pinochet, el gobierno de Sebastián Piñera responde enviándole los antidisturbios, precisamente allí donde semanas atrás Barack Obama
quizo dictar lecciones de democracia para Cuba.
Esperemos -sentados- las condenas del Departamento de Estado y la Casa Blanca al país modelo democracia y progreso para América Latina, según EE.UU.
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