Hoy los medios de comunicación masivos instalan en la población mundial un supuesto plan de Irán para asesinar al Embajador Saudita e Israelí en EE.UU. (1), de inmediato se puso en marcha una escalada informativa que ya incluye a atentados en Argentina, etc., para asesinar a funcionarios norteamericanos y sauditas, en nuestra patria. El FBI y la DEA “informan” que desbarataron la organización que pensaban utilizar hombres del cartel mexicano de los Zetas para realizar los atentados en suelo norteamericano.
Esta información es de suma gravedad ya que los dos organismos de seguridad de EE.UU. como lo venimos leyendo en informaciones periodísticas originas en el país del norte están fuertemente cuestionadas por sus “errores” con los carteles mexicanos y sus relaciones peligrosas, no precisamente para combatirlos sino todo lo contrario, solo basta leer los informes del legislativo norteamericano sobre la operación “rápido y furioso” u de otros organismos policiales estatales (2), que permitieron la entrega de armamento sofisticado a los carteles mexicanos. Pero mas preocupante es la reiteración de la manipulación mediática ya conocida que originó los conflictos de Irak, Afganistán y recientemente Libia (también basados en informes de los servicios de seguridad estadounidense que aseguraban la tenencia de armas de destrucción masivas que jamás fueron encontradas en el caso Iraqui, que responsabilizo a los Talibanes del 11S falsamente y mas recientemente con las denuncias de los ataques masivos de las tropas del ejercito Libio a sus ciudadanos), pero que en definitiva fueron el “causa bellis” necesario para las intervenciones militares que están en pleno desarrollo. Por estas horas Irán rechaza las acusaciones del complot (3).
Este descubrimiento muy “oportuno” del FBI y de la DEA viene muy bien para descomprimir la grave crisis que afecta a EE.UU. y a sus aliados europeos, la cual se está escapando de sus causas (indignados, desocupación, ajustes en salud, educación, servicios, Municipalidades y Estados quebrados que ha logrado galvanizarse en protestas masivas de sus clases medias y mas educadas, contra el “sistema” que incorpora la novedad de sectores de veteranos de las últimas intervenciones apoyando a los manifestantes- acontecimientos que no se veían desde la guerra del Vietnam en los 70- ello es un caldo de conflicto social difícil de administrar). La confusión y el desaliento que existe entre la dirigencia norteamericana por no lograr estabilizar y sacar al País de la crisis, que no encuentra nuevas alternativas a la mismas, solo en mas ajustes, la pone en una posición de suma debilidad ante su sociedad y nada mejor para garantizar la “unidad nacional” americana, que buscar un enemigo externo para lograr ese objetivo y que la crisis y sus consecuencias sociales y económicas pasen a un segundo plano, y poder continuar con el viejo plan de remodelar el Medio Oriente favorablemente a sus intereses estratégicos; para ello es necesario una escalada sobre la República de Irán, con una escala previa en Siria.
Esta escalada seguramente incluirá todos los aspectos que maneja la superpotencia visibles e invisibles: los diplomáticos, los económicos, sociales y militares y esto nos puede poner a la puerta de un nuevo gran conflicto no solo regional sino mundial (para la satisfacción del complejo industrial tecnológico militar de USA), que además contará con la parafernalia mediática que repetirá y nos atosigará con un discurso único distorsionador de la verdad, que le ha dado muy buenos resultados. Pero, atención aquí estamos en el ámbito de jugadores mayores y no de simples países tercermundistas como Irak, Afganistán o Libia, sino que aquí, seguramente intervendrán las potencias emergentes como China y Rusia, y la situación puede derivar en un conflicto mayor de resultado incierto para los propios planificadores de la escala. Argentina esta vez, está inmersa en el conflicto (recordemos: AMIA-Embajada de Israel) y por ello debemos tener una política exterior que impida la escalada pues las consecuencias podrían ser gravísimas para nuestros intereses nacionales. Esperemos que prime la razón y no el aventurismo belicista, y los Vientos de Guerra se disipen.
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