lunes, 26 de noviembre de 2012

¡Argentina peligra!: ofensiva "Malvinas jurídico-financiera" de los "fondos buitre"
Argentina sufre una embestida brutal a la que ha dado mucho vuelo The Financial Times (FT, 9,12 y 23/11/12), lo cual equivale, a mi juicio, a unas Malvinas jurídico-financieras de la dupla anglosajona de Wall Street/la City.
 
Si no se entienden los depredadores alcances unilaterales de la desregulada globalización neoliberal, puede sonar descabellado que una sola empresa especulativa de fondos de cobertura de riesgos (hedge funds) Elliot Capital Management/NML Capital, que busca recuperar 182 millones de dólares de deuda argentina mediante los ignominiosos fondos buitre (vulture funds) que adquirió antes de 2002, gracias a una sentencia muy leonina del juez Thomas Griesa –muy locuaz, visceral y vituperante (literal) para su investidura– de un distrito de Nueva York, haya sido capaz de poner en jaque a Cristina Fernández, lo cual puede concluir en su mate el próximo 15 de diciembre por incumplimiento de pagos que el enjuiciador obsequió dadivosamente en mil 330 millones de dólares. Suena inverosímil en el siglo XXI (que rememora los embargos coloniales pasteleros del XIX), que Elliot Capital Management/NML con activos por 15 mil millones de dólares pueda arrodillar a la tercera economía de América Latina (PIB medido por poder adquisitivo: 716 mil 500 millones de dólares y un per cápita de 17 mil 700 dólares), salpicada por el insólito embargo precautorio del barco Libertad (sic) de su Armada en Ghana (¡supersic!).

Elliot Capital Management/NML Capital, con sede en las islas Caimán, pertenece a los fondos buitre cuya característica consiste en comprar deuda a precio de remate para cobrar en su totalidad al afectado. Su polémico dueño es Paul Singer, íntimo de Israel, quien ha hecho fortuna con estas escandalosas y dolosas transacciones.

Según The Guardian (15/11/12), los polémicos fondos buitre usan a los tribunales para reclamar centenas de millones de los países más pobres del mundo. Por lo visto, ahora no respetan, gracias a la connivencia judicial neoyorquina, ni a un miembro prominente del G-20.
Argentina se volvió paria del financierismo israelí-anglosajón a partir de su imperdonable incumplimiento de pagos, lo cual fue acentuado con la temeraria nacionalización de YPF que había saqueado la parasitaria petrolera española Repsol (ver Bajo la Lupa, 4/4/12).

Russia Today (12/11/12) asevera que Repsol es la petrolera de paja de la británica BP, lo cual facilita la deglución de muchas cosas insólitas, como otras trasnacionales españolas que operan en AL como caballos de Troya de Gran Bretaña (GB): Banco Santander (propiedad real del banco británico RBS) y el periódico neoliberal El País, con máscara socialdemócrata de una aseguradora inglesa.

Muchos se preguntarán por qué figura un distrito legal de Nueva York en este asunto. Sucede que Bank of New York fue el fiduciario y el contratante de la anterior deuda argentina que detonó en su previo incumplimiento de pagos en 2001. Dos expeditas moralejas posmodernas: 1) nunca contraer adeudos bajo jurisdicción extranjera, menos en las plazas chacales de Wall Street y la City, y 2) a los países que preserven aún un mínimo de soberanía (whatever that means) se les aconseja con urgencia restructurar y relocalizar bajo jurisdicción local las deudas y/o reclamos israelí-anglosajones.


Jude Webber y Robin Wigglesworth, del FT (23/11/12), ultrajan la reacción furibunda de Fernández sobre el letal fallo legal en medio de la protestas contra su gobierno en Argentina. Embisten contra Cristina Fernández, quien ha hecho de la confrontación (sic) su sello de marca: con las empresas agrícolas (por las tarifas a las exportaciones); la clase media; con Repsol (sic); con GB sobre las Malvinas (sic), y ahora con la huelga generalizada de los sindicatos. Juzgan que en nombre de la soberanía económica nacional, Fernández está dispuesta a otro juego dramático (sic) de todo o nada”.
Como portavoces del financierista chantaje vil, Webber y Wigglesworth, en forma muy superficial y tomando en cuenta sólo los intereses de los chacales de Wall Street/la City, consideran que Fernández puede pagar a los tenedores 93 por ciento de la deuda de 2001 que fue restructurada en 2005 y 2010: Argentina corre el riesgo de un nuevo incumplimiento de pagos.
Sacan a relucir lo que Fernández meditaba como la madre de todas sus batallas para el 7 de diciembre: la aplicación de la nueva ley de medios para poner en orden al oligopolio de Clarín (propiedad del banco de inversiones Goldman Sachs) a quien la presidenta acusa de mentiroso.
Webber y Wigglesworth aducen que el jaque de Elliot Capital Management/NM Capital junto con el fallo del juez Griasa encajonaron a la presidenta Fernández.
Buenos Aires considera apelar la flagrantemente leonina sentencia perentoria del juez neoyorquino mientras arremete contra los fondos buitre.
Hans Humes, presidente de Greylock Capital (otro hedge fund) y anterior copresidente del comité de tenedores de bonos argentinos, fustigó a Argentina como país y deudor canalla (¡supersic!) y da por acabada a Fernández, a quien no le queda más que arrojar la toalla o practicar la guerra de la tierra quemada.
Como que en este delicado asunto financierista el conglomerado israelí-anglosajón aplica los mismos términos propagandísticos que en geopolítica contra Irak, Libia, Siria y ahora Irán.
Según Webber y Wigglesworth, otro incumplimiento intensificaría su aislamiento del mercado internacional de capitales que le arrinconaría a sobrevivir con sus propios medios (algo así como una Cuba más Irán más Gaza).
El think tank FIEL (muy fiel a la cosmogonía neoliberal) expone que el gasto público de Argentina se disparó a 43.5 por ciento del PIB: en casi 200 mil millones de dólares, con el fin de reducir la pobreza y crear empleos.
Webber y Wigglesworth vituperan el modelo estatista (sic) económico (con restricciones de importaciones y en la compraventa de divisas) de la presidenta argentina, el cual, por cierto, fue elogiado por Joseph Stiglitz como paradigmático por haber disparado el crecimiento: ¡8.9 por ciento en 2011 y 9.2 en 2010! Tampoco le perdonan a Fernández haber nacionalizado los fondos de pensiones y haber usado las reservas de divisas del banco central para financiar sus políticas nacionales y populares. Martín Redrano, anterior director del banco central argentino, coloca la suerte de Fernández en manos de la cosecha de soya que le puede perjudicar si suceden calamidades climáticas en medio de 25 por ciento de inflación. Por ahora puede resistir con elevados precios de soya y la alta demanda china.
Acabo de dialogar con un ex ministro de Economía de un relevante país de Sudamérica (que exigió anonimato) quien me comentó que contemplan en el radar dos escenarios: 1) una deliberada baja brutal especulativa del petróleo para golpear a Venezuela, Brasil, Bolivia, Ecuador y Argentina, y 2) una guerra financiera multifactorial (guerra de divisas, fuga de capitales, etcétera). ¡Uf! ¿Están preparados los mandatarios de Sudamérica para confrontar la guerra financiera multifactorial que ya empezó contra Argentina?
A mi juicio, detrás del asalto financierista buitre contra Argentina se encuentra cercar a Brasil, su primer socio geoeconómico sudamericano.

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